sábado, febrero 23, 2008

MENTIR A LA GENTE ES MUCHO MÁS SENCILLO QUE CONTAR LA VERDAD.

Tanto el mundo de las bellas artes como la industria del arte comercial se reducen a una cuestión de dinero. No es fácil decidir qué es más despreciable: si el primero con su equívoca palabrería y sus sublimes pretensiones culturales, o la segunda, con la mirada siempre puesta en el mayor mercado de masas a su alcance. Un artista serio no debería involucrarse demasiado a fondo en ninguna de las dos esferas; más le vale mantenerse en los márgenes.

En general, si quieres tener éxito y forrarte tienes que pasar por el aro, cosa que también ocurre en las artes más nobles, aunque en ellas el aro sea ligeramente distinto. En lo fundamental estás vendiendo una quimera: mentir y engañar a la gente resulta mucho más sencillo que contar la verdad. El ser humano prefiere las patrañas a los hechos porque el procedimiento para embaucarlo es adularlo, decirle lo que quiere oír, reforzar las ilusiones que ya tenía. No quiere saber la verdad porque la verdad es un desengaño, un chasco, o algo enormemente complejo cuya comprensión requiere demasiado esfuerzo mental.

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R. CRUMB. RECUERDOS Y OPINIONES.