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martes, julio 31, 2007

BRUTAL

FRANCIA, EL FUTURO CERCANO...
EN UNA SOCIEDAD ULTRA-LIBERAL DIRIGIDA POR ALAIN MADELIN,
UN HOMBRE PARTICULARMENTE VIRIL LLEVA UNA ESCLAVA DE PLATA EN LA MUÑECA
Y UN PAR DE BOTAS DE BASKET TORSION 1992 EN LOS PIES.
ESTE HOMBRE, PARA EL QUE SOBREVIVIR ES UNA DISTRACCIÓN Y HACER LO QUE LE DÉ LA GANA UN PASATIEMPO,
HA ELEGIDO EL EMOCIONANTE CAMINO DE LA LIBERTAD INDIVIDUAL.

ESTE HOMBRE ES PASCAL BRUTAL.



PASCAL BRUTAL. LA NUEVA VIRILIDAD

PASCAL BRUTAL, una serie de Riad Sattouf publicada en Francia. Inédita en castellano.

PASCAL BRUTAL en mySpace



BART BEATY HABLA


Tom Spurgeon entrevista a Bart Beaty en Comicsreporter. Beaty, al que Spurgeon considera el mejor teórico en inglés sobre tebeos europeos, es Profesor Asociado en la Facultad de Comunicación y Cultura de la Universidad de Calgary, lleva años trabajando en la columna Euro-Comics For Beginners de la revista teórica The Comics Journal, escribe también para la propia Comicsreporter y además ha publicado este año su libro UNPOPULAR CULTURE, del que ya hablamos en su momento aquí mismo. Durante la conversación con Spurgeon, Beaty habla de su colección de tebeos (en el sótano, los americanos; en el comedor, los europeos: franceses, alemanes, españoles, italianos, portugueses...), de cómo procura cambiar la voz y el tono -más o menos académico- según dónde va a publicar sus artículos, del impacto del manga en el panorama del cómic europeo, de los autores finlandeses, y también del tema principal de estudio de UNPOPULAR CULTURE: la ascensión de la generación actual de la BD francesa, los Sfar, Trondheim y demás.

Algunos highlights de la entrevista a Beaty en Comicsreporter:

Sobre el impacto de PERSÉPOLIS de Marjane Satrapi y su relación con la percepción francesa de los emigrantes:

"(...) I'd have to say that if Marjane Satrapi had not existed in real life at this point in time, the French would've had to invent her. So much recent discussion in France has been about French identity and new immigrant populations, particularly Muslim immigrants. These discussions have flared up around the riots of 2005, this year's presidential election, and, in 2004, around the decision in France to ban the wearing of veils in French schools. Satrapi, whose book talks extensively about the politics of the veil that she was forced to wear during the Islamic Revolution in Iran, was quickly caught up in the debate. She came out opposed to the veil but also opposed to the law that had been proposed by Jacques Chirac, a pretty nuanced position born out of her own experiences (a good article in The Guardian provides her position).

I think for a lot of French critics, Satrapi is the "good" middle-Eastern immigrant. She speaks French, is dedicated to a secular society, fits in nicely with notions of Frenchness (although she is still very critical of many aspects of French life). She's a model of integration. And her work touches on so many issues that are so important in France right now: identity, personal history, and so on.

I don't want to seem to suggest, however, that she only has this platform because of the politics of who she is. I think that the work has to have value for people to respond this strongly to it, and I think that she is an intelligent and important voice."


Sobre las posibles causas de la revolución de la generación de L' Association, de por qué según él esa ola ya se ha calmado y no ve un relevo generacional ahora mismo con el mismo ímpetu renovador:

"One thing that my book is really about is this giant wave of cartoonists who were in their 20s in the 1990s and who kicked down a lot of our assumptions about what comics were or could be. Now some of those people are passing into their 40s and suddenly they're thinking "comics is a young person's game" and wondering how they're going to pay the bills for their kids. So I think that some of the energy of the movement that I wrote about will naturally dissipate or be redirected elsewhere. But I haven't really gotten a strong sense that the next generation has arrived. There are great next generation cartoonists, to be sure, but I'm not sure that they are feeling the same need to overthrow the generation that preceded them. There's a certain lack of revolution in the air right now, largely because I think that the comics scene is very permissive."

