LA CRÍTICA DE LA CRÍTICA
Bueno, va mi opinión sobre lo dicho abajo por Octavio. Si por algo escribí el post titulado NO ES LO MISMO era precisamente para diferenciar qué es un crítico (bajo mi punto de vista, claro) de lo que no lo es. Y dentro de lo que no es un crítico, entra la categoría de Octavio: el lector -o devorador- de tebeos, claro. Que opina sobre los tebeos que ha leído si quiere, por supuesto.
Ahora bien, volviendo al crítico: en mi post hacía una larga lista de exigencias que yo mismo reconocía -y no por falsa modestia- incapaz de cumplir a veces. Normalmente por falta de conocimientos necesarios, en ocasiones. Y por eso hay que aplicarse constantemente, leer los pocos libros teóricos que salen y analizar los tebeos que uno lee (sea durante o después de la lectura, eso ya queda a gusto del consumidor).
Ahora bien, y ésta es mi verdad, creo que todo el recuento de exigencias que yo hacía en ese post es necesario para un crítico decente. En especial, la cuestión del conocimiento del lenguaje del cómic, y de las variantes de estilo que en él han existido -y que se siguen inventando-, creo que es crucial para valorar un tebeo en su justa medida. Y, por tanto, para hacer una crítica sobre el mismo.
Yo a menudo noto que hay gente que escribe sobre tebeos que sólo se fijan en el texto de la página y en el dibujo, en el acabado, en el grafismo, en lo "que se ve" de una historieta....pero no en el lenguaje narrativo, que es lo que "no se ve". Y no es lo mismo grafismo, o dibujo, que lenguaje narrativo.
Lenguaje: cómo está escrito un tebeo, cómo se escribe un guión, qué tratamiento se le ha dado a una historia (realista o no, humorístico o no, naturalista o expresionista, con cambios de tono en la misma historia o no, etc.), cómo está planificado el tebeo, por qué se usa tal o cual diseño de página, por qué tal o cual plano en tal o cual viñeta, por qué tal encuadre, por qué tal o cual viñeta se repite varias veces, o se repite con ligeras variantes, por qué tal color, por qué sólo diálogos o sólo textos de apoyo, o por qué ambos en la misma historia, por qué usar bocadillos de pensamiento o no usarlos, cómo funciona la interacción dibujo-texto para evitar redundancias... y un largo etcétera.
Claro que yo también soy de los que opinan que el lenguaje narrativo es más relevante que el estilo gráfico: siendo éste importante también, por supuesto, creo que es secundario respecto al primero. Porque el lenguaje es lo que diferencia a un medio de otro. Al cómic de otros medios narrativos: literatura, cine... La "gramática", la "sintaxis", la "puntuación", el "vocabulario". Todo eso lo tenemos en el cómic, y pertenece al guión y al dibujo "que no se ve". Digo que no se ve entre comillas porque también está a la vista, pero hay que fijarse más que en lo "que se ve" en la página.
Volviendo a la figura del crítico: decía Álvaro que si para degustar un tebeo hace falta saber cómo está hecho. Por supuesto que no. Pero sí para hacer de crítico. Y da igual que seas crítico especializado o crítico divulgativo. El crítico divulgativo (entendiendo como tal al crítico que escribe en medios no especializados y que, por tanto, debe dar un tratamiento a su crítica más dirigido al lego en cómic) también tiene que tener esos conocimientos técnicos, aunque no los muestre al público. Porque esos conocimientos siempre influyen a la hora de, por ejemplo, escoger qué cómic vas a recomendar en esa crítica divulgativa. Por qué éste sí o éste no.
Y si te diriges a un público especializado, es lo mismo, sólo que ahí ya puedes mostrar más tus conocimientos técnicos.
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sábado, agosto 27, 2005
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7 comentarios:
Ahí has dado en el clavo. Yo también creo que el crítico ha de conocer los entresijos técnicos del tebeo que recomienda o defenestra. Y no me refiero al "así se hizo"; a si el dibujante utilizó gouache o pintaba con el fotochós, a sí calcó las fotos o dibujó los fondos a mano alzada con esa mano prodigiosa que dios le dio. No. Me refiero a conocer las técnicas narrativas y compositivas de la historieta.
