jueves, abril 05, 2007

LA 'NOUVELLE BD' EN LA PICOTA (2)


Matthias Wivel ha montado una buena con sus polémicos posts sobre cierta tendencia autocomplaciente que observa en el nuevo cómic francés, algo de lo que hablamos aquí no hace ni una semana. La cuestión que os atañe -también a los participantes en el debate- es que Matthias ha seguido las diversas respuestas que han generado sus posts allende la web,


y, a juzgar por lo que vuelve a responder en este otro post, entiende el español porque nos estuvo leyendo. Copio su respuesta al debate que tuvimos, sobre la problemática noción de profundidad y su frecuente confusión con los temas "serios" o "literarios" y con la idea de "profundidad superficial", de las cualidades profundas de un trabajo que existen bajo su superficie:

This brings me to another issue, raised on this blog by a number of posters: the problematic notion of “profundity”, its frequent confusion with “serious” or “literary” subject matter, and the idea of “superficial profundity”, of the deeper qualities of the work being present in its surface qualities. The initial poster whose name I can’t find, takes issue with my singling out of Baudoin as someone whose aesthetic transcends self-indulgence. To illustrate his point, he reproduces a recent short story and demonstrates how Baudoin overplays his cards by applying patronizing exposition to his already rather contrived narrative. I agree with this and hasten to repeat that I was referring to Baudoin’s earlier work. Granted, even his best work can be criticised along these lines, but I think it is mitigated by his interest in conveying real emotion, or the feeling of being somewhere - in a forest, or looking out over the sea. Blain and Blutch, on the contrary, seem mostly interested in having spiffy cowboys and exotic beauties unfurling through their line. Their drawing, though highly accomplished, lacks nerve and sense of exploration beyond its obvious superficial elegance and charm.

As I’ve already emphasized, I definitely believe that “surface qualities”, if you want to call it that, can carry a work. It’s not a question of “literary content” or conceptual profundity - those only go so far and are by no means a guarantee of quality. Great drawing can make a great comic - Franquin’s Gaston, which is often rather pedestrian in its gag-writing, is a good example, much of Kurtzman & Cos. Mad, with its at times rather laboured and dated writing, is another. All I’m saying is that great drawing is more than putting swerve into your line - that it involves more than obsessing over its own perfection.

Best,

Matthias


(gracias por el aviso, tío Berni)

Si lees esto, gracias por tu respuesta, Matthias. Por mi parte, y no va por referido a ti sino en general, sólo quiero insistir en que no me parece que Blain y Sfar estén más interesados en dibujar fantásticos cowboys y exóticos bellezones que en profundizar más allá de una "obvia pero superficial elegancia". Al contrario, creo que tanto Sfar como Blain y Blutch están explorando la verdadera profundidad que el cómic puede alcanzar, que no es a la manera literaria, ni a la manera del cine, sino, precisamente, a través de las armas que la tradición del cómic provee. Y que les preocupa muchas otras cosas que no son lucirse con su dibujo. Si Chris Ware acude a ciertos modos de las tiras de prensa cómicas de principios de siglo, o Daniel Clowes utiliza elementos de las sundays de los años cincuenta para convertirlas en otra cosa en ICE HAVEN y THE DEATH-RAY, y utiliza de manera subversiva la tradición del género de tebeo de superhéroes en ésta última, Blain-Blutch-Sfar están haciendo algo parecido con la tradición del cómic francés: usando elementos de género ya muy trabajados en dicha tradición (género western, de aventuras, de humor), que a algunos les pueden resultar en apariencia "superficiales", para hablar de temas de los que nunca se ha hablado en esos viejos tebeos, y de los que además no se ha hablado de la manera en que hablan los Blain-Blutch-Sfar. Por poner un ejemplo, extensible a los demás autores: ISAAC EL PIRATA de Blain parece un tebeo de género, pero en el fondo no lo es, es un tebeo de autor. Se trata de una aventura de piratas, pero bajo esa superficie se tocan temas que nunca antes se habían tocado en un tebeo de piratas, o, para ser más precisos, nunca de la forma en que los toca Blain. Como decía, esto mismo puede extrapolarse también a Blutch o Sfar, cada uno a su estilo. Dicho de otro modo: en una época, la nuestra, en que ya no se puede hablar de las cosas directamente porque no es ése ya el lenguaje de la posmodernidad, son ellos los autores que están haciendo auténtico arte contemporáneo, y hablando de los temas profundos y universales de una forma no aparente y, además, PROPIA del cómic. No de otros medios. Daniel Clowes escribió veladamente algo al respecto en su "manifiesto" de hace 10 años sobre cómo aprovechar la tradición del cómic para, a la vez, subvertirla y trascenderla hasta llevarla unos pasos más adelante y actualizarla así a nuestros tiempos. Desde este punto de vista, la frase "es que es muy de cómic" parece cobrar otro significado dentro del cual el cómic "muy de cómic" puede evitar el sentido peyorativo que solemos dar a ese concepto y convertirse en un cómic del que sentirse orgulloso: verdaderamente profundo y adulto, PERO con las armas propias del cómic, no de otros medios.


