jueves, septiembre 29, 2005

SONS OF PIONEERS

Breve inciso, antes de seguir con Chris Ware, para discutir algo que ha dicho PapáCairo en el cuadradito anterior.

"No dudo de la genialidad de un genio más :-) pero no alcanzo a disfrutar de Ware como disfruto de otros autores más clásicos a la hora de plantear una historia. Con lo de clásico me refiero a lo del triunvirato ya vejete de planteamiento-nudo-desenlace. Cuando leo un libro o un tebeo, cuando veo una peli, necesito que me cuenten una historia como si estuviese sentado alrededor de una hoguera y necesito sorprenderme con ese sentido de la maravilla que provoca una historia bien contada. Ware tiene herramientas de sobra, lo estáis apuntando certeramente y yo sigo con verdadero interés todo lo que decís. Es un autor con los deberes hechos y con un talento para el dibujo fuera de toda duda. Sus tebeos son muy bonitos, gusta tenerlos en las manos y hojearlos, pasar las páginas y dejarse llevar por el dibujo pero, ay, nada más. No entro, no me atrae su personaje, no me interesa lo que le pase y en consecuencia deja de interesarme el tebeo. ¿¿La forma sobre el fondo?? ¿¿¿Habré errado???"

Salva War añade: "En algunos sitios he leído comparaciones del Jimmy Corrigan de Ware con el ULISES de Joyce. A mí me parece que esas opiniones tienen mucho de verdad. Para lo bueno y para lo malo, ¿eh?"

Lo que yo veo con Chris Ware, sinceramente, es que tiene el barroquismo narrativo que tuvieron otros genios rupturistas. Hay un exceso habitual en las formas que utiliza Ware, es cierto, y eso creo que a veces distancia al lector de la historia en sí misma, del fondo.


Pero es que esto también le pasaba a Orson Welles, por ejemplo, por saltar a otro medio. Welles fue un tipo que revolucionó el lenguaje cinematográfico de su época y que, curiosamente, también solía ser bastante barroco, al menos en determinadas películas. CIUDADANO KANE (1941) o SED DE MAL (1958) no son películas que se caractericen precisamente por la sobriedad de sus formas narrativas. Y creo que ese barroquismo formal también produce un efecto distanciador respecto a la historia en sí misma.

Volviendo al cómic, con LITTLE NEMO de Winsor McCay sucede a menudo algo parecido, es barroco. Con THE SPIRIT de Will Eisner sucede otro tanto: tiende al barroquismo formal, y en determinadas historietas el número de recursos narrativos que despliega Eisner es tan apabullante que consigue desplazar la historia en sí -el fondo- a un segundo plano, por debajo de la forma. Mirando hacia el manga japonés, a Osamu Tezuka le pasa tres cuartos de lo mismo en determinados momentos de su obra.

Sin embargo, este exceso en el lenguaje de genios rupturistas como ellos es lo que hace de sus obras auténticos manuales, "biblias" que inventaban y compilaban nuevas herramientas narrativas que podían ser usadas, y que de hecho fueron usadas, durante décadas después por autores más sobrios narrativamente hablando.

Tras el debate pertinente sobre el barroquismo formal de algunos pioneros, proseguiremos con el grafismo de Ware, si les parece.

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(imágenes: THE SPIRIT, por Will Eisner. Fotograma de CIUDADANO KANE, de Orson Welles).

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3 comentarios:

Pepo Pérez dijo...

Sí, sí, Toni, pero lo que también es cierto es que -y creo que PapáCairo iba por ahí- la obra de Ware suele estar llena de digresiones narrativas. Digresiones muy espectaculares formalmente pero que a veces, digo sólo a veces, ojo, no siempre, estorban a la historia y pueden dar la sensación de ser experimentos formales un tanto excesivos y que añaden poco al fondo aparte de sacarte de la historia.

Pero, vamos, que yo tampoco lo veo como un defecto forzosamente. Este tipo de genios barrocos tienen tantas ideas en la cabeza que les falta tiempo y espacio para plasmarlas. Ya digo, dan de sí tanto que su obra luego se convierte en una especie de manual de recursos para varias décadas después. Y no creo que JIMMY CORRIGAN, por ejemplo, sea una obra precisamente fallida.

El mismísimo Dan Clowes, que no es precisamente un novato, ya está probando a su manera algunos recursos que ha cogido de Ware. Lo cual me parece de puta madre, claro. Que para eso se inventan herramientas narrativas, para que las usen los demás. Cuántos han usado luego recursos que inventaron McCay, Eisner, Tezuka, Kirby, etc.

Estoy al quite con tu post sobre Durán, gracias por el aviso.

Anónimo dijo...

Pero entonces estamos hablando de un libro de texto y no de un tebeo.De un manual del que se pueden exportar determinadas soluciones. Estamos hablando casi como autores, no como lectores. Si yo dibujase cogería el Jimmy Corrigan y me lo empaparía pero no es el caso.Como lector puedo disfrutar con determinados planteamientos narrativos...pero sólo un rato

Anónimo dijo...

A ver...
no estoy de acuerdo con el que el barroquismo formal distancia de lo narrado.
Jamás en Spirit, desde luego. Casi diría que al revés, que en Eisner las virguerías me parecen sencillas, consustanciales, naturales. Y no, son muy muy pensadas.
Pero es que claro, hablar de Eisner, o de Velazquez, Ford, Mozart u otras bestias absolutas en el dominio de su arte no es hablar de cualquiera.
Que hay pocos así.