miércoles, octubre 26, 2005


LA EXPERIENCIA ESTÉTICA

Ben Day, comentarista habitual de este blog, sin comerlo ni beberlo, se ha currado él solito el siguiente post, éste súper post. Así da gusto.
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"Mmm... Estaba intentando hacer acopio de fuerzas para contestar al concepto de arte que estás barajando (ahora con la ayuda de Juanjo), que está siendo puntuado por todos y... bueno, que el caso es que en principio estoy de acuerdo con casi todo ello, pero no sabía que es lo que estaba sospechando en él y ahora creo poder explicarme.

Ocurre que me parece un concepto válido, sí... pero un tanto reductor, demasiado prosaico o inespecífico, tal vez, a pesar de ser parcialmente acertado.

Creo que hay algo aún por encima de un concepto del arte vinculado a la explicación del mundo, al conocimiento, o a la sanación... De hecho, hay varias corrientes de pensamiento más románticas, (o menos cientifistas, o voluptuosas... asociadas más al hecho del goce estético y al sentimiento, en resumidas cuentas) que ofrecen cierta oposición al torema del arte como útil con el que explicar el mundo y sus problemas.

Aunque es evidente que éste es el motor por antonomasia del ser humano, y que es imposible que el arte se sustraiga a él, creo que lo artístico se define por un componente que no estamos poniendo en juego en el debate más que tangencialmente, y que lo caracteriza, yo creo, por encima de, o junto a, o a pesar de los conocimientos o explicaciones existenciales que pueda contener... Es por esto, añado, que el arte puede distinguirse de la ciencia, la filosofía (que son productos destinados también a la comprensión y el domeño del mundo) aunque les sea complementario.

La característica a la que me refiero es la estética.

Me extiendo un poco: la "experiencia estética" es un hecho fundamental del ser humano. Yo me voy a atrever a definirla en plan un poco didáctico-poético (perdonadme) y haciendo acopio de varias fuentes (que os ruego no me hagáis buscar).

Bien, la experiencia estética viene a ser la especial y elevada excitación vital e intelectual que el hombre siente en determinadas condiciones frente al mundo, con mayor o menor intensidad, previa a cualquier acción (o en cierto sentido, como desligada de ésta) que tiende a englobar todos los sentidos y le ofrece una estrecha identificación o comunión con lo experimentado.

Bueno, esta experiencia, de entre el abanico de las posibles es, evidentemente, harto especial, deseable en principio, la más susceptible de proporcionar conocimiento o placer, la que parece calar con más profundidad y conformarnos como seres humanos susceptibles de ser, estar y desarrollar nuestras potencias... así que no es de extrañar que el hombre la busque (con independencia de los fines que en un momento u otro persiga) y que la instrumentalice, efectivamente, a través del arte (insisto, independientemente de la función a la que se la pueda asociar, y es el motivo por el que quería poner esto sobre el tapete).

En fin, también aviso que la experiencia estética ha sido un tanto denostada en el arte moderno, siempre atento a pulirse valores burgueses, como comenté. Incluso casi ha desaparecido de ciertos ámbitos supuestamente artísticos después del achuchón conceptual. Ni que decir tiene que yo considero que el valor estético (aunque haya que definirlo mejor de lo que yo lo hago y hacerlo servir) debería ser el centro del debate y el estudio del arte.


La experiencia estética en la definición del arte serviría, entre otras cosas, para distinguir el arte bueno del malo, en tanto que el bueno tiende a provocarla con especial intensidad. Es decir, casi cualquiera puede echar unas rayas en el papel, (esté loco o no), pero no todo el mundo consigue provocar una experiencia estética en grado suficiente como para lo que haga pueda ser considerado un producto artístico."



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imágenes, en orden de aparición (pinchen en ellas para verlas ampliadas):
- viñeta de PRÍNCIPE VALIENTE, de Harold Foster, 1940 (Ediciones B).
- página de NEW GODS, de Jack Kirby, tinta de Mike Royer, 1972 (EL CUARTO MUNDO, Planeta DeAgostini).
- página de ¿HUELE A MUERTO O QUÉ?, de la serie NESTOR BURMA. Guión y dibujos de Tardi, adaptando a Leo Malet; 2001 (Norma).
- historieta de Juanjo Sáez publicada en la revista ROCK DE LUX, 2003.
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20 comentarios:

Anónimo dijo...

