viernes, agosto 25, 2006

EL MESÍAS VIENE DEL CIELO

Pero si La guerra de las galaxias (1977) elude la iconografía cristiana pese a mantener de manera ejemplar la fase inicial del argumento mesiánico, encontramos en Superman (1978) -realizado un año después del primer film de Lucas, en pleno fervor del género- una narración mesiánica sorprendentemente literal. Y es que Superman, tanto en la versión de cómic como en la cinematográfica, ha sido el mesías por excelencia de la moderna épica de la ciencia ficción. Superman es un niño salvado de un cataclismo galáctico; educado por unos padres adoptivos, descubre de adulto su origen y sus superpoderes, y los pone al servicio de la comunidad amenazada por peligros y catástrofes de todo tipo. El film no hace más que aumentar iconográficamente las referencias mesiánicas del personaje originario del cómic, sobre todo en lo que se refiere a la iconografía del padre celestial (Marlon Brando haciendo, por fin, de Dios) y la simplicidad de sus padres terrestres (Glenn Ford, o sea, José). De igual modo, Superman hace milagros, resucita a su amada Lois Lane -amor secreto, no realizable- y, no sin conocer el desaliento, acaba triunfando sobre el mal. Comprobado el final del filón cinematográfico del personaje -a partir de los fracasos de Superman III (1983), ya inevitablemente paródica, y de Superman IV (1987), decididamente inútil-, la empresa editora del cómic decidió montar un golpe de teatro para reactivar su edición, haciendo morir y resucitar al héroe, consciente de que esta fase del ciclo heroico era la que faltaba al personaje. Decisión de muy discutibles perspectivas comerciales, porque difícilmente un personaje mesiánico, una vez concluido su periplo -la resurrección-, puede seguir dando un juego dramático de continuidad.

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Extracto del capítulo titulado "El mesías viene del cielo", del libro de Jordi Balló y Xavier Pérez LA SEMILLA INMORTAL. LOS ARGUMENTOS UNIVERSALES DEL CINE (Anagrama, 1997).

6 comentarios:

Octavio B. (señor punch) dijo...

interesante, también evidente.
Se me ocurre, al hilo y cambiando de héroe, que quizá un acierto de Spiderman, el bueno, el original, sea que en él se personifica (en un bucle...cien números sufriendo) una de las cuestiones mesiánicas que Superman nunca podría encarnar (o lo hizo mal, como se puede ver): el calvario. Porque toda la época clásica del araña es un sufrimiento continuo por ser el elegido (un gran poder conlleva una gran responsabilidad). No prospera en los estudios (aunque es brillante, con lo que al final lo consigue), ni en el trabajo (aunque es el mejor en su trabajo de fotografiar a Spiderman) ni en el amor (se las matan o lo dejan) ni en casi nada... un sufrir continuo (por no hablar de lo físico de sus peleas, de las que sale no pocas veces hecho polvo y con el traje roto por todos lados)

Mmmm. de Super a Spider...he divagado (¿o soy un marvel zombi?)

Pepo Pérez dijo...

siempre que Supes se ve expuesto a la kryptonita o a alguna treta similar que le deje sin poderes, pasa por un calvario personal. También lo pasó durante la larga pelea contra Doomsday.
Y aunque no sea un calvario que sufra personalmente, lo puede sufrir por sus seres queridos.

Sobre Spiderman (me refiero al Spiderman clásico, el de los 60 y 70), creo que también hay bastante del argumento mesiánico (los poderes como bendición y a la vez maldición -separan al héroe para siempre de la sociedad-, las constantes pruebas en el calvario, incluso la resurrección simbólica en la Saga del Chacal de Conway y Andru).

Pero me parece un mesías menos clásico, lo digo concretamente por el aspecto de que Spidey nunca es aceptado por parte alguna de la sociedad para la cual se sacrifica, elemento que a mi juicio introdujo Steve Ditko (es una constante en otros tebeos suyos). El héroe hace lo justo, pero sin obtener nunca reconocimiento alguno. Y es rechazado y perseguido por todos (otro elemento muy de Ditko), desde los malos hasta la policía, pasando por la prensa (J.J. Jameson y el Daily Bugle) y hasta por su propio círculo de parientes y amigos (Tía May cree que Spidey es un criminal; su némesis, el Duende Verde, era el padre de un amigo, Harry Osborn, y luego el propio amigo, etc.).

Pepo Pérez dijo...

Peter ni siquiera podía confesar su condición de "elegido" a sus novias porque también creían que Spiderman era un criminal. El Mesías por antonomasia (o sea, Jesucristo), en cambio, sí tenía discípulos y un pueblo al que inspirar con su ejemplo, uan comunidad que creía en él, cosa que en Superman está exagerado hasta el paroxismo.

Pepo Pérez dijo...

Pensando un poco más sobre Spidey, ya que has sacado el tema, Punch, veo que falta un elemento clave del relato mesiánico, y es que el héroe inspira y origina un cambio en la sociedad a la que llega como mesías. No creo que sea éste el tema principal del Spiderman clásico, sino más bien el de la identidad: Peter está en un permanente conflicto consigo mismo, se debate entre el deber (usar sus poderes para ayudar a los demás) y el deseo de ser feliz llevando una vida normal, un conflicto que tiene que ver más con el argumento de La Odisea que otra cosa. Ahora recuerdo que RM comparó expresamente a Peter Parker con Ulises, y creo que tiene razón.

Octavio B. (señor punch) dijo...

llego tarde, y te había leído (pero... no time).
Es interesante lo que cuentas, tus peros a mi "san spiderman de los dolores perpétuos", y tienes razón, sí... diría de todos modos que el tema es que Superman es el más puro de todos los pijamas (por algo el primero)y por eso en los demás podemos encontrar rastros del elemento mesiánico o cristiano, pero siempre diluídos.
Sobre el acero man al hilo de la peli conté esto en mi blog (el 20 de Julio, hace mucho, vamos, no para esta ocasión...pero cuadra bien):

Superman es un icono de la cultura popular del siglo XX de diseño incontestable, una efigie, un icono que ha vencido modas y modos. Y Superman representa, dentro de una fantasía infantil, algo tan básico como el anhelo de todo hombre y mujer de superarse. En toda superación se entiende que hay una meta, un modelo. Bien, ningún símbolo del último siglo ha sido tan acertado como este Dios que es Hombre (tiene debilidades, es mortal) para representar ese afán innato y moral.

Otra cosa es que un icono tan puro pueda generar una continuidad de relatos pulp. Porque no puede, porque dar una historia a un tótem le quita su razón de ser: Superman es un signo, y como tal le gana la partida a cualquier superhéroe. Pero como inicio de un género narrativo, generador de líneas de argumento, se revela débil. Por ésto el género de los superhéroes ha crecido desde los treinta partiendo del modelo primigenio, porque como personaje era claramente superable (mismamente por Batman, menos símbolo pero mejor criatura de ficción).

Octavio B. (señor punch) dijo...

...por cierto, los calvarios de Super, sobre todo lo de Doomsday, no, ¿eh?, no...eso fue una chorrada sin alma, pura chequera de ventas. LA piedra verde, más que calvario (porque además no hay duda moral) es el elemento humanizador, nunca el voluntario sufrir por los hombres tan de los cristianos.