viernes, septiembre 02, 2005


CLÁSICOS Y POSMODERNOS

Se acaba de hablar, en el debate iniciado por Toni Guiral, sobre la necesidad de abordar la crítica -y el análisis- del cómic desde una perspectiva multidisciplinar, como apuntaba Toni en su texto y apuntalaba PapáCairo en el cuadradito de comentarios.

Y es que, resulta, hace una semana tuve una charla con un conocido ilustrador barcelonés, que por cierto sabe bastante más que yo de arte porque lo ha estudiado académicamente (él tiene estudios artísticos, al contrario que yo, que soy autodidacta y llego hasta donde llego). La charla empezó por Duchamp, siguió por Warhol, Lichtenstein y los artistas que vinieron detrás, y terminó derivando hacia qué historietistas pueden ser los equivalentes a estos últimos.

El asunto no es baladí, precisamente. Porque a veces, en las discusiones e incluso en la crítica sobre cómic, se comparan autores y obras que no son equivalentes. Obras cuyas intenciones y planteamientos artísicos son muy distintos cuando no antagónicos.

Pongamos ejemplos para concretar de qué estoy hablando: no creo que TINTÍN, de Hergé, por ejemplo, sea una obra equivalente a FREDDY LOMBARD, de Chaland, aun viniendo éste de aquél. No lo es por una sencilla razón: la perspectiva con la que Hergé abordó la obra de su vida es una perspectiva que podemos denominar “clásica”, en el sentido de que estaba haciendo género de aventuras "en serio", respetando sus convenciones aunque, por supuesto, depurándolas y aplicándolas a un lenguaje gráfico y narrativo que resultó muy innovador y sofisticado para su época. Pero su principal intención era esa: contar aventuras con arreglo a unos parámetros muy determinados de dicho género.

En cambio, la perspectiva de Chaland es muy distinta en FREDDY LOMBARD. Su intención no es, en la mayoría de los álbumes de dicha serie, hacer género de aventuras clásico ni respetar las convenciones del mismo. Sus intenciones van más por deconstruirlo, por usar algunas de esas convenciones a su antojo o incluso por abordarlo desde una perspectiva metalingüística: hay menos pasajes de aventuras propiamente dichas en esa serie de Chaland que pasajes de historieta hablando sobre historieta. De historieta hablando sobre sí misma.

Ya saben de qué hablo: sí, de los historietistas posmodernos. Autores que, asumiendo una tradición en su medio, se sitúan en una posición de autoconsciencia narrativa –más o menos irónica, más o menos paródica, eso depende de cada autor- para coger materiales procedentes esa tradición, descontextualizarlos y resituarlos en un contexto distinto al que tenían originalmente con el objetivo de expresar cosas diferentes a las que expresaban dichos elementos en su contexto original. La mezcla de géneros -tomar prestadas convenciones de géneros distintos y barajarlos de manera entreverada- es opcional, y algunos de los autores posmodernos también la practican. Es lo que hicieron en cine ciertos autores de la nouvelle vague francesa como Godard o, en algunos de sus films, Truffaut. Hergé, muy atento a lo que sucedía en el mundo real, hizo también sus pinitos posmodernos en los últimos álbumes de TINTÍN.

Así, es cierto que en FREDDY LOMBARD hay muchos elementos de TINTÍN y de otros tebeos de aventuras. Sin embargo, esos elementos no expresan lo mismo ni se usan con la misma intención. Tampoco hay la misma sensibilidad, y es lógico porque ha pasado el tiempo y el contexto social ya no es el mismo. Hay un uso de convenciones y tópicos del género de aventuras, sí, pero no para contar una historia de aventuras como las de TINTÍN, sino al servicio de otras finalidades expresivas.

