CONTAR LA NADA
Hace un par de semanas me leía el ACME NOVELTY LIBRARY # 16, de Chris Ware (Omaha, Nebraska, 1967) y, como todo lo de este autor, me despertaba reflexiones y sentimientos encontrados. Por un lado, lo admirable de su ambición artística y de su capacidad de trabajo; por otro, lo desconcertante y, por qué no, discutible que a veces resultan los contenidos que propone. Formalmente, no creo ser muy exagerado si digo que ahora mismo no hay ningún otro historietista conocido en el mundo que le supere, al menos si de intenciones renovadoras del lenguaje del cómic hablamos.
ACME NOVELTY LIBRARY, como es bien sabido, es el título de la cabecera donde Chris Ware lleva publicando desde 1994, adoptando una gran variedad de formatos y tamaños. De ella, en España sólo se han publicado algunas historias cortas en la revista NOSOTROS SOMOS LOS MUERTOS (Inrevés Edicions) y, por supuesto, una de las historias largas de Ware más conocidas, recopilada en el libro JIMMY CORRIGAN. EL CHICO MÁS LISTO DEL MUNDO (Planeta DeAgostini).
El número 16 de ACME NOVELTY LIBRARY es, lo explica al final el propio autor en una pequeña historieta de una página, el primero que se publica él mismo, después de casi doce años amparado bajo la editorial estadounidense Fantagraphics. El protagonista del tomo en esta ocasión es Rusty Brown, un personaje que ya había aparecido en ACME, un adulto friki inadaptado y preso de sus manías coleccionistas. En esta ocasión, Ware se sitúa en la infancia de Rusty, cuando en la escuela coincide con el que luego será su amigo de toda la vida, Chalky White. Ahí les tienen a los dos (escaneo una página de ACME NOVELTY LIBRARY 16, pinchen que se amplía). Rusty es el pelirrojo de la tira principal, Chalky el de la minitira situada en la parte inferior (y, como me decía Monolo el otro día, piensen, si los ponen uno al lado del otro, a qué famosos gemelos de la historieta española recuerdan):
En las páginas de ACME NOVELTY LIBRARY 16 no se cuenta más que unas horas en la vida de los personajes. Un amanecer nevado en lo que parece una pequeña ciudad de provincias estadounidense a mediados de los años setenta, la gente se levanta y los adultos llevan a sus niños al colegio. Esto es básicamente "el argumento" de la historia. En la tira principal, el punto de vista de Rusty y su padre, profesor del colegio al que asiste nuestro protagonista, que luego veremos. En la tira de abajo, que se simultanea a lo largo de toda la historia en la misma página, el punto de vista de Chalky, el moreno. Por supuesto, como es intención habitual de Ware -ya lo hizo en varios momentos de su JIMMY CORRIGAN-, la idea no es meramente "contar la nada cotidiana", sino hallar en ella las verdades profundas de lo que somos. Dicha tarea la ataca desde dos flancos básicos: primero, el recurso a una cierta parodia social de tono frío y analítico, donde prefiere la caricatura de personajes y situaciones a la representación realista de los mismos y, sin embargo, desde ella evocar sensación de realismo. Cuando digo caricatura no hablo sólo del grafismo -a la vista está el habitual estilo de tiralíneas, icónico y caricaturesco a la vez, de Ware- sino también de tratamiento narrativo de la historia.
Por supuesto, si Ware opta por la caricatura como modo de realizar su peculiar sátira social, no es porque "no sepa" escribir historias más realistas. A la vista están sus historias de "la joven cojita" (BUILDING STORIES ha llamado Chris Ware a esta subserie; alguna de ellas ocupan las últimas ocho páginas de este número de ACME), una de las cuales por cierto puede leerse en castellano en el último y reciente número de la revista NOSOTROS SOMOS LOS MUERTOS (12), donde hay mayor realismo y menos caricatura en el tratamiento de personajes y situaciones.
