sábado, noviembre 25, 2006

LA ESTÉTICA DE LO INVEROSÍMIL

Me han dejado el primer arco argumental de Ed Brubaker y Steve Epting en Capitán América. Entretenido, serie B de esa de mucho oficio, rato agradable y asunto genérico. Casi olvidada ya. El caso es que en el nº 7 leo un articulillo donde han preguntado a los autores del asunto su autor favorito: ¿Kirby o Ditko?
Brubaker vota Ditko
Steve Epting va por personajes: el Extraño y el Spiderman de Ditko, y Kirby para el resto, dice.
Y a Lark, pues no le han preguntado.

(llustración, izquierda: página de Steve Ditko para AMAZING SPIDER-MAN #9)

El caso es que la chorrada me ha llevado a pensar que Ditko está cada vez más y mejor considerado, poco a poco parece que se le está dando el mérito que acapara Kirby. También pienso que es curioso que siendo Spiderman un tebeo tan "de la calle", como realista dentro de que es lo que es, suela preferirse a Ditko o Gil Kane, autores que renuncian (más Ditko, pero ambos) al naturalismo de un Romita, que en superffcie es más afín al tebeo en cuestión. Yo soy de Romita, por secuelas en mi infancia ;), y porque me encanta su estilo, tan verité, tan capaz para plasmar un tortazo de El Lagarto como una revuelta universitaria. Pero me intriga el hecho de que sea Ditko, incluso Kane, quien suele preferirse en las "encuestas", el primero con su hieratismo llevado al paroxismo (de la página a la anatomía, la disposición dentro de la viñeta de los elementos de la escena...todo es envarado, y al tiempo su Spiderman tan flexible...). Y Kane con esos rostros únicos (que odiaba de chaval, ja, ja) y esas angulaciones maravillosas.


(Izquierda: página a lápiz de Gil Kane para AMAZING SPIDER-MAN #123, el funeral de Gwen Stacy; derecha: página ya entintada por John Romita, con algunos cambios que, al parecer, solicitó el editor)

¿Por qué se los prefiere (y creo que con razón)?
Pienso que representan una cierta esencia de lo imposible que hay en el género, y que se ha desechado en beneficio de la vía "verista" de Romita. Hoy los tebeos de supers, por ejemplo este mismo Capitán de Brubaker, pasan por lo verosímil (un imposible). Incluso un Michael Lark, dibujante estilizado como pocos, tiende a esa sensación. Es curioso que (meeeec, meeec, entramos en zona Miller) uno de los autores que renuncian hoy (y hace 20 años) a la vía Romita sea Freddy Mercury, ya desde su Daredevil. Siempre se cita la influencia de Eisner en él, pero cuánto hay de esa estética de lo inverosímil en su Dan Defensor, por no hablar de su Dark Knight (el mejor tebeo de supes sin discusión, y para mí uno de los mejores de la historia).

(izquierda: página de Steve Ditko para AMAZING SPIDER-MAN #27)





(viñeta de John Romita)


(viñetas de Gil Kane, entintadas por John Romita)


(la Mary Jane original, por John Romita)

Bueno, la paja mental me lleva a Miller, pero el tema era más genérico. ¿Es la vía dominante ahora, la "realista", la más adecuada para el género? ¿Qué funciona mejor en superhéroes, un Bryan Hitch, o un Mike Allred, aún siendo ambos buenos en lo suyo?
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No empecéis a cachondearos por lo de Miller, que esto no lo he escrito yo. Es un mail que me ha enviado Señor Punch. Su turno. En el cuadradito de comentarios.

(últimas cuatro ilustraciones: página de Bryan Hitch para THE ULTIMATES, página de Frank Miller para DK2; Mary Jane por Adam Hughes, Spiderman por Mike Allred)




24 comentarios:

El Miope Muñoz dijo...

Las dos a mi entender.: uno parece que sigui la línea más kirbyana y pop, y el otro funciona mas con un "hiper"realismo que se lleva mucho también.

Lo ha dicho ya Punch "los dos son buenos en lo suyo".