Pero los años ochenta, tan dados al posmodernismo, dieron mucho de sí en este sentido, y no sólo en Francia con Chaland y la subescuela que de él derivó. También en España. Gallardo, por ejemplo, es un historietista que dedicó gran parte de su obra a cultivar las mismas intenciones posmodernas: cruce de géneros, metalenguaje, intertextualidad y uso descontextualizado -bastante gamberro- de elementos de la cultura pop, normalmente con intenciones paródicas y humorísticas. PEPITO MAGEFESA (pastiche pop loquísimo), PERRO NICK (otro pastiche sobre el género negro y policíaco que, supongo, a nadie se le ocurrirá comparar con RIP KIRBY, por ejemplo) o ROBERTO ESPAÑA Y MANOLÍN (parodia del ROBERTO ÁLCAZAR Y PEDRÍN de Vañó situada en el presente) son casos bastante significativos de lo que hablo. Max también jugó con el posmodernismo en PETER PANK para fabricar un pastiche muy desmadrado donde el término descontextualización artística cobraba una dimensión muy clara: el Peter Pan de Disney traspasado al universo de las tribus urbanas y del punk de la época. Daniel Torres, en gran parte de su ROCO VARGAS, también jugó a la revisión posmoderna de género, la ciencia-ficción en su caso, con evidentes referencias a tebeos clásicos de dicho género. Manel Fontdevila, por su parte, ha visitado a menudo el terreno del humor posmoderno y "referencial": sólo tienen que ver sus historietas recientemente recopiladas en ROSENDA Y OTROS MOMENTOS POP.

El caso de Miller es paradigmático como autor posmoderno. Ya recurrió a la mezcla de géneros, el de superhéroes con el negro clásico (caso de BORN AGAIN o BATMAN: AÑO UNO, entre otros), pero no fue hasta SIN CITY cuando decidió apostar de manera más radical por la descontextualización. Ya se ha hablado de ello, de cómo cogió prestados determinados clichés de un género, el hardboiled, los usó de la manera más exagerada -y a veces, ridícula- que pudo, y los llevó a otro sitio para expresar cosas distintas a lo que esos clichés expresaban originalmente. Es decir: Miller no está haciendo género clásico en SIN CITY, sino otra cosa que, ojo, tampoco es en líneas generales una parodia. Porque, cuando uno se pone posmoderno, no es obligatorio hacer parodia, y más si se quiere ser ambiguo: sin ironía, el autor se lo pone más difícil al lector, no sé si me explico. Así las cosas, es un error comparar SIN CITY con el género negro que escribieron Chandler, Hammet o incluso con el mismo Spillane, del que Miller saca abundantes materiales de contrucción para hacerse su propio chalet en un solar muy distinto. También es un error comparar a SIN CITY con, un poner, el citado RIP KIRBY de Alex Raymond, o incluso con el Tardi que hace polar con intenciones bastante clásicas (hoy mismo tienen un Léo Malet adaptado por Tardi en su kiosko, NIEBLA EN EL PUENTE DE TOLBIAC, junto al periódico EL PAÍS). Es un poco el mismo error que sería comparar en términos equivalentes a Velázquez con Warhol. Porque ni tienen la misma intención, ni usan el mismo lenguaje ni pertenecen a la misma sensiblidad.

Lo que está haciendo Miller, un poco como Warhol y sus descendientes, es sacar fuera de contexto determinados clichés de la cultura popular y “amplificarlos” por la vía de la acumulación y la exageración. En cierto modo, tal como ampliaba Warhol en sus serigrafías las fotos de accidentes de automóvil o las latas de sopa Campbell´s; como ampliaba y repetía Jasper Johns la bandera estadounidense en sus cuadros; como ampliaba Lichtenstein sus famosas viñetas de cómic que convertía en cuadros (y que por cierto no expresarían lo mismo si no las hubiese copiado de viñetas reales ya publicadas en cómics reales). Y, una vez “amplificados” esos materiales, Miller los lleva a un espacio mental distinto del que procedían originalmente. Los descontextualiza para expresar cosas diferentes por la vía del contraste entre el marco expresivo original del que provienen y el nuevo marco formal y temático que él les da. En otras palabras, lo que está haciendo es el equivalente narrativo en lenguaje cómic a los artistas del pop art y herederos.

Charles Burns es otro caso de historietista posmoderno que, a su modo, hace la misma operación que los artistas del pop art. También ha utilizado clichés de género o determinados estereotipos de la cultura popular y la serie B –a veces, también bastante ridículos- para expresar verdades humanas profundas y hablar de sus temas personales, los habituales en él: alienación, miedo al cambio (a la vida, por tanto), miedo al rechazo de los demás, miedo a no ser como los demás. Ya hablamos de esto en uno de los primeros posts. Chris Ware es otro historietista con intenciones posmodernas, o mejor dicho, las tiene en algunas de sus historias (por ejemplo, en las de sus personajes GOD, ROCKET SAM o en algunos momentos de JIMMY CORRIGAN). Pero de Ware, mejor, hablamos otro día, porque como empiece ahora no terminamos nunca. Queda pendiente.