Beaty compara los cómics autobiográficos de uno y otro lado del océano:

"That said, I'm not always sure why Europe turned out so many great autobiographers in contrast to the U.S. I think that one of the differences is a greater level of self-reflection and less straight reportage. A lot of North American autobio material is very story driven, even among the greats (I'm thinking of Joe Matt or Joe Sacco). Whereas if you look at Epileptic [La Ascensión del Gran Mal] or Fabrice Neaud's work, it is much more introspective and uses the medium in a more expressive manner. I don't think that is a function of these artists being European so much as it is that they set a very high standard for the form, and now subsequent artists feel a need to try to match their accomplishment."

Sobre la polémica de Jean Christophe Menu (L' Association), acerca de cómo las grandes editoriales se aprovechan ahora de los hallazgos de los autores independientes que triunfaron durante los noventa:

"Without trying to put words into Menu's mouth, I think he sees the very real possibility that the big publishers could wipe out the movement that my book talks about. Here's the nightmare scenario: Big, well-financed publisher X comes along and says "Hmm. These small press guys get a lot of good reviews and critical acclaim, and some of them make some money. I bet we could sign them up and maybe have the next Persepolis on our hands." Certainly Big Company X (BCX) could probably outbid L'Asso for the talents of a lot of cartoonists. But will BCX sign up everyone? No. They would want the biggest names, the artists with the best chance of breaking through. That would leave L'Asso and the other small press publishers with all the real difficult material, and likely not enough revenue to survive. The success of Persepolis funds a lot of L'Asso's riskier material, just as the success of Peanuts funds a lot of what Fantagraphics can do. If Satrapi left, L'Asso would have a big problem, maybe even a fatal one."

domingo, julio 29, 2007

BRAVO


YOUNG AMERICANS, la historieta de Émile Bravo en EL MANGLAR #4 es, además de la mejor del número para mi gusto, una demostración práctica -casi en plan happening, jugando con las reacciones del espectador y demandando su participación- de lo fácil que es escribir historietas pomposas de "diálogos literarios bien escritos". También de lo vano e incluso risible que resultan ese tipo de historietas "serias" de mensaje literal bien evidente, que no demandan del lector otra cosa que su pasivo asentimiento. Bravo además propone implícitamente una elección que cada lector hará, inevitablemente, tras leer su historieta. O, cuando menos, le plantea alguna pregunta. Todo esto lo hace sin caer en lo que pretende denunciar -si es que se le puede llamar así, denunciar, que tampoco es eso- porque no hay discurso explícito: el discurso es la historieta en sí misma, entera, completa. Por cierto que con menos páginas esta historia no sería lo mismo ni tendría el mismo sentido.

(arriba, página de YOUNG AMERICANS, por Émile Bravo; color de Carmen Recreo)

sábado, mayo 26, 2007

LA MARCA AMARILLA, THE MOVIE


El álbum más conocido de LAS AVENTURAS DE BLAKE Y MORTIMER, LA MARCA AMARILLA, de Edgar P. Jacobs, podría ser llevado al cine. Y el director interesado en el proyecto es español.

lunes, febrero 05, 2007

LA PUBLICITÉ










Monolo escanea y escribe (--gracias):