"la belleza de un pedazo de realidad es el grado de ritmo y armonia que una mente es capaz de percibir"
El trasfondo de la experiencia estética es la comprensión. La armonía de las partes con el todo, el ritmo, la relación especial entre las partes es la percepción de los patrones que permite comprenderlos, y así aprehenderlos, acceder plenamente a esa realidad.
Por ello, la experiencia estética no se refiere a lo superficial, como se entiende peyorativamente cuando se alude a lo estético, sino a la experiencia de comprensión, o lo que es lo mismo, a una comunicación más profunda.

Pepo Pérez dijo...

sí, sí, te entiendo y estoy de acuerdo. La experiencia es eso, una experiencia, y pasa por la comprensión.

Y comprender una obra, por cierto, no siempre es comprender aquello exactamente que quiso transmitir el artista. Algo que sucede mucho más cuando la obra está hecha pensada expresamente para provocar múltiples interpretaciones.

Así que, supongo, esa experiencia es la que consigue que el espectador "haga suya" una obra de arte.

Pepo Pérez dijo...

POR CIERTO!!

¿Qué "experiencia estética" os produce la contemplación, y lectura en su caso, de estas cuatro páginas que he colgado en el post? ¿son arte o no? ¿qué os provoca?

Suponiendo que os produzcan alguna experiencia estética, claro.

Anónimo dijo...

Madre del amor hermoso!... mis diez minutos de gloria!

Me pongo colorada como la de la canción!

Bueno, no, en serio, me alegro de que dé tanto de si el post, gracias!

............

Anoche he seguido pensando en la experiencia estética un poco, y en cómo se ha conformado históricamente, pero no voy a ser demasiado plomo... la cosa es la siguiente: que la experiencia estética ha ido transformándose y conformándose como lo que es, progresivamente, tras desgajarse culturalmente de la experiencia religiosa, con la llegada y el ascenso de la cultura láica a las civilizaciones desarrolladas.

Bueno, aparte de ésto, en respuesta a la llamada a las páginas colgadas en el post, no se puede responder otra cosa más que ¡que grandes! (experiencias estéticas aseguradas!). Hace unos cuantos posts salió el tema de Kirby por unos instantes y comenté que me parecía uno de los dibujantes más importantes del siglo XX, y no sé si lo comparé con Beckman o alguna cosa así, pero el caso es que creo que, inconscientemente, como dije entonces, fue uno de los dibujantes de cómic con más potencia pictórica simbólica abstracta... de grandísima altura, si señor.

Pepo Pérez dijo...

"Bueno, no, en serio, me alegro de que dé tanto de si el post, gracias!"

Gracias a ti, por favor. Vaya curro que te has pegado con el texto. Ya te digo, así da gusto, cuando ves que la gente se anima tanto y da tanto de sí a los demás.

Porque, ya te lo digo, yo, que soy bastante lego en Teoría del arte, y que me muevo más por intuiciones e ideas sueltas que intento conectar. Así que se me había olvidado mencionar la función que tú propones, y que, en efecto, creo fundamental para entender el arte. O sea, que sí, que mi propuesta personal y probablemente cateta sobre la función del arte se quedaba muy coja sin el factor Experiencia Estética.

"inconscientemente, como dije entonces, fue uno de los dibujantes de cómic con más potencia pictórica simbólica abstracta... de grandísima altura, si señor."

Kirby es la hostia, sí señor. Un de los mejores dibujantes que ha dado la historieta de todos los tiempos, estoy completamente de acuerdo. Y, ojo, que no sólo era su grafismo, lo plástico, en donde el tío se inventó un lenguaje único y personal, que no puede compararse a ningún otro autor.

A a mí el lenguaje gráfico de Kirby me parece en muchas ocasiones al nivel de un Picasso o un Munch, fíjate lo que te digo.