Pepo Pérez dijo...

yo no creo que funcionen igual. De hecho, creo que el dibujo "hiperrealista" (y no me refiero a Romita, que no lo era) es una de las razones (la otra es el tipo de guión) de por qué los SH de ahora mismo no funcionan.

Como me decía el otro día un amigo, por influencia del posmodernismo, en los SH de ahora (Ultimates es un buen modelo de ellos) TODO está expresado en la página, todo está acotado, todo significa exactamente lo que EXPLÍCITAMENTE se dice que significa, en guión y en dibujo, hasta la última coma de significado. Ni el guión ni el dibujo actual deja espacio mental alguno a la imaginación, al símbolo, al significado implícito, a pensar sobre las motivaciones del personaje -porque se explican enteramente-, a la aventura que hay "detrás" o "enmedio" de la aventura que leemos: todo está explicado.

Otro amigo (a este le conoces, Juanjo) me dijo una vez que cuando volvió a leerse de mayor, hace un par de años, los 4F de Byrne (que eran SH clásicos, género auténtico, no posmoderno), que le encantaban de pequeño, se quedó estupefacto al constatar lo "poco" que sucedía en ellos. "No lo entiendo. Yo recordaba mucho más, muchas más aventuras, como si sucediera mucho más en esos tebeos", me dijo. No creo que fuese sólo la memoria la que le traicionaba. Es que los SH clásicos funcionaban así. Se sugería mucho más de lo que se podía leer en ellos. Los personajes tenían una vida "por detrás" que nunca veíamos, pero que nos encantaba imaginar. Sus motivaciones tampoco estaban claras hasta la última coma, ni mucho menos. Eran una especie de constructos o máquinas poco inteligibles para el lector y desde luego ambiguas por defecto (por ocultación de su "vida real"), que cumplían una función en la historia sin que se nos desvelase mucho sobre su psicología o motivaciones. No se cuestionaban a sí mismos porque no eran personas realistas, sólo cumplían una función en un tipo de relato -el de SH- muy concreto.

Hace poco, Álvaro abogaba por el "cuestionamiento de las motivaciones" del SH, por el "cuestionamiento de la tarea del héroe" para hacer adulto al SH. No sé si adulto o no, lo que sé es que eso ya no es SH clásicos, sino SH posmodernos (los que van desde Moore a Ultimates), y sé porque veo donde está el género que eso es un callejón sin salida. En los SH posmodernos, al contrario que los clásicos, el espacio mental se cierra y todo significa EXACTAMENTE lo que se nos explica en la página: es un volver sobre el personaje clásico para diseccionarlo y "comprenderlo", empezando por su origen "real" y "científico" ("La lección de anatomía" de La Cosa del Pantano, el episodio de Watchmen donde se explica el origen de Manhattan/Atom, los que escribió Moore sobre Miracleman explicándolo de pe a pa; los ULTIMATES de Millar donde se explica el origen exacto y político-científico de Los Vengadores) hasta sus motivaciones psicológicas más profunda : ¿cuál es exactamente la ideología del Capitán América? Porque en el Capi de Kirby no estaba, su Capi era un constructo imparable que combatía el mal y defendía la libertad sin "cuestionarse su tarea"; pero tranquilos, que Millar ya nos explica la ideología y psicología del Capi con pelos y señales en ULTIMATES: el Capi es un carca y conservador, que no quiere ver mujeres desnudas en un espectáculo, que no entiende la vida moderna, incluso que puede llorar por un ataque de cuernos. EL CAPI TAMBIÉN PUEDE LLORAR. ¿Qué pasa con esto? Pues que la pregunta es ¿a quién le interesa de verdad saber cómo piensa alguien que lleva capucha, escudo y calzones por encima del pantalón? Como decía Kyle Baker, si quiero leer un tebeo de Superman, quiero verle volar y hacer cosas increíbles, no quiero ver a Clark Kent hablando tooodo el rato y llamando "Hal" a su amigo Linterna Verde, mientras éste le confiesa a "Clark" sus problemas sentimentales o las dudas sobre su tarea como héroe.

