MORIR POR UN IDEAL
A estas alturas de la película, lo de morir por un ideal y más en sociedades como las nuestras, bueno, es algo como mínimo discutible y probablemente hasta estúpido. En cualquier caso, mientras el que muera sea uno mismo y sólo él, porque así lo ha decidido, allá cada cual con lo que hace con su vida. Ahí ya no hay nada que hablar.
El problema es cuando se muere por ideales de otros, y no por la propia voluntad sino porque, precisamente, esos idealistas deciden matarte para defender sus ideas.
Todo esto viene a cuento de que acabo de leer a Arcadi Espada escribiendo sobre la película TRECE ENTRE MIL (Iñaki Arteta, 2005), recientemente estrenada. Busquen la entrada del 11 de noviembre en su blog, donde Arcadi habla de una escena muy concreta de esa película, y al hilo de ella reflexiona sobre la muerte, la venganza y la anteposición de ideales y causas a las personas.
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"El mal es tratar a los otros como cosas, considerarlos simple botín o moneda de cambio, usarlos como peldaños para nuestra ambición..." Diálogo extraído del cómic ESCALA REAL, segundo volumen de LAS AVENTURAS DEL CAPITÁN TORREZNO (Santiago Valenzuela, 2003; Ediciones De Ponent), inspirado en la tesis de "la banalidad del mal", acuñada por Hannah Arendt.
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