viernes, septiembre 30, 2005

EL CIELO PUEDE ESPERAR



Si el otro día le metía caña a nuestra querida Carmen Calvo, esa Ministra de Cultura tan enrollada, justo es ahora, y con razones de mucho mayor peso, traer a colación aquí a los lumbreras del PP.

Me refiero, claro, a que finalmente han decidido presentar su fantástico recurso de inconstitucionalidad contra la Ley que ha permitido el matrimonio homosexual. Un recurso que, así lo creo y espero, no va a prosperar.

Primero, porque por mucho que se pongan los PPeros, la Constitución NO da una definición de matrimonio, cosa que por cierto no es misión de ella sino de las leyes. Porque la Constitución es una norma fundamental, muy abstracta y general, con una vocación de vigencia a largo plazo. En cambio, las leyes son normas más concretas que pueden definir las instituciones -como el matrimonio- de una manera cambiante, con arreglo al concepto que la sociedad de cada época tenga de esa institución. Leyes que, recordemos, aprueba la mayoría del Parlamento. Parlamento que ha sido elegido por los ciudadanos.

Segundo, porque el principal argumento del PP es que la ley que legaliza el matrimonio gay es "discriminatoria". Insólito caso, el primero del que tengo noticia, de que a una ley que amplía un derecho a colectivos que antes no podían ejercerlo se le tacha de inconstitucional por "discriminatoria". Un derecho que, por cierto, hemos de recordarlo por enésima vez, es eso mismo, un derecho. No un deber. No es obligatorio casarse... afortunadamente, añadiría yo.

En El País digital de hoy comparan punto por punto las sólidas argumentaciones del PP respecto a la Constitución. No se lo pierdan.

Les dejo con algunos fragmentos del artículo titulado MATRIMONIO HOMOSEXUAL: EL CIELO PUEDE ESPERAR, que Sebastián Escámez (profesor de Ciencia Política y colaborador de CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA y EL PAÍS), escribe en la revista ROCK DE LUX de septiembre. Lo suscribo punto por punto.
Y recuerden: no hay que ser gay para defender los derechos de los gays. Porque, como dice Sebas Escámez, nadie puede ser libre si no lo es su vecino.
__________________________

"APOCALYPSE SHOW
Con todo, lo más penoso de que se volviese a cuestionar [en un recurso de inconstitucionalidad] la legitimidad del matrimonio entre personas del mismo sexo es la injusticia que se cometería contra los homosexuales y contra sus familias. Que se proclame la libertad jurídica, formal, de todos para decidir si casarse o no y elegir con quién, debe servir para acabar con la falta de normalidad con la que todavía las parejas homosexuales son percibidas en demasiadas ocasiones. Esta visión deformada resulta inaceptable, pues daña la libertad material, la libertad de hecho de gays y lesbianas para vivir a su manera sin más cargas que las que nos toca soportar a los heteros. Y no sólo la de ellos: los prejuicios también son un lastre para quienes desde hace tiempo tienen dos padres o dos madres, al convivir con su padre o su madre legal (por biología o adopción) y con la pareja homosexual de éstos. Y son un lastre para todos y cada uno de nosotros, porque nadie puede ser libre si no lo es su vecino. Precisamente por esta justa y necesaria igualdad de consideración social, y no sólo legal, que merecen las uniones homosexuales sería triste que se volvieran a oír las apocalípticas consignas de los enemigos del matrimonio entre personas del mismo sexo. Y porque lo que nos jugamos es también la normalización, debe denominarse “matrimonio” a las uniones homosexuales y no valen sucedáneos.

Sobre este asunto de la denominación no se puede pasar de largo. Cuesta creerlo, pero toda aquella gente no se manifestó en contra de que las parejas de un mismo y de distinto sexo tuvieran los mismos derechos. Esta igualdad no era lo que amenazaba la persistencia de la sociedad, no era la causante de “la más grave crisis sufrida por la sociedad española” ni de las “torturas psicológicas” padecidas por los católicos: ¡el problema era el nombre! ¡Que se llamase “matrimonio”! Bueno, eso y que se reconociese el derecho a la adopción; un reconocimiento que, por cierto, también tiene mucho de cuestión simbólica.



