sábado, marzo 17, 2007

DE LA IDEOLOGÍA DE LOS ARTISTAS.

Después de las humillaciones que tuvo que aguantar durante años pese a ser el artista gringo que más ha hecho por los derechos de los autores de tebeos -la “tolerante” comunidad de dibujantes progres le ha acusado toda la vida de fascistoide, intentando ridiculizar y minimizar constantemente el alcance de sus obras y sus influencias-, me alegro de ese éxito masivo –adjudicador de fama, dinero y poder- que sólo el cine trae consigo.

(...) Ahora mismo nos toca soportar también una nueva oleada de pataletas escritas por muchos blogueros de las provincias occidentalizadas, es decir españoles, debido a las simpatías cada vez menos disimuladas que Millercito muestra por Bush: lógico, ¿qué esperaban del mayor genio del cómic épico? ¿Que sea verde, pacifista y jipi?

(...) (Escrito esto, también se ha de reivindicar el derecho que tenemos a gozar en paz la obra de Frank Miller aunque no coincidamos en nada con sus opiniones públicas y Bush nos parezca un asesino de masas que aplasta indiscriminadamente los derechos humanos: cosa bastante probable en cualquier presidente de una primera potencia mundial… incluso de la última. (...)

(...) Lo que quiero decir es algo tan simplón, pero olvidado en la práctica de nuestras mezquindades, como que un artista debiera ser juzgado por su arte y no por su ideología personal, que además suele cambiar con el tiempo, como la del pueblo.
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Hernán Migoya retorna a su blog con un largo e incendiario post.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya rollo patatero. No he podido acabar de leerlo. Pensaba que era incendiario de verdad.
Respecto a la ideología de Miller, por mí puede pensar y creer lo que le de la gana, faltaría más. No veo que Miller venga a mi casa a criticarme y a decirme como tengo que pensar. A mi no me choca que le haga gracia Bush, por favor, lo que me choca es que alguien que ha demostrado sobradamente ser una persona muy inteligente (y su obra habla por él) se desmarque ultimamente con un discurso tan simplón. Que no es ese (supuesto) giro ideológico lo que no me cuadra, sino el discursito tonto e infantil, la manera de exponer sus ideas.

Anónimo dijo...

Ideología y obra, en muchos casos, van de la mano. Lo siento, no cuela.

Pepo Pérez dijo...

¿Por? ¿tú tienes que leer o ver obras con las que estés siempre de acuerdo o que te digan lo que quieres oír de antemano? Es curioso porque a mí, cuanto más me choquen o irriten, más papeletas tienen para que me interesen.

¿tampoco te gusta TROPAS DEL ESPACIO, la novela? di la verdad, John.

Anónimo dijo...

"¿tú tienes que leer o ver obras con las que estés siempre de acuerdo o que te diga lo que quieres oír?"

Por supuesto que no. Es sólo que, como se ha dicho muchas veces, el artista suele dejar algo de si mismo en toda obra suya. Un fragmento de su propia vida, un homenaje a su autor favorito, su ideología...

No leo mucha ciencia ficción, y Heinlein no es de los que más me interese, precisamente. No por su ideología, sino porque su obra ha envejecido mal y porque su estilo me parece bastante tosco.

santibilbo dijo...

No creo yo que el estilo de Heinlein haya envejecido.Es un buen narrador clásico, que sabe entrelazar planteamientos morales en unas tramas muy entretenidas, al tiempo que inserta a sus personajes en un mundo in media res,donde el lector se tiene que buscar la vida y no que se lo expliquen todo. A veces es muy burdo en sus maniqueísmos,otras pone el dedo en la llaga( a veces en la misma novela)
Personalmente Tropas me parece una novela malísima(solo me interesó una disquisición militar sobre la teoría valor trabajo de marx)un panfletillo que no se salva ni con la ironía de Verhoven.
Mucho hemos hablado aquí de la ideología en el arte y si no es en sentido amplio(todo lo que un creador piensa,siente e imagina) es un concepto superficial,pimienta, sal, un primer paso hasta que llegamos a la chicha.Y esa, tiene grosores,cpas y texturas, no pan rebozado