Volviendo a la historia principal del número, parece clara la intención de Ware, como decía Álvaro Pons el otro día en lacarceldepapel, de actualizar a la sensibilidad de nuestra época la esencia de uno de sus historietistas favoritos, Frank King y su tira clásica GASOLINE ALLEY. El intento de contar "cómo crece la hierba", que diríamos, de captar el momento -los momentos- de aquello de lo que principalmente está hecha la vida humana. Que no son precisamente "hazañas heroicas" ni grandes momentos de emoción e intensidad, los menos a lo largo de una vida, sino instantes del tedio y de la cotidianidad más vulgares, que son los más. Como muestra de ello, obsérvese, en la página que antes he colgado, (lo hago de nuevo justo aquí abajo, no muevan el cursor) ese momento cama de Chalky, en la minitira. El pobre y asustado Chalky, que no se quiere levantar porque, como pronto sabremos, es su primer día de colegio como nuevo alumno de un centro donde no conoce a nadie.
Minitira inferior: primera viñeta, plano subjetivo del techo, segunda viñeta, primer plano de Chalky para que sepamos quién miraba la lámpara del techo, tercera viñeta, otro primer plano de Chalky para que sepamos que ahora mira a su izquierda, cuarta viñeta, otro plano subjetivo mostrando lo que ve desde la cama -cómoda y lámpara- quinta y sexta viñeta, plano entero cenital -en la sexta, por si no se aprecia bien en el escaneo, Chalky mira ahora hacia su derecha-, útima viñeta, plano subjetivo de nuevo mostrando la ventana de su dormitario y la nieve que hay fuera de ella.
En la tira principal, el gordito pelirrojo Rusty Brown, mientras quita la nieve de delante de su casa para que el padre pueda sacar el coche, "descubre" que durante la noche, ha "desarrollado" un súper poder, el "súper-oído". Es, por supuesto, una invención del chaval. Un recurso narrativo que me parece mitad evocación de las fantasías infantiles que todo niño criado en el siglo XX suele tener, mitad guiño cómplice a la influencia mutua que parecen estar ejerciéndose últimamente Ware y Daniel Clowes (sí, me refiero sobre todo al Clowes del último EIGHTBALL, el del superhéroe). A destacar ese encuadre marca de la casa de la primera viñeta, con la figura abajo y a un lado, y toda esa amplitud de espacios encima de ella, que la empequeñece y hace ridícula, y luego el plano fijo, otro recurso habitual de Ware, que usa en cuatro de las cinco viñetas de Rusty salvo en el primer plano -fondo amarillo- de la cuarta viñeta.
Mientras viajamos al colegio, conocemos -además de a los futuros amigos Rusty y a Chalky- a varios secundarios. El padre de Rusty, un profesor insatisfecho y deprimido por la molicie y mediocridad que le proporciona su vida de casado, y la hermana de Chalky, una joven preadolescente, es decir, ya rebelde sin causa hacia sus mayores (es su abuela la que lleva a ambos en coche al colegio).
Después de unas 15 páginas, hemos llegado al colegio y allí presenciamos varias escenas situadas en la sala de profesores. Todos, sin excepción, parecen seres igual de patéticos que Rusty y su padre: una profesora negra, Joanna Cole, y atención, un trasunto del propio Ware que es una obvia autocaricatura y que, por si no queda claro, se llama Franklin Christenson Ware. Es aquí donde empiezan mis dudas sobre el contenido de esta historia. En esta parte central, además de la insistencia en ese "sentimiento patético de la vida" ya clásico en Ware, casi diría yo un recrearse en él -todos los personajes participan de tal sentimiento, y así lo muestran una y otra vez-, hay algo más. Algo que se me antoja una influencia del peor Clowes, del Clowes más indulgente que, cuando no tiene nada mejor que contar, pone a personajes a realizar disertaciones intelectuales que encierran a la vez una especie de autoironía, un, como si dijéramos, demostrar lo listo que soy y a la vez cómo soy capaz de reírme de ello. En este caso, es el sosias de Ware quien empieza a largarle al padre de Rusty un discurso que no viene mucho a cuento sobre las teorías de Arnold Martin, un crítico "del círculo de Lacan y Baudrillard". Ahí le tienen, Ware dibujándose "a sí mismo":
Un poco antes, también ha habido un flashback con narrador en primera persona (en texto de apoyo) que cuenta otro discurso-parodia sobre el pop art, tomando de excusa los cuadros que pinta el, por supuesto, también patético personaje de Mr. Ware (suya es la voz en off, que aparece en esta otra página que les pongo ahí abajo). Todo esto me recuerda, como digo, al Clowes que no me gusta, el que de repente, como en su historieta ICE HAVEN, introduce a un personaje -un crítico de cómics- a realizar la crítica de la propia historieta. En cualquier caso, observen en esa misma página a qué dedica Ware las siete viñetas de la minitira de abajo, qué es lo que cuenta y cómo lo cuenta.
