jueves, noviembre 02, 2006

ÉPICA COTIDIANA

Puede ser, no sé, yo simplemente escribo y dibujo las historias que me gustaría leer, no voy más allá. Ahora hago un tipo de cómic cercano al costumbrismo pero no me veo haciendo este tipo de cómic toda la vida, sería muy aburrido para mí y para los lectores.
Respecto a la frase esa de que muchos autores modernos utilizan lo autobiográfico frente a lo ficticio y hacen de lo cotidiano algo épico, pues me parece muy bien, es su decisión y venden tebeos, ahí están Chester Brown, Joe Matt, Rabagliati… Sería una pena poner a estos autores a hacer otro tipo de cómic, qué les pones a dibujar, superhéroes, algo de aventuras, y ¿por qué?
¿Acaso hacer de lo cotidiano algo épico es algo malo o negativo? Si no te gusta que lo hagan no compres sus tebeos, ni los leas, incluso olvídate que existen y lee lo que te guste.

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Fermín Solís, entrevistado por Iñaki en Entrecomics.

(--comentario al margen: desde luego que hacer de lo cotidiano algo épico no es nada malo o negativo. De hecho, el trasfondo de muchas historias épicas, de la mayoría en realidad, habla en clave metafórica de la vida real y cotidiana -la búsqueda de la identidad y del hogar perdido de Ulises es metáfora de la vida de cualquier persona, etc.-, de modo que darle la vuelta al calcetín para hacer de lo cotidiano algo "épico" es, en el fondo, otra forma de abordar lo mismo. Las historias que nos interesan son las que hablan de nosotros, del alma humana, de las mismas preguntas, dudas y miedos que todos sentimos. Contar esas historias en clave épica o en clave costumbrista es sólo cuestión de forma, no de fondo)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Dividir la forma y el fondo de una obra es una cosa pelín académica, Pepo. El cómic se había librado de este tipo de análisis por considerarse un fenómeno infracultural, y vaya, en ese sentido creo que le ha venido muy bien.

Se escucha a menudo eso de que el cómic es un medio cuyo interés consiste en "contar historias". Creo que es cierto que presenta historias, o las historias son su material, pero (cada vez más en algunos autores contemporaneos) parece que una historia es un hecho problemático (¿qué es una historia? ¿dónde está el interés de esto que se nos cuenta?). La historia se introduciría aquí como un elemento más (como los diálogos, el color, las formas gráficas o el tamaño de las páginas) de la obra, no como el elemento de referencia que da su sentido a todos los demás. Así que... si el interés de un cómic no está EN la historia que se nos cuenta, ¿dónde está? La pregunta sigue abierta, y eso es lo que me parece muuucho mejor

Pepo Pérez dijo...

"Dividir la forma y el fondo de una obra es una cosa pelín académica, Pepo."

pues veo que no me explicado bien, porque mi comentario pretendía, precisamente, relativizar la distinción. digo precisamente que en realidad no importa demasiado cómo abordes la historia, el tono que emplees (épico, elegíaco, "costumbrista", etc.) o el género que elijas -si es que se puede distinguir un género concreto en una narración-, porque las "historias" hablan de lo mismo de uno u otro modo, de nosotros, de qué nos pasa en la vida, del sentido o no sentido que tiene todo esto, etc.. Y por historia (sé a qué cuestión te estás refiriendo, creo) me refiero a un concepto amplio que no se refiere ni al argumento ni a nada de eso, sino a sencillamente, qué es lo que se nos cuenta, incluyendo lo que se explicita y lo que no está explícito en el texto (e imágenes, si es cómic). En el Bardín de Max hay historia/s, aunque no sean historias clásicas. También en W. G. Sebald hay "historia", aunque no sea en el sentido al que tradicionalmente estamos acostumbrados, etc.

Pepo Pérez dijo...

En otras palabras, que me da igual si la historia es épica o de género, es costumbrista, o bien no-ficción/ensayística a la manera que está ahora tan de moda en la literatura.
Todo eso sirve para hablar de las mismas cosas, y siguen siendo "historias". Así que la distinción en cuanto a la "forma" que empleas para abordarla es irrelevante para juzgar esa obra, lo que importa es lo otro; si lo que te están contando (transmitiendo, si lo prefieres así) te interesa o no. Por esto mismo, no entiendo ese rollo de "a mí no me gustan los superhéroes", en general, o "a mí no me gusta la fantasía", así, en general, o "a mí no me gusta el slice of life", en general. Pero hombre, te gustará o no tal o cual obra concreta, no un género, con todo lo artificial que es la distinción entre géneros, por cierto (¿cuántas obra encajan en varios géneros?) .