A mi juicio, el problema es que con el tratamiento posmoderno terminas vaciando de contenido al SH. Si lo explicas demasiado (en guión y en dibujo), y demasiado realista, no sólo no es más verosímil sino al contrario, mucho más inverosímil, sino que pierda la gracia y lo que permitía hacer funcionar al SH. Lo que hizo Moore sólo se puede hacer una vez, pero no puedes seguir repitiéndolo hasta el aburrimiento: porque lo que hizo es ya posgénero, la autopsia del género original muerto, que se disecciona hasta el absurdo para enseñarnos sus entrañas y mecanismos. ¿Quieres darle una motivación psicológica real y razonada hasta el último detalle a Batman? El resultado es BATMAN BEGINS, que no funciona desde su minuto diez.

Personalmente, estoy muy cansado del género posmoderno: ULTIMATES es aburridísimo, y eso sin entrar ahora en las asquerosas ideas políticas que su guionista "de izquierdas", Millar, cuela de rondón en sus argumentos con tal de servir a su santo patrón, el becerro de oro que para él es la Marvel americana: es impresionante lo que un escocés cateto como él puede llegar a pensar que le "gustará" políticamente al público estadounidense; según él, todos deben ser unos "patriotas" descerebrados. Estos SH que se hacen ahora (Strazynski también tiende a explicarlo TODO) no me interesan nada, es un tostonazo, y me gustaría una vuelta al género "clásico", no digo retro, pero sí género no-posmoderno, género sin autoconsciencia ni reflexiones sobre los mecanismos de su funcionamiento. Miller lo ha hecho en DK2, rehuir expresamente lo posmoderno, con esa gozosa celebración del género clásico de SH, aunque actualizado a 2002, y ya me gustaría que muchos otros autores siguieran derroteros parecidos.

Pepo Pérez dijo...

Sobre por qué Ditko es mejor que Romita, Punch: es más imaginativo, más dinámico, su narrativa es mejor. Romita es muy bonito y es narrador eficiente -a mí siempre me ha gustado- pero como historietista, a poco que te fijes, Ditko es mucho mejor. Tú analizas una página de acción de Ditko, incluso una de charleta, y todo es mucho más rico, en angulaciones, encuadres, composición y planificación. Con Kane pasa igual: en todo eso ganaba a Romita. Eso sí, como las tintas de Romita y su modo de dibujar a Peter y las chicas de la serie, ninguno.

Pepo Pérez dijo...

pues, NUEVAMENTE, estamos de acuerdo. Ya ves que es posible ;-)

Anónimo dijo...

Moore es especialista en contarlo TODO de un personaje. Cogió a la Cosa del Pantano y le dio un nuevo origen, pero no sólo eso, sino que prácticamente llevó al personaje a su conclusión a una vía muerta a partir de la cual era casi imposible continuar. Veitch hizo lo que pudo, pero Moore prácticamente había exprimido del todo al personaje. Lo mismo con Miracleman, o incluso más acentuado. Hay que tener mucho cuidado cuando se le da a Moore un personaje con coninuidad, corres el peligro de que cuando lo deje, te deje un marrón importante entre manos.

Respecto al tema de como funciona el mayor o menor realismo, creo que en parte es una cuestión de aprendizaje por parte del lector. Allred es muy bueno (o me gusta mucho), su Madman y sus X-Statix me funcionan a la perfección, pero cuando mete a Los Vengadores ya es otra cosa. Porque he aprendido a ver a Los Vengadores de otra manera.

Y me ha gustado mucho que metieras esas viñetas casi iguales de MJ (aquí la palabra clave es casi). ¿Cuál funciona mejor? La de Hughes es tremendamente realista, pero no me inspira ni la mitad de sorpresa que la de Romita, con la cara de estupor de Peter en primer plano y las líneas "irreales" alrededor de MJ que refuerzan la sorpresa, por no hablar de la postura del personaje, que en el dibujo de Hughes está claramente posando. El dibujo de Hughes es un precioso pinup, pero expresivamente está muerto.

