viernes, agosto 03, 2007

MI NOVIO ES UN ZOMBIE

Cuando Romero regresó por la puerta grande con La Tierra de los Muertos Vivientes escribí por aquí que el director que convirtió Pittsburgh en plató muertoviviente por excelencia “no toma el cine de zombis para hacer metáforas sociopolíticas sino todo lo contrario: toma una metáfora política del momento como excusa para rodar una película de zombis.” Y es que uno puede sacar toda la punta que quiera al tema (porque es un tema muy serio) como autojustificación ante el deleite gore porque olvidamos lo obvio: lo mejor de las películas de zombis es que son tremendamente divertidas. El grupo humano enfrentado a una amenaza insuperable. El caos individual y colectivo. Disparos a bocajarro. Cualquier cosa puede ser un arma. Violencia gratuita a mordiscos. Acción. Supervivencia. Desmelene lúdico-adrenalítico. El Apocalipsis a lo burro. Corre corre que te pillo. He aquí las otras claves del género (meta y sub) tan o más dignas que todo lo anterior aunque se diga poco.

(...)

Absence reivindica a los zombies, ese gran género.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Otra visión del asunto en:
http://www.lapetiteclaudine.com/archives/011919.html

Pepo Pérez dijo...

sí, sí, ya lo leí, gracias.

Anónimo dijo...

A mí tampoco me gustó demasiado 28 semanas después, la verdad...

Pepo Pérez dijo...

en todo caso, mejor que la primera, es ¿no?

Anónimo dijo...

"en todo caso, mejor que la primera, es ¿no?"

SPOILERS

Los amigos que la vieron antes que yo me dijeron todos lo mismo... y no sé, no sé. ¿Por qué es mejor que la primera? Incluso con la parte de los militares (que parece que es lo que le tumba la película a mucha gente), disfruté más con 28 días después.

La primera, a pesar de la variación que mete la serie con los "zombies rápidos", es más pura. O sea, el mundo se va a la mierda, zombies por todos lados, y los supervivientes protagonistas sólo tienen un objetivo: salvar su vida. Correr. Buscar alimentos. Ir de sitio seguro en sitio seguro, matando/esquivando zombies entre medias. No tienen otro objetivo que vivir un día más: puro género de zombies. Y lo del final, pues oye, sorprendía: sólo Inglaterra estaba infectada.

En la segunda, aparte de las inconsistencias que resaltaba La Petite Claudine (el inicio de la movida zombie es para santiguarse), hay algo que me jode mucho más. Los protagonistas tienen un objetivo definido, aparte de la supervivencia: salvar a los chavales porque su inmunidad innata al virus puede servir para buscar una vacuna. Más que una huída, la película es una carrera con un destino concreto. Sobrevivir no es el objetivo último, sino llevar a los chicos al helicóptero salvador.

Y a mí me vale, pero qué menos que tomar las precauciones lógicas que te permitan intentar salvar el mundo, sin peligro de infectar todo el planeta, ¿no? Es decir, los únicos que saben la movida son los dos adultos, y no se lo cuentan a NADIE, ni siquiera a los niños. Y digo yo que cuando estás dispuesto a sacrificar tu vida por algo, tomas las medidas precisas para que ese sacrificio merezca la pena, ¿no?

Y claro, el resto ya se sabe: los niños cruzan el canal de la Mancha y luego vemos la torre Eiffel rodeada de zombies... Oh, vaya, toda Europa se ha ido a la mierda. No sé, un poco tonto todo.

Pepo Pérez dijo...

a mí lo que más me gustó, con diferencia, fue el tema familiar de fondo y las escenas más fuertes respecto a eso. Que de tonto no tenían un pelo, me parece.

Pepo Pérez dijo...

sí es verdad que hay inconsistencias de guión que podrían haberse resuelto mejor, pero bueno, más inconsistente, mucho más, me pareció la transformación súbita en seudo Rambo del joven apocado y enclenque protagonista de la primera parte, la de Danny Boyle... es que toda esa parte final se cargaba la película, para mi gusto.