lunes, noviembre 20, 2006

SIN PALABRAS


Chris Ware en el NEW YORKER.

(visto en Comics Reporter)

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Un comentario inocente (en serio lo digo).

Pese a que lo de Ware es apabullante ¿a veces no es contradictorio lo que busca con lo que practica? Quiero decir, si ese es el verdadero lenguaje de los cómics, yo debo confesar que a veces me pierdo en la dirección de la lectura.

Agredezco que alguien me haga entrar en razón.

Pepo Pérez dijo...

no es que sea el "verdadero" lenguaje de los cómics, es el que usa él. Como dije en su momento, no hay un solo lenguaje de cómics, sino muchos, depende del autor. Que te pierdas en la dirección de lectura es normal, es lo que Ware pretende. A mí la página de cómic ésta que publica el New Yorker me parece una auténtica brutalidad, Ware está ya fuera de todo registro conocido. Fíjate solamente en ese diseño asimétrico de viñetas. ¿Cómo se leen? Tú mismo.
El tío ha rechazado definitivamente la linealidad clásica de la tira de cómic; leer esa página es lo más parecido a estar rememorando recuerdos sobre alguien: los recuerdos reales siempre son inconexos, como lo es nuestra forma de pensar, no lineales.
Para que luego digan que el cómic es parecido al cine.

Pepo Pérez dijo...

No me extraña tampoco que a Ware le hayan comparado con Joyce, como equivalente en cómic respecto a lo que Joyce significó para la literatura. Esta página de LEFTOVERS es lo más parecido a la "stream of consciousness" que yo recuerde haber leído en cómic, y con lenguaje específico y exclusivo de cómic.

Octavio B. (señor punch) dijo...

Ware me provoca el mismo asombro que Windsor McKay o Moebius. O Dave McKean, sí. No me peguéis, sé que las comparaciones son odiosas, y sólo estoy refiriéndome a ese asombro instantáneo ante la mera observación. Previa al análisis y, en esto de los tebeos, creo que importantísima: es esa sensación primera la que te anima a comprar, y luego viene el resto del trabajo (lectura, análisis...). HAy unos pocos autores que, y es cuetión de gustos, te provocan tan fuerte ese shock inicial, que podemos llamar estético, que ya te han ganado. Otro ejemplo, confieso que me encanta Stray Toasters. NO por sus valores objetivos, que son muy relativos, sino por ese inicial asombro.
Claro, cuando a tal sensación de choque le sigue una corroboración de otras virtudes (narrativas, argumentales...) ya estamos en otro plano (el de Ware). Pero aunque el tebeo sea malo, ese aroma inicial ya es un punto, simplemente porque te ha "deleitado". Ware lo hace, y luego sigue sumando méritos.
¡¡¡¡Quiero más en castellano!!!!

Anónimo dijo...

"Windsor McKay"

Winsor McCay (sin acritud)

Octavio B. (señor punch) dijo...

con C de arte, cierto ;)

Anónimo dijo...

Jej, me he equivocado usando la expresión "verdadero lenguaje del cómic" :-)

Quería decir que lo de Ware es tan revolucionario que incluso no puede controlarlo. Su contribución es tan apabullante que nadie va a seguir tensando la cuerda en esa dirección. Ha sido como un toque de atención a todo aquel que quiera dibujar un cómic de ahora en adelante.

Quizá Ware no le guste a todo el mundo, pero todo el mundo va a trabajar antes o después de Ware.

He dicho (rollo bíblico)

Anónimo dijo...

Mirando la página digo ¡guau!!, y la colgaría de la pared de mi casa. ¿Leerla? No gracias :- )

Me pasa un poco como en las exposiciones con originales de cómic. Miro las páginas, las disfruto por su factura técnica y gráfica, pero no las leo

Anónimo dijo...

Yo sigo en mis trece con el amigo Ware: qué bonita de mirar, la plancha esta, pero qué pereza da leerla (que es para lo que se supone que está hecha, vaya)

No sé, a mí me sigue pareciendo un defecto, o algo parecido, que sus páginas, lejos de invitar a la lectura, más bien produzcan el efecto contrario.

Pero yo es que debo estar muy antiguo, o algo.

Un saludo.