Y lo de Miller ya es un tema aparte. Su interpretación de Batman es pura fuerza, como sucedía con Kirby, pero elevado a la enesima potencia. Acabo de comprar el Dark Knight en versión "absolute" y a diferencia de lo que pasa en la versión del V de Vendetta y en Watchmen, la ampliación del dibujo no le afecta lo más mínimo. Y pienso que tendría la misma fuerza si lo hicieran a tamaño mural. ¿Se puede decir lo mismo del dibujo de Hitch? No.

Así que en líneas generales estoy de acuerdo con Pepo, el dibujo menos realista tiene una fuerza simbólica que le falta al dibujo realista, que se agota en sí mismo. Puede parecernos muy hermoso, pero nos impide terminar el trabajo del dibujante en nuestra cabeza, evoca menos, es un dibujo cerrado que no admite distintas interpretaciones. Por supuesto que tiene su encanto, y algunas obras puede que lo pidan, pero precisamente los superhéroes son uno de los géneros donde más cosas deberían quedar libres a la recreación del lector. Cuando se empeñan en hacer tebeos como los Ultimates (que la verdad es que me gustan, ¡viva la incongruencia!), donde personajes tan irreales se introducen en un entorno tan real, se olvidan de que el lector ya no puede pasar por alto NINGUNA salida de la lógica, y quedan, o bien muy encorsetados, o bien llenos de "cantadas".

Anónimo dijo...

Todo esto que comentais esta muy bien. y estoy de acuerdo en un montón de puntos. Lo malo es que os olvidais de una cosa: los SH clásicos, los de toda la vida, los anteriores a la deconstrucción de Moore, también habían llegado a un callejón sin salida, creativamente hablando. No por el concepto en si, universal y siempre válido, si no más bien por falta de ideas, por puro hastío, por agotamiento de los creadores. ¿Qué pasó? De repente todo el mundo se apuntó al carro de la deconstrucción, a la moda del éxito de Wachtmen (que como apuntais por ahí se puede hacer una vez... o dos), del realismo dentro de un género irreal por definición (sin connotaciones peyorativas, me refiero a la irrealidad del cuento clásico, o la narración épica).
Así no encontramos con una situación un tanto kafkiana: los SH llevados al callejón sin salida actual, un callejón sin salida conceptual, debido al cansancio y falta de ideas de los creadores, incapaces de imprimir aliento en unos SH clásicos que, conceptualmente, en absoluto estaban agotados. Y es que los temas eternos no se puden agotar. Pero los autores encargados de desarrollarlos si.
Una vez certificada la muerte de la vía postmoderna del SH, coincido con vosotros en que estaría muy bien una vuelta al concepto clásico. Pero mucho me temo que no andamos sobrados de nuevos Kirbys, Kanes, Lees, Romitas y Ditkos.

Octavio B. (señor punch) dijo...

Muy buenas las imágenes para "ilustrarme".
Y por supuesto, Ditko es una bestia, en Spider y en Extraño ya no te digo. Mejor que Romita, lo sé. Simplemente el de Rom es MI Spidey. Mis infantes setentas son Romita. Mi primer tebeo significativo fue Romita. Es cariño, y el cariño no se quita ;)

Ultimates: Yo ando con la nueva etapa al rebufo de Panini, y espero que vuelva la mala leche, que no se me escape por otro callejón facha como hizo en el arco de los aliens. Y por ahora, creo que sí, que va bien. Fíjate incluso que en Thor está respetando ese principio de incertidumbre, y por eso es el que mejor funciona, porque no sabes cómo entrarle. Creo que es un enfoque, efectivamente posmoderno, pero también muy divertido. En mi blog le dí un tres sobre cinco, osease, que no está mal pero no entra en el cupo, que decían MArtes y 13. A un nivel que, por supuesto, no es el del DK2 ni el de X force de Milligan Allred, tebeo que temo tardaremos lustros en ver superado por algo nuevo en el género (porque Milligan, creo, entiende los supes desde tu óptica, que es la mía, pero sabe llevarlo más allá que un modo que todos hoy podemos analizar...pero nadie hace diez años supo imaginar)

santibilbo dijo...

