martes, septiembre 12, 2006

CULPABLE Y PERDIDO

Hemos sido lo suficientemente afortunados de conocer a Jessica Abel con la que, precisamente, es su obra más redonda y lograda hasta la fecha.
Fruto de su estancia en México D.F., Abel plantea a través de los casi tres centenares de páginas una historia serena y sin complicaciones, muy en la honda de lo que acostumbraba en su Artbabe. Más allá de debatir si el soberbio trabajo de edición de la gente de Astiberri es demasiado continente para el contenido (yo pienso que no) me centraré en las (muchas) virtudes de esta obra.
Para empezar, no se me ocurre mejor cumplido para una obra que retrata un lugar que el hecho de que su lectura te produzca unas ganas irresistibles e inmediatas de visitarlo. Y gracias a La Perdida, a un servidor se le disparan las ganas de disfrutar de una ciudad como México D.F.

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Culpable y Perdedor opina sobre LA PERDIDA, de Jessica Abel (gracias por el aviso, Alex).

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tambien acabé de leerme, por fin, La Perdida. No está mal, pero (y ya sé que esto es, básicamente, una salida de tono) podría estar
mejor: podría, por ejemplo, estar contada por Tardi. Y ahora, a ver si me sé explicar...

En esa historia hace falta algún ajuste importante, y creo que tiene que ver con el género y el
tratamiento: Tardi, mi ejemplo favorito, define el género de entrada y ello no le impide contar las historias con todos los matices necesarios, pero claro, ya no es novela gráfica, es
historieta de género.

La Abel, que al final está contando una historia de género, se distrae en los aspectos "Guardián en el Centeno" de la prota, y supedita el tema de género (el... bueno, lo del final, no quiero destripar nada) a
esa circunstancia. En lugar de hacerlo al revés, que es como lo habría hecho Tardi y como, ya que estamos, creo que tiene que hacerse. O creo que me gusta más que se haga.
Supongo que porque, ya puestos, y aceptando que la novela gráfica de inadaptados en crecimiento personal es ya un género per se, prefiero lo otro. Lo del
crecimiento y tal, los choques de cuulturas, y creo que ahora voy a dar el mensaje, todo esto debería formar parte del tema, no del argumento.
No sé si me he explicado. Llevo ya un rato dándole vueltas, pero es que ahí hay una buena historia, y me gustaría entender porque no acaba de funcionarme. Al menos, escribiéndolo un poco, me lo ordeno.
Pero vaya, que no está mal, ¿eh?

Pepo Pérez dijo...

A mí también me está fascinando intentar entender por qué la historia no termina de funcionar, cuando lo tiene todo para que sea así. Por qué no llega a ser El Gran Cómic, cuando es más bueno que la mayoría de lo que se publica. Es un libro con más recovecos de los que parece. No estoy seguro de que el problema sea que no esté abordado directamente como género, pues eso es original y podría dar más de sí. Así, a bote pronto, te diré que, me parece, la cuestión no es tanto lo que cuenta sino cómo lo que cuenta:

1) usa el texto de apoyo arbitrariamente, a veces sí a veces no, y a veces no viene mucho a cuento. Sobre todo cuando te resume acciones que son importantes.
2) te escamotea cosas básicas sin las cuales no terminas de creerte a los personajes. Por ejemplo, la protagonista "trabaja". ¿Pero en dónde? Porque no se ve, no lo sabemos. Habla mucho de que ella trabaja para pagar la renta, y de los problemas de pasta para llegar a fin de mes, pero nunca la vemos ir al trabajo. Como esto hay más cosas en el tebeo.
3) Creo que un poco de tijeras no le habría ido nada mal al tebeo. Hay escenas de transición sin demasiado interés.
4) Narrativamente, es lo más monótono que me echado a la cara desde el LAS MALAS GENTES. De verdad, vale que a lo mejor Abel ha querido hacer algo así sin retórica, lo más "neutro" posible, pero una cosa es eso, y otra bien distinta, creo yo, esa monotonía injustificada, ese ritmo monocorde, esa falta de giros en los recursos narrativos que emplea.

Con todo y con eso, hay pasajes que tienen sutilidad, más de la que habitualmetne vemos en el cómis. Me refiero, por poner un ejemplo, al "cambio de visión" que le proporciona a la Perdida la visita de su hermano, con una personalidad tan contraria a la suya: triunfador, asertivo, haciendo amigos allá donde va,, gana mucha más pasta que su hermana mayor. Y en esas escenas donde ella está con su hermano, Abel consigue evocar ese cambio de estado de ánimo que le transmite el hermano sin hacer énfasis ni acudir a triquiñuelas. Le queda muy natural.

Pepo Pérez dijo...

"Lo del
crecimiento y tal, los choques de cuulturas, y creo que ahora voy a dar el mensaje, todo esto debería formar parte del tema, no del argumento."