TÓTEM Y TABÚ: EL VALOR DE LOS SÍMBOLOS

La cuestión de la adopción es delicada. Aunque nadie lo diría en vista del modo en que maltratamos a los niños por medio de la televisión, como buenos miembros de la especie consideramos la protección de los cachorros un principio básico del orden colectivo.

(...) antes de la polémica reforma legal de la que hablamos, un adulto ya podía ser tutor legal de un menor, e incluso adoptarlo teniendo una pareja de su mismo sexo. Esto ha venido ocurriendo en España desde hace algunos años sin mayores dificultades, de lo cual se infiere que la mayor trascendencia social de que se reconozca a las uniones homosexuales el derecho a adoptar es de orden simbólico. Y lo mismo puede decirse del derecho a contraer matrimonio: ambas reformas suponen, más que nada, la sanción oficial de un nuevo modelo de familia. Aquí está el problema.

Lo que más repugna a la mayoría de quienes se oponen al matrimonio homosexual y al derecho de las parejas homosexuales a adoptar es que todo esto viene a reafirmar jurídicamente un proceso que desde hace bastante tiempo se viene forjando: la transformación de la familia en algo que no siempre coincide con el modelo tradicional de una pareja heterosexual unida con el propósito de procrear. Tal proceso representa una catástrofe para quienes mantienen determinadas creencias tradicionales o religiosas. Y sin embargo, estas creencias, por más derecho que tengan sus partidarios a cultivarlas, no pueden establecer el contenido de los derechos fundamentales de todos los ciudadanos. Desde que las guerras de religión asolaran Europa, durante los siglos XVI y XVII, sabemos que la convivencia en una sociedad plural sólo es posible si el Estado renuncia a imponer una moral particular.

Resulta difícil no sentirse agradecido por el interés que algunos de nuestros paisanos muestran en suprimir cualquier tentación que nos aleje del camino de la gloria eterna. Pero, ahora que las nuevas bodas prometen un revival del amor romántico, muchos pensarán que el cielo puede esperar. Otros seguiremos pensando que lo que puede esperar es el matrimonio. En cualquier caso, bendita libertad."

______________________
(imágenes: portadas de los cómics WENDEL, de Howard Cruse, y de UNAS BOLLOS DE CUIDADO, de Alison Bechdel. Ambos editados en castellano por Ediciones La Cúpula).
________________________________________________________

13 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí es que no me entra en la cabeza que alguien quiera protestar contra una ley que se limita a ampliar los derechos de una serie de personas, sin afectar para nada a los suyos, que siguen siendo los que eran, ni más ni menos.

Ya son ganas de meterse donde no les llaman y de querer imponer por narices a los demás, quieran o no, las ideas de uno, diciéndoles lo que deben y no deben hacer.

Un saludo.

Pepo Pérez dijo...

Imponer a los demás su modo de vida, vaya.

Es de eso de lo que habla Sebas Escámez al final de su artículo. Y de que esa manera de pensar pertenece a las sociedades premodernas, donde un grupo mayoritario -o al menos el que detentaba el poder- definía el modo de vida de toda la sociedad, normalmente a partir de determinados dogmas religiosos o tradicionales.

De ahí la identificación premoderna entre Iglesia y Estado, etc., que tantos males ha provocado a lo largo de los siglos y que sigue provocando (sólo basta mirar qué sucede en las culturas donde aún Estado y religión siguen unidos). De ahí la necesidad de un Estado laico (que consagra nuestra Constitución, como todas las constituciones democráticas) que no favorezca ni por supuesto imponga ninguna religión o creencia tradicional sino lo contrario: que ampare y permita todas las posibles.

So pena de volver a las guerras de religión... que estamos viendo precisamente, ahora mismo, en países musulmanes donde esa separación entre lo público y lo religioso aún no existe.

Y por eso que una institución social como el matrimonio civil, puesto que de eso estamos hablando, debe ser definida por el Estado a través de las leyes. No por ninguna religión, como pretende hacer la Iglesia Católica. Ellos, que definan su matrimonio religioso, muy bien. Pero que no pretendan definir EL matrimonio, así, en general.

