miércoles, septiembre 19, 2007

DE ALGECIRAS A ESTAMBUL

"Qué más da, qué más da, aquí o allá", cantaba en 1971. Ahora que su gira a dúo llega a la capital del Reino, qué mejor excusa para volver a oír su más famosa canción:


Serrat en directo, en 1974. Copio de un texto sobre él que tengo a mano, al habla Juan Manuel Freire en la revista Rockdelux 223 (el álbum de Serrat MEDITERRÁNEO, de 1971, quedó en ese número de Rockdelux en el puesto 3 de una lista de los 100 mejores discos pop españoles del siglo XX):


El antiautoritarismo catalán, con la nova cançó como vehículo musical, censuraba su bilingüismo, el producto de una doble identidad familiar de que la que Serrat no quería renegar [nació en Barcelona en 1943, pero su madre era aragonesa, de Belchite], mientras que la izquierda ortodoxa en pleno criticaba su rechazo a una política con credenciales, pero sin carné. "No confundo la persona con el carné", le decía Serrat a la periodista Margarita Rivière en el recomendable libro "Serrat y su época" (El País-Aguilar, 1998). "La gente es gente sin necesidad de tener carnets que la acrediten. He trabajado en política sin formar parte de ninguna organización; mi sentimiento en cuanto a independencia no existe. Valoro mucho la independencia personal, una actitud que sólo sirve para cosas puntuales; es decir, para rechazar lo que no te gusta de la gente que lidera la idea de la cual eres partidario. La independencia es eso".
A las presiones en Cataluña hay que sumar otra españolista, producto de su rechazo a participar en el festical de Eurovisión en 1968 si no lo hacía cantando en catalán. La canción "La, la, la", compuesta por el Dúo Dinámico, al final interpretada victoriosamente por Massiel. Serrat, por su parte, se hizo con un veto de cinco años en la radio y la televisión públicas y una plaga de protestas, todas delirantes, que incluían piras populares de sus discos en mitad de la calle. "¿Cómo se puede hacer entender a un joven de ahora la represión que pasé por aquello de Eurovisión?", le preguntaba retóricamente a Rivière en el libro citado con anterioridad. "Es difícil que lo entiendan ahora como a mí me resulta imposible de entender la brutalidad de las trincheras en la guerra de 1914. Me lo puedo imaginar, pero ¿hasta qué punto?"

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo este verano me he pegado el gustazo de ver a los dos genios sendas veces, la primera en Algeciras y la segunda en Jerez.

Un gran espectáculo, el de "Dos pájaros de un tiro", que le recomiendo, sin duda alguna, a todo el mundo.

Pasarán muchos años antes de que podamos volver a ver a dos maestros de la talla de estos, y juntos, además.

Un saludo.

Pepo Pérez dijo...

No creo que Sabina esté a la altura de Serrat, pero esto ya es comentario mío al margen. Me alegro que lo pasaras bien viéndolos, Alfred.

Anónimo dijo...

No, está un peldaño por debajo, como nunca ha dejado de reconocer él mismo, por otro lado (bueno, él seguramente se considere, desde su admiración por el maestro catalán, algunos peldaños más alejado de su primo El Nano, a decir verdad).

Pero solo un peldaño. Y un montón de ellos por encima, eso sí, del resto.

Un saludo.