yo no veo contradición,una visión estilizada o caricaturesca puede abrir rincones de la imaginación,reinventa una nueva realidad,(la del tebeo,nada que ver con la fotográfica),puede facilitarnos la entrada aun mundo fantástico... o no.De hecho, con frecuencia refleja aspectos cotidianos de la realidad y nos ayuda areconocerla mejor.Un cómic más naturalista, e incluso hiperrealista, si utiliza bien los recursoso plasticos y narrativos a mi me parece de puta madre.Lo que ocurre que suelen ser pretenciosos y pedantes y siempre superficiales.Yo no creo que lo importante de Wactmen sea la premisa supers en la realidad,eso es una filfa superficial que impacta al principio,lo que cuenta en ese comic es la estructura,la planificación y el tema profundo que tiene que ver con medios y fines,con azar y voluntad,orden y caos y dioses y hombres.Si me sacan a BATS contra al qaeda quiero que la confluencia entre eSTILO y contenido tenga la textura adecuada.Que buena parte de la literatura fantástica y cf, la epopeya mitológica tiene más agujeros de lógica que un colador, son sólo relativamente coherentes y con frecuencia son muy profundas y poéticas porque nos llevaron a su terreno.Nadie dice que los heroes homéricos se tiran parrafadas de media hora entre lanzazo y lanzazo....Lo inverosimil,decía Jardiel que era un territorio donde afloraba la poesía surgida del asombro y que esta la salvaba del disparate

santibilbo dijo...

Ah, y a mí Ditko me parece una mediocridad.Sólo me atrapa en capítulo final.Rígido,inexpresivo en los rostros,vale retorcía a Spidey,creaba cierto ambiente inquietante y planificaba a veces de maravilla.Pero para mi Spidey sólo se hace verdaderamente "real",no un monstruito con Romita.Y kane tal vez sea el que mejor ha planificado y encuadrado hasta Miller en los supes

Anónimo dijo...

Pero no obviemos que en el Spiderman clásico de toda la vida, el de Lee y Ditko, y desde un primer momento, ya se cuestionaba su propio rol como superhéroe. Ya tenía conflictos internos. Esta humanidad de Spiderman es, a mi parecer, lo que hizo tan atractivo al personaje desde un principio. El germen de esta postmodernidad ya la encontramos en el clásico. Spiderman no era Superman ni el Capitán América, aportaba esa chispa de humanidad -y por que no decirlo, realismo- a la historia. Era un chaval lleno de contradicciones al que le cayó esta bendición/maldición.

Pepo Pérez dijo...

sí, por supuesto, pero en el caso de Peter yo lo veo más bien como el tema principal del personaje, que es la identidad, quién es y qué quiere ser. No es un "volver la mirada autoconsciente a observar entomológicamente a personajes ya existentes", que es lo que sucede en los SH posmodernos, desde Moore a Vengadores-Ultimates.

"Un cómic más naturalista, e incluso hiperrealista, si utiliza bien los recursoso plasticos y narrativos a mi me parece de puta madre."

no he hablado de dibujo de cómic en general, he hablado en particular , para este género. Como tú dices, si estilo y contenido son coherentes, el dibujo puede llegar a ser más "realista" sin traicionar la esencia de los SH. El caso de Neal Adams fue uno de los mejores en este sentido, pero también es porque a menudo su dibujo estaba acorde con el tipo de guiones de SH que dibujaba. Estilo y contenido casaban. Lo mejor que hizo, que probablemente fue La Saga de R´as al Ghul, no es precisamente una historia realista, y funciona de puta madre. Y es género clásico, nada posmoderno.

"Ultimates: Yo ando con la nueva etapa al rebufo de Panini, y espero que vuelva la mala leche, que no se me escape por otro callejón facha como hizo en el arco de los aliens."

Tú esperáte, espérate a leer entera la nueva serie que acaba de empezar Panini.... Luego, en las entrevistas, el cínico Millar se define de izquierdas.

Octavio B. (señor punch) dijo...

