martes, febrero 13, 2007

LA PLUMILLA ME PRODUCÍA UN EFECTO INMEDIATO PARA PASAR LAS IDEAS DE LA CABEZA AL PAPEL

Sí. Toda mi etapa de aprendizaje, las primeras historias en Historias de una Barcelona o posteriormente Las memorias de Monsieur Griffaton están realizadas con pincel, y es un poco por esta influencia clásica de los autores americanos, de Alex Raymond, Milton Caniff. Luego viene un álbum, que es Frecuencia modulada, y ahí es donde doy mis primer paso en utilizar la plumilla. Pienso que es un paso bastante definitivo en lo que luego realizaría, porque para mí el pincel era un poco lastre. Para mí siempre lo ha sido. El pincel es un elemento que tiene su encanto y su belleza, pero también me perjudica a la hora de tener que llevar al papel lo que tengo en la cabeza. La plumilla me producía un efecto inmediato para pasar las ideas de mi cabeza al papel.

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Sí, porque con el pincel "embelleces", "ilustras", mientras que con la plumilla "escribes". La cuestión NO es ninguna tontería porque, sin caer en fundamentalismos sobre "qué instrumento hay que usar" (personalmente, sigo usando el pincel para según qué cosas, no se trata de indicar regla alguna), he observado esta misma preferencia en otros dibujantes a la hora de entintar (al menos, para entintar las líneas principales): es el caso de Hergé, de Jaime Hernandez, de Alex Toth, de Carlos Giménez, de Joe Kubert, de Jordi Bernet, de Rubén Pellejero (él es quien habla, entrevistado por Toni Guiral en una charla transcrita por Entrecomics) en una época determinada, de Hugo Pratt, de José Muñoz, de Frank Miller, de Max y de muchos otros dibujantes de cómic. ¿La plumilla favorece acaso el "pensamiento manual" de la mente al papel, ayuda mejor al proceso de "escribir" con dibujos?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Carai, esta sí que es difícil, oye... y creo que es materia de quien dibuje, los demás podremos especular o definir qué nos transmite una técnica u otra (en caso de reconocerla).
Desde mi perspectiva creo que el pincel es más libre, más, si se quiere, autónomo. El dibujo es más fluido, adquiere una dinámica (mejor, un dinamismo) que requiere de menos efectos de dibujo que la plumilla. Uf...no me explico... a ver. Una pincelada vigorosa puede transmitir velocidad, o pesadez, o... y para llegar a lo que transmite esa "brocha" con plumillas hay que pelearse más con el concepto. Creo. Porque su trazo, sin ser tiralíneas, es menos espontáneo que el del pincel, ¿no?. entonces, por otro lado, eso favorece que pueda ser la vía más inmediata de transponer la idea al papel.
Por tanto, creo que si se controla el pincel, su técnica, la transmisión de ideas es más fuerte, una mezcla entre la capacidad del artista y la inevitable espontaneidad del brochazo (pero conducida por el saber hacer del dibujero, y eso tiene su magia).
La pluma por su parte suele revelar cualidades, pericias, mimo por el espacio que cubre... se recrea más, por ninimal que sea el estilo del autor. Traduce, pues, mejor.
Así que siendo epicúreos y moderados, diría que en el dominio y comprensión de ambas técnicas está el asunto.
Creo. Y no sé si ni yo mismo me entiendo :P.

Anónimo dijo...

Pues yo utilizo una plumilla y luego, una vez escaneado el dibujo, una tableta Wacom.
Y prefiero la plumilla al pincel. Una plumilla blanda. Tengo la sensación (creo que ilusoria) de que "controlo" más.

Anónimo dijo...

Creo que la plumilla es fundamentalmente analítica, disecciona y delimita, es decir, define muy bien y sirve a los que gustan de las líneas (y las cosas)claras; se acomoda bien a los estilos de buena documentación y análisis racional. Como se dice en el post y los comentarios, permite pasar las ideas por la mente, controlar, etc.
El pincel es más sintético, mancha más y es por lo mismo más emocional y propio de autores expresionistas, más ambiguos pero a menudo más profundos en la sugerencia