Daniel Clowes es otro que tal baila. Su uso posmoderno de materiales populares clásicos -también con preferencia hacia lo barato, hacia la serie B- es muy evidente. Lo llevó hasta el paroxismo en algunas historias de su revista EIGHTBALL, normalmente con intenciones paródicas o satíricas. Pero ha sido en el último número de EIGHTBALL (#23, 2004, aún inédito en castellano), con la historia titulada THE DEATH-RAY, donde mejor ha logrado lo que llevaba años buscando. El género escogido ha sido el de los superhéroes, del cual ha tomado una serie de clichés, especialmente de la vertiente superhéroes adolescentes à la SPIDER-MAN. Sin embargo, Clowes subvierte esos cliclés y los lleva a otro terreno para abordar temáticamente determinados abismos de la condición humana, logrando hablar de ellos del modo más profundo, ambiguo y abierto a múltiples lecturas que haya conseguido hasta ahora este autor. Y, ojo, que en este caso la descontextualización del género tampoco tiene intenciones paródicas sino, más bien, bastante serias. El resultado, cercano por algunos momentos a algunos de los temas de –se van a sorprender- TAXI DRIVER (1976, Martín Scorsese), expresa ideas y sentimientos que, desde luego, son muy distintos a los que podemos encontrar en un tebeo clásico de superhéroes. Que, de hecho, poco o nada tiene que ver con los tebeos de superhéroes que conocemos hasta ahora. Un resultado que, dicho sea de paso, es a mi juicio una obra maestra y, probablemente, lo mejor que ha hecho este autor hasta el momento.

Pero a nadie se le ocurrirá comparar, me imagino, al superhéroe de Clowes con un SPIDER-MAN de Lee y Ditko, siendo éste también una cima del cómic. Porque las intenciones, planteamientos y sensibilidad artística son, en cada caso, completamente distintas.
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(imagen: portada de Eightball #23, por Daniel Clowes, 2004; Fantagraphics, aún inédita en castellano)
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CÓMICS CITADOS

TINTÍN (Hergé, 1929-1976; Juventud y Casterman)
FREDDY LOMBARD (dibujos y guión de Chaland, con coguionistas varios en algunos álbumes, 1981-1989; Les Humanoïdes Asocieés; Eurocómic)
PERRO NICK (Gallardo, 1991; Casset)
PEPITO MAGEFESA (Gallardo, 1984)
ROBERTO ESPAÑA Y MANOLÍN (guión de Ignacio Vidal-Folch, dibujos de Gallardo, 1995)
- Las dos últimas obras citadas de Gallardo aparecen en el tomo HÉROES MODERNOS (1998, Glénat)
ROBERTO ALCÁZAR Y PEDRÍN (Eduardo Vañó y otros autores, 1940-1976; Editorial Valenciana)
PETER PANK (Max, 1985-1990; La Cúpula)
ROCO VARGAS (Daniel Torres, desde 1983; Norma)
ROSENDA Y OTROS MOMENTOS POP (Manel Fontdevila, 2005; Glénat)
SIN CITY (Frank Miller, desde 1992; Norma)
BORN AGAIN (guión de Frank Miller, dibujos de David Mazzucchelli, 1986, forum)
BATMAN: AÑO UNO (guión de Frank Miller, dibujos de David Mazzucchelli, 1987, Norma y Planeta DeAgostini)
RIP KIRBY (guiones de Ward Green, Fred Dickenson y Alex Raymond, dibujos de Alex Raymond, 1946-1956; Planeta DeAgostini)
NIEBLA EN EL PUENTE DE TOLBIAC (Guión y dibujos de Tardi, adaptando novela homónima de Léo Malet, 1981; Norma)
GOD / ROCKET SAM / JIMMY CORRIGAN (Guión y dibujos de Chris Ware, aparecen en su revista ACME NOVELTY LIBRARY, desde 1993; Fantagraphics. En castellano, JIMMY CORRIGAN está publicado por Planeta DeAgostini, y algunas historietas cortas de ACME NOVELTY LIBRARY han aparecido en la revista NOSOTROS SOMOS LOS MUERTOS, Inrevés Edicions).
EIGHTBALL (Daniel Clowes, desde 1989; La Cúpula)
SPIDER-MAN (varios autores, creado por Stan Lee y Steve Ditko, desde 1962; Vértice, Bruguera, forum y Panini)
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12 comentarios:

Anónimo dijo...