Tú esperáte
(ay ay...
bueno, por ahora, me lo paso pipa, blockbuster...que es lo máximo a lo que parecen querer aspirar los super de hoy)

Pepo Pérez dijo...

estoy repasando viejos números de AMAZING SPIDEY de Romita y es muy curioso observar que, en narrativa y composición, sus primeros números son mejores, cuando más imitaba a Ditko. Más tarde, cuando ya se siente seguro en la serie, tiende a simplificarlo todo mucho, incluso a la fórmula (sigo hablando de cuestiones narrativas; de dibujo siempre fue muy bonito y agradable a la vista). Me imagino que en esa simplificación tendría mucho que ver la necesidad de compaginar el dibujo con su trabajo como director de arte de Marvel.

Anónimo dijo...

"Pero no obviemos que en el Spiderman clásico de toda la vida, el de Lee y Ditko, y desde un primer momento, ya se cuestionaba su propio rol como superhéroe. Ya tenía conflictos internos."

Aquí está el meollo, creo yo! Estoy tan de acuerdo con esto como con JCP, intentaré explicarme.
Spiderman Lee-Ditko no es metalingüístico ni posmoderno, claro que no (y es practicamente seguro que sus autores no conocían estas palabras cuando se pusieron a hacerlos) pero en este comic y en los cuatro fantásticos está el germen de todo: Los 4F ya NO son seres en los que el lector se proyecte de una forma tan infantil o tan ingénua como hiciera con los superhéroes de la "edad de oro" creados por Siegel-Shuster o Kane... en las creaciones de Lee hay IRONÍA.
A partir de sus tebeos ya está claro, que un tipo vaya en mallas a salvar el mundo, oye, eso no es serio: ¿es que está chalado?.Mirándolo desde una óptica vitalista y grandilocuente, pero tambien un poco risible(la de Lee y la de los años sesenta en USA) el hecho superheróico refleja una conducta que proviene de un conflicto interno al que se puede sacar mucha miga en materia de diversión y entretenimiento. Lee ya vive en la época en que se ha implantado el sicoanálisis como herramienta terapéutica extendida para clases medias y altas, tiene la guerra fría encima, con la clase de pensamieto paranoide y ultrarazonador que facilita esto y, como buen americano emprendedor, se lo toma todo bien a chufla en sus tebeos, con menos autoconsciencia de la que gozamos hoy, si queréis, pero con bastante conocimiento de causa y, ajá con ganas de hacer dinero (Hulk es un préstamo de la literatura, ok, pero nos llega como icono empaquetado POP).

A lo que voy: que los superhéroes clásicos me parecen un producto artístico muchísimo menos inane de lo que asemejan a simple vista, claro, que en cierto modo ya son posmodernos, y que la supuesta revolución de Miller-Moore no me parece tal, sino un balón de oxígeno del que disfrutó o disfruta el género (lo mismo que, por cierto, los Statix han supuesto para la actualidad.)

Y otra, ya puestos: Yo no estoy del todo de acuerdo con el dicho extendido de que los Superhéroes son trasposiciones de los mitos clásicos... por el mero hecho de que esos mitos están en crisis en la cultura occidental, lo mismo que Dios todopoderoso. En todo caso son, ajá, recreaciones irónicas, de uso fácil y consumible (por mucha importancia que puedan llegar a cobrar en la psique del lector), ante las cuales, identificandose y todo, el lector puede tomar debida distancia. Yo no creo siquiera que los niños se identifiquen con los supes de forma tán mitopoética como a veces se presume. Recuerdo una cosa: de pequeño me FASCINABA Iron Man. A riesgo de sonar más personal y llorica de lo que debiera (perdon de antemano), comentaré que supongo que era porque soy un fulano un poco sensiblete y asustadizo y de crío me proyectaba "dentro" de aquella armadura rojagualda para poder salir por los aires (por encima de las cosas, victorioso) a prueba de torpedos y a salvo de agresiones. Pero el caso es que ya de pequeño ya lo sentía o lo entendía así, como todo el que ha leído tebeos de superhéroes, me atrevo a decir... (por cierto, hoy día todo eso es lo que me sigue fascinando de ese personaje, que por otra parte puede ser hasta antipático).

