martes, julio 17, 2007

LA IDEA DISGUSTA A LOS DISEÑADORES

Ni pizca de gracia les ha hecho a los profesionales del diseño gráfico la idea del Ayuntamiento. "Hay una cierta equivocación en la aplicación de la democracia. Cuando se convoca un concurso abierto, la Administración dice que está dando oportunidades a todo el mundo. Eso es bonito, en la intención. Pero el resultado es nefasto. Puede ser un concurso abierto, pero entre profesionales", se queja Soledad Hernández de la Rosa, presidenta de la Asociación Española de Profesionales del Diseño. "De esto pueden salir dibujitos, pero no logotipos. Si quieres innovar, se puede hacer con las fiestas de Alpedrete. Pero no con una cosa tan importante. Esto es no saber medir las cosas", insiste Hernández de la Rosa.

Uno que sabe de qué va el tema es el diseñador de la mascota olímpica de Barcelona, Javier Mariscal: "Me parece complicado que salga bien. No por intrusismo, que al fin y al cabo yo soy el primero que me meto en camisas de once varas... Pero es complicado de gestionar. Un profesional conoce mejor su oficio. El cliente puede llevarse una decepción". Para Mariscal, "hacer un logotipo es un trabajo mucho más largo que hacer un dibujito, y eso no va a poder hacerlo alguien que no sea un profesional".

El diseñador Rafael Celda, del prestigioso estudio Celda y Asociados, es más contundente que Mariscal. "Es tremendo que las instituciones no sepan que el diseño gráfico es una profesión. También ha habido un concurso para diseñar la imagen del Gobierno y me parece fatal. Es una falta de conocimiento y de respeto a la profesión. Se pierde dinero, esfuerzo... Es como encargar los muebles del Ayuntamiento a un fontanero. Un desastre", denuncia Celda. "Juegan a que es popular cuando yo creo que las decisiones de una marca o una corporación han de ser estratégicas".

Fuentes municipales insisten en que se ha hecho con la mejor voluntad para que la candidatura olímpica fuera "una cosa de todos".
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El Ayuntamiento de Madrid convoca un concurso popular para encontrar el logotipo de la candidatura olímpica de Madrid 2016

30 comentarios:

Anónimo dijo...

Normal que se cabreen... No es lo mismo un concurso popular para nombrar la mascota de unos JJOO que diseñar el logo del evento.

Pero, en el fondo, este toque chapucero de tinte "dejemos que el pueblo participe" me gusta. Me explico: soy uno de los resentidos, antipáticos, odiosos y asociales individuos que esperan que, de nuevo, la candidatura fracase. O eso o ya sólo quedarán dos salidas: el autoasesinato o emigrar de Madrid. ¿Que nos dejarán la ciudad más potita, con muchos más servicios, más moderna, más cosmopolita y todo de la rehostia? Y una mierda (con perdón). Ya es jodido vivir en Madrid. No quiero pensar cómo sería esto si nos concedieran los JJOO.

Así que sí. Que todas las abuelas que cuelgan sus banderitas del balcón, todos los jóvenes entusiastas con sus camisetas de Madrid 2012 (ups, 2016), todos los promotores del ladrillo, todos los miembros del Consistorio en peso, se estrujen los sesos para perpetrar un logo (diseñar es para profesionales, estoy de acuerdo).

Egoístamente pienso que a lo mejor ayuda, aunque sea un poquito, a que nos tumben la candidatura. Brindo por ello...

Anónimo dijo...

"Hay una cierta equivocación en la aplicación de la democracia"

Para enmarcar la frase...



...en la sede de Falange.

Anónimo dijo...

Eso sí, donde esté un "pofesioná" capaz de regalarnos... no sé... un Naranjito, por ejemplo.

El corporativismo nos ciega, a veces.

Anónimo dijo...

¿Aguien piensa de verdad que le van a dar el premio a un cualquiera?

