AQUEL VIEJO TROZO DE TELA
En los años Sesenta, yo no era más que un niño. Mi adolescencia no se vio impregnada por la lucha por los derechos civiles o la Guerra del Vietnam, pero sí por sus consecuencias.
Mis profesores de instituto fueron ex-hippies y veteranos del Vietnam. Gente que se había manifestado contra la guerra, y gente que había servido como soldados. Me enseñaron más sobre John Lennon que sobre Thomas Jefferson.
Mis padres eran veteranos de la II Guerra Mundial. Patriotas de la era de Franklin D. Roosevelt. Y yo tenía la edad exacta para rebelarme contra ellos.
Todo eso encajó de un modo claro. Nunca pude tragar todo aquel rollo de los chicos con flores de los sesenta, y estaba dispuesto a creer que nuestra bandera no era más que un viejo trozo de tela, y el patriotismo tan sólo una reliquia anticuada que era mejor dejar atrás.
Las ideas lo eran todo. Aprendí por mí mismo de los textos de Madison y Franklin y Adams y Jefferson. Me enamoré de aquellas ideas nobles e indestructibles. Para mi mente juvenil, eran ideas de rebelión e independencia, no de idolatría.
Pero no aquel viejo trozo de tela. Para mí, seguía representando el patriotismo irracional. Significaba tanto para mí como el insípido signo de la paz que veía allí donde mirara: tan sólo otro símbolo más del sentimentalismo de una generación, de su culto narcisista a sus propias glorias del pasado.
Entonces llegó aqueña mañana soleada de Septiembre en la que aviones chocaron contra torres a unas pocas millas de mi casa y miles de mis vecinos fueron incinerados sin compasión... reducidos a cenizas. Ahora, me dedico a escribir y dibujar tebeos. Parte de mi trabajo consiste en inventarme villanos, en imaginar la maldad humana en todas sus formas. Y ahora ha aparecido un villano de verdad. Un villano de verdad asesinó a mis vecinos. En mi ciudad. En mi país. Respiré aquella basura terrible y blanquecina que llenó los pulmones de todos los neoyorquinos, y tosí para expulsarla, sin saber qué era lo que estaba tosiendo.
Por primera vez en mi vida, sé lo que se siente al afrontar una amenaza para la existencia. Quieren vernos muertos. De repente comprendo de qué hablaban mis padres durante tantos años.
Ahora ya no creo que el patriotismo sea un cuento, un invento anticuado y sentimental. El patriotismo es autoconservación. Creo que el patriotismo es esencial para la supervivencia de una nación. Lo dijo Ben Franklin: si no permanecemos unidos, colgaremos por separado. Igual que tienes que luchar para proteger a tus amigos y tu familia, y puedes contar con ellos para vigilar tu propia espalda.
Así que tienes que hacer lo que puedas para ayudar a tu país a sobrevivir. Si es que piensas que tu país se lo merece. Incluso con sus defectos.
Le he cogido afecto a aquel viejo trozo de tela. Ahora, cuando la miro, veo algo precioso. Algo perecedero.
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Es el texto de Miller para THIS I BELIEVE, una sección del programa MORNING EDITION de la radio pública estadounidense.
13 comentarios:
Este hombre esta muy mal. En serio, Pepo. Pero ¿qué le pasa? Me empieza a preocupar. ¿Dónde está el tio de Martha Washington goes to war?
Es que no lo veo. Esto es una caricatura. No una opinión.
Sí, el tono es de redacción del colegio.
Perdón, pero todo lo que me ha inspirado el texto es: "¿Qué le dice un cojón a otro?" "Si no permanecemos juntos, colgaremos por separado".
Bueno, vale, luego me lo leo con más calma.
Mira qué casualidad, Alvy, en el foro de hoy de newasarama sobre el texto de Miller, un participante se refiere también a MARTHA WASHINGTON:
MillerLite
"I still don't really know where Miller stands. Is he a big right winger, damning all who don't fall in line with President Bush, or is it really just about the flag and a sense of unity for the country? I wonder if he renounces his previous work, like Martha Washington, or if it still fits in to his logic in some way."
Otro se pregunta algo parecido a ti, Alvy:
"I dont understand it.
What's his point? Does he make one?"
La verdad es que el texto es tan vago, por un lado, y tan ramplón por otro, que no es opinión ni es nada.