Y esto del postmodernismo...¿no comienza a agotarse ya?

Lo digo porque uno empieza a estar harto de tanto humor referencial, en productos como Shreck y demás, y tanta obra llena de guiños y homenajes que poco más le aportan al receptor.

Lo mismo va siendo hora ya de dejar a un lado las revisitaciones del pasado, ya sean en clave irónica y jocosa, ya sean en clave nostálgica y sentimental, y empezar a contar historias, que es de lo que se trata.

Que lo mismo mi problema no es con el postmodernismo, sino con el postmodernismo mal entendido, no lo sé, pero el asunto es que ya carga un poco la cosa. La impresión de que no existen ya ideas y materiales nuevos y originales resulta terriblemente desoladora.

Un saludo.

Pepo Pérez dijo...

Bueno, acabas de abrir la caja de Pandora del arte posmoderno. Es decir: si ya están hechas una serie de cosas en arte, muchas incluso, ¿hay vida más allá? ¿se pueden hacer cosas totalmente nuevas, o sólo meras revisitaciones o extrapolaciones descontextualizadas, más o menos ingeniosas, de lo que ya está hecho?

Para mí la clave está en si el producto posmoderno logra verdaderamente ser algo completamente distinto al material que revisa o no. Si logra ser nuevo y distinto, para mí el material posmoderno no sólo es válido sino también apasionante. Porque, un ejemplo, el efecto de leer una cosa como el superhéroe de Clowes es exactamente eso: apasionante.

Lo es porque tienes la sensación de estar ante algo vagamente familiar, pero, a la vez, completamente nuevo y extraño y fascinante. Como si de repente hubieses accedido al universo paralelo Tierra-2 y pudieras ver cómo se desarrollaron allí los tebeos de superhéroes. El de Clowes es un tebeo de superhéroes, sí, pero a la vez... no lo es en absoluto. Al menos tal y como lo conocemos aquí, en "Tierra-1". De nuevo, el contraste entre el marco de referencia, el de los materiales antiguos, y el tratamiento y temas modernos cumple una función vital.

Por cierto, yo también digo NO a la nostalgia. Ccreo que es contraria a la innovación, a la verdadera creación... y también a la vida, por cierto.

Sobre la cuestión de los guiños, cuidado. A mí particularmente no me interesan las obras hechas meramente de guiños que, como tú dices, poco aportan al lector. Si se usan materiales referenciales, creo, hay que procurar usarlos de un modo nuevo y distinto, no limitarse a usarlos sólo por "guiñar" a tus compañeros de viaje generacional que van a poder pillar el guiño a aquel tebeo, serie de televisión o peliculita porque la vistéis todos juntos de chavales. Eso aporta poco aparte de nostalgia sentimentaloide, como tú dices. La cuestión es superar eso, y entrar a usar los elementos referenciales no como guiño sino como mero marco para contar historias nuevas, como tú dices. Yo creo que la mayoría de autores citados en el post lo logran.

Encantado de tenerte por aquí, Alfred. Sin antítesis no hay dialéctica ni síntesis.

Anónimo dijo...