No se si pedirán algunos requisitos mínimos como variaciones del logo y cosas por el estilo. Eso ya exige unos mínimos conocimientos, y si no los piden, vuelvo a repetir la pregunta... ¿de verdad va a venir periquito el de los palotes con un diseño chusco y le van a adjudicar la imagen corporativa de unos juegos olimpicos?

A veces la gente se ofusca de forma innecesaria

Anónimo dijo...

Me parece que el Naranjito no es un ejemplo adecuado; yo era un poco nano, pero me suena que para el Mundial 82 también fue un concurso abierto a cualquier artisto.

Anónimo dijo...

"Jose María Martín Pacheco y Dolores Salto Zamora figuran como progenitores en el libro de familia de la mascota. La engendraron en el estudio de publicidad Bellido, en pleno centro de Sevilla. Bigotes de galo y retranca marca de la casa, la idea brotó de la mente inquieta de José María (53 años y mil vaivenes vitales), que estudió Publicidad en el Centro Español de Nuevas Profesiones, en Sevilla. Timidez y entusiasmo a partes iguales, su colega Lola (hoy ya rebasados los 45 años, surgida de la cantera hispalense de Artes y Oficios) daría forma y color a la imaginación. Más de 200 agencias y 586 dibujos se presentaron al concurso para ser la imagen del campeonato"

Javier dijo...

Estos solo se preocupan del medio cuando les tocan lo suyo, el que venga detras que arreé.
Claro, claro, si el premio es una cajita de pastillas juanola y un casio digital, pues vale que el concurso sea popular, ahora que si hay un pastón de por medio no, que sea profesional, no te jode.

Dice Javier Mariscal: "Me parece complicado que salga bien. No por intrusismo, que al fin y al cabo yo soy el primero que me meto en camisas de once varas... Pero es complicado de gestionar. Un profesional conoce mejor su oficio. El cliente puede llevarse una decepción" De su boquita escuché que había creado a Cobi a partir de un dibujo de su hija pequeña. Luego espeta: "hacer un logotipo es un trabajo mucho más largo que hacer un dibujito, y eso no va a poder hacerlo alguien que no sea un profesional" ¡Anda a cagar a la vía!

Pepo Pérez dijo...

Pero es que es verdad, un buen logo es bastante más difícil que un dibujo, o dibujito.

Y si dijo eso de que sacó a Cobi de un dibujo de su hija pequeña, mentía; Mariscal es a veces bastante mentiroso, siempre está de cachondeo. Cobi estaba ya dibujado, prácticamente igual, en LOS GARRIRIS, que dibujó a mediados de los setenta (publicada en la revista STAR), mucho antes de hacer la mascota para las Olimpiadas y antes de ser padre.

Pepo Pérez dijo...

en su web (http://www.mariscal.com/), acabo de mirarlo por curiosidad, da el dato: su primera hija nació en diciembre de 1981. Con LOS GARRIRIS, donde ya estaba el proto-Cobi, empezó en Ibiza, en 1975. Sobre los días en Can Americano, en Ibiza, recomendable el libro de Onliyú que editó Glénat el año pasado , MEMORIAS DEL UNDERGROUND BARCELONÉS.

Anónimo dijo...

"Hay una cierta equivocación en la aplicación de la democracia"

Para enmarcar la frase...


...en la sede de Falange.


Pues no, no voy a ponerme a interpretar el sentido que haya querido darle quien pronuncia la frase, pero la suscribo: muchos y muy a menudo confunden democracia con plebiscito, y, que yo sepa, no todos los asuntos se someten a referendo popular, ni se invita a que participe todo el mundo, sin preocuparnos de su formación, ¿verdad?

Venga, vamos a convocar concursos para todo, porque, de lo contrario, somos fascistas que impedimos la participación del pueblo llano... Anda ya.

