GIMME SHELTER
OFF-TOPIC:
Desde luego que Martin Scorsese es incapaz, lo dice él mismo, de hacer una película "normal". Anoche vi THE DEPARTED, o sea, INFILTRADOS, el remake de la película INFERNAL AFFAIRS que acaba de estrenar Scorsese. Y creo que, guste o no a cada cual -puede haber, a juicio del consumidor, ciertos puntos ciegos y por tanto discutibles del guión de William Monahan-, es una de esas películas que hay que ver 'si de verdad te gusta el cine', como suele decirse. Porque lo que queda claro, después de salir de la sala, es que en la industria cinematográfica USA de ahora mismo están Scorsese y Spielberg, y luego está el resto. Ambos directores juegan en otra liga, una liga galáctica. No hay más que ver la impresionante síntesis del prólogo de INFILTRADOS, con elipsis temporales de varias décadas y tres líneas argumentales alternas, el frenado desde ese acelerado ritmo hacia los hechos del 'presente' de la película sin que el espectador lo note (el montaje es de Thelma Schoonmaker, como es habitual), la consistencia de los distintos puntos de vista narrativos, que son varios y por tanto cambiantes -y a pesar de eso la trama se sigue perfectamente en todos sus retruécanos-; la multitud de personajes, todos bien caracterizados y con alma, desde los principales hasta el último secundario, y la magnífica dirección de actores (incluso Mark Wahlberg está bien; Matt Damon borda el mejor papel que le he visto nunca); la ausencia de alardes en la cámara, al menos evidentes -signo inequívoco de madurez- y, a la vez, la asombrosa complejidad y finura de la dirección... Para verlo, ya digo.
Pero no, Scorsese, con todo su virtuosismo y clasicismo rabiosamente moderno, sigue siendo incapaz de filmar una película 'normal' de principio a fin, de ésas de final satisfactorio para el espectador; de ésas de personajes digeribles, moral y emocionalmente hablando, con los que empatizar fácilmente: no hay ninguno cortado por ese patrón en este film, todos presentan oscuridades, dudas y dobleces, y esto, me parece, se aproxima más a la verdad humana. Ésta es, por tanto, una historia de las que le gustan a Scorsese, compleja e incómoda, llena de aristas y giros a cada cual más imprevisto y cortante. Alguno de ellos, con un significado existencial implícito que te deja seco, aplastado contra el asiento.
Dicen las noticias que el estreno de INFILTRADOS ha sido un espectacular éxito de público en USA, algo realmente extraño en una historia como ésta, con tanto descampado moral, tan pocos asideros esperanzadores y cero soluciones satisfactorias, aunque bien que me alegro por Scorsese. ¿Puede tener algo que ver en este éxito el hecho de que la película capte el zeitgeist? Puede. Es difícil no interpretar el argumento particular de la historia como una metáfora general sobre nuestra sociedad. Una sociedad donde todos mienten, donde las instituciones públicas tienen sus topos entre los mafiosos y viceversa, donde la policía no detiene a criminales porque son soplones protegidos, donde los mejores alumnos de cada promoción son también los más despiadados, donde las transacciones e intercambios entre los servidores de la ley y aquellos que la violan son el pan de cada día, y donde, básicamente, todo deviene un continuo indistinguible dentro del cual la ética se ha convertido en algo anticuado e inservible. Esa "zona cero de la ética" en la que estamos, en palabras del propio Marty, una zona fantasma donde la confianza es traicionada en un bucle infinito. No hace falta entender esta situación de deslealtad total en la clave tremebunda y violenta de policías contra ladrones que maneja esta película, ni siquiera en clave de tragedia shakesperiana (Costello/Nicholson-Macbeth): el mismo conflicto de lealtades y juego sucio puede extrapolarse perfectamente a ámbitos más cotidianos y banales. Y esa realidad, en la cultura de 'humanismo' y 'solidaridad' en la que supuestamente vivimos en Occidente desde hace décadas, nos resulta desconcertante y profundamente desesperanzadora. Los viejos códigos de honor se esfumaron con el mundo premoderno, los dogmas morales religiosos han perdido su crédito, pisoteado en muchas ocasiones por los mismos que los predican (sobre esto hay alguna escena explícita en la película). Y aún no tenemos nada sólido, más allá de algunas palabras huecas, a lo que agarrarnos en el nuevo mundo sin dios.
A lo largo de la película suena dos veces el GIMME SHELTER de los Stones, otra evidente metáfora de aquello que buscan los personajes principales, todos ellos, sin excepción. Pero no, es imposible, ya no queda refugio donde guarecerse y sentirse seguro, ni siquiera la ilusión de que alguna vez lo hubo. Sólo el descampado y la intemperie.
5 comentarios:
lo comenté cuando hablamos de la cosecha de los setenta: Scorsese sigue en la buena ola, surfeando. Gangs of NY necesita su director´s cut, pudo ser enorme y se ve castrada, pero tiene grandes momentos, y no pocos. Y No Direction Home me parece la pera.
Infiltrados, ya eres la segunda muy buena opinión que conozco, y me apetece. La veré, qué remedio, en DVD ;)
No la he visto,pero me ha encantado tu reseña,Pepo,da gusto cuando te sueltas el pelo.La veré este fin de semana,ya hablaremos,que para mi Marty está ya un poco gagá
espero que cambies de opinión. PAra mí que ha rejuvenecido. El joven Marty ha vuelto!
(eres de los que se leen las reseñas antes de ver la peli. Maaal ;-)
Ya sabes, me encanta ir "aleccionado" y lleno de prejuicios,;),(luego la peli se coloca sola).Es un ritual
Sí que es buena la película, sí, pero a la vista de su entusiasmo cualquiera diría que el amigo Scorsese acaba de inventar con ella el género negro, caramba, cuando lleva décadas inventado (y cuando Scorsese y compañía ni siquiera han inventado, de hecho, ese argumento que tanto alaba, pues recordemos, como usted mismo señala, que se trata de un remake).
Un saludo.
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