Los Hernandez Bros., Ware, Clowes, Burns, Seth, Sfar, Blain, Blutch, Max, y un etcétera afortunadamente largo ahora mismo, todos ellos, aunque cada uno a su estilo propio, actúan con esa estrategia creativa cuando abordan la concepción de sus tebeos. Aunan tradición con experimentación, usan recursos no ajenos al cómic sino específicos de la Historia del medio (determinados géneros, determinados grafismos, determinados lenguajes narrativos ya existentes) para aplicarlos a temas y personajes de una forma nunca antes usada en el cómic. La tendencia general que yo veo en todos ellos es la misma: no hablar de los temas directamente sino con estrategias más oblicuas, llegar a la complejidad a través de la sencillez, a la densidad por la sugerencia, a la hondura a través de géneros e historias en apariencia banales. Porque la complejidad suele agotarse en sí misma al dárselo todo concretado y cerrado al lector, porque escribir literariamente y de un modo directo sobre temas profundos NO funciona en el cómic. Esto lo sabemos porque ya han existido en las últimas dos o tres décadas intentos de hacerlo del modo contrario, y la mayoría no han funcionado. Por cierto: Miller fue uno de los primeros pioneros de esta nueva estirpe de autores y de esta forma actual de hacer las cosas. Sí, exacto, los más espabilados ya os habéis dado cuenta: aunque con retraso, el arte contemporáneo ha llegado al cómic, y, como era de prever, eso no gusta ni interesa a todos los antiguos aficionados a los tebeos. Bien, creo que estas nuevas formas han llegado para quedarse, y los viejos tiempos, como es ley de vida, no van a volver.

25 comentarios:

Little Nemo's Kat dijo...

Decía Mota en los comments de la primera parte de este debate, "el problema es, creo, que al cómic le sobra tontería, demasiado mediatizado por los géneros, demasiado deudor de la literatura popular o "populachera" y vá siendo hora de que empiece a crecer de una vez, a buscar otros lectores y otras sensibilidades distintas a las de los incondicionales." No puedo estar más de acuerdo. Hablando de cómic, criticar a la "nouvelle BD" por su falta de profundidad o pretensiones artísticas, es equivalente a ignorar la trayectoria de la narración gráfica en los últimos 100 años.
Los autores que han salido a colación en esta polémica, no sólo han ayudado a cambiar la concepción básica de un arte lastrado por su falta de pretensiones culturales y regocijado en su naturaleza popular, sino que han creado obras de verdadero peso artístico. Si les achacamos a los Blutch, Larcenet o Baudoin (sí Baudoin) una supuesta impostura o vacuidad narrativa, ¿qué nos queda? ¿De verdad que Foster,McManus o Kirby (por citar a tres de los grandes) eran más "profundos"?
No lo sé, pero lo dudo. Probablemente la clave resida en algo de lo que ya hemos hablado por aquí: si atendemos a sus valores y capacidades creativas, el cómic es un discurso mucho más joven (o inmaduro) de lo que refleja su edad. No soporta una comparación de tú a tú, no ya con la tradición literaria, sino con el mundo cinematográfico (coetáneo suyo). Las cosas son así y generar polémicas (más o menos espúreas) respecto a aquellos que realmente están intentando cambiar este estatus, implica crear un problema donde en mi opinión no lo hay. Podemos hablar y rebatirlo casi todo, del mismo modo que muchos aborrecían a Hitchcock, podemos vilipendiar a Baudoin, pero (que no se me enfade nadie), El viaje, por ejemplo, deja a la altura del betún al 95% de los cómics que aparecieron el año de su publicación. Claro, para gustos están hechas las tintas (de colores) ;)

Pepo Pérez dijo...

nadie se enfada, hombre! ya sabes que aquí no hay "postura oficial" . A disentir todo dios, cagoen lahostia!!
En serio, a mí EL VIAJE no me moló nada, pero bueno, no es ése el tema de fondo (Baudoin sí, Baudoin no), sino si el camino de estos nuevos autores va realmente hacia la verdadera profundidad. Yo digo sí, no me repito que ya he intentado argumentar por qué en el post.

Estoy totalmente de acuerdo en lo otro que dices: la mayor parte del cómic no resiste la comparación no ya con la literatura (que tiene siglos y siglos de tradición) sino con el cine, que tiene aprox. la misma edad. Me parece algo evidente. ¿Que por qué? Eso ya es más complicado. La industria, la mentalidad del "el cómic es para niños y adolescentes", y otros factores no siempre fáciles de constatar. Todo eso da igual: ahora mismo, o más exactamente desde finales de los sesenta, se emprendió en Europa el camino del cómic adulto, y esta generación de autores es el siguiente eslabón, a mi juicio más evolucionado en profundidad y sutilidad de lenguaje que los Eisner post 60-Pratt-Moebius-Giménez- y cía., que ya supusieron en en su momento un gran salto.