Y sí, convocar un concurso "popular" para elegir un logotipo, para un tema de difusión tan internacional como unas Olimpiadas, además, me parece una demostración de ignorancia absoluta acerca de la entidad del diseño gráfico. Una decisión tan, tan inculta, tan provinciana, tan propia de un colectivo subdesarrollado culturalmente, que me gustaría decir que es lo que cabe esperar de un ayuntamiento tan rancio y casposo como el del PP madrileño, pero confieso que tampoco me habría extrañado viniendo de las filas socialistas.

Siendo el tema, como es, tan sólo una preocupación burguesa, al fin y al cabo, una anécdota sin mayor trascendencia, sí que es un síntoma del estado de las cosas en esta España que, un día, pareció que podía convertirse en un país moderno... Pero fue un espejismo que duró apenas unos años.

P.d. Como sufrido madrileño, comparto el hondo y mezquino deseo de Correr es de cobardes de que la propuesta y la candidatura en pleno fracase de la forma más estrepitosa posible.

Javier dijo...

Sí, conozco los garriris (aunque me suenan del víbora pero no me hagas mucho caso), y no sé si decía la verdad, el sabrá si eso le sirve para algo, pero coño, ahí quedó esa tontería que me repatea mucho, que ahora venga cantando esa copla pues me repatea más.

Y gracias por recomendarme MEMORIAS DEL UNDERGROUND BARCELONÉS, me has hecho recordar que la encargue hace como medio año, y no he vuelto a ir por la librería...

Anónimo dijo...

coño, que no es un concurso de arquitectura, ya veran si el logo es bueno o no sea quien sea, que a lo mejor descubren un lumbrera que no estudió diseño.
Los profesionales en todo caso deberian estar en el jurado, que esa es otra...

Anónimo dijo...

ops, no vi lo de la votacion popular, esto me pasa por trasnochar...

Anónimo dijo...

Alguien me aclara cuál es el perfil exacto de un profesional del diseño, esto es, qué formación específica debe tener, cuáles son los criterios para ser un candidato válido.

Por otra parte, si el concurso quedara restringido a profesionales, ¿les parecería bien que la elección final fuera mediante votación popular? En caso contrario, ¿quién tendría la potestad para la última decisión?

Anónimo dijo...

Lo que digo, vamos a conceder el diseño y construcción de puentes al ganador de un concurso por votación popular... ¡Ah, no! Que los puentes se caen, si uno no tiene formación para hacerlos (y, a veces, incluso teniéndola).

Pero, claro, como los logotipos no "se caen", pues esos sí que los puede hacer cualquiera... ¡Si es un arte, hombre! ¡Si es sólo cuestión de gusto, no de conocimientos ni de criterio!

Di que sí...

Anónimo dijo...

"Lo que digo, vamos a conceder el diseño y construcción de puentes al ganador de un concurso por votación popular... ¡Ah, no! Que los puentes se caen, si uno no tiene formación para hacerlos (y, a veces, incluso teniéndola)"

Tú mismo te has contestado.

¿Cuantos historietistas conoces que no tienen ningún tipo de formación artística?

¡Ah! es que la formación no asegura el talento artístico. Se puede ser autodidacta y contar con ese talento.

Lo que en el fondo hay en todo esto, presumo, es el miedo a que la pasta y la proyección que genera la concesión del premio quede en manos de un particular.

Puro y duro corporativismo.

Anónimo dijo...

En mi trabajo me toca, más a menudo de lo que quisiera, debido a la sacrosanta política de ahorro de costes (y a la integración familiar en la empresa), trabajar con "diseñadores" cuya formación se limita, cuando hay suerte, a conocer más o menos bien las aplicaciones informáticas (ya saben, Photshop, Freehand, etc.).

Y se NOTA, créanme que se nota, cuando no se trabaja con profesionales. Una cosa es una buena idea, un concepto bonito, que todo hijo de vecino puede sacarse de dentro... y otra bien diferente aplicar esa idea o concepto, como han dicho más arriba, de forma estratégica. Es decir, como algo consustancial a todo el proceso de creación de la marca, producto o lo que sea. Hablamos de unos JJOO... no de diseñar el logo para la piscina municipal o para la convención nacional de jugadores de Risk.