Y como digo, no sólo era lo gráfico, sino que narrativamente también inventó cantidad de cosas. A mí Kirby me fascina, me hipnotiza, me subyuga, me... (añade unos cuantos verbos pedantes más). No, en serio, me parece asombroso. Y, creo, todo eso lo hizo trabajando como lo hacía, a toda velocidad, a destajo, con el inconsciente "abierto de orejas".

Foster es el mejor dibujante realista que ha dado la historieta, aunque a veces no me emociona tanto. Y no es por el dibujo, que sí me parece bellísimo, sino por el lenguaje narrativo que empleaba, un tanto anticuado en muchos aspectos, depende de qué momento de la saga PRINCIPE VALIENTE hablemos. Aunque PV es una gran historia, como tal historia.

Tardi es otro historietista que me encanta, a pesar de que no siempre es fácil de leer. Te exige como lector, es difícil entrar a menudo en una obra suya, suele ser hermético... pero cuando entras, ah, amigo, estás atrapado. Eso como guionista.

Como dibujante, pues la de dios. Me encanta, me gusta muchísimo, y éste también, creo, se inventó un lenguaje propio al margen de cualquier escuela. Tiene algo de la línea clara, perorrr.... no es exactamete eso. Es una especie de "línea clara underground" que él se inventó y que no existía antes de él. Al menos, que yo sepa.

Juanjo, por su parte, también ha conseguido alcanzar sus pretensiones, inventar un lenguaje gráfico propio en el cual el dibujo está reducido al mínimo intencionadamente. Es dibujo absolutamente contemporáneo, claro. Huir intencionadamente del virtuosismo para buscar una serie de efectos en el espectador.

No quiero explicarme más sobre Juanjo porque, ya más adelante, pienso tomarle de ejemplo para hablar de otra cosa.

Anónimo dijo...

Bueno, es por ahondar ya en el tema un poco más, pero es que me han llamado la atención el interés que tienen los comentarios del usuario anónimo e Isabel.
A mi modo de ver están muy acertados en apuntalar los conceptos que se están barajando:

- La definición de la experiencia estética a partir del ámbito de la semiótica o del estudio del lenguaje, etc. (Humberto Eco, los teóricos de la Gestalt…) es crucial, y utilísima para comprenderla. Es el ámbito que creo que apuntas, usuario anónimo, en el que el “conocimiento” o la “comprensión intuitiva” (como JCP dice) que proporcionan las obras de arte son definidas a partir de los componentes por separado de éstas y sus relaciones (estilemas y gramática, creo, en términos lingüísticos). Se dice que éstos, así como “mágicamente”, conforman un todo muy superior a la suma de sus partes. En otras palabras, que interactúan en una “gestalt” más o menos armónica, tal dices, que propulsa o provoca en el receptor un sentido imposible de captar cuando la obra es analizada en sus términos por separado.
También esto tiene relación, pienso, con los estudios sobre el funcionamiento conjunto de los dos hemisferios de cerebro, en los que se ha demostrado que ambos hemisferios funcionan con bastante independencia (uno captando el todo, el otro las partes, por resumir) y que la relación que establecen entre sí es la que “mágicamente” (que ahora no se me ocurre otro adjetivo) conforma la comprensión, el aprendizaje, etc…
Bueno, he llegado aquí porque probablemente hay dibujantes entre nosotros (amén de nuestro distinguido anfitrión), y porque, aunque alguno ya debe conocerlo (es famosillo y no difícil de encontrar), quería llamar la atención sobre el libro “Aprender a dibujar con el lado derecho del cerebro” de Betty Edwards, que viene de maravilla para aplicar al ámbito del dibujo (el del comic también), con el que éste blog está relacionado.

-Bueno, y al respecto de lo que comentó Isabel en posts anteriores (esto es, el arte como nueva religión después de la muerte filosófica de Dios) poco puedo añadir, sino que a en vista de cómo se está comportando el arte en todos los órdenes yo no diría otra cosa que si, que es cierto.
Voy a poner un par de ejemplos distintos:
Uno: EL MUSEO. No se me ocurre un lugar, aparte de la iglesia, en el unos objetos susciten tal motivo de reverencia y respeto, en un ambiente público y laico, sí, pero en un clima intelectual como sacralizado.
Otro: EL CINE, y en otra medida, la TELEVISIÓN, que están procurando una suerte de experiencias rituales (exagerando) en las que sus contempladores se sumergen en un rito comunal un tanto “ancestral”… es una sensación que todos podemos comprobar, no?
Otro: INTERNET parece estar exacerbando aún más la disolución de los límites físicos, espaciales, temporales en la experiencia humana… cosa que tan bien caracteriza a las experiencias y ritos religiosos, o a el punto de vista mítico mágico en el que se experimentan.
Una cosa más: LA LITERATURA, y el soporte físico de ésta, el libro, también se dice que están desapareciendo, cuando han sido el soporte de la cultura laica y burguesa durante tanto tiempo…

