jueves, abril 10, 2008

SIGUE SIENDO UN CÓMIC


Cuando acabó el borrador de Contrato con Dios, pensó en a quién se lo podría vender. No quería acudir a una editorial de cómics porque pensaba que los lectores potenciales de la novela habían dejado de entrar hace mucho tiempo en las tiendas de cómics y ahora acudían a las librerías no especializadas en ese género.

Eisner llamó a Oscar Dystel, entonces presidente de Bantam Books, para intentar venderle la idea. Dystel no sólo conocía a Eisner, sino que se decía que era fan de su trabajo en The Spirit. Dystel le recordaba, pero era un hombre muy ocupado, como suele pasar con los editores, y era impaciente. Quería saber que era lo que tenía Eisner exactamente entre manos. Eisner echó un vistazo al borrador, y el instinto le dijo: No le digas a Dystel que es un cómic o colgará el teléfono.

Así que Eisner se lo pensó un instante y le respondió: "Es una novela gráfica". -Oh -dijo Dystel-, eso suena interesante. Nunca había oído hablar de algo así.

Dystel invitó a Eisner a que llevara el borrador a su despacho, donde le echó un vistazo, después miró a Eisner incrédulo, y luego volvió a mirar el borrador. Entonces Dystel dijo que no con la cabeza.

-Llámalo como quieras -le comentó con cierto tono triste en su voz-, ¡sigue siendo un cómic! Nosotros, en Bantam, no vendemos cómics. Me sorprendes, Will. Ve a buscarte una editorial pequeña.

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De la biografía de Will Eisner escrita por Bob Andelman. Otro extracto, sobre el trabajo para la edición de LOS ARCHIVOS DE SPIRIT:

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Los empleados de DC se sintieron especialmente contentos por el éxito de Los archivos de Spirit.

-Suponían un reto artístico -declaraba Dale Crain, editor senior de las ediciones en tomo de DC-. En cuanto se cerró el trato a todo el mundo le embargó la emoción. Es un material clásico, hermoso e importante.

Crain, quien diseñó y editó reediciones de tiras para Kitchen Sink Press antes de entrar en DC, fue el responsable de trabajar con Eisner en la estética de Los archivos de Spirit y en otro detalle importante: cómo se iban a colorear los tomos. Hasta el tomo doce, todas las historias fueron reconstruidas a partir de las historias originales publicadas. Crain y Eisner hicieron varias pruebas sobre cómo tratar el color para aproximarse al correcto.

-Por suerte, pensábamos de la misma manera -aseguraba Crain-. Queríamos ser lo más fieles que pudiéramos al original. Para conseguir que todo quedase lo mejor posible, escaneábamos digitalmente las páginas. El problema, cuando escaneas, es que el resultado final es tan bueno como lo era el original del que partes, por lo que se requiere cierto grado de manipulación. Cogimos páginas de periódico a color y las pasamos a blanco y negro y luego las recoloreamos por ordenador, al mismo tiempo que el ordenador les quitaba el color original. Es un proceso bastante complejo. Tienes que fijarte en lo que había originalmente y recrearlo. A menudo una línea puede quedar un poco mal, y se requiere un montón de suavizado y limpiado. Los once primeros tomos se hicieron así. En el tomo doce (el primero tras la vuelta de Eisner de la guerra), comenzamos a trabajar a partir de los originales o fotocopias del propio Eisner.


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