Anónimo dijo...

ay, el pp!
qué más se puede decir?
pues nada.
bueno, ahora escribo sobre el ware, porque el post de abajo queda muy lejos!
decías, jcp, que qué era lo que pretendía el ware al dibujar así... creo que la clave está en el epílogo del recopilatorio del "jimmy corigan"... decía el amigo que "todos estamos solos, y nos enamoramos para intentar escapar de esa irrefutable verdad". creo que sus tebeos desnaturalizan tanto el entorno para hacernos ver eso. que estamos solos, que no hay solución, que vivimos en un perpetuo manual de instrucciones en el que no hay salida, donde nuestra presencia humana es ínfima en el conjunto y sólo es importante para nosotros mismos. es un hijoputa de cuidao, el ware este. pero no veas como dibuja!
joer, que optimista me ha quedao esto. me voy a jugar al furbo, a ver si me animo!

Anónimo dijo...

Hola Pepo.
Me gusta tu blog, se le ve muy activo.
Respecto al tema estamos en la misma situación de siempre en la que el PP abre la boca: lo anticonstitucional. Y parece que se creen que la tienen bien leida, pero no dejan de salir con gritos de loca. Y es que como buenos apostólicos que son, les gusta meter el mal en el mismo saco. Ahi dicen que estan los homosexuales y lesbianas, con el nuevo estatuto catalán, con Euskal Herritarrok, o cualquier cosa que haga el PSOE...
Y es que el tema se agarra por todos los lados de lo obvio que es. No le puedo discutir nada de esto a nadie que no sea PPero dogmático.
Lo que veo especialmente interesante es el fenómeno social que esto supone: el papel de los matrimonios gays en el mercado laboral o si los psicólogos de colegios e institutos clasificaran de manera distinta sus atenciones entre alumnos de matrimonio heterosexual y homosexual. Espero que se me entienda, no son cuestiones morales, de bueno y malo, sino de teoría y descripción. Por apuntar algo: se dice de un tiempo hasta ahora que "cada vez salen más del armario" y eso se está reflejando en la politica editorial de la industria española del comic, como los ejemplos de Wendal y otros que muestras o el lanzamiento de la revista de comic gay Ahora Sí, por ediciones la Cúpula, y que planean con una presencia fuerte en kioskos.
Los comics gays "salen del armario" y sin embargo entre estos y otros, como los de Nazario, su naturaleza temática es diversa entre si misma.
Agradecido de disfrutar este espacio, un abrazo

Pepo Pérez dijo...

Bueno, gracias, elPablo y Guy. Elpablo, creo que has clavado uno de los efectos que consigue Ware con su grafismo, me lo guardo para futuras referencias. En breve.

Guy (Pedro), de todos modos, y ya que hablas del tema, no soy de los que piensan que el PP se equivoque en todo. Desde luego, se suele equivocar en cuestiones de libertad de costumbres, como en este caso el matrimonio, en temas religiosos y muchos otros. Y su actitud en los "cuatro días de marzo" (11-M) fue ignominiosa. Y actualmente, con su política "apocalíptica" como oposición, pues también se equivocan.

Sin embargo, y ya que sacas el tema, yo no creo que anden siempre tan errados en temas nacionalistas. Yo, que no soy precisamente votante del PP, pienso que los nacionalismos periféricos de los que "disfrutamos" en España desde hace ya mucho son una pesadez, un anacronismo y, además, no veo qué hay de progresista o izquierdoso en tales nacionalismos, como afirman determinados partidos nacionalistas que se dicen "de izquierdas". Una cosa es sentirse orgulloso del lugar donde uno ha nacido y se ha criado, y otra cosa es lo otro.

Sobre todo cuando en Europa vamos ya hacia el concepto de "ciudadanía" en detrimento del viejo concepto "nacionalidad". Ciudadanía: da igual dónde hayas nacido, de dónde vengas y qué nacionalidad tengas: si resides en países de la zona UE, tienes -al menos sobre el papel- los mismos derechos y deberes.
Incluyendo a los inmigrantes (otra cosa es cómo han entrado en países de la UE, pero eso es otro problema mucho más global).

Por eso mismo, no veo qué de progresista hay en, por ejemplo, no querer ayudar a las regiones de España más pobres con tus impuestos de Comunidad rica ("lo mío para mí"). Y en esto de los impuestos no podemos incluir al País Vasco, por cierto, porque gracias al famoso Concierto económico del que disfruta Euskadi (y Navarra), ellos recaudan todos los impuestos y sólo dan al Estado un cupo para sufragar los escasos servicios públicos que aún presta el Estado allí. Vamos, que no aportan dinero para solidaridad con el resto de regiones.