Yo creo que por ahí pueden ir más los tiros, y no tanto por el género al que se adscriba este tebeo. En realidad, lo que hace es mezclar dos géneros, el que tú dices, el de "crecimiento personal de jóvenes, con pinceladas autobiográficas" (o eso parecen), y el "otro" género, el de la segunda mitad del libro. Bueno, eso fuera del cómic tampoco es muy original que digamos, aunque es verdad que "dentro de" no se ha hecho demasiado, o yo ahora no recuerdo muchos ejemplos de esa mezcla.

Para mí, llevo rato dándole vueltas, hay otra clave, y está en el formato y el número de páginas: parece como si, desde Blankets concretamente, para que haya "novela gráfica" el cómic debe serlo literalmente. O sea, quiero decir: ¿cuántas páginas tiene una gran novela de escritor considerado, sea Philip Roth, Auster, Amis o alguno por el estilo? ¿300 páginas? ¡Pues yo me hago igual o más páginas en mi novela "gráfica"! Y bueno, no creo que sea eso.

Entre otras cosas, para empezar, porque no creo que el mejor camino del cómic pase por imitar a la novela. Y ésa es la constante sensación que tengo con La Perdida, y probablemente, ahí radique una de las razones principales para que pierda fuelle y no siempre dé en la diana. Es demasiado largo todo, demasiado lineal, tienes la sensación de estar leyendo una especie de "digest" de una novela, como si Abel estuviera adaptando una novela previa a viñetas, o algo así, y como si del resumen que ha hecho de esa "novela previa" le hubiera quedado el argumento pero no los temas, no los matices, no las profundidades de la novela.

Y quizás por eso le queda así todo un poco desvaído, a veces un poco plano. No estoy seguro de lo que estoy diciendo, pero intento captar mi sensación. Y ya digo, a pesar de todo eso, es un tebeo con muchas más virtudes que la media. No sé, creo que el cómic tiene otros caminos más propios e inexplorados, y que no tienen ni que pasar por la narrativa larga de una novela, ni siquiera por una narrativa lineal. Ahí está el Bardín de Max, las últimas cosas de Clowes (Ice Haven y Death-Ray), por supuesto casi todo lo de Ware, algunos libros con aspecto de novela gráfica pero muy diferente planteamiento a la narrativa tradicional de Blutch, y hay muchos más ejemplos. Y eso sólo pensando en autores de ahora.

Anónimo dijo...

Pepo, voy contigo al 100% en el punto 4, el de la monotonía narrativa, incluído el comentario sobre Las Malas Gentes. También coincido en la sensación de novela que transmite este tebeo, y que los diálogos, bastante logrados en general, salvan la pobre narrativa.

Anónimo dijo...

La verdad es que yo he sido el primer sorprendido con este aluvión de páginas. Estaba acostumbrado a la Jessica Abel de Artbabe, mucho más ligera, con grapa.
Creo que, ciertamente, La Perdida no es una obra pluscuamperfecta y, es cierto, queda la sensación de que hay algo que falla. La narrativa "rutinaria" tampoco me acaba de extrañar. Para mí quizás el mayor problema (que no deja de ser una virtud) es el hecho de que algunos personajes (empezando, por momentos, por la protagonista) me acaban cayendo bastante gordos. Por lo que he leido de Abel, se trata de una autora con unos esquemas bastante determinados. Supongo que la gran extensión de la obra hace que algunas limitaciones salten a la vista (alguien se imagina una obra de 300 páginas de Adrian Tomine?). En todo caso, no creo que la longitud de la obra sea por una cuestion de pretenciosidad o etiquetaje. A mí más bien me parece que a Abel, al mezclar realidad y ficción, invención y vivencias personales, se le va la mano, se deja llevar...

antonio dijo...

Pues ya sabes JPC si un dia se te antoja darte una vuelta por los lares de la CD de Mexico yo vivo como a 2 horas y media de ahi, y un placer recibirte!!
Un abrazo!!

JESUS ANTONIO

Pepo Pérez dijo...

hombre, muchas gracias. Igualmente, un abrazo.

Anónimo dijo...

Como premisa, debo aclarar que no he leído la versión en castellano, ni la versión en un solo tomo: La Perdida la he disfrutado como iba saliendo en esos gruesos cuadernillos de la Fantagraphics, que eludían tanto al comic book como a la "graphic novel" en la que se ha convertido. Me gustó muchísimo, especialmente en sus primeros tres episodios, en los que en efecto el género aparece como una sorpresa en medio a lo que es también el ánalisis de personajes caro a la Abel de Artbabe. También era fascinante la relación inestable entre castellano e inglés en la obra (no sé cómo habrán manejado eso en la traducción). Si cae un poco en los dos últimos episodios es por que el género tiene sus exigencias. La reflexión final, que devuelve la obra a su cauce original, quizás está muy verbalizada, pero me satisfizo. Sobre el trabajo que hace en México, en la versión en inglés queda muy claro que da clases de inglés en un instituto.