Por orden de aparición: Ever Meulen para Chanel, Floch para Telefunken, Mattotti para Le Printemps (bocetos), Gotlib y Binet para Canal+, Dupuy-Berberian y Götting para Monoprix, Tardi también para Chanel, Clerc para Ergee, Loustal para ECS. Por la curiosidad del dato, más que por los dibujos en sí. Del libro "Traits Séduisants. L'illustration au service de la communication des marques", una especie de segunda parte de "Objectif Pub", aparecido éste en los 80, del mismo autor, Alain Lachartre. Por el empaque del libro, que es muy chulo y muy grande y lujoso y tal, pudiera parecer que en Francia se sigue confiando como antes en los dibujantes de tebeos para las campañas de publicidad, aunque, a poco que te fijas, hay muchísima menos variedad de dibujantes que hace veinte años (muchos de ellos, además, más próximos a la ilustración que al cómic; lo que aquí serían Labanda y cia.) y muchísima menos variedad de marcas que confían en ellos: peor, vaya. De todas formas, no sé si es por un estado general de la cosa, o por problemas que el autor del libro haya podido tener al hacer la selección. En cualquier caso, visto desde aquí no deja de ser curioso...

Monolo.

sábado, enero 27, 2007

CADA DÍA SOMOS MÁS

Los que vemos numerosas pegas a COMBATES COTIDIANOS, de Manu Larcenet. En este caso se trata de Nicolas Labarre, al que le gustaba mucho el Larcenet humorista de FLUIDE GLACIAL e incluso los dos primeros álbumes de COMBATES, a pesar de algunas reservas: el uso de silencios no siempre funciona bien para dar un ritmo apropiado, demasiadas crisis de la edad adulta comprimidas en tan poco espacio de tiempo, el que da la sensación que transcurre en toda la serie según el reseñista---> Marco tiene diversas crisis de ansiedad y no puede dedicarse a su profesión, la fotografía; Marco se muda al campo con su gato para cambiar de vida, Marco se reconstruye, Marco se embarca en una relación sentimental seria dejando atrás el sueño de libertad adolescente, Marco descubre que trabajadores/viejos amigos de la infancia votan a la extrema derecha, Marco descubre que su padre está enfermo, Marco descubre que el pasado de su padre puede ocultar un oscuro secreto (complicidad en torturas durante la guerra de Argelia), Marco se tiene que enfrentar a la muerte de su padre, etc. ¿Demasiado ambicioso?

"This may sound like an awfully ambitious program for roughly 200 pages of comics, dense as those may be. Indeed, while the accumulation itself is not really problematic, there are issues with the timing : everything in the series happens over a fairly short span of time, or at least it seems so to the reader. How improbable is it that Marco should have to face all the major crises of adulthood at the same time?"

¿Cuán improbable es que Marco tenga que afrontar todas las grandes crisis de la edad adulta al mismo tiempo? Yo también me lo pregunto.

Sin embargo, Labarre no es tan indulgente con el tercer álbum, que le ha decepcionado y le parece muy inferior a los dos primeros -y no sólo porque le parece forzado-, tanto que se da cuenta de que su "acritud hacia la serie" puede atribuirla al tercer volumen:

"The third and yet untranslated volume, Ce qui est précieux, has been a disappointment to me, though, for a number of reasons : not only does it feel somewhat forced, but it also introduces a very distinct visual break. The characters become more realistic, less cartoony, and while this has been praised by some French reviewers, I feel it weakens the dynamic of the book. It is not a terrible book, but still vastly inferior to the previous two. While I was writing this piece, I realised that most of my bitterness towards the series can be attributed to that third volume."

Labarre concluye que las pausas narrativas, después de 64 páginas, parecen forzadas e innecesarias en un álbum estándar de esta clase, que encaja claramente en el mainstream. "En el tercer volumen, especialmente, tienes a veces la sensación de que algunas de las viñetas mudas se han añadido sólo para que el álbum pueda alcanzar la crítica página 64". No lo digo yo, lo dice Labarre.

viernes, enero 05, 2007

REGALOS PARA REYES (III)


Más pijadas: edición especial de MONSIEUR JEAN 7. UN CERTAIN EQUILIBRE de Dupuy y Berberian, que presenta el álbum en un estuche e incluye además un facsímil de cuaderno de bocetos de 40 páginas.





viernes, diciembre 08, 2006

TIENEN UNA INDUSTRIA ULTRACOMERCIAL

Resulta paradójico, pero trabajar para Soleil es como trabajar para Marvel o DC. Los franceses tienen fama de cuidar el cómic de autor, pero tienen una industria ultracomercial. En cambio, dibujar para Image, que es una editorial pequeña en Estados Unidos, ha sido como hacerlo en España, donde todo es muy casero.