Anónimo dijo...

Hay, aparte, un problema que me anda rondando por la cabeza mucho tiempo y que aviso va a resultar polémico: el lenguaje mismo.

¿Es posible que, pese a los denodados intentos por justificar el lenguaje de las historietas por parte de todo el que se interesa en ellas o las practica, este lenguaje tenga REALMENTE, hoy por hoy, menos posibilidades que otros debido a su propia naturaleza, esto es, debido a sus características y no al tema, al enfoque o a su uso?

El propio Ware lo ha comentado varias veces: algo así como que tiene la sensación, al trabajar, de estar intentando contar cosas a través de un "alfabeto de seis letras", como creo que decía, y que para esas cosas necesitaría un lenguaje muchísimo más articulado.

Yo tengo una sospecha al respecto. En principio, creo que el lenguaje tebeístico adolece de una tara natural (la separación entre el lenguaje escrito y el gráfico) que debe ser salvada y ante la cual no se hacen más que chapuzas en la mayoría de los casos, remiendos caseros para emular a otros lenguajes (el del cine, la mayor parte de las veces, adoptando los géneros inclusive) que hacen buenas opiniones como aquella de que los tebeos son solo el cine de los pobres o aquella otra que los tilda casi inconscientemente como sustitutivos del arte por el entretenimiento (o por la pedagogía infantil).

Bien, si es así, a mí me gustan los tebeos tal y como son: taraditos, una forma de arte menor (decía Schulz). Y el hecho de que intenten evolucionar a través de distintas estrategias (literarias, pictóricas, filmísticas o posmodernas) no hace sino mostrarme la evidencia de su sacrosanto complejo. No, al tebeo no hay que salvarlo ahora ni hacerlo evolucionar por que sí, porque el tebeo ya tiene una madurez, discreta pero significativa, que se llama Schulz, Tintín y Los cuatro fantásticos, tebeos que ya están por encima de generos y salvan el problema lingüíistico del que hablo. Y el arte "moderno" DEBE incluirlos al lado de, por lo menos, Max Ernst, Hitchcock o Celine (aunque, lo siento más que nadie, no al lado aún de Matisse o de Chejov o de...).

Anónimo dijo...

"ISAAC EL PIRATA de Blain parece un tebeo de género, pero en el fondo no lo es, es un tebeo de autor. Se trata de una aventura de piratas, pero bajo esa superficie se tocan temas que nunca antes se habían tocado en un tebeo de piratas, o, para ser más precisos, nunca de la forma en que los toca Blain"

Es un tebeo de piratas -un tebeo de género- y a la vez, un tebeo de autor. No si es exactamente lo que has querido plantear, pero, personalmente, no encuentro que obra de autor y obra de género sean términos excluyentes. Blain se sirve de los recursos y convenciones del género y las utiliza para llevarlas a su terreno.

Anónimo dijo...

Eso es verdad, y pácticamente todo es de género. El Quijote es una parodia que se aprovecha de las claves del género de caballerías, Las Meninas son retratos, la pintura china cas toda es de paisajes...

Pepo Pérez dijo...

sí, estoy de acuerdo contigo, Difool. Son las dos cosas, sí, está mejor expresado como tú lo dices.

"ya tiene una madurez, discreta pero significativa, que se llama Schulz, Tintín y Los cuatro fantásticos, tebeos que ya están por encima de generos y salvan el problema lingüíistico del que hablo"