En fin, no es por recargar demasiado de bibliografía este comentario, pero es que éstas ideas ya tienen dueños: están muy bien los ensayos al respecto de Walter Benjamín y el conocido gurú Marshall Mcluhan… y sus numerosos seguidores; doy cuenta tambien por si os es de interés (en realidad son de cabecera en según que estudios).

Anónimo dijo...

Bueno! y después del pelotazo teórico general está bien entrar en lo de barajar la experiencia estética en relación a las imágenes que has colgado como gancho, JCP. Y estamos generalmente de acuerdo en que al hablar de comics la cosa tiene un cariz muy específico…

Resulta que el comic, en tanto que arte secuencial, sabemos que funciona con la “lectura visual” sucesiva de las viñetas (en la suma de sus partes, por seguir conectando con comentarios anteriores). Pues bien, estas viñetas son, por separado, susceptibles de provocar una experiencia (y aquí viene mi opinión) generalmente menor a la que consiguen las mejores imágenes autónomas (hablo de pintura, fotografía…). Creo que esto ocurre, entre otras cosas, porque (y no lo planteo necesariamente como un demérito para los dibujantes de comic) en éstas imágenes autónomas la atención y el esfuerzo del artista se centra mucho más conscientemente en la imagen en sí (aunque bien está decir también que el concepto de serie ha cobrado una importancia progresiva durante el pasado siglo en todo el arte, imposible de sustraerse éste a sus cambios: el ejemplo paradigmático sigue siendo Warhol, que tanto sale en el blog, pero un poco antes ya podemos rastrear el hecho en Picasso, léase la serie de pinturas sobre las Meninas…).

Pero ya sobre los dibujantes que has puesto:
...por seguir con Kirby, al que me gusta comparar con algunos artistas del siglo pasado también (tiene mucho de picassiano, cierto!), diré otra vez que es un dibujante potentísimo, pero que sus viñetas, extraidas del conjunto de la narración en secuencia, se me hacen un poco más pobres, menos concluyentes o más dispersas que las de aquellos artistas a los que lo comparo… pero he aquí que la “serie de pequeñas experiencias” que proporciona la lectura de un tebeo de Kirby en su secuencia conforma, en mi opinión, un todo sugerente y rico, extraordinario. Si me pongo cachondo hasta soy capaz de decir que me gustaría abrir el Larousse para ir a la entrada de “arte surrealista, o metafísico, o lo que fuera” para leer sobre él.

Ahora bien, Harold Foster... También estoy de acuerdo, ¿qué me pasa con Foster que, aun siendo un dibujante al que compararía con Gustavo Doré -y hasta lo pondría por encima-, no me convence en narración secuencial? Es una pregunta retórica, por supuesto, y una invitación a que los fosterófilos entren al ataque… pero es que no se, a ver, Foster tiene todas las de ganar, y yo a veces pienso que a lo mejor soy un poco inconstante en la lectura de un tebeo tan prolijo en texto como en imagen como éste, y que mi inclinación personal a veces pasa por disfrutar de efectos narrativos y pásticos más convulsos, pero… es que se me va el santo al cielo con el Príncipe, lo juro! Creo también que su narrativa debe haberse quedado anclada en un gusto "retro" de los años treinta o cuarenta, no sé.

Tardí es fabuloso, y hermético, como dices... además de un tremendista depresivo de cuidado! (según se desprende de su lectura, ojo, que no es ir a lo personal). Hay algo moroso y reconcentrado en él... que a mí me gusta mucho, para que mentir, y aunque a veces preferiría que se congraciara un poco más con el mundo, me parece que entronca muy bien con las estéticas de entreguerras europeas que se generaron tras la guerra mundial (que es el tema de Tardí, no en vano). Me refiero a Grosz, a Beckman...