Y digo que no es nada progresista sobre todo cuando toda España -sí, también Cataluña y País Vasco-, hemos disfrutado desde hace veinte años (entrada de España en la CEE, hoy UE) de amplias ayudas procedentes de los fondos estructurales, en gran parte apoquinados por los países europeos más ricos. Fondos que han permitido construir tantas y tantas infraestructuras públicas. Sí, infraestructuras construidas también en el País Vasco y Cataluña, no sólo en Extremadura, Andalucía o Castilla-La Mancha.
Me pregunto qué habría pasado si esos países europeos ricos nos hubieran negado la entrada en la CEE, y con ello, las ayudas.

Cuestión distinta es si la política del último Aznar, de desdén y negación de la realidad nacionalista sirve de algo, sobre todo porque eso conlleva, a mi parecer, pensar que España son sólo los votantes del PP y no también los demás... como los catalanes y vascos nacionalistas. Si tanto se quiere que sigan siendo españoles, habrá que contar con ellos, ¿no? Digo yo.

Sobre el tema de EH, o Batasuna, pues no sé, aclárame un poco más tu opinión sobre ellos y yo te daré la mía.

Anónimo dijo...

Hola Pepo.
Estoy completamente de acuerdo contigo. Ahora estamos en esta posición candente debido al nuevo estatuto catalán y se dirá mucho sobre ello. Pero como creo que tú bien apuntas al hablar del concepto de ciudadania, este es mucho más rico que el de nacionalismo. La ciudadania no solo la describo como tú dices, sino que añado que está directamente relacionada su funcionalidad con el desarrollo del derecho y de la constitución (resumamos en derechos y obligaciones) y cuando en la ciudadania se problematiza algún tema, como desde los derechos humanos como base moral podemos notar, se pone en marcha su efecto en la constitución y en el derecho.
Respecto a los nacionalismos no pienso que su relación con las bases constitucionales sea funcional, sino puramente dialéctica: el nacionalísmo fundamenta un idealismo, dogma, cimentado en una argumentación más o menos retorcida (en el caso catalán un ejemplo sería negarse a pagar con sus impuestos las mejoras de servicios en otras comunidades); en base a un sentimiento o razonamiento, se busca una unión colectiva para reivindicarse/oponerse. Que el nacionalismo se vista de izquierdismo no es nuevo, tenemos el caso extremo de como el stalinismo justificó en gran parte las anexiones de los bloques del este debido a su "vinculación histórica".
Con el tema de EH no veo necesario a estas alturas enunciar nada que no sea la paradoja de preservar las libertades civiles haciendo "prohibición" de las mismas.
Estos dos temas solo eran un ejemplo de que en la tesis "apocalíptica" del PP, al citar tanto lo anticonstitucional, ponen muchas cosas distintas en el mismo saco (a nivel conceptual), esto es: la homosexualidad, la izquierda, los nacionalismos... Ya que, nominalmente, si se te tilda de anticonstitucional se te califica en parte como a un etarra.
Este comentario no lo planteo en matices morales, de que me parezca bueno o malo, sino que trato de exponer cierta problematica al usar la sociedad ciertos conceptos para enunciar la sociedad; que resumiendo pueden ser: que el PP hace un abuso (más) en su manera de calificar (como oposición es nefasta, muchos ciudadanos votantes del PSOE somos más y mejores criticos con el gobierno que el PP) y, por otro lado, que la aparición de un sistema de derechos para un colectivo particular como los gays y lesbianas (lo cual apoyo) trae una evolución del entorno social en muchos factores, y que en nuestromundo del comic, se ve reflejado con la mayor aparición en el mercado de comics gays.
Un abrazo Pepo y gracias por tu espacio,

Pepo Pérez dijo...

"Con el tema de EH no veo necesario a estas alturas enunciar nada que no sea la paradoja de preservar las libertades civiles haciendo "prohibición" de las mismas. "

Pues uno de los aciertos del PP, bajo mi punto de vista, fue ilegalizar Batasuna, como ahora mismo estamos viendo. Porque a ver si no se hablaba de rendición de ETA sin el cerco a ella y a su entorno de los últimos años.

A ver, vamos a distinguir. Batasuna hace muchísimo que dejó de ser un partido político para ser otra cosa, como creo ha quedado demostrado con creces, y no sólo por los tribunales.