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Víctor Santos, dibujante de ZOMBEE (Image) y autor de YOUNG RONINS (Soleil), hoy en un artículo titulado A CATANAZO LIMPIO, publicado en la edición impresa del suplemento EP3 de El País.

viernes, octubre 06, 2006

EL FINAL DE ALGO

Después de un tremendo periodo de experimentación y crecimiento en los setenta, los ochenta fueron testigos de un receso devastador, con los editores buscando best-sellers a base de duplicar lo que habían hecho siempre. Muy poco del trabajo resultante merece la pena recordarse, y la industria se hundió. Fue revivida por nuevas voces: la generación L´Association de autores de pequeñas editoriales y la invasión manga.

Pero cada vez oigo a más y más autores que encuentran una tremenda resistencia al cambio en las casas consolidadas. ¿La generación manga quiere historias más largas? Lo siento, aquí hacemos álbumes de 46 páginas. ¿El blanco y negro está bien? Lo siento, nuestros álbumes son siempre a todo color; es una tradición. ¿Tienes una nueva e interesante visión sobre la narrativa? Lo siento, Spirou y Fantasio están ocupados en Tokio. Quizás estamos aleccionando de antemano al próximo gran relevo generacional de los cómics, con esta generación de L´Asso preparando el trabajo en sus estudios. Pero después de un largo periodo de expansión estética, en este momento hay un tono conservador que empieza a filtrarse de nuevo sobre las cosas.

No me puedo quitar de encima la sensación de que estamos viendo el final de algo. El hundimiento aún no ha ocurrido. Puede que no ocurra nunca. No hay crisis. Todavía. Pero las piezas están dispuestas de un modo alarmante. Estamos asomándonos al precipicio y algo repentino puede empujar de nuevo a la industria. No estoy diciendo que eso vaya a pasar, pero cuando leo las listas de bestsellers repletas de cómics que tienen 75 años y de los volúmenes 49 y 50 con las aventuras de amados personajes, noto esta extraña sensación en la boca de mi estómago.

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El bocacabra es Bart Beaty, y se está refiriendo, como ya os habréis percatado, a la situación actual del mercado francés. ¿Tiene razón, o está exagerando? El resto de su artículo, aquí. Viñetas de Uderzo, de EL CIELO SE NOS CAE ENCIMA, el último álbum de Astérix.

jueves, marzo 23, 2006

MIENTRAS HAYA LUZ

Anoche, antes de acostarme, me puse a leer BALADA DE LA COSTA OESTE (Norma), un Tardi adaptando novela, esta vez de Manchette. ¿La historia? Un polar, por supuesto, uno de los géneros predilectos de Jacques Tardi (Valence, Francia, 1946). Asesinos fríos y sanguinarios, tipos desencantados que no consiguen encontrarse a gusto en ningún sitio ("Me paso la vida haciendo el gilipollas... pero en todos lados es la misma mierda"), cambios de vida que no parecen solucionar nada, tono seco y desabrido, personajes taciturnos y resignados a los que todo parece darles ya igual mientras habitan un mundo sombrío, vacío, sin Dios. Lo habitual en el Tardi negro.

Esta vez, el material base lo ha extraído de la novela homónima de Jean-Patrick Manchette (1942-1995), novelista al que se apodó el padre del 'neo polar', y cuya prosa es trasladada literalmente en varios pasajes del tebeo con prolijos textos de apoyo que, sin embargo, resultan ágiles de leer gracias al estilo incisivo de Manchette. "Me he esforzado por conservar lo máximo de su texto sin modificarlo, porque es muy preciso, casi clínico. (...) El texto de Manchette es seco, duro, sin florituras. No hay nada espectacular en su manera de escribir. ¿Qué voy a cambiar yo?", afirma Tardi en una pequeña entrevista que ha recogido la edición de Norma al final del tomo.