¿Cuál es la formación de un diseñador? No puedo contestar con detalle, pero sí sé que hay escuelas de diseño... lo que no quiere decir que haya que tener un título para ser buen diseñador, pero SÍ hay que tener algo más que un par de cursos de Photoshop, Indesign e Illustrator.

Esta PROFESIÓN es algo más que el lazo y el bonito papel de regalo con el que se envuelve una marca para su presentación. El diseño, como dijeron más arriba, es algo estratégico, algo que debe ser consustancial a todo el proceso de creación de la marca, producto o lo que sea.

¿Han dicho provinciana interpretación de la democracia? Desde luego que sí. Quién sabe... a lo mejor lo hacen previendo una participación masiva, que sirva para mostrar al mundo como el PUEBLO clama por ser sede de unos JJOO.

Anónimo dijo...

Glups... se me ha colado una línea repetida al pegar el texto en el cuadradito. ¡Perdón!

j. dijo...

Yo creo, como Mefisto, que si el jurado encargado de decidir es 'caspa' (por miembros o por que haya voto de calidad un munícipe lego en la materia) tanto va a dar que el concurso sea restringido que abierto. Eso es fundamental. Como quieran casticismo, ya veremos quien es el guapo que salva la papeleta...

Independientemente de esto, y aun pensando que las Olimpiadas por mi las podían ir a hacer a la Fortaleza de la Soledad -tendrán dinero, que lo que es gusto, ninguno: ya se vió en el penoso Mundial de ciclismo de hace dos años-, creo que el concurso debería estar de todos modos restringido a profesionales acreditados. El mero planteamiento de 'puede cualquiera' es una falta de respeto para quien se ha formado en el oficio, para cualquier aproximación racionalizante a la práctica del diseño.

Pareciera anunciarse una tendencia a, por seguir con el ejemplo que habeis puesto más arriba, 'puentear' las profesiones que tienen un pie en la inspiración y otro en el oficio, concediendo que cualquiera puede recibir el, oh! ah!, soplo del Espíritu y que para materializarlo sólo se necesita posteriormente la intervención de un técnico puro. Así, en esa línea, no sería descabellado pensar que pueda llegar a plantearse en algún momento también el diseño del famoso puente en concurso público y universal, que ya vendrá el ingeniero a hacerlo viable...

Un saludo!

Anónimo dijo...

No voy a entrar al trapo que supone la sarta de sandeces que he leído en algunos (solo en algunos, que otros los encuentro muy acertados) comentarios de más arriba.

Lo que si querría comentar, como profesional del diseño y la ilustración con ya unos cuantos años en ejercicio, que lo fastidioso de esto no tiene nada que ver con el corporativismo, no con el "no querer dejar escapar la pasta".

La cuestión es mucho más sencilla: el diseño gráfico es un oficio, que requiere conocimientos muy sólidos acerca del uso de símbolos, códigos, etc. y su adecuado ejercicio no está al alcance de cualquiera. Se trata de una profesión relativamente nueva, pero muy importante en el contexto social actual (los buenos clientes lo saben) y tiene que ver, no solamente con la comunicación y con la estética, sino con la transmisión de valores. Esto es algo mucho más importante de lo que parece a primera vista, pero no voy a disertar aquí sobre mi bello oficio, pues hay excelentes libros que lo hacen.

La postura del gobierno desprecia esta profesión (y por ende a sus profesionales), del mismo modo que despreciaría a cualquier gremio si sus propuestas llevasen implicito un "cualquiera puede hacerlo". Y lo peor es que su planteamiento, de puro ignorante, agrada a los ignorantes (que son muchos).

Un detalle más en un país que, desde hace mucho, odia y desvaloriza las ideas y solo paga por el ladrillo. Solo hay que recordar ese triste "Que inventen ellos" de Unamuno.

Anónimo dijo...

¿Y quién te ha dicho que no me encuentro a diario con situaciones idénticas en mi empresa?