La sensación de que Ware se repite al recrearse con el patetismo de los personajes, convirtiendo así la complejidad en reiteración simplificadora, se ve reforzada por ciertas escenas que evocan las fantasías autodestructivas de los mismos. Ahí tienen una escena de suicidio imaginado que a los lectores de Ware seguro que les suena de haberla visto en trabajos anteriores:
Mi único reproche al contenido de Ware -aunque es posible que sea yo el que no entienda bien qué pretende ni adónde quiere llegar el autor-, es que si es verdad como parece que quiere capturar la vida en sus viñetas, está siendo parcial y reductor. La vida puede ser muy patética y deprimente a veces, sí, pero, como me decía un amigo el otro día, la vida no es sólo eso. En esa página, por cierto, merece destacarse un aspecto formal bastante llamativo: al llegar a este punto de la historia, la narración de la tira principal y la pequeña tira secundaria han coincidido en el tiempo y en el espacio, de modo que ahora pasamos a leer la misma historia, en una misma página, contada desde dos puntos de vista diferentes.
Está claro que Chris Ware es el máximo renovador formal que existe ahora mismo en la historieta conocida en el mundo occidental. Su inventiva está aportando un nuevo entendimiento de cómo usar los recursos tradicionales del cómic, proporcionando de paso a los autores -su influencia, de hecho, ya se está viendo en muchos historietistas, incluyendo a alguno famoso como Daniel Clowes- nuevas herramientas con las que contar, en el medio historieta y con los recursos intransferibles de la misma, un nuevo tipo de historia que los tiempos actuales demandan. Historias de mayor densidad literaria y penetración psicológica y/o emocional. Y cuando digo densidad literaria, no me refiero a abusar del texto, me refiero al planteamiento narrativo y a la multiplicidad de contenidos que se quieren transmitir. Historias que hablen no tanto del mundo exterior o de la "aventura de héroes", algo ya tradicional en el cómic y que éste sabe hacer muy bien, sino del mundo interior y el alma humana.
Pere Joan escribe en el último número de la revista NOSOTROS SOMOS LOS MUERTOS (12) sobre nuestro hombre: "Chris Ware pasa para algunos como un vacuo exquisito. Nada más lejos de la verdad. Su planificación obsesiva le sirve para retratar su punto de vista fatalista y la complejidad de las relaciones humanas. Hasta ahora las historias no se habían construido así en los tebeos. Con una limpieza de color y una línea clara de matiz antiguo pero actualizado, nos va liando en un diagrama espeso. Pero a poco que nos fijemos es así como los humanos contamos las cosas. Sin linealidad. Juntando pedazos, aportando anécdotas, interpretaciones, sueños y recorridos. Reconstruimos siempre parciamente porque no somos dioses o iluminados, sino ignorantes buscadores. Así narra Ware, como en una investigación de la trayectoria vital de pobres gentes de cabeza algo ensimismada".
Estoy bastante de acuerdo, salvo, matizaría, en eso de que no contamos las cosas linealmente. Sí que lo hacemos, al menos si nos referimos a la mayor parte de la tradición narrativa. En realidad, supongo que Pere se refiere a cómo pensamos las cosas, cómo recordamos las cosas, cómo nos las contamos a nosotros mismos (ya sea evocando conscientemente, ya sea inconscientemente, en sueños) o a los demás en un ámbito coloquial, donde, en efecto, no hay linealidad y sí saltos y digresiones constantes. Ésta, para mí es la clave de la narración de Ware. Su intento de poner en la página, de narrarnos por tanto, el modo en el que cada uno de nosotros experimenta la vida, cómo percibe su entorno y sus avatares cotidianos a la par que piensa sobre sí mismo, fantasea o evoca recuerdos. El resultado es sorprendente porque, como he dicho antes, a pesar del tratamiento caricaturesco -gráfico y narrativo- que elige Ware, consigue construir un pequeño universo que parece real.