No es el mejor Tardi que haya leído, esto es cierto. Hay partes de la historia que me parecieron muy comprimidas y que necesitaban mayor extensión para resultar más creíbles (al tebeo le hubieran hecho falta como unas 20 ó 30 páginas más, creo); las secuencias de acción están dibujadas de manera confusa y un tanto desganada (una muestra, ahí arriba), la planificación a veces resulta injustificadamente monótona, pero... aún así, leí el álbum con gusto e interés, y me pareció que Tardi, aun con el automático puesto, sigue haciendo tebeos que merecen ser leídos. No apagué la luz hasta acabármelo.

lunes, marzo 06, 2006

TIEMPOS DE METAL

Monolo me ha escrito un mail. Y cuando Monolo se pone a escribir, escribe de verdad. Así que me ha parecido que sería una lástima que su texto se perdiese como lágrimas en la lluvia. Aquí lo cuelgo, con su permiso, para compartirlo con todos vosotros. Gracias, Monolo. También por las tres portadas metaleras que has escaneado.
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Me estoy tragando un tomazo que ha sacado Denoel en Francia conteniendo la historia de METAL HURLANT, la revista. A mi METAL HURLANT me parece una experiencia tan interesante como la de EL VÍBORA en España. Por motivos que no vienen al caso, tengo en casa un buen montón de números en VO, mucho más interesantes que el Selecciones que apareció en castellano allá por los 80, aunque básicamente fuera lo mismo: Chaland, Moebius, Arno, Druillet, Margerin, Gillon, Clerc, una mezcla marciana de cojones. Lo que pasa, supongo, es que aquí, en la traducción, se perdía el “espíritu de revista” que hacía funcionar la mezcla, algo que en Francia tenían quizás incluso en demasía. Además, en Francia había casi siempre un, pongamos, 40% de textos que si bien al principio eran sobre ci-fi, luego derivaron a tocar, como el resto de la revista, una especie de modernidad enrollada que no tenía reflejo en la versión hispana. Creo.

Y en fin, no diré que este libro sea algo “que hay que leer”, pero se lo pasa uno bien y aprende cosas. Por lo menos, aprende como se hace un libro de estas características, lo cual no es poco. Los autores, por lo que parece, entrevistaron lo que se dice exhaustivamente a todo aquel que llegó a trabajar en MH: maquetistas, secretarias, gerentes, jefes de redacción, dibujantes, escribientes, escritores, esposas de dibujantes, libreros, distribuidores y gente que pasara por allí. Y lo cuentan todo: motivaciones, piques, descubrimientos, ambiente laboral, competencias, todo. Luego, los autores ordenan y mezclan hasta que lees la historia de la revista a base de cortas (pero jugosas) declaraciones que forman pequeños temas, que a su vez constituyen cinco capítulos de historia apasionante. Ello, además, se complementa con una abultada selección gráfica (para mi gusto un poco desaprovechada por el síndrome Chip Kidd: ampliaciones exageradas, fragmentos de cosas pegados unos al lado de otro, colorismo y confusión… muy estético, pero práctico, un cero) y las imprescindibles cronologías, numeraciones y noménclators ya para estudiosos en estado puro.

Y en fin, como el libro cuesta 40 eurazos, os cuento la lección que se saca de ahí y así os ahorráis (si os apetece) todas esas antiguas pesetas que no sé a cuanto ascienden, entre seis y sietemil, creo. Como soy millonario, a mí me da igual.