Y Juanjo me gusta tambien, es ingeniosísimo!. Y su lenguaje gráfico un acierto en la línea de un Mariscal, un Mauro o un ÁLvarez Rabo, pero su sensibilidad está ahora mismo siendo más actual que la de éste último, por ejemplo.

Pepo Pérez dijo...

qué alegría, qué generosidad, qué barbaridad.

Sí, sí, sí, Tardi es "sensibilidad de entreguerras" pero totalmente.... mezclada con sensiblidades más actuales, las de su tiempo, claro. Pero sí, entronca con Grosz y cía., o mejor dicho, con su intención. Y de Céline!!, claro, que no por nada Tardi ha ilustrado una edición de VIAJE AL FIN DE LA NOCHE. sí, está obsesionado con ese rollo, esa época, la de entreguerras europea. Y sí, es un tremendista en sus historias, y muy, muy pesimista.... muy siglo XX, según la distinción de autores derivados de Kafka y Proust (para entendernos) a la que se refiere hace Jodorowsky. Y que para él son autores ya superados, precisamente por ese reconcentrarse en sus neurosis, frustraciones y pesimismos varios.

A Foster lo que le pasa es lo que le pasa. Que era un virtuoso del copón, extraordinario dibujatne, perorrr...... a pesar de que muchas veces hace cómic-cómic, y secuencia, y compone la página, muchas otras veces se limita a ilustrar texto. Hace texto ilustrado, algo que a los años en que él se dedicaba al cómic era algo ya muy superado... y por eso se me hace anticuado a veces, en cuanto a lenguaje.

Y cuando digo texto ilustrado me refiero a cuando se ponía a hacer viñetas redundantes, donde el texto describía EXACTAMENTE lo que el dibujo enseñaba. Y esto es una lata de leer, por eso a veces se te va el santo al cielo, como tú dices. Sin embargo, creo, en sus mejores momentos conseguía un efecto mítico muy potente, que es lo que yo más recuerdo desde pequeño, cuando lo leí por primera vez... y que se mantiene de adulto. Y ese efecto de distanciamiento mítico viene de sus formas narrativas (no uso globos, todo el texto a pie de ilustración, etc.). Claro que no siempre le sale bien, y que muchas veces, pues no, se limita a hacer texto ilustrado, sin más.

Claro que, dentro de este estilo narrativo ya anticuado para su época, hay niveles y niveles. Porque cógete el FLASH GORDON de Raymond, anda, a ver si eres capaz de leértelo de adulto. Yo, al menos, no puedo. Me parece tosquísimo. Al lado de eso, Foster, pues claro, era otra cosa muy superior.

Pepo Pérez dijo...

Por cierto, totalmente de acuerdo en lo que dices de que una viñeta de Kirby por separado NO ES LO MISMO... y que pierde much´siima potencia. Hay que leer la secuencia, para que aparezca su magia. Hace poco lo vi clarísimo viendo sus tiras de prensa con Wally Wood, las del espacio, SKY MASTERS. Ahí no impacta, a pesar de que ya es un Kirby cercano al Kirby famoso. ¿Y por qué no, a pesar de las tintas preciosistas de Wood? Pues porque en una tira de prensa sólo disponía de tres o cuatro viñetas, y en una sola tira, todo lineal. Era muy poco espacio para él. No era lo del comic-book, con 22 páginas de 6 viñetas cada una a su disposición, que era para lo que Kirby había nacido.

Luego, está claro, Kirby no era un ilustrador. Era un historietista. Y de los mejores de toda la historia.

Pepo Pérez dijo...

"pero que sus viñetas, extraidas del conjunto de la narración en secuencia, se me hacen un poco más pobres, menos concluyentes o más dispersas que las de aquellos artistas a los que lo comparo…"

Pero es que esto es normal (sí, te he entendido, sé que lo ves normal) porque hablamos de cómic, no de pintura ni ilustración. Y en cómic, lo importante no es una viñeta por separado, ni la imagen que haya en ella. En cómic, lo importante es la secuencia, la página, las páginas una tras otra. Es que ES UN LIBRO, no me canso de repetirlo.