Exacto. EL "CÓMIC MUY DE CÓMIC" como algo no peyorativo. Cuando yo me refiero a recurrir a la tradición propia del cómic me refiero a tebeos como ésos, por ejemplo, aunque haya otros. ME refiero a no mirar afuera e imitar a los recursos de la literatura o del cine, sino a LA TRADICIÓN DEL TEBEO que hay dentro. Y usar esos recursos para evolucionar. ?Qué hay de malo en evolucionar, Ben? En su momento, todos los ejemplos que pones supusieron una EVOLUCIÓN de lenguaje respecto a su época. Quiero decir que, por ejemplo, de Hergé procede una buena parte de lo que hay ahora en la nouvelle BD, aunque no lo parezca. Esto lo dijo una vez Monolo, creo, y me parece que acertaba. La línea clara entendida como tradición de género de historias muy construidas, evolucionada a partir de Hergé vía Tardi y Chaland, entre otros, ha acabado llevando a Blain y a Sfar, aunque se manejen otras influencias (Hugo Pratt, por ejemplo). Bueno, me estoy despistando. Que sí, Ben, que la clave está en las raíces del propio cómic. Y que la expresión "muy de cómic" en el nuevo cómic adulto puede ser NO peyorativa sino elogiosa. no sé si me explico o no. Miller también tiene ese sambenito, a su modo: que si es superficial, poco profundo, etc. ¿Blain, Miller, etc., "poco profundos"? Quien dice todo esto, a mi juicio piensa en cliché, y no cae primero en cómo funciona el lenguaje de cómic, y 2, me parece que tampoco tiene en cuenta conceptos que están en el arte contemporáneo desde hace bastantes años: no piensa en estrategias de síntesis y de pensamiento paradójico, en estrategias de, por ejemplo, evitar dar mensajes claros (eso que tanto le gustaba hacer al viejo cómic "adulto", cuando en realidad es una estrategia didáctica para formar a chavales, no realmente adulta) y plantear preguntas y desafíos provocadores al público. En fin, cositas que están en el arte contemporáneo desde hace bastantes años pero que, según parece, si empiezan a aplicarse al cómic (que es lo que están haciendo estos autores, creo yo) empleando además recursos de lenguaje que están en la misma tradición del cómic dan lugar a tebeos "planos", poco adultos y "muy de cómic" (en el mal sentido de la palabra)o que, cuando menos, sólo buscan recrearse en el dibujo y lo estético. Bajo mi putno de vista, todo eso no es cierto. ESte cómic va por buen camino, estos autores saben qué están haciendo, y van con bases firmes precisamente porque no reniegan de la tradición tebeística que han mamado y por eso mismo no salen corriendo acomplejamente a imitar a la literatura o la pintura.

Little Nemo's Kat dijo...

Totalmente de acuerdo, el camino es el que plantean en los 60 los autores underground al cuestionar la materia del cómic y los autores europeos que reutilizan y cestionan las PROPIAS herramientas tradicionales que el cómic había ido consolidando en las épocas anteriores (gracias a gente como Herge, Herriman, Schulz, etc.). Ahora bien, considerar que "el tebeo ya tiene una madurez, discreta pero significativa, que se llama Schulz, Tintín y Los cuatro fantásticos" me parece decir mucho.
El contenido, el mensaje, que subyace bajo las obras de estos autores esenciales, dista mucho, en mi opinión, de dicha madurez (en términos de "profundidad" temática). Tampoco la faceta expresiva acaba de mostrar el potencial último del lenguaje que articula al cómic. Porque, caballeros, no creo que el carácter verbo-icónico sea un problema, de hecho no puede serlo, pues entonces el "cómic" sería el problema, y eso es algo que me niego a aceptar. La combinación texto+icono constituye la razón de ser del cómic (si no, estaríamos hablando de pintura, de literatura o de fotonovela). Si hasta ahora las soluciones para resolver la ecuación se han demostrado insuficientes, es porque hasta hace muy poco (desde los 60, pero sobre todo en los 90) no ha comenzado el proceso de reflexión y experimentación acerca de las posibilidades más extremas de dicho lenguaje: descubrimiento > aceptación > consolidación > evolución > transgresión, etc.
En pintura, no hubieran existido vanguardias sin academia. En el cómic hasta hace poco (me empiezo a repetir), todo era academicismo. ¿Cómo hablar entonces de las limitaciones de un lenguaje cuyos autores estaban constreñidos por factores no artísticos (mercado unidireccional, presiones editoriales, etc) o, en todo caso, por factores ajenos a su propio genio creativo?
La revolución de los cómics (McCloud dixit) está en marcha, pero desde hace no tanto... Las combinaciones verbo+icono son infinitas, como las de los signos básicos que conforman cualquier lenguaje.

Pepo Pérez dijo...

"Porque, caballeros, no creo que el carácter verbo-icónico sea un problema, de hecho no puede serlo, pues entonces el "cómic" sería el problema, y eso es algo que me niego a aceptar."

no, yo tampoco creo que el problema sea ése. Para mí es un problema de visión, y también de tradición: son muchas décadas con tradiciones de cómic muy claras, y ese lenguaje pesa mucho a la hora de evolucionar y "romper" para llevarlo más lejos. En otras palabras, que todos tendemos a pensar "en cliché", es decir, a pensar en cómo lo hicieron otros antes que nosotros. En lograr un equilibrio entre esa tradición previa y una evolución donde se hallen nuevos recursos narrativos que poder aplicar a los tebeos del futuro, en ese camino hacia una mayor densidad. Que, paradójicamente, yo cada vez tengo más claro que pasa por la (aparente) sencillez y síntesis.