Sí, su ambición es máxima. Ware no aspira tanto a narrar el tipo de ficción tradicional del cómic -mundo exterior, visto desde fuera, donde lo que importa es qué hacen los personajes y hacia dónde van- sino más bien a contar la vida, la vida de verdad, que es la del mundo interior: el mundo visto desde dentro del personaje, cómo sentimos, qué pensamos, qué vemos mientras realizamos nuestras banales y a veces, sí, patéticas acciones cotidianas.
En otras palabras, Ware aspira a contar la nada cotidiana y subjetiva, que en realidad es todo. O al menos todo lo que tenemos en el mundo real.
21 comentarios:
hace poco veía otra peli de esas de narración fragmentada, a lo "grand canyon", "traffic" y todas esas parrafadas con amago de europeización intelestualoide de los yankis acomplejados. Era "Crash", da igual el título(salvo si queremos hacer un chiste sobre la onomatopeya y como la narración lineal se puede fragmentar y bla bla bla, paso), lo importante es el tipo de historia.
Últimamente esta filosofía de la fragmentación se aprecia en todo, en el cómic sobre todo, puede que Crhis Ware no sea tan precursor, sólo un visionario que se sube a la cresta de la tendencia y farda de lo lindo. ¿Somos lineales?, pues sí, los hombre somos lineales(y digo los hombres, eh?), y hasta ahora siempre hemos funcionado así, digamos que el mundo necesitaba de una buena burra de carga para traernos a este punto pero ahora llegamos a "este punto" y nos decimos, "y qué?, ya estamos hartos de tirar", y entonces igual que pasó allá en los albores del homínido cuando el hombre descubrió la horticultura(o la ciencia de tocarse el nabo)y se sedentarizó y comenzó a comerse la cabeza(a raíz del susodicho nabo en cuestión)ahora estamos en otra era de sendeterización. Dicen los tíos estos raros que conjeturizan sobre la forma que tendrán nuestros cuerpos en el futuro(tenía un nombre la profesión esta pero así se entiende mejor)que en el futuro seremos flacuchos, encorvados y cabezones, tal cual nos pintan los marcianos, todo a raíz de que no haremos otra cosa que estar frente a la pantalla soltando paridas(tal cual todos hacemos ahora-somos el nuevo eslabón perdido, me siento importante-).
Y a qué viene esto?, pues a razón de que ha llegado el momento de cambiar de postura, ya el objetivo no es mirar al frente y tirar de la carga si no disfrutar de lo recolectado y planificar vías alternativas. Hemos llegado a ese punto de inflexión evolutivo que Ware capta muy bien en sus cómics, es la hora de la diserción(por cierto alguien sabe si se ha quitado esta palabra del diccionario?), de la horticultura argumental, sembramos la semillita y ahora a "ver crecer la hierba", y a reirnos, porque no somos más que pitufos y la hierba nos hace cosquillitas en los... vale, rebuscado, lo dejo.
Ware como le pasa a muchos otros autores puede estar cayendo en el error de querer montar a la cresta del tsunami, a fin de cuentas sólo somos niñatos surferos en una nueva edad del pavo darwiniana, adolescentes pajilleros(de pajas mentales hablo), no he leído este nuevo tomo(mi inglés es very excrement)pero me fio de lo que aquí se dice.
Curioso es algo... la mente de la mujer es mucho menos lineal que la del hombre, supongo que porque ella fue la primera en tocar el nabo... quiero decir, la primera que trabajó la horticultura y por tanto es más culta(sabe tocar el nabo como nadie, experiencia milenaria que tiene ella), ella se quedaba en casita planificando las labores del hogar(y tocando los nabos)y de cháchara con la tribu mientras el hombre cazaba agazapado tras un matorral enfilando con su lanza al horizonte durante días.
Es la hora de la mixificación(quizás por ello hay tanto gay en el mundo del arte)y Ware es el máximo exponente. Un niñito precoz. Pero eso sí, un niño, por lo que se desprende de tus impresiones con este libro pues se está enmarañando un poco con tanta argumentación fragmentada, si hubiera sido mujer seguro que se le habría dado mejor.
Saludos membrales.
