domingo, septiembre 25, 2005

EL CHICO MÁS LISTO DEL MUNDO

Veamos ahora una página de Chris Ware dibujada más de sesenta años después de la de Frank King del post anterior.



Procede de su famoso JIMMY CORRIGAN, EL CHICO MÁS LISTO DEL MUNDO (2000; Planeta DeAgostini, 2004). Frank King es una de las principales influencias -reconocidas- de Chris Ware; de hecho, en el prólogo que él mismo escribe en el reciente tomo recopilatorio WALT & SKEEZIX de Frank King, publicado por Drawn & Quarterly con material de los personajes de GASOLINE ALLEY de los años 1921 y 1922, Ware confiesa que esta nueva edición de una historieta que adora ha sido su sueño (sic) desde que descubrió en 1988 algunas tiras de GASOLINE ALLEY en una librería de libros antiguos de Dallas.

Pero a lo que iba: se ha repetido hasta la saciedad que Chris Ware es un autor revolucionario, aunque pocas veces he visto que alguien explique por qué. ¿Lo es? ¿Por qué?

Para empezar, respondamos a una pregunta sencilla: esta página de Ware que les he colgado aquí, ¿expresa lo mismo que la de GASOLINE ALLEY de Frank King? ¿o es una simple imitación de la de King, publicada más de sesenta años antes?
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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues hombre, como tampoco sé lo que pretende transmitir y relatar el autor con ambas páginas (no he leído Jimmy Corrigan todavía, ni nada de Ware, ya puestos), no puedo saber si narrativamente funcionan bien o no. Lo que sí salta a la vista es la sensación tan extraña que transmite la composición del conjunto. Las viñetas 5 y 6, no sé si intencionadamente o no, se cargan por completo el equilibrio de la plancha y su armonía, vaya, y el efecto, ya digo, resulta bastante raro, y hasta desagradable, incluso (siempre desde un punto de vista meramente compositivo y estético, ojo).

Y sobre lo más o menos revolucionaria que pueda ser la obra de Ware, aunque no le haya leído nada, como digo, sí parece, a primera vista, que su narrativa resulta, cuando menos, distinta a lo acostumbrado (aunque lo mismo sea, paradójicamente, por rescartar las formas y maneras de según qué clasicos, claro; lo mismo da, la distinción sigue ahí). Otra cosa es que tal distinción sea positiva o negativa, porque así a primera vista, de nuevo, lo que sí puedo decir es que la lectura de sus tebeos, aunque sean gráficamente deliciosos, da una pereza atroz (al menos en mi caso), con tanta flechita y tanta página que ha de girarse de repente y tanto invento de estos, con lo cual, digo yo, mal empezamos.

No obstante, insisto, solo son impresiones mías sacadas de lo poco que he hojeado de su obra. Mejor será que opinen quienes le hayan leído algo, que lo mismo su narrativa, aunque poco atractiva a priori, resulta de lo más eficaz una vez te absorbe, no lo sé.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Yo sí lo he leído, y pienso que es una de esas pocas, muy pocas obras que puedo llamar obra maestra.
Sólo con esta página se pueden sacar montones de ideas. No tengo el tiempo necesario, así que apunto:
-toma de los antiguos, sí, pero va más allá.
-el dibujo es maravilloso, claro y detallista, no hay tensión entre el naturalismo y la estilización.
-La narrativa es asombrosa, no es una secuencia temporal en estricto senso, sino casi metafórica (viñetas 5 y 6).
-Pero también es un desarrollo temporal, aunque muy distinto a la linealidad de leves elipsis propia del medio (viñetas6 a 8...sí, la 6ª transmite en superposición con la anterior una idea, y con las posteriores, otra).
-Emplea textos de apoyo, densos, "literarios", para transportarnos con el estilo y la rotulación a un momento determinado. La literatura en este cómic es profunda, pero nunca solapa la esencia narrativa del lenguaje cómic.
Y por supuesto, va más allá de reciclar formas olvidadas de los clásicos: hay influencias, en el tono, por ejemplo, agrio, inmisericorde, de tendencias contemporáneas (Clowes, su larga sombra, seguro que adora esta historia de individuos mezquinos, patéticos y tarados donde no cabe la complacencia)Y el lenguaje se exprime como Mazzuchelli en La ciudad de cristal, buscando ir más allá siempre en consonancia con las necesidades de lo que se cuenta, del relato.

Anónimo dijo...

Por encima de la historia que cuenta es precisamente en esa composición de página, en la forma de enlazar las viñetas y de recrearse en ellas donde consigue Ware que se le pongan a uno los pelos de punta.

Es esa forma de narrar en sí, lo que transmite las emociones. O al menos lo que las potencia sobremanera.

Al menos eso fue lo que yo sentí con su lectura.
Algo que visto desde fuera pueda parecer algo frío y poco atrayente para el lector.

Precisamente se suele alabar lo revolucionario e innovador del trabajo de Ware bajo una mirada fría y analítica. O eso me parece. Cuando es todo emoción y sentimientos.

Nada, que me encantó este tebeo, y espero con ganas ver más cosas de Ware por aquí.

Sigan como si nada.
Un saludo.

Pepo Pérez dijo...

claro, Rorschach, va a ver más Ware por aquí. En breve.
Pienso como tú. A simple vista su trabajo parece "frío", pero cuando se lee -y esto es un tebeo, o sea, no se mira ni se "ojea", sino que hay que leerlo- es todo emoción. A veces incluso de manera muy evidentemente autobiográfica.