A menudo tengo que ejecutar proyectos diseñados por “simples“ ingenieros agrícolas y, coño, ¡todavía no se me ha caído ninguna estructura!

Y yo que pensaba que ese intrusismo era intolerable, que “esos” no tenían suficiente formación, que era un desprecio a esa profesión que tantos esfuerzos me había costado...

No me quieras vender la moto, que esta película ya la he visto.

Hala, hasta luego.

Anónimo dijo...

Está claro que aprendiste a leer, pero no te enteras muy bien de lo que lees. Por eso pareces un ignorante, supongo.

Yo no he dicho nada de instrusismo. Hablo de un organismo público cuya postura refleja la idea general que se tiene acerca de una profesión (la mía) y que fomenta que la gente pueda pensar que yo vivo de probar suerte. Y nada más lejos de la realidad.

Anónimo dijo...

¿Ven la crispación que se ha creado?

¡JJOO NO EN MI NOMBRE!

Anónimo dijo...

amos a ver, que comparamos logos con puentes y a mi parecer no es lo mismo, yo no cruzaria un puente que ha hecho el cabrero de mi pueblo que no sabe leer...Ahora, si yo fuera profesional, no tendria miedo a que se presentase un "cualquiera", pues la experiencia está a mi favor y el jurado valorará. Y que no me comparen un ingeniero industrial de diseño, con, por ejemplo, uno de electricidad o mecanica, que asi no vamos a ningun lado.
Lo que me parece mal en todo esto es lo de la votación popular, aunque si habría que probar la profesionalidad del jurado.
Si no, sería como si la gente votase cada ley cuando hay un gran porcentaje que se abstiene y otro de analfabetos que, al menos a mi pesar, aun existe en España.

Anónimo dijo...

No, perdona que te corrija, no parezco un ignorante, lo soy, ¿vale? Cada uno debe saber cuales son sus carencias. Espero que tú sepas las tuyas.

Lo dudo.

Pero te voy a decir lo que es también ignorancia. Ignorancia es pretender equiparar tu profesión con la de un arquitecto, o la de un médico. Es más, no es ni siquiera comparable con la de un simple electricista.

¿Por qué? Alguien lo ha dicho más arriba, porque de su trabajo depende la salud y la seguridad de las personas. Por eso, a mí, la ley me exige que cumpla una normativa. Eso significa que una mala práctica, o mi incompetencia, o un simple fallo, me puede acarrear consecuencias penales, de cárcel incluso ¿Entendido?

Por eso, cuando mi empresa presenta un proyecto a una entidad pública, o privada, me exigen que esté firmado por un profesional con una titulación suficiente. No es un privilegio que tenemos algunos profesionales, a ver si te enteras, es un derecho de todos los ciudadanos: derecho a que tu vivienda la construya alguien con un conocimiento demostrado; derecho a que tu médico tenga una capacitación suficiente. Yo no quiero que a mi familia le atienda un curandero, yo quiero que la atienda un tipo que tenga enmarcado un diploma en su consulta. Luego ya veré si es mejor o peor médico, o más competente, o más incompetente, pero, en principio, espero que tenga ese mínimo: un puto título.

Eso es un nivel, y en otro lado, ni arriba ni abajo, a un lado, están las otras profesiones, las de los pintores, de brocha fina o brocha gorda, la de los artistas, la de los tenderos, los agricultores, los periodistas... y los diseñadores gráficos. En este caso a mí, y a casi todo dios, nos importa una mierda lo que tengas enmarcado en tu despacho o tu acreditación profesional, porque lo que nos interesa es lo que ofreces, no lo que eres.

En tu caso te digo lo que opino: el conocimiento técnico se aprende y está al alcance de cualquiera, te guste o no; el talento y la capacidad crítica no me lo garantizan ni los años que lleves en tu profesión, ni todos los masters que me quieras pasar por delante del morro, te guste o no.

Te parecerá una putada, pero es así. Incluso un buen “profesional” se lo tomaría como un cumplido, pero que más da.