Slt.
"Ware no aspira tanto a narrar el tipo de ficción tradicional del cómic -mundo exterior, visto desde fuera, donde lo que importa es qué hacen los personajes y hacia dónde van- sino más bien a contar la vida, la vida de verdad, que es la del mundo interior"
Bingo.
Y lo mejor es que no está solo (como decíamos el otro día, a propósito de la nueva sensibilidad en los tebeos)
Respecto a su influencia, curiosamente acabo de terminar Madre vuelve a casa, donde se ve que lo suyo es muy, muy dificil. No digo que esté mal, Oscarmayer, porque en general está bien. Pero no llega a Ware (a Corrigan, al menos) ni de coña.
Anónimo menbral ;), ¡la nueva edad del pavo darwiniana! Llevo un buen rato riéndome, muy muy bueno...
puntualizarte, eso sí, lo de las mujeres como primerísimas en lo que a nabos toca. En todos los sentidos que se quiera entender lo del Naborío, te equivocas: hombres y mujeres sabían de nabos por igual, y nabos manejaban con pareja y abominable y pecadora alegría hasta la llegada del cristianismo, que impuso en occidente una nueva moral en todos los órdenes: del curro al catre, desde ellos es otra cosa.
Bueno, volvamos al tema, que se me va la olla.
¿Y de Ware se va a editar algo más en España? No unas muestras, algo consistente, pido.
Eso digo yo, a ver cuándo se publica algo más en castellano.
¿Qué ventas se calculan que tuvo el Corrigan? No es por nada, pero con lo durillo que es, poco comercial le veo yo al Ware...
. Estoy bastante de acuerdo con Pepo en cuanto a las constantes temáticas y formales de Ware. También creo que Laputa, como casi siempre, ha estado sembrado, ya que hablamos de horticultura. Hablar de la nada, de la vacuidad, del autismo moderno, es extremadamente dificil si lo que buscamos es una obra de arte conmovedora y no España Directo. Ware lo consigue en Corrigan, supera el tedio gracias a su ambición formal y que a veces nos hace empatizar con la anomia de sus criaturas. Con frecuencia me preguntaba a que venían ciertas viñetas o composiciones de página, rayando a veces lo enfermizo. PERO TAMBIEN ME SORPRENDO CUANDO ALGUNAS DE SUS IMÁGENES ME VISITAN SIN PERMISO,el abuelo Corrigan señoreando el mundo desde la cima de la Expo, el nieto soñando que vuela más allá de la nieve. A MÍ DE LA NADA me vale con una obra, no necesito repetir. Si no hay patetismo o humor prefiero historias con imaginación, quiero ese despliegue formal 8tal vez más moderado) al servicio de ideas y emociones igual de complejas
Ya que hablas del último NSLM debo decir que aún no he leído lo de Ware que publican allí. Me da pereza el encarar sus páginas. Me gustan porque son muy bonitas y al abrir la revista atraen sin querer la mirada pero resultan agobiantes en cuanto a la gran cantidad de viñetas y lo pequeñitos que son los dibujos.
En los tebeos de Cuttlas aquello de "Vamos a contar una historia en 1000 viñetas y una sola página" era como una especie de chiste,en Ware parece que no. :-)
Un tema muy de Ware (o de Clowes, ahora que lo pienso) podeis verlo desarrollado con mucho más salero en el último NSLM en cuatro estupendas páginas de los señores García y Pérez (con un sensacional trabajo de rotulación de Manuel Bartual), con una puesta en la que la elipsis es también homenaje gráfico muy bien llevado, tanto con fines narrativos como paródicos.
Eso sí, supongo que el nombre del protagonista será una broma aceptada por todas las partes, no basada en "hechos reales".
Gracias, Tomás, aunque exageras. Sí, Manolo Bartual rotuló los bocadillos con diferentes tipografías, y probó unas cuantas. En efecto, tienes muy buen ojo porque los dos principales referentes de esa historia son Clowes y Ware. Y no, la historia no está basada en hechos reales, es pura ficción. Supongo que quiere ser un reflejo de frustraciones universales que todos tenemos, cada uno la suya.
"Me gustan porque son muy bonitas y al abrir la revista atraen sin querer la mirada pero resultan agobiantes en cuanto a la gran cantidad de viñetas y lo pequeñitos que son los dibujos."
