EL DRAMA ME DA PUDOR

Ya que estamos con el humor, ¿qué opinas de las voces que le conceden más mérito al hacer llorar frente al sacarle unas risas al lector? El tebeo dramático frente a la historieta de humor. ¿Cómo afrontas esto como autor?

Como autor, simplemente no lo afronto. Me expreso por el humor, no sé hacerlo de otra forma, el humor… bueno, me ayuda a distanciarme. Tirarse ahí al drama de cabeza… yo no podría. Y mira que hay cariño por el drama en la gente del cómic, aunque sean dramas tan impostados como Los combates cotidianos o el Blankets. Yo no entiendo a Larcenet, que es humorista, cómo llega a algo como Los combates cotidianos que es… bueno, esa idea de que si nos ceñimos a las cosas tristes estamos contando cosas profundas. No sé, la última entrega me pareció aberrante, incluso pretenciosa. Que funcionen estas cosas te hace pensar que en el fondo, en esto del cómic, hay mucho complejo de inferioridad. Todo esto, en la tele, sería Estrenos TV. Y lo peor, para mí, es que creo que con humor cuentas exactamente lo mismo. Es un poco más complicado, porque el humor exige un cierto mecanismo y claro, esto implica que si no lo haces bien, se nota. El drama, dicho así a lo bruto, es hurgar en una herida: ¡que se muere mi padre!, tres silencios significativos y, ¡ahora mi madre! ¡y me da miedo hacerme mayor!, y aquí ya puedes colocar el monólogo interior con fotos del patio de la escuela. Que no, que no, que esto es de juguete, hombre.

Vamos, que no te ves haciendo drama.

Es que el drama me da miedo, me da pudor. Yo me pongo serio y me da la risa floja, yo no sé nada de la vida, ni del amor, ni del miedo. No sé tanto, por lo menos, como para aportar una solemne reflexión sobre estos temas. Yo no, yo todo lo más, llego a cuestionar, a darle un poco la vuelta, incluso jugar. Pero a la que me pongo estupendo… pues eso: qué idiota, ¿a quien quiero engañar?

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Manel Fontdevila, entrevistado en en la revista El Manglar.