"En el cómic hasta hace poco (me empiezo a repetir), todo era academicismo. "

vaya, menos mal que no soy el único que lo piensa. Bueno, ya sé que exageras, sería "CASI todo era academicismo", pero ya nos entendemos.

bueno, a finales de lo sesenta yprimeros 70 también hubo revolución, no lo olvidemos. Aunque quizás nos llama más la atención ésta porque vemos, gracias a la perspectiva que dan los años respecto a los 70, que ahora hay un salto cualitativo respecto a aquella. Monolo, si lees esto, ¿en dónde salía ese viejo historietista francés -y quién era, que tampoco me acuerdo- que me contabas, que decía que envidiaba lo que había ahora, que ahora es cuando se está haciendo cómic adulto de verdad y no en su época?

Anónimo dijo...

era Gotlib, en el Desoeuvré de Trondheim.

Pepo Pérez dijo...

""Yo soy de una generación que hacía historietas para chavales... y esto lo llevas para siempre en el fondo de tu cabeza"

"La historieta es más madura ahora que en los años 70, aunque en esa época se hablaba de "historieta adulta" (en España se llamó a este fenómeno "cómic de autor")

(Gotlib, 2005, en "Désoeuvré: essai", un tebeo de Lewis Trondheim)

Anónimo dijo...

Pues aún llegando tarde a la discusión (no he leído la crítica inicial de Matthias hacia los nuevos valores de la BD así que disculpadme si meto la gamba) por lo que he discernido leyendo esta entrada lamento disentir de todos vosotros porque yo también estoy de acuerdo con Matthias.

Me explico: coincido con Pepo en que creo que toda esta "banda" (nunca mejor dicho) de los Blain, Sfar, Blutch, etc. están experimentando como nunca y buscando nuevas salidas al lenguaje del cómic, pero creo que de momento se están quedando en eso. No veo que haya verdaderas historias detrás o al menos historias "profundas y adultas" (cójanse estos términos con pinzas) porque cuando leo todos sus tebeos me da la impresión de que no he leido nada realmente que no sea una simple excusa argumental para sustentar una experimentación formal que puede ser más o menos valiosa pero para mí deja coja la obra.

Yo cuando leo "Isaac El Pirata" o casi cualquier cosa de Sfar por poner un par de ejemplos yo no veo la profundida que queréis asignarle (es posible que se me escape la verdad) pero sólo veo una historia bastante simple envuelta en un tejido muy muy sugerente y trabajado eso sí.

Si esto es la base para dentro de unos años utilizar todos estos recursos que están descubriendo en la elaboración de obras de contenido realmente interesante bienvenidas sean (y aunque no también porque investigar siempre merece la pena) pero ahora mismo todas esas obras no me dicen nada salvo el puro placer de ver qué están intentando hacer y por dónde van a salir.

Poniendo otro ejemplo que Pepo ha comentado un par de veces, viendo la última peli de Lynch me sucede algo parecido pero con enjundia. Aunque no acabe de comprenderlo se me ocurren multitud de ideas para explicar la película y aunque no la entienda me deja una sensación desasosegante que me da vueltas por dentro varias semanas después de ver la peli y no me la quito de encima ni a tiros. Esto no me sucede ni por asomo con las obras de todos estos autores cuyas historias olvido casi inmediatamente después de leer el tebeo.

Aunque a ti no te gustó Pepo creo que en El Viaje de Baudoin me pasó un poco lo mismo que con Inland Empire aunque a menor escala porque el cómic me pareció muy apresurado en su parte final y un poco simplón pero había soluciones narrativas que lograban expresar de manera increíble el agobio existencial del protagonista.

Entiendo que muchos de estos autores se sirvan del género de autor para intentar trascenderlo pero sinceramente a nivel argumental creo que no lo están consiguiendo ... de momento.

Peeters con su Píldoras Azules (con todos sus defectos) me ha emocionado mucho más que todos estos autores con el conjunto de sus obras, y al final el arte para mí se reduce a la emoción (aunque como con tantas cosas puede que esté equivocado).

Anónimo dijo...

sergio, tú lo que quieres son novelas ilustradas. El cómic tiene que ser otra cosa, y cuanto más dependa su "profundidad" de su base literaria, más limitado y pobre será.

Little Nemo's Kat dijo...

Me gustó mucho Pildoras azules y me emocionó El viaje, tanto que le dediqué un articulillo que después hice post; sin intentar convencer a nadie, os lo redirijo (con perdón): http://littlenemoskat.blogspot.com/2006/09/baudoin-un-viaje-interior.html

Anónimo dijo...

"Isaac el pirata" parte del género para hablar d eotras cosas más complejas sólo en los dos primros números. A partir del tercero ya es el típico producto Sfar&Co en que los apuntes, sin duda interesantísimos, sobre temas profundos se desmarcan de cualquier plan narrativo y van por ahí, siguiendo el albur de su creador. Espero que pronto se rebautice la serie colmo "Isaac", solamente.