Otro forero de newsarama, Thaddy-Boy, dice que él siempre ha visto a Miller como un libertario, alguien a favor de las libertades civiles (Yo también, por cierto; sólo basta ver en los follones que se ha metido para luchar contra la censura y a favor de la libertad de expresión, en el cómic y en otros campos, algo propio, como todos sabemos, de un "facho" de toda la vida).
"Tenemos que permanecer unidos para luchar contra los terroristas", dice más abajo el forero MillerLite. "¿Pero cómo? "
[Eso mismo me preguntaba yo este mediodía cuando traducía el texto. Sigue diciendo el mismo participante:] "¿Tenemos que seguir manteniendo a esta administración inepta que va de disparate en disparate? ¿sin un sitio para disentir? Sólo porque no queramos luchar del modo que Bush quiere (...), no quiere decir que no queramos luchar contra nuestro enemigo. La mayoría de la gente de izquierda también siente la necesidad de luchar contra los terroristas, pero no creen que cabrear al resto el mundo esté ayudando.
Creo que estoy un poco decepcionado con el ensayo, más que nada. Esperaba más de Miller".
Gracias por el enlace.
Sí, es que de hecho Miller mire por donde se mire ha sido siempre un sátiro hábil y bastante libertario para que me salte con este discurso "de personaje de Spillane". Y no del escéptico Spillane. (aunque Spillane si que tenía ideología le amparó desde luego un gran sentido del cinismo)
La seguridad del blanco y negro. De creer que hay soluciones simples a temas complejos.
Miller empezó con muchos grises y ha caido en el blanco y negro.
A mi no me extrañó en demasía la intención de Miller de hacer un comic Batman vs Landen. En su trayectoria ha habido , a mi juicio, una simplificación del mundo cada vez más burda.
Comparad sino como ha pasado del Kingpin de su primer Daredevil (un personaje, ambiguo, inteligente, lleno de grises) al de born again (casi igual de inteligente, pero representando una maldad mucho más absoluta, más cercana al sadismo), para terminar con el Luthor de Dk2 (sádico, casi irracional,grotesco e histérico, carente de cualquier atisbo de bondad o sentimientos). Lo de Luthor vale para cualquier villano de Sin City o al Teniente de origen italiano de Give Me Liberty.
Involución ideológica crónica.
bueno, yo en esto no estoy muy de acuerdo. El maniqueísmo de esos tebeos me parece premeditado como presupuesto artístico, especialmente en Sin City (nadie pasa tan bruscamente de los matices de tebeos como los que escribió Miller a finales de los ochenta y 1990 a la brutalidad sin matiz de Sin City -y el primero se empezó a publicar en 1991- sin hacerlo deliberadamente) o en el contexto desmadrado y demencial de DK2, donde ese Luthor-monstruo funciona.
Otra cosa es que, tal como el otro día alguien apuntaba aquí con mucha gracia, Miller esté ahora empezando a creerse sus personajes a lo Johnny Weissmuller....
Se me ocurren algunas cosas más. Primero, no caigamos en la trampa de interpretar "retroactivamente" las cosas. Esto que dice Miller lo dice ahora, pero yo no le veo mucho sentido intentar interpretar su obra de hace 10, 15 o 20 años a la luz de lo que diga o deje de decir ahora. Nadie -bueno, casi nadie- piensa igual que hace 10 o 15 años, porque la gente cambia, y también cambia de ideas. A veces tiende a la complejidad, otras, como parece ahora el caso, hacia lo burdo y simplón.
Y ya entrando en lo que dices, Thalcave, creo que el Kingpin de los ochenta de Miller tampoco tenía nada de ambiguo ni de grises. Era el mal personificado, malísimo, cruel y sin escrúpulos. Un poco como el Teniente Moretti de GIVE ME LIBERTY, salvando las distancias. Pero es que Miller en el tema malos ha solido aplicar la máxima de que cuánto más grande el villano a vencer, mejor el héroe. La diferencia entre esos villanos de los ochenta (Kinpgin, etc.) y los villanos de los noventa (Sin city, etc.) no es cuestión de esencia, que es la misma, todos son malísimos, sino de tratamiento. Hasta los noventa, aprox., Miller escribía personajes a los que dotaba de una psicología realista, de ahí lo del "matiz" en Kingpin al que te refieres, etc. Son las "texturas naturalistas" de Born again o Año Uno, como las llamaba el propio Miller.
A partir de los noventa va abandonando ese naturalismo y cada vez escribe cosas más irreales, y yo esto lo veo premeditadísimo. ¿Por qué? Porque ya no le interesa representar el mundo real, sino representar conflictos morales de la forma más abstracta posible, y también pruebas del héroe y choques entre fuerzas contrarias (Bien vs. Mal) de un modo igualmente abstracto.
