sábado, noviembre 26, 2005

RESUMEN DE FUTUROS EPISODIOS PRECEDENTES

Entresaco algunas ideas vertidas por nuestros comentaristas en el post anterior:

- SantiBilbo opina que:

"En mi libro de COU de Anaya, firmado por Azcárate, se reconocía al cómic como un dignísimo medio artístico, citando los clásicos de prensa americanos, la escuela franco belga, el fumetti y el underground setentero. Yo creo que el cómic no ha dado tantas obras maestras como otras artes mayores, entre otras cosas porque no ha tenido mucho renombre en la esfera cultural, ni ha dado demasiado dinero. Los mejores talentos creativos del siglo, o no vieron las posibilidades del medio, o creyeron que otras formas expresivas eran más poderosas y llegaban a más gente.

Actualmente el respeto por el medio es mayor, o por lo menos los artistas se lo creen más, sus obras tienen mucha ambición y hasta orgullo de pertenecer al gremio. Para acabar, la inteligencia y actividad humanas son por definición creativas; pero arte es lo que la gente dice que es arte (con frecuencia lo que dice una elite intelectual). Existe un canon (los que se han reconocido como artistas a lo largo de la historia y las relaciones de influencia entre ellos) que varía con los tiempos y con las civilizaciones.

Luego hay gustos subjetivos e intersubjetivos."

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- Por su parte, El Pesi aporta alguna posible razón de que, como sostiene José Jiménez, el catedrático de Estética, "El cómic en raras ocasiones llega a ser arte".:

"Pienso que la raíz de que en la Historieta no haya grandes obras equiparables a las que se han dado en la literatura del siglo XX (y ya metidos en harina, tampoco pienso que el cine haya estado a esa altura) es sencillamente la dificultad del lenguaje del cómic. Son demasiadas variables a dominar y valorar y se necesita demasiado tiempo para alcanzar un resultado acorde a la propia expectativa. Cuánto más sencillo es describir una escena que dibujarla...

Y sobre la mala imagen de la historieta, pienso que es parte de un fenómeno más amplio: el descredito de la ficción pura, que no miente sobre su carácter. Pero quizá éste sea un tema para otro momento..."


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Pues tomo nota de esta última e interesantísima idea, Pesi, pero creo que ahora puede ser tan buen momento como cualquier otro para hablar de ella, siempre que queráis.

- Finalmente, Caracráter aporta la frase de Picasso de que al final de su vida lo único que lamentaba era no haber hecho cómics. Sobre esto mismo, vm aporta este enlace y añade: "Por cierto que Joan Miró era otro gran apasionado de la historieta. De hecho la Fundación Miró organizó alguna exposición de cómics, como aquella polémica de TINTÍN."

En efecto, y esto mismo ya lo decía Brian Walker, uno de los comisarios de la expo MASTER OF AMERICAN COMICS, en el artículo de EL PAÍS del domingo pasado: "(...) los artistas de otros campos también han aceptado el cómic como forma de arte, mucho antes que las instituciones oficiales."

Y eso que no hemos hablado de los artistas del pop art.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues a ver si soy capaz de explicarme medio bien...

Pienso que las formas de ficción pura, donde es evidente un autor creador subjetivo, han sido y son relegadas al ámbito de lo infantil, cuentos de niños, Y triunfa, sobre todo entre los adultos, otra forma de ficción, insidiosa, que oculta su carácter de ficción, que pretende ser presentación, no representación.

El cine, la fotografía, la televisión, al trabajar con imágenes `reales´ cuentan con un plus de legitimidad: lo que presentan existe. Y como existe, se tiñe de objetividad. Testimonian. Esto es discutible, pero la percepción general es que una imagen de ese tipo no miente.


Por otra parte cuando más fríamente expositivo sea un texto, más periodístico, tanto más objetivo parece. Pero no se hace cuenta suficiente de que esto también puede ser usado como recurso literario, para escribir ficción.

En paralelo, el periodismo, al adoptar en ocasiones recursos de la ficción, como insiste Arcadi Espada parece querer convertirse en la principal forma de ficción contemporánea...

Eso es lo que el público asistido por algunos autores y medios parece querer: hechos, relatos `reales´.

En lo que a los autores compete, noten a modo de ejemplo la cantidad de películas que se estrenan al año que se acogen a la (presunta) legitimación del `basado en hechos reales´. Parecen algunos sentir vergüenza de su oficio; más aún, con esta añagaza, indirectamente, se pretende arrinconar a la ficción pura. Lo que les decía de cuentos de niños.

Llevándolo a terreno de los tebeos: un tipo como Harvey Pekar creerá ser mejor que los hermanos Hernández porque él... no inventa. Y Maus tendrá más crédito entre el público generalista que El príncipe Valiente por lo mismo.

Hay que defender la ficción, la subjetividad creadora que nos habla de su visión del mundo y sus cosas, frente a tanto falso documental y falsa crónica objetiva estribos de una nueva credulidad contemporánea (consulten la obra de Joan Fontcuberta al respecto).

Me dejo cosas en el teclado, pero bueno, si eso, ya otro día...