viernes, diciembre 14, 2007

CAPITAL DE INVERSIÓN


Según Robert Hughes, el papel que le ha tocado al arte en nuestra sociedad de medios de comunicación de masas es "ser capital de inversión". Un arte político eficaz es imposible en nuestros días, porque los artistas deben ser famosos para que les escuchen, y a medida que ellos ganan fama su arte gana valor, e ipso facto se vuelve inofensivo. "En lo referente a la política, la mayor parte del arte aspira a la condición de hilo musical. Aporta una melodía de fondo al poder". Hughes volvió al ataque en un discurso pronunciado ante la Royal Academy en junio de 2004, después de que un Picasso de su primera época fuera vendido en Sotheby's por cien millones de dólares el mes anterior. Esa suma equivale al PIB de algunos estados caribeños y africanos, y, señala Hughes, "algo está muy podrido" si los muy ricos de Occidente pueden gastar esa cantidad en una pintura: "Actos como ese no honran al arte. Lo envilecen, porque vuelven patológico el deseo de arte". Citó las palabras del amigo y biógrafo autorizado de Picasso, John Richardson, que dijo que ninguna pintura valía tanto y que el comprador "tendría que haber entregado ese dinero para una causa mucho más importante". En clara alusión al tiburón sumergido en formaldehído de Damien Hirst [The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living, 1991], Hughes condenó la confianza del arte contemporáneo en las tácticas de impacto: "Sé, como la mayoría sabemos en el fondo de nuestro corazón, que en una cultura donde todo vale el término 'vanguardia' ha perdido hasta el último vestigio de su significado original". El crítico del posmodernismo Fredric Jameson comparte el pesimismo de Hughes, casi siempre por las mismas razones: "En líneas generales, la producción estética actual se ha integrado en la producción de artículos de consumo (...)"


En julio de 2004 tuvimos una muestra de la reacción pública a estas tendencias cuando una celebrada obra de arte contemporáneo sufrió un accidente fatal. La obra en cuestión era un busto de la cabeza del escultor Marc Quinn realizado con casi cinco litros de su propia sangre congelada y titulado Self. Había sido comprada en 1991 por Charles Saatchi -por 13.000 libras esterlinas, según se dijo- y conservada en un frigorífico, como su naturaleza requería. Los albañiles que remodelaron la cocina en la casa de Saatchi en Eaton Square, al desconocer el contenido de la nevera, la desconectaron, y dos días después advirtieron que estaba rodeada de un charco de sangre. La ligereza con que la prensa británica se refirió al incidente no admite dudas. (...) El Times recordó sarcástico otros "accidentes" sufridos por algunas obras de arte moderno. Una creación abstracta de John Chamberlain realizada a partir de chatarra de automóviles fue retirada por los barrenderos cuando alguien la dejó momentáneamente sobre la acera a la puerta de una galería de Nueva York. Los mozos de una casa de subastas retiraron el envoltorio de papel de embalar de una silla sin darse cuenta de que era parte integral de una escultura de Christo.


(...) Tanta irreverencia resultó ser un mero anticipo de la explosión humorística provocada por le incendio del almacén del Momart en mayo de 2004. Entre las víctimas se contaron dos de las obras más celebradas de la colección Saatchi: la tienda de campaña de Tracey Emin (adornada con los nombres de todas las personas con las que se había acostado) y Hell, de los hermanos Chapman (un tableau de soldados de juguete mutilados por los que Saatchi había pagado medio millón de libras esterlinas). El artista Sebastian Horley expresó la reacción general, aunque en términos menos comedidos que la mayoría:

Lo único que lamento es que los artistas no hayan estado en la pira funeraria. Eso sí que hubiera sido grandioso [...]. Los artistas desempeñan el bien remunerado papel de bufones de la corte [...]. ¿Por qué han permitido que les ocurriera a ellos? Los premios Saatchi, Jopling, Turner... son premios para tránsfugas y desertores, para forajidos de cartón que se ponen de rodillas para ser premiados por una sociedad a la que juran despreciar. ¿Dónde ha quedado el desafío? ¿Por qué la generación punk se ha vuelto tan dócil, tan impotente? ¿Por qué estrecha la mano de la realeza del mundillo artístico y se mueve en los mismos círculos que su obra supuestamente denuesta?