Hola a todos, soy Salva War.
Tenéis mucha razón en todo lo que decís los dos, tanto Alfred cuando dice: “uno empieza a estar harto de tanto humor referencial, en productos como Shreck y demás, y tanta obra llena de guiños y homenajes que poco más le aportan al receptor. Lo mismo va siendo hora ya de dejar a un lado las revisitaciones del pasado, ya sean en clave irónica y jocosa, ya sean en clave nostálgica y sentimental, y empezar a contar historias, que es de lo que se trata.”, como JCP cuando dice: “Si se usan materiales referenciales, creo, hay que procurar usarlos de un modo nuevo y distinto, no limitarse a usarlos sólo por "guiñar" a tus compañeros de viaje generacional que van a poder pillar el guiño a aquel tebeo, serie de televisión o peliculita porque la vistéis todos juntos de chavales. La cuestión es superar eso, y entrar a usar los elementos referenciales no como guiño sino como mero marco para contar historias nuevas”
Pero a mí, en mi humilde opinión, me gustaría ir más allá de estos apuntes y señalar que actualmente existe una moda (que ya empieza a ser un tanto vomitiva) de revisitar viejas ideas que ya funcionaron con anterioridad, y que se aprovechan de la incultura (sí, porque para mi, y me imagino que para vosotros también, los cómics son cultura) del gran público.
Ejemplos:
- “Los Increíbles”. Muchos amigos míos fueron a verla y les encantó la penícula, cuando yo me aburrí soberanamente porque todo lo que en ella se contaba ya lo había visto o leído de otra forma en mis viejos tebeos. Pero claro, ahora es postmoderno que te guste una película de superhéroes, que tiene incluso mensajes explícitos de fascismo americanoide. El “Mondo Sonoro” la recomienda entre lo mejor del 2004 (sic)
- “Sin City”. A mi colega que vino conmigo a verla, y que no lee cómics, le encantó... A mí, simplemente me pareció que estaba viendo el cómic en diapositivas. Me llegó incluso a cansar un poco. Conclusión: él no conocía la historia y yo sí.
- El último Batman, el de Christopher Nolan, a mí me pareció un pastiche de trozos de cómics (el Año 1 de Miller, la etapa de Neal Adams, etc...), y además con la maldita nueva moda de intentar hacerlo todo jodidamente creíble y que todo encaje en la historia. No pueden quedar cabos sueltos. Pero hombre, si la vida misma es un misterio... ¿Por qué tenemos que explicarlo todo? ¿Acaso no son mejores las historias que nos dejan un poco a la imaginación? Bueno, pues encima para los CRITICOS (os remito a un antiguo comentario mío donde explicaba lo de ponerlo en mayúsculas) la “peliculita” (a mí se me hizo eterna, me sobra toda la persecución de los coches) es la mejor historia de Batman rodada hasta la fecha (sic, de nuevo).
No voy a seguir porque este blog es sobre cómics, y ya estamos otra vez liándola con el cine, pero es que me caliento y...
Abur, hasta la proxima.

Anónimo dijo...

Entonces, User Anónimo:

La película de de Batman de Nolan te parece mala por que explica el misterio de los "chiches" de Batman, los chiches que utiliza para parecer más misterioso ante los ojos de los criminales policías y compañia?

Respecto a los pastiches y cómics que abusan de las referencias y los guiños... pues no es que me vayan mucho pero Leí los de Planetary y la liga de los caballeros extra me gustaron y comprendo algunos de sus errores y en ocasiones su pesadez o lentitud del primero(Planetary).

Saludos ->G

Pepo Pérez dijo...

A mí hay una cosa de LOS INCREÍBLES que me parece increíble, valga la redundancia... Sin entrar en si me gustó o no la película, cosa que tiene menos interés (me gustó con pegas), es la cuestión siguiente: ¿cómo es posible que la todopoderosa MARVEL haya permitido semejante saqueo de su material, especialmente de la familia Marvel por excelencia, los 4 FANTÁSTICOS?

Joder, es que cantaba una barbaridad. La chica invisible es la hija de Los Increíbles, la madre, Elastigirl, es "Mr. Fantástica", el padre de la familia es una mezcla entre La Cosa y la figura básica DC de Superman, aunque no vuele... pero si hasta el bebé tiene poderes, como sucedía en los 4F. Y el negrata "cachondo" era el Hombre de Hielo con la tabla de Silver Surfer.
Y luego leí por ahí que la peli se había inspirado en la serie POWERS... !Pero hombre! Es Marvel 100%, y es los 4F un 150%.

Con BATMAN BEGINS, por mí puedes meterte lo que te dé la gana. Vaya guión, vaya dirección.

LA LIGA DE LOS CABALLEROS EXTRAORDINARIOS, para mi gusto, cae demasiado en el pastiche sin vida propia. Retales de uno y otro sitio cosidos de manera que se ven las costuras por todos los sitios. Todo muy frío, además. No es precisamente un modelo, creo yo, para lo que debe ser una revisitación posmoderna de género. En el primer volumen no había argumento (algo que es marca de la casa Moore en algunas de sus obras, véase WATCHMEN), casi toda la obra se le va en presentar a los personajes y luego, venga, "vamos pallá a acabar con el malo". Y el segundo volumen, más flojo aún, con esa recreación de H.G. Wells en la que yo no pillé el chiste.