¿Qué tu profesión está mal considerada? ¿Qué esta vista así o asá? Francamente, querido, me importa un carajo.

El que tú deduzcas, gratuitamente, que yo o cualquiera pueda pensar que tu trabajo lo hace pichaza, me importa menos todavía.

Es más, me da igual todo lo que piensas.

Anónimo dijo...

Y me ha hecho gracia eso que dicen por arriba de “ya vendrá el ingeniero a hacerlo viable”. Otro día cuento alguna anécdota de cómo nos las vemos algunos para hacer viable el trabajo de alguno de esos... “pofesionales” del diseño.

Así nos descojonamos todos.

Anónimo dijo...

Mefisto:
No se trata estrictamente de la calidad del trabajo. A mi no me preocuparía que en uno de estos concursos ganase una propuesta de un aficionado antes que la mía. De hecho, si su propuesta es mejor y un jurado competente así lo estima, pues me parece fantástico. Afortunadamente, en esta profesión todavía se valora a los profesionales por los resultados y no por sus títulos. No creo en el intrusismo. Y aún te voy a decir más: yo no me presento a estas historias porque solo trabajo si sé que voy a cobrar.

Pero en el plano teórico sí me preocupa esa política de "concursos abiertos". Viene a ser como si, para tomar un café, dijésemos a veinte personas: "hagan un café cada uno, que yo los probaré todos y pagaré solamente uno a un precio decidido previamente por mí". Y eso es un gesto despreciativo hacía el objeto del concurso en sí. De hecho es un acto pretendidamente político; "una cosa de todos".

Existen otros muchos modelos de concurso, y cuando se trata de cuestiones importantes, creo que es mucho más sensato recurrir, por ejemplo, al concurso restringido a profesionales. Vamos, el modelo de concurso oficial de siempre en el que se exige al licitante que demuestre garantías de solvencia profesional. Como dijo Rafael Celda, una marca no es una cuestión popular.


En cuanto al crispado señor VM, pues hombre...
No pretendía que te enfadaras tanto. Ten en cuenta que yo explico mi postura, no en contraposición a la tuya, que ya te puedo decir que me importa bien poco, sino con ánimo de discutir sanamente con personas capacitadas para ello.

Y por cierto, no me cuentes milongas sobre "profesiones de las que depende la vida de la gente" (que a lo mejor he sido cocinero antes que fraile) ni mucho menos supongas que yo pienso cosas que no he dicho. Corto y cierro.

Anónimo dijo...

Pinche, pinche de cocina como mucho. No vamos a discutir sobre quien la tiene más larga, que al final la mayoría la tenemos más pequeña que lo que presumimos.

j. dijo...

Va, no se enfaden...

Yo creo que la línea que marcas, Vm, es demasiado tajante, y lo digo sin negarte que tengas la razón, que una cosa es algo que compromete la seguridad de las personas y bienes, y otra, el resto. Pero, aun con eso, el rigor, la profesionalidad es algo que se debe esperar de todo trabajo, producto y obra. Un concurso abierto en última instancia te puede aportar una buena idea, pero sin formación específica, es muy dudoso que la persona que ha tenido esa buena idea haya dado con una Forma perfectamente acabada. Y en las artes la Forma es la Idea. Así pues, al final, habrá que recurrir al profesional, al técnico, a que la haga viable en sus aplicaciones o la remate si fuese necesario.

Y cuando digo que la línea es demasiado tajante me refiero a que una mala praxis del diseño de un logo, un mal enfoque, puede arruinar a una empresa. No es cosa de vida o muerte, está claro, pero estaremos de acuerdo que se trata de un trabajo que implica un compromiso serio, no de algo banal. Aunque, como dices, al no ser algo que implique responsabilidad penal alguna, y por sus vinculos con el libérrimo Arte, está claro que queda una puerta abierta al capricho y, también, por desgracia, a los vendedores de humo. Pero tampoco creo que la solución pase por el café para todos.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Ni juan ni juanillo que se dice