Octavio B. (señor punch) dijo...

a ver si consigo leer con detenimiento todos los comments.
Pero quería decir algo ya: leo varias cosas sobre según qué agravio comparativo con el cine y otras artes, y detecto (a vuelapluma) cierto toque pesimista, incluso vm cuestiona, en un buen ejercicio, el lenguaje del medio.
Sobre lo primero, me importa poco. Que tradicionalmente los tebeos hayan tenido su público en niños u obreros emigrantes o adolescentes, es algo que como se apuntó (pepo) tiene sus causas, y añado que no invalida al medio: es un estímulo de crecimiento en un arte joven, y ya ha dado obras maestras incontestables como Little Nemo o los 4 F de Lee y Kirby. ¿Que el cine le lleva delantera en espectro social? También hay muchas causas (económicas, primeramente, porque el cine es mucho más Industria y quiso abarcar al sector social que mueve el dinerito, pero hay más, quizá otro día).
Sobre el lenguaje, soy de la opinión de que todo arte es un código de limitaciones para alcanzar determinada representación. Lo ilimitado es la realidad, no su observación/plasmación, así el lenguaje de los tebeos tiene muchas cosas buenas, porque todo límite es un reto.
Lo bueno es no acomodarse a cuatro patrones, cinco estándares, sino vivir una cíclica búsqueda, a través de cualquier camino, para estrellarse en el viaje muchas veces y dar en la diana unas pocas (y estar ahí para asombrarse como lectores).
No tengo prisa, no hay meta ni me preocupa la comparación. Después de todo, el cine, ese que "nos" adelanta, hoy vive adocenado, apenas hay autores investigando unos mecanismos que se dan por inamovibles en general (incluso en el cine indie) mientras que en los tebeos tenemos un momento próspero (y un pasado con Moebius, con Hergé, con Breccia, con Moore, con Sió, autores que, mejor o peor -y en los ejemplos no todos me parecen dianas de calidad, pero sí de inquieta búsqueda- intentaron siempre buscar nuevas vías, desde la pureza del medio o desde la mezcla)

Anónimo dijo...

Punch, no se si el tono pesimista al que te refieres se lee en alguno de mis comentarios, pero yo me he acostado, me he levantado y lo veo así: sí, un poco pesimista me salió :) y ando pensando en que , efectivamente, los lenguajes son limitados de por sí; tarea de los que los usan es hacerles salvar esas limitaciones.

Ahora bien, no quería decir que no se deba evolucionar (JCP), sino que despues de dar vueltas y más vueltas al tebeo contemporáneo, no encuentro otro Tintín ni otro Schulz. Por supuesto, tampoco niego la posibilidad de lo contrario, pero no se si el problema puede ser salvado a través de la experimentación, forzando la máquina (como, p.ej. hace Ware) o a través del ingenuismo (como, en el buen sentido, practican los de la Nouvelle Vague francesa).

Una clave muy buena para mí también es la que apuntas, JCP:

"lograr un equilibrio entre esa tradición previa y una evolución donde se hallen nuevos recursos narrativos que poder aplicar a los tebeos del futuro, en ese camino hacia una mayor densidad. Que, paradójicamente, yo cada vez tengo más claro que pasa por la (aparente) sencillez y síntesis."

Clave, además, que haría extensible a todas las artes y a la que añadiría un valor que no parecemos reconocer en algunos de los tebeos que he comentado que me parecen maduros: cierta modestia, bien entendida tambien. Me gustan mucho los comentarios de Gotlib, pero no sé que tiene de malo integrar el carácter infantil del tebeo en una nueva encarnación. Lo infantil en su mejor sentido. Yo, cuanto más leo a Hergé más niveles de lectura me encuentro: el mítico (La estrella misteriosa) el pedagógico (en casi todos los álbumes, sin que me joda la fiesta), el místico (las 7 bolas de cristal, el tibet) el humorístico (el asunto tornasol) el matemático casi borgiano (el país del oro negro), etc, etc, etc... y todos parten de un punto de vista infantil y están explicados en principio, para chavales. ¿por qué no reconocer ese valor?

De hecho, tambien lo comentas, los nuevos franceses lo integran, y a veces lo hacen sin ironía, incluso.

Anónimo dijo...

Krety..., no estoy pidiendo novelas ilustradas, estoy pidiendo tebeos con enjundia y que me emocionen, no despliegues vacíos de virtuosismo narrativo. Para ver eso me voy a ARCO.

Y lo quiero con el lenguaje del cómic que adoro por otro lado. Te he puesto un ejemplo: Píldoras Azules me emocionó más que todos los libros y películas que me zampé ese año, y es un cómic.