Y, justo por eso, una viñeta suelta de cómic, incluso de los mejores historietistas (sea Kirby, sea Hergé, sea Eisner, sea quien sea) no suele provocar la misma "experiencia estética" que un cuadro de Picasso, Cézanne o Delacroix. Pues no, ni falta que hace. Porque lo importante no es la imagen suelta, es la narración. Y en una narración, cada viñeta no funciona por sí misma, ni es posible interpretarla aisladamente. EStá pensada para ser leída en una secuencia larga de viñetas. En plural.

Arte secuencial. El término eisneriano no es casualidad.

Pepo Pérez dijo...

Ben Day!!!

Una pregunta:

"También esto tiene relación, pienso, con los estudios sobre el funcionamiento conjunto de los dos hemisferios de cerebro, en los que se ha demostrado que ambos hemisferios funcionan con bastante independencia (uno captando el todo, el otro las partes, por resumir) y que la relación que establecen entre sí es la que “mágicamente” (que ahora no se me ocurre otro adjetivo) conforma la comprensión, el aprendizaje, etc…
Bueno, he llegado aquí porque probablemente hay dibujantes entre nosotros (amén de nuestro distinguido anfitrión), y porque, aunque alguno ya debe conocerlo (es famosillo y no difícil de encontrar), quería llamar la atención sobre el libro “Aprender a dibujar con el lado derecho del cerebro” de Betty Edwards, que viene de maravilla para aplicar al ámbito del dibujo (el del comic también), con el que éste blog está relacionado."

no conozco el libro éste que mencionas, pero ¿de qué va? ¿cuál es su tesis principal? ES que me ha interesado muchísimo. ¿cuál es el rollo aquí? Me huelo algo importante, o , como mínimo, interesante. INFÓRMAME, POR FAVOR!! Gracias.

Sobre lo de la comprensión "mágica" de una obra, y la sensibilidad para captarla, te propongo otro tema: ¿qué tal la teoría del "eco estético" (¿¿se llamaba así??) formulada por (sí, de nuevo) el caradura genial de Marcel ???
Duchamp, of course.

Anónimo dijo...

De verdad no lo conoces?
Es un clásico, en Barcelona lo usan muchas escuelas de arte, etc.
Ahora que, hace poco un neurobiólogo me discutía la teoría de los hemisferios tal y como la conocemos. Decía que no, que ni es tan simple, ni corresponden a cada lado y a esas funciones de esa manera, que es mucho más complejo y que esas simplificaciones no tienen ninguna veracidad, por mucho que vengan en los libros como ciertas. Que esas teorías han calado hondo porque dan mucho juego, pero que nada de nada.

Pepo Pérez dijo...

No, no conocía el libro, pero ahora ya sí. Llevo unos días que no paro de aprender cosas nuevas con vosotros. Así que muchas gracias.

Anónimo dijo...

ben day, recojo el guante de Foster, más que nada porque me pillas releyéndolo ;)
Yo con Foster alucino, muchísimo más, por ejemplo que con el flash de Raymond, que sí veo acartonado. ¿Por qué? Pues porque en Foster veo una violentación del recurso base del cómic: la elipsis que generan las calles, los gutters entre viñetas.
Lo normal es que esas elipsis sean breves, más o menos. Que se juegue con esos interludios. Los japos, se sabe,son aplicados en minimizar la elipsis entre viñetas (pueden tirarse dos tomos para dibujar una caída por las escaleras. Y eso se señala positivamente. Foster ataca desde el lado inverso, en busca de un efecto monumental, epopéyico y bíblico. No hay más que un único juego con la elipsis, y es raro en Foster que estas no sean siempre muy grandes:La viñeta en sí representa tiempos largos, con lo que toma un recurso pictórico (volvemos a la bastardización), y en una sóla viñeta "cuenta" lo que otro autor contaría en varias. Pero entonces se perdería sentido épico (bíblico, casi) Y además eso contrasta con los textos de apoyo, menos elípticos entre viñetas en su efecto aglutinador... los textos guían la acción, los "cuadros" las escenifican, pero completando su sentido desde esa experiencia estética que aquí se cuenta.
Porque en Foster la contemplación de una sóla viñeta pide detenerse, porque comprime un tiempo largo, lo magnimiza, le da sentido mayestártico. Cuenta muchas cosas desde una sóla escena, más simbólica que real (no es una foto de un instante)
No olvidemos que Valiant se debería leer a razón de una página por semana, y Foster lo sabe, y lo usa.
En fin, creo que Valiente nos es extraño de leer en principio porque su opción es única en la historia, y desconozco a otro autor que la haya sabido continuar (viñetas cuadro, como los cuadros de David, cargados de contenido, síntesis de esdenas completas, separados por fuertes elipsis, que no lo son tanto entre sus textos de apoyo).
De todas formas, estoy sialiendo del tiesto, lo se.
Pero me apetecía...