Bueno, Papá Cairo, da pereza hasta que te pones a leer esto de Ware en NSLM. Entonces te olvidas del formalismo apabullante y ves que tiene sentido.
Dicker, no tengo ni idea de qué vendió el CORRIGAN, pero mi librero me dice que poco a poco ha ido saliendo. Digamos que han sido más bien unas ventas progresivas. De hecho, sigue vendiendo ejemplares de vez en cuando.
sí, Punch, la principal influencia de MADRE VUELVE A CASA es Ware. Clowes también ha cambiado bastante bajo su influencia.
Y, eso me han contado quienes se lo han leído, del último Seth, el de WIMBLEDON GREEN, quien de hecho dedica el libro "a mi buen amigo Chris Ware, que sigue mostrándome el camino".
"no he leído este nuevo tomo(mi inglés es very excrement)pero me fio de lo que aquí se dice."
Bueno, no te fíes de mí mucho, y a ver si puedes leerlo en castellano no excrement, ja, ja.
(sí, muy bueno lo de la nueva edad del pavo darwiniana)
y no os pasa a vosotros que a veces, leyendo aquí al amigo, se os escapa una risilla? que sí, que sus personajes son todos unos acabados sin remedio, que el mundo que plantea es un horror sin solución... pero... no sé si será el dibujo, no sé qué será, que yo a veces me río. un humor rarete, claro, pero creo que está ahí. en el jimmy corrigan, hay momentos grasiosos, o a mi me lo parecen. los textos suelen ser irónicos. las instrucciones de los recortables... las fantasías de jimmy (cuando mata al padre, cuando fantasea su futuro con su hermana). en fin, a lo mejor son cosas mías, pero creo que esos pequeños detalles hacen sus tebeos más llevaderos... bueno, estoy escibiendo a lo loco, porque la conexión se me va a caer de un momento a otro, pero no sé si me pilláis.
y otra cosa... nadie, NADIE se va a atrever a publicar más cosas de ware en españa?
Sí, Pablo, pienso como tú. A veces hay humor, que aunque negro y cruel, consigue a veces hacer reír.
Lo cual no quita que siga siendo humor a costa del monotema, el "sentimiento patético de la vida". Bueno, supongo que es la marca de la casa, cada autor tiene sus obsesiones. A ver si va a ser Ware el único.
Ben Day, ¿no querías dar tu opinión sobre este ACME,tío?
EoooOOOOoooo
¿hay alguien ahí?
Es a mi? Es que estoy con los libros y no os he visitado en varios días!
Más o menos estoy en consonancia con lo que has escrito en el post (buen análisis!) pero yo me mojaría en las conlusiones acerca de qué es lo que está haciendo ware al fin en este último acme, que me está pareciendo cada vez más un número de transición hacia algo... distinto de Jimmy Corrigan. La cosa IMPORTANTÍSIMA que sucede en él (como pasó con Clowes en cierto momento del eightball) es que el enfoque ha dejado con bastante intención de ser autobiográfico (o seudoautobiográfico, y para marcar eso está, entre otras cosas en la historieta, el alter ego cínicote del mismo Ware compartiendo protagonismo... un personaje que se llama como el autor y en realidad es una carricatura autocrítica de si mismo que en el fondo no me parece que se crea) y ha pasado, digo, a ser la plasmación de un estado de cosas, de un "ambiente moral" social.
La verdad es que no estoy aún convencido con lo que lleva entre manos (aunque me huele lo suficiente, ah, y tiene intención de seguir largo con ésto, creo) pero como presentación de personajes la historia me parece modélica, y una cosa que me gusta es que carga las tintas en todos por igual... ¿que son caricaturescos? por mí bien, en realidad el tono no me importa si sigue viéndose el calado que les proporciona ware... bueno, y casi mejor, porque no creo (y esto me gusta mucho también) que quiera ciscarse en alguno en particular, sino, ya digo, mostrar el caldo en que se cuecen y apuntar qué los hace así: cierta hipocresía, si quieres, o una serie de mecanismos sociales que meten en el buen camino a todo quisque (lo de que la historia ocurra en el colegio, y la manera en que está siendo mostrado tienen miga y me recuerda en todo lo bueno a una película que me gusta horrores: Elephant).
