domingo, mayo 20, 2007

BARKS ENTREVISTADO

Con vosotros, Carl Barks:


(vía Af News)

4 comentarios:

Miguel Porto dijo...

Madre mía, hay que ver lo jodidamente genial que era este tío, hace unos años encontré unos listados de los Don Mickey en los que salían historias suyas, y gracias a un rastro pude hacerme con muchos de ellos, algunos otros ya los tenía de la infancia... bueno, eso, yo creo que Carl Barks es uno de los ejemplos más claros de lo que es escribir en los cómics.

No había preocupación preciosista, había desarrollado su "método" (que bebía por supuesto de la tradición Disney anterior) para fondos (esas urbanizaciones americanas cincuenteras estandard) objetos (esas ruedas, y formas redondeadas y amables), y personajes, pero en el esas estandarizaciones no funcionaban pobremente, para el eran como las letras de un lenguaje, meras herramientas para contar sus historias; y menudas historias, de las más entretenidas y adictivas que he leido nunca.

Ese método, esa forma de contar personal y pragmática de muchos autores que trabajaron para una industria con gran demanda y que teníán que trabajar rápido, como fueron aquí muchos de los grandes colaboradores de Bruguera o Tezuka en Japón.

La verdad es que los cómics de Disney han contado en ocasiones con artistazos de talla insuperable, Barks, Gottfredson, Don Rosa. Y ahora hay muchos autores de nuestro país que trabajan en agencia desarrollando un excepcional trabajo para esta factoría, a los que a lo mejor no se les presta la atención debida.

Molaba conocer algo más de ese mundo.

Anónimo dijo...

Es método se llama oficio. Eso que algunos confunden con trabajar a matacaballo.

Miguel Porto dijo...

Pero por favor concreta más ¿quiénes confunden oficio con trabajar a matacaballo? No me dejes con la duda.

Anónimo dijo...

Ambrós; Oficio, Gago; a matacaballo, Romita Jr en los noventa; oficio, Romita Jr en la actualidad; a matacaballo, Pascual Ferry; oficio, Salvador Larroca; a matacaballo, por ejemplo, por no hablar de las ingentes cantidades de material de agencia que todos nos tragamos entre finales de los setenta y principios de los ochenta, cuando aparecían revistas de terror, aventuras o "erotismo" como hongos. Y no digo que sean malos artistas ni mucho menos, pero una cosa es ir recopilando una serie de soluciones más o menos elegantes para solventar los problemas que se puedan presentar y otra es llegar al plazo de entrega de cualquier manera o sin poner interés alguno. Y entiendo que son curritos que tienen que comer todos los días, pero desde el punto de vista del consumidor no es algo que me tenga que importar.
¿Duda aclarada?