Hay una cosa que no se comenta lo suficiente, creo, y es que la principal influencia de Miller no es Spillane, ni es Ditko, ni siquiera es Eisner. Su principal influencia como contador de historias es, con mucha diferencia, los poemas épicos de la mitología griega, y también el mito judeocristiano más influyente de los dos últimos milenios (Jesucristo, concretamente). Yo lo de la mitoogía siempre lo he visto, no porque sea muy listo sino porque salta a la vista leyendo sus tebeos, ya desde su primer Daredevil, pero mira lo que leía hace poco en la entrevista a Miller de suicide girls:
"Si dices "voy a hacer una historia de Daredevil", te leerías todo lo que se ha hecho sobre el personaje hasta ahora?"
"No. ¿Me tengo que leer los últimos 500 números de Superman para escribir una historia de Superman? Creo que no. Todo lo que necesito es LA ILÍADA y las historias de Hércules. No me hace falta leer todos esos viejos tebeos."
Y como sé que alguno de los presentes pensará que "ya está éste haciéndose pajas mentales para analizar a Miller", les contestaré que es lo mínimo que se merece como autor, él o cualquier otro. Personalmente, me parece una falta de respeto al trabajo de cualquier artista entrar a criticarlo sin intentar realmente -al menos intentar- entender cuáles han sido sus planteamientos e intenciones. Y para eso no sólo está la obra en sí misma, están también las declaraciones del autor, las influencias claras en su obra, la comparación entre diversas épocas artísticas, las circunstancias actuales, etc. Vamos, nada nuevo en otros campos, porque eso es lo que se hace en la crítica de arte, al menos en la seria.
"Y como sé que alguno de los presentes pensará que "ya está éste haciéndose pajas mentales para analizar a Miller", les contestaré que es lo mínimo que se merece como autor, él o cualquier otro."
Por supuesto. Otra cosa es que lo haga tan bien como otros (y no es ironía, lo juro). Mi sistema es estudiar la obra básicamente, aunque también me he leido el Miller-Eisner como casi todos los foreros de esta página.
Pero si veo una gran diferencia entre el Kingpin de la primera etapa de Miller en Daredevil y el Kingpin de Born Again. El primero vuelve a Nueva York de su retiro autoimpuesto por el secuestro de su esposa, y toma el poder solo por vengarse de los que han provocado su muerte. No usa la violencia si no es necesario, no se recrea en la muerte y entiende el crimen como un negocio.
El de Born Again odia a Daredevil porque es la mejor persona que ha conocido (según sus propias palabras). Al saber su identidad no plantea asesinarlo, sino destruirlo (destruir su bondad) contratando incluso a un tipo para que siga al héroe y pueda contarle "con detalle" la caida del personaje.
Otro ejemplo sería el malo de Ronin. El ordenador es el verdadero antagonista (el demonio que era el mal encarnado y el que parecía ser la nemesis del personaje desde el principio, resulta ser un engaño. Un personaje de un serial televisivo). Y el ordenador no es un malo estilo Sin City. Como mucho es un malo estilo Asimov.
Pero es que ni siquiera los buenos han sido siempre así de buenos como Miller los pinta ahora. Mat manipulaba a Heather, Foggy era inseguro y vanidoso, y el personaje del estilo Ben Urich (el héroe de clase media), simplemente desaparece. Supongo que desapareció con el comisario Gordon de Batman Año Uno.
A mi mientras que la historia esté bien contada me da igual el uso o no de personajes arquetípicos. Y no considero peor una historia de Sin City o La Saga de Surtur del Simonson por usar arquetipos de personas, que otras como La doom Patrol del Morrison, por decir algo. Pero sí me parece que Miller, como le pasa a mucha gente al envejecer, se está volviendo más reaccionario, más maniqueo en su pensamiento social (aunque está ganando en cinismo, ironía y capacidad caricaturesca que no está mal a nivel creativo.
"Por supuesto. Otra cosa es que lo haga tan bien como otros (y no es ironía, lo juro). Mi sistema es estudiar la obra básicamente, aunque también me he leido el Miller-Eisner como casi todos los foreros de esta página."
Que conste que no lo decía por ti, ¿eh? ;-)
Tampoco me refería a los comentarios de un blog, que siempre son más chorras e informales. Me refería a la crítica, escrita como tal.
"más maniqueo en su pensamiento social"
Esto parece indiscutible a tenor de sus últimas declaraciones.
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