En fin, aún es pronto para hablar, pero como hacer pronósticos es fácil, ea!
Y no aburre, recontra! es que es así!
Y viva también Mizoguchi!
Un saludo
Me ha salido un poco espesa la explicación, (mil disculpas) pero cuando tenga tiempo me siento con calma, palabra!
" (lo de que la historia ocurra en el colegio, y la manera en que está siendo mostrado tienen miga y me recuerda en todo lo bueno a una película que me gusta horrores: Elephant)."
Curioso!! A mí también me recordó un poco a ELEPHANT. Me refiero a ese rollo de mostrar en plan entomológo el ambiente del colegio; ese recrear la cotidianidad de un sitio así (que simboliza tanto sobre la sociedad y sobre la socialización) de un modo tan frío, haciendo que parezca un mundo tan artificial, extraño y marciano, como "de otro mundo".
Bueno, en realidad evoca la sensación de un niño en sus primeros días de colegio; es como aterrizar en otro mundo, y es lógico, porque lo de "otro mundo" es literal para el niño que pisa un cole por primera vez.
Lo de la caricatura como tratamiento a mí no me parece mal, al contrario, lo he destacado porque me parece que tiene un sentido. Creo que Ware -entre otros autores- está demostrando que se puede conseguir mucho "realismo" en la narración, a nivel evocativo y demás, recurriendo a recursos caricaturescos.
Y no, a mí tampoco me aburrió este ACME, a pesar de que algunas cosas me parecieron ya vistas... debe ser lo que tú dices, que está en una transición hacia otra cosa, y por eso quizá aún arrastra retazos de su etapa Corrigan.
Primero y más importante: brindo por la existencia del NSLM, y que dure muchos años.
Y ahora la caña: me va a perdonar, pero esa historieta suya a mí no me gustó nada. Camina de manera tan evidente por el sendero trazado por Pussey en lo temático, Ice Haven en lo formal, Ware en general aquí y allá, y el clásico juego estilístico referencial que se me queda en eso, en un puro homenaje sin más enjundia. Y el, ejem, guiño amable - sutil puya del apellido del prota... innecesario.
La historieta que menciona el otro día, la de Huber&Debomy, tramposa, sí. Y la de Jens Harder, infame.
Las cosas de ilustración&diseño, asi como las historietas de Keko, Paco Alcazar, Lola Lorente y Ware me parecieron, as usual, notables y/o sobresalientes. Me sorprendió gratamente la de Luis Demano... La de Miguel B. Nuñez, como todas las suyas, es muy interesante, adictiva, pero... no las termina de rematar, parecen pedir continuidad. No sé...
En fin... a este paso voy a conseguir que todos me detesten... Un saludo.
No, Pesi, tú tranquilo que no.
A mí lo de Jens Harder no me pareció mal, algo facilón, sí, pero me hizo gracia. Lo de Núñez, pues no; vamos, que no me gustó. La historieta de Keko, polémica como mínimo. Quiero decir que gráficamente es una pasada, pero en el contenido me desconcertó cosa mala, lo cual ya me parece bien de entrada. Esto de que no sepas si el autor te está tomando el pelo o no tiene su aquél. Alcázar me gusta bastante desde hace un tiempo, me parece cada vez más bueno. La historieta de Ware (siendo un maestro, que lo es) me gustó menos que la anterior suya de "la cojita"... La historieta de Lola Lorente es de las que te gustan, ¿verdad? Tiene su hueco para que el lector ponga la historia, para que "construya". Gráficamente está muy muy bien.
De todos modos... disculpa el tono tan desábrido. Mi intención era más de decir que había que abandonar el `andador´ del juego referencial...
Ha salido en miradas 2 el grupo de Paco Alcázar y Miguel B. Nuñez. Parece curioso...
Y por último, un What if: si Chris Ware hubiese nacido en Oxnard, CA, ¿haría las mismas historietas? Por que, hostias, Nebraska... da frío sólo de leerlo. :)
Un saludo.
"De todos modos... disculpa el tono tan desábrido. Mi intención era más de decir que había que abandonar el `andador´ del juego referencial..."