Tampoco quiero que todos los cómics traten de temas profundos como el SIDA, etc., etc. Hace poco me releía el Peanuts de Schulz y flipaba. Parece mentira como con esa ligereza y sencillez pueden provocarse tantas emociones y llegar tan hondo. Eso es lo que quiero en el cómic y no veo en estos autores. De acuerdo en que Schulz era un genio, Peanuts su obra maestra y todos estos autores de la nueva BD están como quién dice empezando, pero no entiendo todos los adjetivos superlativos que reciben sus obras. Creo que son muy buenos dibujantes, que están experimentando mucho y posiblemente abriendo nuevos caminos al lenguaje del cómic, pero sinceramente no he leido nada de ellos que me haya emocionado apenas. Aprecio sus historias como lo que son (ojo, para mí, a lo mejor me equivoco): un vehículo para experimentar que espero que en el futuro dé sus frutos en grandísimas obras, pero ahora mismo no le llegan a un Dan Clowes a la suela del zapato por mucho que me parezcan más innovadores narrativamente que éste, la profundidad de sus historias está a años luz de una maravilla como Caricatura por ejemplo.

Pero vamos, que soy optimista y creo que efectivamente el cómic está tomando conciencia de sí mimsmo, de lo poco que ha evolucionado y experimentado como lenguaje y que ahora mismo es una de las artes menos estancadas que hay. Pero también creo que nos estamos pasando todos 3 pueblos con las alabanzas a las obras de Sfar, Blain y compañía, al menos de momento creo que no se lo merecen ... tanto ;-P

Pepo Pérez dijo...

KLEZMER a mí me parece un tebeo muy bueno, sinceramente. EL VALLE DE LAS MARAVILLAS es un tebeo bastante mejor que la media que se edita. Y hay algunos GATOS DEL RABINO que son también sobresalientes. Blain ha hecho EL PIRATA, joder, qué más queréis? De acuerdo en que habrá que ver cómo lo termina, pero esa serie es extraordinaria, en forma y en contenido. Y bueno, esperaos a que se siga publicando lo de Blutch en España.

en cambio, PÍLDORAS AZULES para mí no juega en esta liga. Es demasiado evidente y literal, es incluso banal a veces, y autocompasivo otras. Lo siento, lo veo así. Peeters me parece un escritor bastante mediocre, y sus textos de apoyo con reflexiones seudofilosóficas y "buenistas",dudosamente redactadas además, no ayudan mucho a dar profundidad a lo que hace, la verdad. Más le valdría buscarse a un guionista, entonces podría llegar a ser grande de verdad, porque como dibujante es muy bueno. Como escritor de historias, a mi juicio no lo es.

Breixo dijo...

En primer lugar para identificar a una generación habría que darle unos rasgos comunes sobre los que se podría discutir. Sin duda, la propuesta de Wisel es un poco pobre. Decir que esta generación se caracteriza por primar el dibujo frente a la historia es simplemente una tontería y responde al clásico prejuicio en contra de la imagen que tanto daño hace al tebeo (sería más interesante debatir comparativamente entre USA y Europa, por ejemplo, sobre el uso del color). El debate queda así viciado de antemano ya que la discusión aparta el espinoso tema del dibujo, del que es mucho más difícil hablar (es más fácil usar argumentos con palabras para hablar de argumentos con palabras) y deriva hacia la contraposición entre literatura de género y de autor en relación al binomio profundidad/superficialidad: una discusión sin solución porque remite sólo a uno de los términos, el relato. Podemos y debemos criticar el cómic a través de, por ejemplo, la retórica o narratología literaria o las diversas teorías estéticas de la práctica plástica pero, a partir de ahí y a la hora de determinar nuestro juicio crítico, deberíamos centrarnos en cómo la conjunción entre dibujo y relato produce una cosa nueva, un cómic, que es algo más que la suma de las dos anteriores.

Subscribo la ya moneda común de que Baudoin es el padre de buena parte de esta generación y probablemente tenga más que ver con su reevaluación del dibujo espontáneo en contraposición, por ejemplo, a la elaboración funcional de la línea clara de los 80, lo que paradójicamente ha permitido centrarse a muchos de sus supuestos herederos predominantemente en la producción compulsiva de relatos. La cuestión no es, por tanto, si el relato es una tontería por ser mero escapismo de género o la retórica hueca de un autor pagado de si mismo (¡y además francés!), ni tampoco si el dibujo es de una espontaneidad autocomplaciente o elaboradamente funcional. La cuestión es si la conjunción entre el dibujo y la historia aporta algo por si misma. Hay mucha gente que lee tebeos igual que una novela, los aprecia como relatos, y otros que valoran intrínsecamente el dibujo como lo harían con un cuadro o una ilustración. Incluso hay gente que aprecia ambas cosas simultáneamente por separado. Nada que objetar pero como, aficionados a la historieta, deberíamos pedirnos algo más: valorar el relato y el dibujo simultáneamente y juntos. Lo mismo se oye cada vez a diferentes personas sobre diferentes obras maestras: que si el relato es un rollo, que si que mal dibujado. Por ejemplo, se dice eso sobre La mala gente de Davodeau mientras se canta la gloria de su antecedente consagrado: Maus. Entiendo que a mucha gente no le guste El viaje de Baudoin pero es indiscutible que el autor apunta claramente hacía ahí. Quizás estaría de acuerdo en que el relato en si no es nada de otro mundo, aunque defendería el dibujo a capa y espada, pero, indiscutiblemente, relato y dibujo se conjugan con el mismo propósito y lo consiguen, representar la extraña apertura mental de su protagonista al mundo. Francamente, coincido con Wisel en que la nouvelle BD (nombre horrible ¿aún nos hemos quedado en la nouvelle vague como referente?) está aportando más farsantes que grandes autores pero resulta curioso que de entre ellos se encuadre en ocasiones a los que ya lo son, como Mathieu, o pueden serlo, como Ayroles. ¡Con que ligereza despacha a este último! Mr Wisel, permítame jocosamente que personalice: se aprende mucho más de tebeos con Les parleurs que con las diatribas que usted y todos nosotros podamos tener.