Anónimo dijo...

"De todas formas, estoy sialiendo del tiesto, lo se."

¿por qué? No, no. Yo entiendo y comparto lo que dices sobre el Principe! Sobre todo es esto, creo, de que se necesita un tiempo que emplear en su lectura, (en reconstruir las viñetas-cuadros, en acompasar la narración escrita con la duración de las imágenes, y en asimilar, en suma, las "amplias praderas de tiempo" que en una sóla página Foster condensa). De hecho, tengo toda esa sensación... lo que no tengo ya muy claro es si esto ha pasado ya a los anales o sigue siendo posible en nuestros días cómo método narrativo sin convertirse en un snobismo, o si es probable que se implantara otra vez un tipo de narrativa similar, como si ha pervivido la estela de Caniff o de Mckay.

Porque el caso es que no consigo encontrar la gracia de "asimilar" la narrativa de PV, cuando la de éstos otros sí...

Y también dije, que es que a veces me falla la paciencia!

Anónimo dijo...

JCP, esta tarde te doy la referencia completa del libro, con editorial y todo...

Pero, leñe! lo que no sabía es que las teorías de los dos cerebros estaban siendo ya superadas...

En cualquier caso, sobre el libro de la Edwards, se puede decir que es cuanto menos útil. La teoría de fondo que lo sustenta puede ser o no ser, pero el caso es que lo realmente interesante del libro es que consigue captar y explicar muy bien el "mecanismo" del dibujo y los dibujantes; que ocurre, más o menos, cuando se toma un lápiz sobre una hoja en blanco y se intenta captar la realidad.
También es muy efectivo a la hora de enseñar a dibujar, y por eso es que tiene tanto predicamento.

Anónimo dijo...

...lo que está claro es que su vía no creó escuela. Cierto.
Habría, en todo caso, que dilucidar si eso es así por ser una de las formas más difíciles de hacer historieta, o por contra por ser una vía muerta para el medio (ya está hecho, y no da más de sí)
Pero como Obra, es defendible, frente a los amaneramientos y las formas de un Raymond en Flash Gordon, como dije, donde, virtudes gráficas al margen (¡qué dibujo!), no destaca precisamente por su narrativa.
Por cierto, que en esa cualidad de viñeta-escena ¿no dirían que la experiencia estética es mucho mayor en una viñeta suelta de Foster que en las viñetas, sueltas, de la mayoría de tebeos? Porque el contenido de información de una viñeta de Foster la hace aislable (y aquí está, creo, la raiz de quienes no gustan de él, porque ven que la narrativa es menos fluida que en cualquier otro tebeo... no les niego el asunto, pero razono una -posible- causa de orden artístico para que esto sea así).

Pepo Pérez dijo...

Por volver a la experiencia estética, se me ocurre que es el matiz ("el matiz viene después") el que, como apuntaba Thalcave, nos hace diferenciar qué provoca Moore que Bendis no, qué provoca Crumb que Shelton no, etc... Y se pueden poner todos los ejemplos que uno quiera.

Anónimo dijo...

“ ¿qué tal la teoría del "eco estético" (¿¿se llamaba así??) formulada por (sí, de nuevo) el caradura genial de Marcel ??? “


Ah, si. Bueno, de lo que hablas es lo del “acto estético” de Don Marcel.