PD_ ¿vosotros creeis que la manera en que uno se identifica con James Bond es tán seria como la manera en que se lee la Biblia?

Pepo Pérez dijo...

me quedo con tu postadata, porque DAS EN EL CLAVO con el ejemplo de Bond. Es un material pop que funciona de manera parecida a los SH, aunque sea otro tipo de relato (relato del que, por cierto, algunas sagas de SH en determinados momentos tomaron prestadas bastantes cosillas, y no sólo me refiero al Nick Furia de Steranko).

De hecho, el filósofo éste del que hablamos el otro día, Zizek, utiliza a James Bond (Javi, si andas por ahí, toma nota del libro: LACRIMAE RERUM, Debate) para explicar en qué se convertiría ese subgénero de espías tan delimitado (Bond) con un tratamiento posmoderno que explicara realmente TODO del personaje desde un punto de vista realista y "verista", en lugar de seguir dando por sentadas sus premisas habituales sin mayor explicación. Por ejemplo, dice Zizek, un relato posmoderno de OO7 que nos explicase qué sucede entre una aventura y otra, que nos contase qué pasa con la relación que traba Bond al final de cada una de las aventuras "oficiales" con la chica de turno (final idéntico siempre en las películas): cómo continuaría luego la relación, el aburrimiento que poco a poco se instalaría en ella, la chica que, por ejemplo, le pide que se comprometa, Bond que evita el compromiso dando al traste con la relación, etc. Pues esto es lo que hizo Moore en Watchmen con la "vida privada" de los superhéroes (Capitán Atom-Manhattan; Blue Beetle-Búho Nocturno, etc.), o lo que sigue haciendo Mark Millar en Ultimates, o Strazysnki en Spiderman en gran medida, y la verdad es que a fecha de hoy aburre muchísimo. Bajo mi punto de vista, ese tratamiento se ha cargado el género. Ya no es género, es posgénero, es otra cosa, por eso no lo reconocemos.

Otra pregunta que me hacía mi amigo el otro día, durante la conversación que tuvimos sobre este tema: ¿verdad que Ultimates se percibe como un Else Worlds, como una aventura "apócrifa" que no está dentro de la historia "oficial" de Los Vengadores? ¿verdad que el Spidey de Strazynski se percibe también como fuera de la "historia oficial" de Peter Parker? ¡TOTALMENTE! Es lo que tiene el tratamiento posmoderno. Y cansa mucho. Es como si no pudieras olvidarte ni por un puñetero momento de que lo que lees es ficción reflexionando y partiendo de ficción previa, metalenguaje puro. Un poco vale, está muy bien, Moore lo hizo bien en su momento y se llevó el gato al agua con la novedad, pero ¡por dios! que han pasado 20 años y el género se ha convertido en gran parte en ese rollo.

Pepo Pérez dijo...

Tampoco puede ser casualidad, Ben, que la ironía que -tienes toda la razón- introduce Stan Lee y su equipo en los SH se produjera JUSTO en la década prodigiosa, fecha en la cual, más o menos, se suele establecer el comienzo de la posmodernidad en arte, poco antes había aparecido el pop art (arte reflexivo sobre elementos populares, metalenguaje), la contracultura desde mediados de los 60, etc. Los SH Marvel reflejan un poco eso, aunque sigan siendo género clásico, pero filtrado ya con el descreimiento irónico propio de la década, ¿no? Sí, Joan tenía razón al apuntarlo, quizás ahí comenzó todo y luego cristalizó plenamente en el "curso del 86" con Watchmen (bueno, en realidad antes, con Miracleman y La cosa del pantano).

El Miope Muñoz dijo...

Me llevo esta respuesta (tuya) Pepo a mi blog, me ha impresionado. Bien lo que a mi me encanta de los Ultimates no es que "lo expliquen todo" sino que es el espíritu de su época.