Si un "partido" se aprovecha de los atentados de una banda terrorista para amedrentar a sus rivales políticos, o en general a cualquiera que les lleve la contraria (ya me dirás si es de recibo que un alumno batasuno se levante en clase de una universidad vasca y le diga al catedrático, justo cuando va a explicar el tema sobre las Comunidades Autónomas, que "tenga mucho cuidado con cómo explica ese tema", cosa que sucedía día sí y día también en la universidad vasca de hace sólo cinco o seis años), si un "partido" está en conexión permanente con esta banda, no es un partido político. Es una banda de mafiosos. Y como tales, deben ser ilegales, por supuesto. Aralar defiende ideas separatistas muy parecidas a Batasuna... pero no ha sido ilegalizada, fíjate. Por algo será. Porque las defienden de un modo democrático.

Hay que aclarar un par de cosas: la libertad ideológica y de expresión es muy amplia en España, pero no ampara cualquier cosa. No ampara desde luego los vivas a una banda terrorista que ha matado a mucha gente y lisiado a otra mucha, ni ampara hacer apología del terrorismo. Porque a ver si llamamos a las cosas por su nombre. Tú puedes pensar que la violencia, en un Estado como el nuestro, es justificable si es que eres tan ignorante y bruto como para pensar eso... pero no es lo mismo pensarlo que defenderlo en público.

Porque, vamos a llamar las cosas por su nombre. El llamado "contencioso vasco-español" no es tal. El contencioso es interno, entre el mismo pueblo vasco. La mitad de ese pueblo, o un poco más, dice -dice- querer independizarse. Pero resulta que la otra mitad no quiere. Y, claro, como no quieren y no hemos sabido convencerles por las buenas, venga, vamos a amedrentar a estos "malos vascos", a amenazarles a ver si les convencemos de nuestras ideas (o, mejor, a ver si se marchan de "nuestro páis"). Venga, vamos a poner bombas.... en el resto de España. Y a matar gente que ni siquiera es del País Vasco. Porque esto es lo que ha hecho ETA, y apoyado Batasuna, durante más de 20 años. Luego ya, claro, también se dedicaron a matar a políticos vascos. Entonces: un partido que está defendiendo, o no rechazando, métodos fascistas que incluyen asesinar a sus rivales políticos, POR SUPUESTO que no puede ser legal. En cuanto rechacen completamente esos métodos violentos, volverán a ser legales, eso dale por seguro.

Y mejor no hablo de otro partido vasco, perfectamente legal, eso sí, que se ha beneficiado en el poder durante estos 25 años de toda esa mierda, mirando hacia otro lado y permitiendo el miedo, el chantaje y la muerte a parte de sus conciudadanos sólo por no pensar como ellos. Vergüenza debería darles.

Anónimo dijo...

Olé, olé y otra vez olé por eso, señor anfitrión.
Aunque me gustaría decir algo
acerca del tema de los homosexuales: ¿Ésto no se está haciendo a "calzón sacao", cumpliendo promesas electorales y apostando "experimentalmente" por una ampliación de derechos que, por así decir, se constituyeron inicialmente para el soporte de una institución, la familia, que conviene a la sociedad en tanto produzca beneficios estables y mecanismos de perpetuación y de futuro como, por ejemplo, los hijos propios? ¿No es lógico, hasta cierto punto, que esa vieja familia, por así decir también, defienda éstos derechos, al ser la institución que los sostiene mayoritariamente?. A lo mejor parece un poco medieval ésto que digo, pero... en todo caso, ¿en qué favorece a los homosexuales equiparar ambos términos, aparte de por obtener ventajas fiscales? Además ni se están casando ni nada...
Eh, no soy pepero recalcitrante, lo juro, pero es que no acabo de entender a la comunidad homosexual exáctamente, a nivel práctico, vamos, y al margen de algunos revanchismos que, sin querer ofender, pienso que no hacen ningún favor a la larga.
Que conste que no estoy intentando ser hiriente, por favor, y que el cantante al que más escucho últimamente es Rufus Wrainwraith. (Que no es coña).

Anónimo dijo...

"¿en qué favorece a los homosexuales equiparar ambos términos, aparte de por obtener ventajas fiscales?"

Pues en la normalización de su situación dentro de la sociedad, digo yo. Integración y tal, ya sabe.