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(Extracto de ¿PARA QUÉ SIRVE AL ARTE?, John Carey, 2005)

9 comentarios:

Anónimo dijo...

En esta noticia de El País sobre el "bofetón" como método educativo han colgado una página de Paracuellos.

Para mi gusto un poco descontextualizado... pero bueno...

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/bofeton/tiene/defensores/elpepipri/20071214elpepisoc_1/Tes

Mireia Pérez dijo...

Hola, permiso... Yo quiero decir que si, que la cosa esta muy podrida. Y se puede ver desde las escuelas. En Valencia van a cambiar el programa para adaptarlo a la UE, con eso la carrera se queda en 4 años. Los que han dictado el nuevo programa nisiquiera son profesores de la escuela de BBAA, son "otras mentes" que desconozco (rectores y directivos de la UPV), pero van a destinar todos los avances y beneficios en mayor parte al departamento de "escultura", cosa que ya hicieron en la ultima reforma. Cuando digo escultura no penseís en bustos de mármol ni nada de eso. Pensar en "net art" "video art" y mentiras del calibre de las que cuentas en el post, porque para eso se nos está enseñando. El artista no cumple ninguna función social, el artista ha de convencer. A mi cada dia me cuesta más creer lo que veo por allí. La mayor parte de la gente nisiquiera entiende que hace allí... Solo el típico cerco de cantamañanas sobrados, que montan colectivos y hacen espectaculos/performance con la excusa de sacar pasta y fama [estos duran dos dias]. Hasta yo misma me he beneficiado alguna vez de este aspecto...

Tal y como la estan enfocando, Bellas Artes no sirve para nada, no es una verdadera carrera si uno no tiene empeño en progresar en lo que de verdad es el arte: trabajo, talento, dedicación, conocimiento, armonía, y no escándalo y modernez. He dicho.

Un beso, y gracias ;)

Anónimo dijo...

Ok, Mireia... estás chupando de las ajadas tetas de la vieja y gran puta que todavía es el -así llamado- arte contemporaneo...
En la facultad no puedes hacer otra cosa que pasartelo bien o aprender un "oficio" tipo restauración o grabado... También puedes intentar montártelo como puedas y aprovechar a gente más experimentada (algunos profesores) o el hecho de estar junto a un montón de gente con -más o menos- los mismos intereses (alumnos).
Eso es todo.
Por lo demás, Hugues tiene toda la razón. Sólo queda el valor de cambio. Cada cierto tiempo se "revaloriza" el status del artista o de la obra de arte y se designan nuevos parámetros de valor... El resultado es el mismo siempre. Miles de discursos se ensayan cada cierto tiempo con la intención de mantener el arte contemporaneo dentro de ciertos ejercicios de reflexión cultural a los que, por lo general, es absolutamente ajeno. Y así están las cosas...
El Arte murió con Malevich y con Duchamp... A partir de ahí son estertores. Algunos brillan más que otros, otros más no son sino mercancía y algunos más intentan escapar de las listas aureas y desarrollarse al margen de pretensiones elevadas.
y así están las cosas...
Yo trabajo dentro del bicho (también chupo de las ajadas tetas) y cada día me sorprendo. Es demencial.
Aún así, anécdotas como la de desenvolver un Christo (que, por cierto, no fueron "mozos" de una casa de subastas, sino técnicos de una conocida empresa de transporte de obras de arte), son la sal del día a día. Conozco un montón y alguna bastante graciosa (como la de un picasso que llegó congelado de San Petesburgo...). No sabía la de la cabeza de sangre congelada de Marc Quinn, ja, ja...
Lamentable...
Manzoni se partiría de risa si lo supiera.

Sr. Ausente dijo...

Me permito recomendar el capítulo 7 de las reflexiones de repronto. Viene a cuento, digo... de repronto

http://minchinela.com/repronto/2007/10/31/capitulo-7-arte-contemporaneo/

Anónimo dijo...