Además de todo lo que has ido explicando sobre la importancia de usar determinado tipo de viñetas y secuencias para expresar desde estados anímicos al paso del tiempo, creo que es muy importante conocer las claves compositivas de la página que, según yo lo veo, se ponen de manifiesto en varios niveles: en el primero, el plástico (por llamarle de alguna manera) se trataría de componer la página como un cuadro, compensando aquella masa (de negro, de color...) de allá con otra aquí, para que el resultado final no "se caiga" y todas esas mandangas.
En el segundo, el cinético (¡toma castaña!) la dirección de los movimientos de las distintas viñetas, son las que pueden hacer tambalearse una página de historieta si no se planifica como si de un juego de fuerzas compensadas se tratara. Y te apunto que con movimiento me refiero desde al movimiento de desplazamiento de las personas o cosas, a la impresión de movimiento o dirección que da la perspectiva.
Y luego habría un tercer nivel, el de los planos, en el que la elección de un tipo u otro de plano y punto de vista y su inserción en un lugar u otro de la página, servirían también para componer visualmente la página. Ya sabes: poner este plano "aquí en vez de allá" para que la composición respire o para contrarrestar "la fuerza" de otro plano similar colocado en el extremo contrario de la página. Esas cosas...
Así, la elección de un plano, un movimiento, una perspectiva, un color, obedece no sólo a razones narrativas sino también a efectos compositivos y no puedes dejar una de las dos premisas de lado o la cagas. Todo un coñazo apasionante, oiga.
Y, ojito, luego hay que tener en cuenta que TODOS los elementos de la viñeta (líneas cinéticas, onomatopeyas, bocatas, ideogramas, la firma del autor, ja, ja...) tienen esa doble funcionalidad narrativa/compositiva cuyo conocimiento, creo yo, ayuda a ser mejor crítico... y más guapo.
Hola a todos. Soy Salva War de Marbella.
He de comentaros que estoy de acuerdo con vosotros en todo lo que decís, pero me gustaría también aprovechar para comentaros que en el arte hay tres niveles en los que nos movemos al enfrentarnos a una obra, sea del medio que sea (pintura, cine, literatura, música, cómic...)
El primer nivel es la primera impresión que nos provoca la obra. Nos gusta o no nos gusta, y punto, y no sabemos muy bien por qué. Así de simple. Nos gusta o no nos gusta una canción, la película nos ha tenido interesado las dos horas y no nos hemos acordado de nuestros problemas, te has leído del tirón un tebeo sin poder dejar de hacerlo ni siquiera para contestar al teléfono que ha sonado y sonado...
El segundo nivel es más complicado acceder a él, y lógicamente has de saber algo más del medio en el que te mueves. Aquí, sí vas a fijarte en cómo esta elaborada la obra. En una peli te vas a fijar si te gusta o no un plano, en como está hecha la realización, si está bien llevado el ritmo del film, si está bien hecha la definición de personajes, etc... En un cómic te fijarás en la narrativa de la historia, como está organizada la paginación, si funciona o no la composición que forman las viñetas, en definitiva en todo lo que los americanos llamarían el “story-telling”. A este segundo nivel normalmente sólo se accede en una relectura de la obra. Es muy difícil de acceder a él en un primer encuentro, y si te ocurre tienes un grave problema: ¡ Has dejado de ser un simple aficionado para pasar a ser un CRITICO! (Lo escribo con mayúsculas porque es como se sienten algunos de ellos y como les gustaría verse siempre, así en MAYÚSCULAS)
También en este nivel te conviertes o no en seguidor de tal o cual autor. (Obsérvese que hasta aquí no he mencionado la palabra AUTOR. Palabra que por cierto no me gusta demasiado y que también hay alguna gente a la que le gusta que se escriba con MAYÚSCULAS.)
Y ya por último, el tercer y último nivel sería cuando como fiel seguidor de un autor determinado nos hemos empapado de su vida y milagros y sabemos de él hasta porque dibuja a las chicas cabezonas y con los ojos grandes. Aquí ya sabemos cómo pensaba y que quería decir con tal o cual mensaje, o nos lo imaginamos (porque no siempre acertamos). Por poner un ejemplo, se pueden llegar a entender incluso determinadas etapas de un autor: Etapa azul de Picasso, etapa negra de Goya...
Bueno, no me enrollo más. Espero que como mínimo os haya interesado mi cantinela.