"La historia se introduciría aquí como un elemento más (como los diálogos, el color, las formas gráficas o el tamaño de las páginas) de la obra, no como el elemento de referencia que da su sentido a todos los demás"

Sobre esto sí que no estoy de acuerdo. La "historia", entendida como el conjunto de lo transmitido, sí existe esencialmente hablando. Cuando tú lees un tebeo, incluso uno de Micharmut, te quedas con una esencia de algo, incluso aunque ese algo no sea fácilmente comprensible o traducible a lenguaje racional. Eso es, para mí, "la historia", y por tanto, sí creo que es el elemento esencial de un libro, una película, o un tebeo, en torno al cual se articulan todos los demás. Incluso puede que el propio autor no tenga a veces claro qué está intentando contar y esté dando palos de ciego desde su inconsciente, pero no por casualidad ese fenómeno suele producir las obras más interesantes.

Anónimo dijo...

El problema está en la idea preconcebida que tenemos de "historia", tan prepreconcebida que a veces se nos ubica en el primitivo hipotálamo y nos mueve la lengua para decir cosas que no pensamos, o más bien que pensamos pero que no las decimos pensando lo que decimos con lo que al final nos confundimos cuando realmente todos entendemos perfectamente de que estamos hablando(de cómic). Así tú dices pepe que

"Cuando tú lees un tebeo",

en contestación al

"La historia se introduciría aquí como un elemento más (como los diálogos, el color, las formas gráficas o el tamaño de las páginas) de la obra, no como el elemento de referencia que da su sentido a todos los demás"

del colega,

realmente un cómic no se "lee" en un sentido literal, o sea en el sentido de literatura, pero por eso mismo la "historia" no se escribe con palabras y por tanto puede estar en el color, en las formas gráficas, en el tamaño de las páginas(o la ausencia de ellas incluso-no recuerdo el nombre pero "leí" cierto cómic donde una de las claves esenciales de la historia estaba precisamente en un vacío espacial, tan vacío que faltaba un pedazo de papel-), así que realmente en un cómic tiene que haber historia, da igual lo que se omita, palabras, colores, etc, constantemente omitimos en nuestras oraciones el sujeto, y aún así tienen sentido. En otras lenguas la cosa cambia y se necesita sujeto para distinguir los modos verbales. El cómic es un lenguaje mucho más evolucionado que esos que se escriben con caracteres y por eso, igual que la riqueza del español con respecto a otras lenguas nos permiten estas licencias, el cómic se vuelve más elástico, más capaz, más autosuficiente y fuerte, más metalingüístico me atrevo a decir,

sigue necesitando un obligatorio algo concreto para que la historia funcione, si no necesitase nada estaríamos hablando de... no sé, el lenguaje más evolucionado, empatía kármica?, un orgasmo de esos que tienen las monjas cuando rezan mucho-lo siento no recuerdo el nombre, pero se entiende, a que sí-?,

pues eso, que en el cómic la historia puede leerse, pero no se escribe, es obvio sí, tanto que a veces lo olvidamos y nos hacen decir cosas que no pensábamos que estuviéramos diciendo,

Saludos membrales.

Slt.

Anónimo dijo...

pensándolo bien creo que hablo demasiado,

resumiendo, la historia es la clave y se sirve de elementos varios, de todos los que haya y los que no estén presentes bien pueden brillar por su ausencia, o sencillamente no estar, entonces la historia no cambia en esencia pero si se cuenta de otro modo, sigue siendo la misma historia, épica o vagamente trascendente,

existen elementos que no formen parte de la historia?, no porque todo forma parte del cómic/historieta, cuando algo se aleja pierde validez, y entonces el cómic se vuelve más malo, y la historia también porque estará peor contada, pero esa es la gracia de todas las cosas, si todos contaramos lo mismo del mismo modo no tendríamos necesidad de comunicarnos siquiera(mi pareja siempre se enfada porque soy demasiado sintético contando las cosas, y tiene razón para enfadarse), así pues en un buen cómic lo importante no son los elementos de la historia, ni siquiera la historia explícita que cuenta, si no el modo en que se cuenta, pero eso sí, la historia es la clave, y no hay que confundir lo importante con lo necesario, la clave con su forma,

los geniales guionistas de la intrascendencia saben muy bien esto y se centran tanto en la forma que la historia se ahoga, se hunde hasta casi desaparecer pero... siempre está ahí,

en realidad sí es un problema que haya tanta historia liviana, la prueba está aquí, ya nos cuesta no sólo encontrar una buena historia si no que hemos llegado a un punto en que a veces se piensa que la historia no existe, está ahí, siempre está ahí pero las historias de hoy no son historias así como muy... para que pasen a los anales de la historia(o sí pero entendiendo anales como derivado de ano-no de año(en otras lenguas no existe el rabillo superior de la ñ, aquí sí, lo omitimos y la armamos, a veces tener una lengua más compleja solo sirve para marearnos-no sé a cuento de que viene esto-)-),

saludos membrales.

Slt.