ABSOLUTAMENTE CONVENCIDOS DE QUE ESTAMOS A PUNTO DE EXPERIMENTAR UN AUGE
¿Qué piensa del estado actual de la industria del cómic y adónde se dirige?
Es un follón, pero Mark Millar y yo estamos absolutamente convencidos de que estamos a punto de experimentar un auge, y todo el mundo se ríe de nosotros. El principal crecimiento llegará en 2005, pero ya está comenzando, gracias a la naturaleza cíclica del negocio de los cómics. Además, hay que tener en cuenta que estamos entrando en una recesión. En cuanto se entra en una recesión mundial, todo el que está en la industria del entretenimiento se encuentra en una posición ideal, porque cuando la gente está deprimida y preocupada por el dinero, lo que quiere es entretenerse. El más popular va a ser el material ambicioso y brillante de aventuras superheroicas, y eso es lo que estamos haciendo. Creo que va a ser increíble.
Mark y yo nos tomamos muy en serio lo que hacemos y cómo lo vendemos. Estamos atentos a lo que va a tener éxito dentro de dos años, no a lo que va a tener éxito dentro de seis meses. Lo planeas viendo cómo han funcionado los cómics en el pasado. Tenemos una historia de sesenta años en la que basarnos y las tendencias suelen repetirse. Todo lo que tienes que hacer es retroceder y ver los grandes ciclos, por los que se pasa cada doce o quince años. El primero comenzó con la creación de los superhéroes a finales de los años treinta, y nos llevó hasta los cincuenta, cuando nadie estaba interesado y los superhéroes comenzaron a morir. De repente, en cuanto el programa espacial se puso en marcha, se renovaron los superhéroes como figuras similares a los astronautas o a Kennedy. Tenías a Flash, un policía científico que podía correr a la velocidad de la luz, a Atom, un científico que podía encogerse; todo el mundo era científico o pionero. Los héroes funcionaban porque personificaban el espíritu de unos Estados Unidos utópicos y progresistas. Esto duró quince años y tuvo su apogeo a mediados de los sesenta. Para entonces el ideal se estaba convirtiendo en objeto de parodia, y por ejemplo Batman empezaba a parecer ridículo. Los niños aún creían en él, pero si eras un adulto viendo la serie de televisión, sólo era una comedia. Entonces comenzó el declive, y aunque nadie se dio cuenta en aquel momento, se puede ver retrospectivamente.
En 1974 o 1975 se ven los primeros destellos de lo que podría llamarse "La Edad Oscura". Aparecen guionistas como Don McGregor, que muestran a los héroes malheridos en situaciones cotidianas. McGregor hizo una historia en que Pantera Negra estaba luchando en un supermercado, y como una anciana ve que es negro le empieza a atacar, aunque fuese el bueno. Le abre la cabeza con una lata de comida para gatos. Nunca se había visto nada parecido en un cómic. Era sangre real y la descripción de un dolor terrible. Esta tendencia hacia el realismo alcanzó su cumbre con The Dark Knight Returns y Watchmen y de repente tenías superhéroes en el mundo real; deprimidos, sexualmente atormentados y jodidos. Aquello fue increíblemente importante para los ochenta, porque los hombres hechos a sí mismos eran importantes. Con el tiempo aquello también se convirtió en una parodia, tipos enormes y musculosos con cadenas y armas de fuego, sin historias y con escenas de violación en cada número. Llegó a su límite.
Entonces tienes a gente como yo y Mark Waid que van de nuevo al extremo opuesto. Sabemos que la única manera de continuar esa cosa oscura es hacer que los héroes vuelvan a ser héroes. Es evidente. Y es algo gigantesco, porque la cosa llegó hasta el punto de hacer que todos los superhéroes fuesen unos psicópatas. No había nada para leer con ambiciones. En cuanto trajimos de vuelta a los superhéroes -con sus trajes, afeitados, sin gabardinas y sin esgrimir escopetas de dos cañones- tuvieron mucho éxito.
(...)¿Qué tal está la creatividad en los cómics de hoy?
El medio es tan diverso como cualquier otro. No podrías decir lo mismo hace diez años, pero ahora hay cómics sobre cualquier cosa. Lo que pasa es que la gente no los conoce. Los cómics se han vuelto tímidos y se avergüenzan de sí mismos, han alcanzado la adolescencia tras estar mucho tiempo en la niñez y ahora están marcados con estereotipos pegados con cinta adhesiva. Los tipos que dirigen la industria tienen miedo de salir, enfrentarse al mundo y decir que molamos, y que las cosas que hacemos son divertidas y se pueden leer. Algunas de ellas son auténticas obras de arte; por ejemplo, tienes el Maus de art spiegelman, que es tan bueno como cualquier novela u obra de teatro. También tenemos algo de basura, como cualquier otro medio relacionado con el entretenimiento, pero los tipos que están detrás de esa basura son frikis y me miran como si fuese a pegarles una paliza. Los cómics han vuelto a limitarse a las tiendas de cómics, que ahora se parecen a las sex-shops y la gente tiene miedo de entrar en ellas. En los viejos tiempos, cuando Superman vendía seis milones de ejemplares al mes, los podías comprar en cualquier parte, en cualquier tienda. (...)
¿Qué tipo de aficionados atrae usted?
Gente rara e inteligente. Mis fans son personas que no encajan bien en el mundo pero de repente leen algo y dicen "Este tipo piensa como yo".
-------------
El guionista Grant Morrison, entrevistado por Mark Salisbury en 1999 en el libro WRITERS ON COMICS SCRIPTWRITING.
1 comentario:
me creería más sus palabras si no fuese un guionista en franca decadencia , la verdad. Desde JLA se dedica a escribir historias sencillotas que no aportan nada nuevo al medio.
Publicar un comentario