PLANETARY es mucho más interesante porque, a mi parecer, sí consiguió algo nuevo y propio aunque se base en materiales antiguos. Lo que pasa es que a la larga la serie cansa un poco, es verdad. El ritmo está demasiado estirado.

Anónimo dijo...

Hombre, la equivalencia con "Los 4 Fantásticos" en "Los Increíbles" resulta obvia, no ya solo por los poderes de cada cual, sino también por el espíritu familiar de la película (en el sentido de estar protagonizada por una familia de superhéroes, digo). Tampoco creo que los propios creadores pretendieran ocultarlo, ni mucho menos (más bien lo entienden como un homenaje a "Los 4 Fantásticos" en particular y al género superheroíco en general, supongo), y ahí queda ese chiste final con la aparición del Hombre Topo, clásico archienemigo del famoso cuarteto marvelita.

Por lo demás, bien es cierto que la película recopila un buen número de ideas ya vistas dentro del género, en su medio de orígen, pero con eso y con todo, creo, no se puede negar lo afortunado de la seleccón (que incluye, entre otros, hallazgos de "Watchmen", de "Dark Knight Returns", de "Kingdom Come", etc...), ni lo inteligente de su ensamblaje. Una de las mejores películas de superhéroes, si no la mejor, que se ha realizado hasta el momento.

De "Batman Begins" tampoco me convenció demasiado el enfoque, tan realista y racional (y tan insulso, por lo tanto, en su resultado), y que tanto empobrece al personaje (de hombre del Renacimiento a simple matón disfrazado), pero al tratamiento, por lo que respecta al cine, al menos, cabe reconocerle la novedad.

De "La Liga de los Hombres Extraordinarios", en ambas partes, más que el argumento (bastante simplón, en la primera parte, y una adaptación literal de "La Guerra de los Mundos", en la segunda), lo verdaderamente interesante es el acercamiento a los personajes; ver como Moore los retoma allá donde sus creadores los abandonaron y los lleva un paso más allá, interpretándolos a su manera y jugando con lo que conocemos, o creemos conocer, de ellos. Eso, claro, y el consabido juego referencial (que alcanza el paroxismo en los apéndices del segundo volumen) o los pequeños detalles que dan cuenta de la inmensa calidad del barbudo incluso cuando trabaja, como aquí ocurre, con el piloto automático puesto (impresionante el planteamiento de la escalofriante escena en la que sus compañeros descubren, horrorizados, la atroz carnicería que Mr Hyde ha llevado a cabo con el hombre invisible).

Y "Planetary" me encanta, sí, pero sin el completo repaso a la cultura popular del siglo XX, y los guiños, y los homenajes, habría que ver en qué se quedaba.

Un saludo.

Pepo Pérez dijo...

Pues sí, a ver en qué se quedaba.

Dejando aparte tambie´n el tema Moore -que, en efecto, cuando quiere y quita el piloto automático puede como el mejor:el problema es que está ya en otra cosa, y los tebeos son sólo su sustento-, a mí me gustaría aprovechar vuestros comentarios para aclarar una cosa:

A PLANETARY o LA LIGA DE MOORE no los veo yo como productos iguales a los que comentaba en el post. Porque tanto en PLANETARY como en LA LIGA se está haciendo género "en serio", no otra cosa. No hay un intento de llevarlo a otro terreno personal, sino la intención de practicar género. Género, por supuesto, revisado desde la perspectiva cínica -posmoderna, si se quiere- que nos dan los años, y usando materiales ya existentes, pero sigue siendo género al fin y al cabo.

En cambio, la mayoría de las obras que yo he citado en el post no pueden ser considerada verdaderamente "de género". Usan elementos de los géneros, pero se los llevan a, como digo, otro espacio mental. Persiguen unas intenciones que poco o nada tienen que ver con la de practicar el género, aun habiéndose apropiado de determinados elementos del mismo.

No sé si me explico.

Y hacer un pastiche como BATMAN BEGINS tampoco tiene nada que ver. Ahí simplemente se copian ideas de diferentes sitios, de diferentes Batmans, pero no pretende hacerse otra cosa que no sea BATMAN, todo un género en sí mismo abierto a múltiples interpretaciones, tantas como se han hecho del personaje a lo largo de la historia.