Muy gracioso el video... Al margen de la manera en que se trata el asunto, más o menos la cosa fue así... el timo de la estampita...
Lo mejor -para quien le interese el tema- es dirigirse a algunos textos: "La CIA y la guerra fría del arte" (que citan en el video), "Al natural" o "Diccionario de las artes" de Azúa, entre muchísimos otros.
Por estas fechas, precísamente en uno de los museos que participan en la mascarada desde hace décadas (MACBA), hay una exposición donde se analiza el cambio de capitalidad cultural que hubo entre París y NY justo después de la 2ª GM. La mascarada continúa. Es en los mismos museos que colaboraron en el principio del timo donde ahora se explica la historia de ese mismo timo.

Anónimo dijo...

Hola , que tal?
Cuanto razón tenéis todos, da un poquillo de vergüenza y de pena pensar sobre ello .El punto ese del artista que busca tácticas de impacto y que se pone de rodillas antes una sociedad a la que jura despreciar pone los pelos de punta, pero es que es verdad.
Yo no se donde esta la vanguardia ahora, ni si termino donde fue, parece que todo vale…y es cierto de algun modo que todo vale pero si es un medio para algo, no que el medio en si tenga que ser la mayor rallada del mundo y punto final .Hay algo que falla , en muchos campos y disciplinas artisticas, no creo sea solo en bellas artes que me lo creo, ya ves. Añadir a todo esto los deseos que tiene mucha peña de ser famoso, no como un algo que venga sino como un fin en si…todos despreciamos la envidia pero cuanto nos esforzamos por suscitarla ……bueno, y de pelas que?, yo vuelvo a recordar la película “el tren” , por mi que ardan todos los museos del mundo, ninguno vale mas que la vida de un solo hombre.

Saludos

Anónimo dijo...

Pues fíjate, yo que pienso que hasta la más ínfima obra de arte vale más que TODOS los hombres... No olvidemos por quién está concebida toda esta mierda...Por hombres...
La obra de arte es el "residuo" del único momento en el que el hombre alcanza lo sublime.
Por lo demás, sólo somos un gran saco de mierda. Ja, ja.

Anónimo dijo...

Bueno, pues parece que el arte sigue manteniendo una mínima capacidad de extorsión como cuerpo zombi, al menos desde que todo el mundo lo considera algo podrido, siniestro y cuando menos sospechoso. Muchos artistas de las últimas décadas han intentado de todo para conjurar el propio mercado del arte (el arte relacional, por ejemplo), pero parece que éste lo asimila todo.

Por otra parte, esto podría decirse de cualquier otra tentativa de acción "al margen" del mercado en cualquier ámbito de la sociedad. El mercado la asimila rápidamente (el hip hop, las comunidades de internet, la cultura do it yourself).

La fusión entre arte y sistema del arte beneficia a muchos, también a los eternos descontentos del arte, aquellos que en su tiempo de exigían al arte que fuera bello, después que tuviera un mensaje, ahora que sea "punk" o vanguardista... desde luego, poco se puede sacar del arte si lo vives a través de las noticias. Los centros de arte y especialmente los museos también contribuyen a convertirlo en un fetiche, es cierto.

Pero ya que tocamos el tema del valor especulativo del fetiche cultural ¿qué opináis por aquí de la venta de originales de cómic? ¿Hay alguna oposición a esto entre ciertos autores?

Pepo Pérez dijo...

No sé... Desde el momento en que un autor quiera vender sus originales y se los compren a un precio decente (según él, claro), no veo problema alguno. Al fin y al cabo, todos tenemos que pagar el alquiler a fin de mes, etc.


"Bueno, pues parece que el arte sigue manteniendo una mínima capacidad de extorsión como cuerpo zombi, al menos desde que todo el mundo lo considera algo podrido, siniestro y cuando menos sospechoso"

No me acuerdo ahora quién dijo eso de que buena parte del arte contemporáneo no suele gustar porque refleja demasiado bien la sociedad de su época.