Y es que: entiendes que una revista (una revista que ha escrito historia de los cómics, quieras o no) no sólo se gesta, se forma por las caprichosas idiosincrasias de sus autores, cuando p.e. Moebius decide hacer Arzach bajo la influencia del free jazz, o cuando a partir de Ted Benoit deciden lanzar la etiqueta (o remoquete, aunque no sé qué significa exactamente) “línea clara”, o cuando empezaron fascinados por Corben, que según ellos era la síntesis de todo lo que les interesaba: Kirby y Crumb, o, dicho de otra manera, América, o, dicho aún de otra forma, cualquier cosa que no oliera a Goscinny. O cuando tienen, desde el primer día, grandes pufos económicos que acabaron dejando los Humanoides Associés en manos de un español, un tal Aracil, dueño de Litoprint (el grupo empezó con el mínimo capital de los dibujantes y nula intuición empresarial, con lo cual la cosa siempre fue una carrera por pagar deudas que crecían como crecía el invento: al final de una gran sucesión de despropósitos se lo quedó el que tenía el pufo más gordo, el de la imprenta). O de todo lo que tiene de bueno y de malo estar en manos de, por lo que parece, dos iluminados: Dionnet y Manoeuvre, cuyos nombres quizás os suenen: el caso típico de personas de las que todo el mundo tiene pegas (por déspotas, por ególatras, por informales, por imprevisibles, por los etc. de rigor) pero que eran los que, finalmente, tenían la intuición y el empuje que hacía funcionar a la máquina. O por las derivas, más o menos encauzadas por la redacción, de la ci-fi al humor, a la nostalgia y la linea clara, a la BD-Rock, a todas las fases que atravesó el invento hasta la castaña final. O lo que pasa cuando en un despacho tiene que convivir la parte redaccional/festivalera (o creativa) con la parte empresarial/organigramática (o “los que pusieron les espagnols”): una historia vieja como la vida.

Pues aun y así, no, no señor: una revista (y, por lo tanto, la historia de los tebeos y, posiblemente, la historia de cualquier cosa) también se escribe a base de las pequeñas miserias cotidianas y materiales de puro cotilleo. Esto es la lección que da el libro. Que lo que empieza con “Farkas (el primer contable) era una especie de alien con corbata que no venía a comer con nosotros” acaba como el rosario de la Aurora por la parte de gestión económica; que comentarios como “Druillet era un carácter, pero cuando había un traslado o que mover paquetes en el almacén, ahí estaba, no como Moebius que no se doblaba ni pa Dios”… esto acaba mal, ya os lo digo. Curiosamente, de los dibujantes que todo el mundo cuenta “que eran difíciles” o “que eran intratables” (según si se referian a ellos los otros dibujantes o el personal de oficina) está, por encima de todos, Druillet, y luego… Tardi y Chaland, dos héroes en casa de muchos de nosotros: por lo visto, hubiéramos sudado el autógrafo.

Sí, amigas: la historia se escribe a partir de las pequeñas cosas. Las más miserables, además, son las que producen, a posteriori, más párrafos, así es la vida. Otra lección: que el supermundo del cómic francés, finalmente, tiene en el divismo de sus autores su mayor diferencia con el nuestro; pero tambien en esa especie de entusiasmo por hacer cosas muy chulas y epatar a la competencia intentando quedarse con los lectores, que aquí raramente he visto y que a lo mejor existía en los buenos tiempos de EL VÍBORA y el CAIRO, no sé. Pero vaya, autoestima y competencia, esto parece vital para levantar un mercado que produzca más que traduzca. Lo cual sería, ahora que lo veo, la súper-súper diferencia.

Puesto a a desvariar, si algo me gustaría leer sería un libro así hablando del VÍBORA. EL VÍBORA, su ascensión y descalabro (y con ello todo lo que no ha sido el cómic aquí), tiene que tener explicaciones más profundas que “los lectores ven mucho la tele” (o cualquier otro de los tópicos que se esgrimieron en su día). Molaría saberlas. Con Toutain o con el CAIRO o con Camaleón también, claro, pero a mi, si alguno de vosotros se curra la historia del VÍBORA como Toni Guiral se curró la de Bruguera, qué os voy a decir, tiene mi bendición.