Creo que ha quedado sobradamente claro tus preferencias por una vena más clásica, más Miller si matizamos, pero a mi me parece que los Ultimates en su concepto reflejan nuestra sociedad.: vivimos en una época de descubrimientos científicos alucinados.... y rebuscados, de en realidad una cierta reiteración en nuestra cultura posindustrial me parece excelente la jugada del metalenguaje propuesta por Millar pero, obviamente, Moore abrió y cerró un montón de puertas con su bíblico watchmen aunque me parece que las intenciones de Millar es ejecutar una revisión al mito acorde con su sociedad.

Por eso ,dices, los SH de la Marvel son así: así eran los sesenta, ese era el espíritu de una forma de pensar, de narrar, me parece.

¡Un saludo!

Pepo Pérez dijo...

me has picado, Alvy. He dedicado el nuevo post a "responderte" sobre Ultimates.

Anónimo dijo...

"Es lo que tiene el tratamiento posmoderno. Y cansa mucho. Es como si no pudieras olvidarte ni por un puñetero momento de que lo que lees es ficción reflexionando y partiendo de ficción previa, metalenguaje puro."

Y tanto que cansa ya...

Yo la verdad es que solo he disfrutado ultimamente con los Statix, como dije, y con Planetary. Esta última es referencial tambien hasta más no poder, y metalenguaje (el episodio del entierro era más explícito que la mar), pero sabe conservar o recuperar un nosequé de las narraciones de género que me gusta mucho. Ah! Y es en el único tebeo de superhéroes en que creo que ha aparecido una idea (un poco) novedosa en cuanto al género, la que se plantea con "Los cuatro": Un grupo de superhombres que no percibes exáctamente como villanos, puesto que se refieren a un grupo de héroes al que toda la vida has dado por bonachones, que se ha vuelto completamente amoral a causa del uso de su poder al más puro estilo hipercapitalista.

Bof... y Ultimates es que funciona como gamberrada y ya está. En los Authority de Millar por lo menos veías el mismo concepto pero con más frescura, pero aquí es que hueleee...

Anónimo dijo...

Curiosa la comparativa entre las dos versiones de la página del entierro. Yo diría que ganó con los cambios, la verdad.

Un saludo.

Pepo Pérez dijo...

Claro,Alfred, yo también pienso que está mejor la versión definitiva. Y es que el equipo completo que se encargaba de la serie entonces era sencillamente imbatible. Conway guiones, Kane lápices, Romita tinta (y alguna cosilla más, seguro); Roy Thomas y Stan Lee editando. Fueron "los mejores años de su vida". Al menos artísticamente hablando.

Anónimo dijo...

Lo apunto. ¡A ese hombre le va la cultura popular! :)

Yo estoy con Joan: las aventuras maravillosamente irreales pre-Marvel debían tener ya entonces bastante aburridos a algunos, de ahí que se buscase la magia en una mayor complejidad. Algo similar, imagino, pasa en cada nueva generación de autores -que, no lo olvidemos, son lectores que quieren hacer los tebeos que les gustaría haber leído-: y es que si la sorpresa inicial se convierte en fórmula, termina por hartar y desenganchar. El problema está, claro, en que a mayor complejidad mayor dificultad y por eso la mera repetición de la fórmula de Moore, o Miller o Chaykin, normalmente no funciona ni por aproximación (de estos tres, por cierto, el que daba más cancha para ser continuado era Chaykin, que es el único que no deja a sus personajes en un punto de no retorno, y ha sido el menos y peor imitado).

Un saludo!

Anónimo dijo...

(Mayor complejidad no significa mayor realismo, claro está, y valga como ejemplo la fascinante Pulp Fiction de Tarantino, de la que ayer en los momentos buenos de Kill Bill 2 me acordaba con nostalgia fan...)

Anónimo dijo...

El asunto de Romita ya lo explicó él mismo en alguna ocasión.

Romita es un dibujante "invisible".

Si, todos vemos a las chicas guapas y demás, pero no nos damos cuenta de su "presencia" como dibujante.

Y no porque sea mal narrador (Creo que está infravalorado en ese sentido, hay muchos ejemplos de su buena narrativa), sino más bien por su estilo limpio que hace que no nos fijemos tanto en "él".