En el truño-film de Nolan se intenta dar una visión personal del personaje, pero al final, con esa supuesta racionalidad "adulta" que tú apuntas, Alfred, lo único que consiguen es cargarse la premisa del personaje. Y con ella, al personaje mismo.

En LOS INCREÍBLES pasa un poco lo mismo, pero con mucha más gracia y mejores resultados. Se coge de aquí y allá pero la película sigue siendo género. Revisitado, inteligente y probablemente posmoderno, sí, pero es... género. Superhéroes.

(tienes razón cuando apuntas a otros elementos en INCREÍBLES: WATCHMEN y la prohibición de los héroes y su retiro obligado, el tonillo crepuscular del maduro fondón y amargado de DK, etc. ¿Qué ves tú de KINGDOM COME?)

Anónimo dijo...

Pues si le digo la verdad, con lo de "Kingdon Come", me estoy tirando un poco a la piscina, porque la obra en cuestión, me temo, no la he leído todavía. Eso sí, por lo que conozco sobre ella no creo estar diciendo ninguna tontería con lo siguiente:

Si no me equivoco, la idea básica de la obra de Ross y Waid consiste en que los tradicionales superhéroes del Universo DC, por cualquier razón, se retiran y desaparecen, justo hasta que comienzan a aparecer otros superhéroes, de nueva generación, cuyos métodos y motivaciones poco o nada tienen que ver con los de sus antecesores, mucho más puros y genuinamente heroícos, debiendo reaparecer estos últimos para poner las cosas en su sitio, quedando así reivindicados, de manera metafórica, los buenos superhéroes de la vieja escuela, su bondad y su rectitud, frente a los de la era Image, descendientes del Punisher y demás personajes de dientes apretados.

Un poco como ocurre al final de "Los Increíbles", con el regreso triunfal de los antiguos superhéroes en un momento de crisis ocasionado por uno nuevo, vaya (recordemos que en "Watchmen", pese a partir de una premisa similar, tal regreso no se producía, a diferencia de lo que sí ocurre, por lo visto, en "Kingdon Come").

En fin, si alguien ha leído la obra y considera que ando diciendo chorradas, que lo diga sin problemas, que tampoco me extrañaría un pelo.

Un saludo.

Pepo Pérez dijo...

Los superhéroes nuevos de KC sí, son más "puros" que los antiguos, los clásicos, pero lo son porque... son directamente fascistas, sin subterfugios, y sus métodos sólo pasan por la ultraviolencia y el ojo por ojo sin paliativos. Vienen a representar la era Image de los SH, vamos. Esto por lo que recuerdo de KC, cuya lectura me pilla ya muy lejana...

No te pierdes nada por no haberlo leído, Alfred. Es un verdadero tostonazo. Además de que la historia no es tal sino un mero desfile de cromitos, Waid -que no es precisamente un lumbreras sino un artesano correcto- tuvo que lidiar con las chorradas argumentales que se le ocurrían a Ross. Por ejemplo, inventar un personaje para calzar el careto del papá de Ross, al cual éste quería dibujar como homenaje.

Ya ves.

Anónimo dijo...

No, no, si lo de "más puros y genuinamente heroícos", en mi comentario, iba por los antiguos superhéroes (hace alusión a "sus antecesores", en el texto).

En cuanto al resto, pues sí, veo que no andaba yo muy desencaminado.

Y no, supongo que "Kingdom Come" no será especialmente brillante; de ahí que tampoco tenga prisa por leerlo, y menos al precio aquel al que lo sacaron los majaras de Norma.

Un saludo.

Pepo Pérez dijo...

"No, no, si lo de "más puros y genuinamente heroícos", en mi comentario, iba por los antiguos superhéroes (hace alusión a "sus antecesores", en el texto)."

OK, te he parafraseado mal, pero te había entendido bien, Alfred.

Anónimo dijo...

Hola. Muy bueno el blog. Voy a continuar por aqui, leyendo cada tanto sin participar mucho, por no tener demasiado que aportar, pero si gran gusto en leerlos.

Nada mas queria comentar que Grant Morrison aparentemente expreso tambien admiracion por el numero de Bola Ocho que vos tambien comentas, segun este blog.
http://www.zonanegativa.com/?p=1245

Un saludo