Anónimo dijo...

Estoy con JCP,Peteers es segunda división,pero en todos los aspectos,todos los días dedico 2 minutos de mis oraciones a que pase de moda de una vez ése pseudo estilo que degeneró de BLuch-B.Timm-Dupuy-berberian,sí ése que ahora vemos por todos lados,fuera;Cooke,Thompson y dentro:Victor Santos,Rubín,Pepo pérez (Al menos en el Vecino 1,aún estás a tiempo jaja y creo que vas por el buen camino,la portada del 2 parece de Isaac el pirata con Bomber y botines).
Por otro lado,creo que Sfar tiene más que ver(Y no sólo por la sensualidad,tiene más que ver con la libertad,la búsqueda,el experimento...)con Crepax que con Baudoin,mientras que a Bluch lo veo como un sobrino de Muñoz,el salvajismo,la distorsión....

Pepo Pérez dijo...

Sfar tiene que verlo TODO con Hugo Pratt. En serio. Por supuesto, no es un imitador barato, es un tío con su propia personalidad, enriquecida por otras influencias (Tardi, mucho tebeo de género incluyendo Conan y superhéroes americanos, los cuentos ilustrados por Quentin Blake, el dibujo de Reiser, etc.). Pero si Miller es el discípulo más claro y perfecto de Eisner, Sfar lo es de Hugo Pratt. Por supuesto me refiero al concepto, al conjunto de lo que significa su obra, no tanto,o nada, al estilo de dibujo.

Anónimo dijo...

Ya...en eso estamos deacuerdo,de hecho en los comentarios de otro post te daba la razón,en mi comentario anterior quería ceñirme sólo al dibujo.La mezcla de plumilla con mancha,algunos rayados poco ortodoxos cuando quiere que parezcan más detalladas,la síntesis en curvas de la figura femenina,el diseño de página...No sé tiene un punto Crepax,lo de pratt es más evidente,son pura aventura con "trasfondo" pero Sfar tiene más sentido del humor,más carnalidad...¿Y Bluch no te parece "Muñociano"?

Pepo Pérez dijo...

"son pura aventura con "trasfondo" pero Sfar tiene más sentido del humor,más carnalidad.."

muy bien descrito, tú.

"¿Y Bluch no te parece "Muñociano"?"

no. A los tebeos de Muñoz (casi) siempre le han faltado el sentido del humor (y cuando hay algo siempre es humor negro), sentido del humor que en Blutch siempre está muy presente. Por algo se gana las habichuelas currando para Fluide Glacial. Luego, incluso en sus tebeos más "arties", siempre hay humor y cierto tono de farsa. Siempre.

Octavio B. (señor punch) dijo...

Peeters tiene un guionista en Koma, que yo no sigo y no puedo opinar si se beneficia o no de ello.
Como dibujante a mí me parece impepinable, y como uonista, excelente, aunque sí, almibarado.

Anónimo dijo...

Yo me refería únicamente al dibujo,sobretodo al de "sudor sudaca" y sus trabajos a color como ilustrador..No sé me dan ese aire.
Yo no he dicho que Peteers dibuje mal,(Otra cosa es que esté en contra de ese estilo)se estaba hablando de divisiones,de los "jóvenes" en primera juegan Sfar,blain y bluch mucho más versátiles,lo que les permite ser más experimentales(hablo de dibujo) que DuPuy-Berberian,killoffer,David B,Tronheim,lacernet,Peteers...que están más afincados en un estilo(estilos en el caso de tronheim y killoffer) resultón que les basta para desarrolar sus historias con éxito.Ésta es la segunda división francesa...Que no se bien a que división corresponde en España pero me temo que no quedamos muy bien parados