No, no pasa nada, no he visto ningún mal tono. Y si lo hay, me lo chupo igual.
Lo que pasa es que, bueno, tampoco te quiero discutir una opinión tuya sobre algo que he dibujado yo mismo, pero.... es que lo del juego referencial no es tan referencial como parece, o al menos nosotros no queríamos que lo fuese, Pesi. Si te fijas, cada estilo gráfico de las "edades del cómic" de esa historieta está pensado acorde al segmento de la historia, intentando siempre que la forma elegida tuviera que ver con lo que se estaba contando de fondo. Vamos, un recurso para expresar más con menos. Ejemplo: la crisis de los cuarenta en una sola viñeta, dibujada en plan Crumb. Y no creo -a lo mejor me equivoco- que el lector tenga que conocer a Crumb para que note, simplemente por ese estilo gráfico, que siempre ha transmitido cierta sensación de "suciedad", qué se expresa con ello.
Y es que, pienso, cada estilo gráfico del cómic que ha creado escuela expresa una visión del mundo muy concreta, y por tanto, un sentimiento concreto.... Kirby, Crumb, realismo-naturalismo de tira estadounidense, línea clara Chaland, estilo Ware-Clowes, etc. La idea era precisamente servirnos de todos esos porque, es nuestra teoría, esos estilos gráficos, por sí mismos, expresan cosas. Sin necesidad de haber leído los tebeos, ni conocer a sus autores.
Vamos, es que si te digo que a mí "el guiño por el guiño" nunca me ha gustado en el cómic, no me vas a creer.....
"Ha salido en miradas 2 el grupo de Paco Alcázar y Miguel B. Nuñez. Parece curioso..."
Sí, Humbert Humbert, tienen bastante gracia. Una especie de Devo revisitados a la española. A mí me gustan bastante.
"Y por último, un What if: si Chris Ware hubiese nacido en Oxnard, CA, ¿haría las mismas historietas? Por que, hostias, Nebraska... da frío sólo de leerlo. :)"
Pues sí, no creo que hiciera lo mismo. El último ACME, toooodo nevado... Mientras, desde Oxnar, CA, nos llegan las historias de PALOMAR & cía...
Sí, pero... en una revista como NSLM, todo el que la lee (o casi), inmediatamente reconocerá los estilos, con lo que sucederá al revés de lo que dices: se `enturbia´ la percepción de la historia, ya uno sólo ve el recurso.
Un saludo.
Ya, que es un poco lo que te pasa a ti con esa historieta, ya me había dado cuenta. Los árboles no dejan ver el bosque, etc. Bueno, culpa nuestra en todo caso. No sé. En fin, se hace lo que se puede, y cuesta, cuesta.
Por eso tipos como Ware, con todas las pegas que se le puedan ponerle, está tan por encima de casi cualquier otro. En un nivel estratosférico. Quien no sea capaz de ver eso -no me refiero a que te guste o no, me refiero a ver el hecho- no es capaz de ver el futuro del cómic. Por eso decía yo el otro día que cómo es posible apreciar y aplaudir a un genio como McCay, pero no hacerlo con otro como Ware. ¿Acaso se aprecia a McCay entonces sólo por la perspectiva histórica, porque el consenso dice que es lo que es? ¿hace falta que pasen 50 años para ver qué está significando YA Chris Ware, hacen falta muchos gurús que lo digan? ¿Es que acaso no puede uno verlo por sí mismo ya, ahora mismo, aquí y ahora?
Ya, sí me imagino... pero también conviene conocer opiniones en contra, o bien para afianzarse o bien para quitarse lastre. Le diré eso sí, que el aprovechamiento del tamaño de página sí que me gustó, hace que uno se sumerja en la historia en lugar de verla de una manera paisajística... Estoy harto de -y más si es en formato mayor de un comic-book- tanto tebeo de a 3, o 2 incluso, viñetas por página (con la excepción de Tardi y David B, que hacen magia).
Y sobre Ware, estoy de acuerdo. Su influencia, en el Diseño y en la Historieta, seguirá aumentando a medida que más gente conozca o entre en contacto con alguno de sus trabajos. Creo que estamos aún al comienzo de la repercusión de un estilo, una manera de hacer, que va camino de convertirse en un hito.
Un saludo.
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