La necesidad de ser o no un crítico, a veces, te viene dada por los hechos. Yo nunca me propuse serlo. Era un mero lector de tebeos, figura que reivindica Octavio con mucha razón, que un día se encontró escribiendo sobre tebeos porque:
a) encontraba interesante escribir sobre una de sus aficiones favoritas
b) aprendía más sobre el medio que era su afición,
y c), y más importante, le pidieron que escribiera sobre tebeos.
Ya dije en su momento que en este blog yo no voy a contar mi vida, porque no es ésa mi intención, al menos no generalmente. Sin embargo, ahora voy a hacer una excepción, y explicar que, en mi caso, siempre he escrito sobre tebeos porque alguien me lo pidió. Nunca al revés.
Yo jamás me ofrecí a escribir en el Rock de lux, fue su director quien me lo pidió (yo empecé a colaborar con ellos ilustrando, no escribiendo).
Lo mismo me pasó después con la revista U, desde la cual me pidieron -al leer sobre todo algunas reseñas en el RDL-, colaborar en ella, y a la cual pude aportar poco dada la larga e impresionante trayectoria de esa revista, a la cual me incorporé en su etapa casi final.
Posteriormente me pasó lo mismo con las revistas VOLUMEN y TRAMA: me pidieron colaboraciones. Finalmente, el año pasado me llamaron desde EL PERIÓDICO DE CATALUNA para escribir sobre tebeos porque su subdirector me seguía en el RDL y necesitaban a alguien que escribiera sobre tebeos en esa línea, aunque de una manera más divulgativa y menos especializada.
¿Y por qué toda esta justificación que nadie me ha pedido? Pues porque, una vez metido en el fregado de escribir sobre tebeos (al cual nadie me obligó, ciertamente), me di cuenta de que para escribir sobre tebeos ya no bastaba ser un simple lector de tebeos. Hacía falta saber, y aprender, bastantes cosas. Muchas, de hecho. Y no sólo sobre la técnica del cómic, sino también sobre cómo se escribe una crítica.
Así que, ésa es mi opinión, si escribes sobre tebeos, te has convertido en un CRÍTICO, lo quieras o no.
Otra cosa es con qué seriedad se tome uno esa función.
Y etcétera.
Ya volveremos sobre la función de la crítica. Tema fascinante también porque, ya lo he notado, hay voces dentro de nuestro Querido pero Acomplejado Mundo Cómic que niegan o minusvaloran la función vital que tiene la crítica respecto al arte sobre el cual ejercen la crítica. En este caso, el cómic. Pero eso, como digo, en otra ocasión.
Alvaro y Pepo...la figura del crítico tiene, además (pienso), una particularidad, pues debe tener la voluntad de ser crítico (ergo, de acuerdo con ambos). Quiero decir que es una actitud, ya no sólo (que también) una cuestión de conocimientos, ¿no?. Osea, así como yo puedo adquirir las bases (de hecho he leido algunos libros sobre lenguaje de la historieta, me gusta el tema)dudo poder ser un crítico. ¡Porque, entre otras cosas, no me interesa!.
Sobre la crítica generalista/especializada, y por ejemplo, yo las críticas de Pepo Pérez para RDL las aprecio, me fio de su gusto pero se evidencia la diferencia con sus artículos en U (creo recordar uno sobre 300, ¿acierto?). En una revista de música, la concisión y el tipo de público es uno. En U era otro.
Como lector especializado (eso sí que lo soy) busco la crítica especializada. Porque aprendo. Porque ese crítico realiza un trabajo de análisis que, de ser bueno, aporta luces,osea ilumina.
Y gracias Pepo.
Sí, la de 300, aciertas. Y la de MAUS, la de LA SONRISA DEL VAMPIRO, la de EL SEÑOR JEAN, y algunas más... Mis larguísimas y agotadoras reseñas en el U. Que, me consta, tienen algunos detractores debido, eso creo, a su longitud. Bueno, ya se sabe, con no leerlas...
Y gracias por los halagos, Octavio, pero... NO EMPECEMOS A CHUPARNOS LAS POLLAS TODAVÍA, ¿ok? ;-)
Ya me entiendes. Los halagos, mejor en privado. Aquí en público quedan hasta feos....
Álvaro, Bernardo, Salva, gracias también por participar. Lo de la selección de títulos a la hora de reseñarlos en plan divulgativo es siempre delicado y da trabajo, ¿eh? Hay que estar a la última en cuanto a novedades, pero, a la vez, intentar imaginar el gusto del lector no especializado.
jajaja...
ok, acepto la succión genital como una pérdida de tiempo
Contras...era yo
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