Y si el matrimonio es una manera de incentivar la natalidad que solo se celebren los que sean de penalty, digo yo, que hay cantidad de matrimonios heterosexuales sin hijos a los que nunca nadie jamás, por qué será, les ha discutido su derecho a estar legalmente casados.

De todos modos, yo, como miembro de esta sociedad, no siento la menor necesidad de que nadie se gane su derecho al matrimonio teniendo hijo alguno ni compensándome de ninguna otra manera. Pienso que es un asunto entre dos personas y yo no tengo por qué meterme en una decisión que solo, o principalmente, les afecta a ambos.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Hola Pepo,
te doy la razón de nuevo y ahora respecto al tema de EH. Veo que he metido la pata al decir que no se podía enunciar nada más. Me refería a que no quería enunciar nada más por mi parte. No trataba de decir que la ilegalización fuera mala ni buena, sino que el ejercicio de la libertad a veces consiste en prohibir (y según las intenciones y más aun los resultados, los hombres las podremos juzgar de "buenas" o "malas" prohibiciones) y el simil con la ley de matrimonios homosexuales es que el PP censura una nueva ley que nunca quiso que existiera y que a estas alturas creo ya que era de natural que tuviera que existir.
Tocando el tema de EH: por supuesto que te doy la razón, ya no solo el asesinato, cualquier cosa que consista en dominar a otro ser humano mediante el miedo es miserable.
Pero me interesa matizar otros efectos más secuandarios de lo que dices. Diría yo que el PP no solo censura a EH (y cierto es que "ese otro partido" debería de recivir sus merecidos palos) sino que a la larga demoniza a toda la politica vasca. Para el ciudadano medio de a pie español, entre tanta manipulación, cualquier partido politico vasco es en cierto modo susceptible de sospecha, los democraticos y los mafiosos. Es bastante horrible que en este pais algo cateto se ha convertido en un hecho que existe población ciudadana que insulta y prejuzga a los vascos confundiendolos no ya con los violentos, sino con los nacionalistas.
Un saludo y hasta otra (que ahora voy a repasarme el Jimmy Corrigan).

Pepo Pérez dijo...

"Es bastante horrible que en este pais algo cateto se ha convertido en un hecho que existe población ciudadana que insulta y prejuzga a los vascos confundiendolos no ya con los violentos, sino con los nacionalistas."

Eso es un problema de quien es así de cateto y confunde las cosas de ese modo. Primero, los políticos desgraciadamente se han convertido en una casta muy alejada del resto de la sociedad, que decide con arreglo a una lógica a veces bastante mezquina e inhumana.

Segundo, tengo por seguro que la inmensa mayoría de la gente que vive en el País Vasco es gente pacífica que está al margen de todo este "conflicto" y que, muy probablemente, están hartos de él. La cuestión es la de misma de siempre: los malos son minoría, pero siempre hacen mucho más ruido. Y, bueno, si eres un tipo corriente que está en contra de esta gentuza tampoco es fácil hacerse el héroe allí, cuidado. Cuestión distinta es el político con poder para cambiar allí las cosas que no ha hecho nada para cambiarlas... siguiendo su mezquina lógica de partido.

Anónimo dijo...

Ok, ok, me paso valorando el tema de la familia convencional, y a mí tampoco me gustaría un pelo que me exigieran tener hijos... y me gusta también Konig, no es guasa, pero si fuese un personaje de los que tán bien retrata me dá que no estaría pensando en casarme, sino en echar polvos a troche y moche...
En fin, no sé, un saludo.

Pepo Pérez dijo...

Que sí, Rufus, que se te ha entendido. Yo tampoco comprendo lo de casarse y el matrimonio, sea hetero o sea gay, etcétera, pero la cuestión no es ésa. Ya lo ha dicho Alfred. La cuestión es TENER LA POSIBILIDAD, el derecho de casarse. Que hay quien quiere casarse y antes, por ser gay, no podía.

Por eso decía yo en el post lo del "derecho". Un derecho es un derecho, no es obligatorio ejercerlo. No es un deber.

Pero no es lo mismo tener reconocido un derecho y no ejercerlo porque NO TE DA LA GANA ejercerlo, y otra bien distinta no poder ejercer ese derecho PORQUE LA LEY TE LO IMPIDE... AL NO RECONOCÉRTELO.
Y esto, con el matrimonio gay legalizado, ya no pasa. Ahora todo el mundo tiene el derecho de casarse. Aunque decida elegir no casarse.