jueves, febrero 28, 2008

1.

DIDIER LEFÈVRE, EMMANUEL GUIBERT Y FRÉDÉRIC LEMERCIER
"El Fotógrafo. Tomo 3" Glénat
DAVID B.
“La ascensión del Gran Mal 6” Sins Entido


El epílogo de "El Fotógrafo 3" nos revela con claridad una de las claves esenciales de la serie. Las fotos de sus protagonistas reales acompañan a breves textos que explican qué fue de ellos después del momento en que concluye el relato, noviembre de 1986. En algún caso se corrige alguna imprecisión cometida en las páginas previas, allí donde los recuerdos del narrador traicionaron a los hechos. De esa confrontación entre memoria y documento, entre ficción y realidad, entre autobiografía y biografía, surgen los tres álbumes de la serie, escritos y dibujados por Emmanuel Guibert (París, 1964) y coloreados y maquetados por Frédéric Lemercier (Rouen, 1962).
Publicados en Francia entre 2003 y 2006, están inspirados en el relato del fotógrafo Didier Lefèvre (1957-2007) sobre uno de sus reportajes para Médicos Sin Fronteras en el Afganistán invadido por los soviéticos. Los recuerdos del fotógrafo sobre su accidentado viaje y los desastres de la guerra de los que fue testigo son reconstruidos en presente y en primera persona en las viñetas de Guibert, pero entre ellas se interpolan las fotografías de Lefèvre, la huella indicial y "objetiva" de que todo aquello sucedió realmente. Unas fotografías que por contraste con los dibujos "subjetivos" e "imaginarios" de Guibert –de una línea clara actualizada en clave realista- aparecen sorprendentemente míticas e irreales. Ese choque de lenguajes es lo que plantea varios interrogantes y eleva la obra, más allá de sus evidentes virtudes narrativas y estéticas, hacia el nivel de excelencia en el que sólo se encuentran unos pocos cómics europeos de las últimas décadas.


En ese mismo nivel podemos situar a otra obra crucial de la nouvelle bande dessinée, "La ascensión del Gran Mal", seis tomos publicados entre 1996 y 2003 por L' Association, la pequeña editorial que inició la última revolución francesa en la BD. La serie parece adscribirse en principio a la autobiografía -uno de los géneros predilectos de la reciente generación de autores europeos- al contar los recuerdos de infancia y juventud de David B. (Nimes, 1959) sobre la lucha contra la grave epilepsia de su hermano mayor, y las consecuencias de ésta en la vida de toda su familia. Pero el autor va más allá al narrar pasajes de la memoria de sus abuelos y bisabuelos, relatos que ha oído pero no vivido, conformando en sus propias palabras "una especie de mitología familiar". No sólo eso: el estilo narrativo de David B. es cualquier cosa menos realista y su iconografía, de una originalidad pasmosa, está poblada por imágenes simbólicas y ocultistas que entroncan con los géneros de fantasía y aventuras que siempre le han interesado y que de hecho cultiva en otras obras. "La ascensión del Gran Mal" resulta así un trabajo inclasificable, una fábula entre la autobiografía y la ficción pura que escapa a cualquier intento de etiquetado genérico y que ha inspirado a obras tan destacadas como el "Persépolis" de Marjane Satrapi.

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(un texto que escribí para los dos títulos que ocupaban el primer puesto -ex aequo- en la lista de mejores tebeos publicados en España en 2007, según los colaboradores de la revista Rockdelux)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

PARa mi el cierre de la serie del fotógrafo es su mejor album, el menos comprometido con la labor de MSF, pero el que mejor refleja la verdadera aventura que supuso el viaje. Impresionante esa foto "visión" de un caballo mítico cuando esta al borde de un camino medio muerto . Una grandisíma aventura que demuestra la capacidad inagotable del comic, en este caso junto a las fotografías, para expresar todo tipo de situaciones y sensaciones, un 10. La Ascensión del gran mal es otro gran ejemplo, el dibujo tiene tal fuerza que provoca angustia en el lector e incomoda. Te cansas junto al protagonista y sufres la situación de su hermano, su querer huir y no saber como, todo a traves de esa linea negra tan marcada, plagada de referencias oníricas. UN saludo MIguel

santibilbo dijo...

Dos obras impresionantes a la altura de la mejor ficción del siglo.Así con todas las letras.
Por cierto,los buscadores de tesoros, con una potencia gráfica incluso superior a la ASCENSIÓN no tiene la mita d de hondura y el tono es demasiado ligero.A ver si va a resultar que el contenido sí es importante...