Bueno, que me gusta mucho el libro. Que lo recomiendo a los fans, si los hubiera presentes. Y que si alguien tiene alguna duda sobre METAL HURLANT que me la pida ahora, que aún lo tengo todo bastante fresco.

Monolo.
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Imágenes: todas son portadas del METAL HURLANT francés, salvo lo de
L´IMPECCABLE!, un afiche que ilustró Chaland caricaturizando a Dionnet y Manoeuvre para un programa televisivo de Antenne 2, que he sacado del libro CHALAND (Ed. Champaka, recopilatorio de ilustraciones y miscelánea del autor).

domingo, marzo 05, 2006

EL CARADURA

Hay quien afirma que la risa es otra muestra más de la crueldad humana. Digo yo que eso dependerá de qué se ríe uno. Lo que pasa es que, lo admito, la historieta que más gracia me hizo de este tomo colectivo cuya portada cuelgo ahí (JAPÓN VISTO POR 17 AUTORES, varios, Ponent Mon) es la que firma Joann Sfar. Me explico.

El tomo es fruto de una especie de "intercambio" cultural -aunque no exactamente- gracias al cual unos nueve autores franceses fueron invitados por las Alianzas francesas de Japón a una estancia de dos semanas en distintas ciudades niponas, al objeto de que conocieran la ciudad y sus gentes, y luego entregaran una historieta corta inspirada por dicha estancia. El resto lo aportan ocho autores japoneses, que no viajaron a Francia ni a ningún sitio -ya digo que en realidad no hubo "intercambio"-, sino que desde sus ciudades de origen entregaron sus propias visiones de Japón.

Como suele ocurrrir en la mayor parte de obras colectivas, hay de todo un poco, dependiendo no sólo del talento de cada autor sino de cuánto le ha inspirado un tema que a lo mejor ni le va ni le viene y hasta de cómo se había levantado ese día. Así, te encuentras las previsibles historias donde se intenta reflejar con mirada de turista, a modo de cuaderno de viaje, el exotismo de los lugares visitados y las costumbres descubiertas, unos con más originalidad (Nicolas De Crécy), otros con menos (Fabrice Neaud) y otros mitad y mitad (Étienne Davodeau). Te encuentras asimismo con las también esperables historias lánguidas y poco narrativas, así como sensoriales y sensibles, un poco en plan LOST IN TRANSLATION o anuncio moderno de compresas: es el caso del inefable Frédéric Boilet, de Little Fish o de Kan Takahama. Luego te encuentras algunos relatos ilustrados más abstractos y alegóricos, como los de Emmanuel Guibert, Taiyo Matsumoto o (éste una verdadera marcianada) de Schuiten y Peeters.

Y luego -hay más autores, pero vamos abreviando- está lo de Sfar. Un caso aparte.

Imagínense por un momento la situación. No con Bonnie, sino con Joann. Joann Sfar, el judío francés responsable de la estupendísima EL GATO DEL RABINO (Norma) y de series con buen oficio como LA MAZMORRA (Norma, aquí coautor junto a Lewis Trondheim y otros) o EL PROFESOR BELL (Sin Sentido) . Te invitan dos semanas a Japón, viajas por la patilla, te alojan y te tratan de puta madre. Cuando vuelves, te sientas al tablero... y entregas una historieta dibujada con cuatro rayas en la que un cocodrilo -que representa al propio Sfar- conversa con un perro que encarna a un amigo francés suyo que vive en Japón, casado con japonesa, que resulta ser más jeta que el propio Sfar (amigo que espero que no sea imaginario, porque ya sería el colmo). En la conversación, además de reírse con, eso sí, mucha simpatía de la rareza de diversas costumbres locales, los dos amigos terminan hablando del carácter japonés. Ahí les cuelgo la última página, juzguen ustedes mismos.


Ya digo. No sé si la risa será otra muestra de la crueldad humana, pero, lo confieso, yo me he tronchado con la desfachatez que muestra Sfar para reírse de sus anfitriones. Mi favorita del tomo, por supuesto.