Bueno, básicamente, ésta es la teoría con la que Duchamp vino a reventar (o a ampliar, según se mire) la idea más o menos tradicional que identificaba casi exclusivamente la experiencia estética (en sentido general, como yo os la planteo) con la experiencia (particular) que se obtiene en la contemplación de una obra de arte.

Duchamp, según lo entiendo y lo puedo explicar siguiendo el hilo del discurso que ya he propuesto, venía a decir lo siguiente: que la experiencia estética (en contra de lo que quedó semiestablecido por los usos y costumbres decimonónicos un tanto perversamente) podía ocurrir NO SÓLO con la contemplación reverente del arte, sino a través de muchas otras cosas (proposición que, en mi opinión, no inventaba nada y era una verdad de Perogrullo, pero que resultaba muy útil en el momento en que la propulsó… de hecho era como una bomba entre los conceptos que manejaban las vanguardias, que siempre iban por esos tiros pero no lo acababan de definir).
Por esto fue que Duchamp dijo, en consecuencia, que era toda la actividad del artista, en conjunto (y especialmente la actividad intelectual), la que era susceptible de resultar “estética”, artística, por añadido (bueno, y no sólo la suya, como comentabas, sino la de los demás… aunque éste es un concepto que acabó de consolidar, para la escena del arte elevado -curioso, curioso- el que es considerado su más importante sucesor, Joseph Beuys). Bueno, el caso, sigo, es que así es como Don Marcel introdujo en la práctica artística muchas otras cosas que no eran simplemente dibujar, pintar, representar obras… en fin, todo a lo que los artistas se habían dedicado tradicionalmente.
Ni que decir tiene la importancia que esto ha tenido para el arte posterior, puesto que casi todas las corrientes artísticas posteriores que se proponen como “novedosas” beben de éstos conceptos, de una manera u otra.

Ahora bien, yo añado, tampoco hace falta decir, a la vista del patio del arte, cuanto peligro tiene todo esto, en tanto que abre la puerta de par en par al oportunismo, la charlatanería, y el ingenio con disfraz de musa que tanto y tanto se practican. Con o sin conciencia de ello.

Aquí no puedo más que ser crítico, lo reconozco, y un tanto conservador según se me mire, pero… en fin, Duchamp sigue siendo una figura fascinante aunque uno se empeñe en lo contrario, legadora de una obra llena de estética, humor y encanto (cosa que creo que ni el más mínimo porcentaje de sus segadores han sabido igualar, a veces ni siquiera apreciar). Bueno, y para acabar en tono apropiado pues ya me pongo y digo que “Etant Donnés”, la obra que colgaste en el otro día en el blog me parece “la mejor obra pornográfica del siglo veinte”, por hacer eco del humor de su autor.
Toma Jeroma!

………………….
Ah, lo del libro de la Edwards es “Dibujar con el lado derecho del cerebro”, Betty Edwards, Ediciones Urano (www.edicionesurano.com).

Bueno, y ya que estoy de apuntes bibliográficos… hay un libro de Juan Antonio Ramírez (conocido y respetado profesor y estudioso madrileño, que también ha dedicado buena parte de su quehacer al estudio de los comics) que se titula “Duchamp. El amor y la muerte, incluso.” (Ed. Siruela). Merece bastante la pena echarle un tiento, aunque es riguroso, prolijo y muy, muy, exhaustivo en principio (reconozco que yo lo he ido pillando prescindiendo de algunos análisis y leyendo las conclusiones), se lee muy bien. Además, en él vienen un buen monton de ejemplos de maquinarias de la época, dibujos de prensa y anuncios publicitarios que Duchamp hacía servir de una forma u otra en la confección de sus obras (¿recordáis lo que comentábamos a propósito de Chris Ware?).

Pepo Pérez dijo...

Gracias, Ben Day, de veras.
A Ramírez sí lo conozco, fíjate, y también ese libro, aunque no lo he leído. Y sé de su estudio e interés en los tebeos, claro. Más Ramírez hacen falta en la universidad española... y de otros países, claro.

Duchamp, pues sí, la verdad es que ya da un poco de asco que estemos tan de acuerdo a menudo ;-). A mí me parece un súper artista, además de un tipo fascinante, que abrió muchas puertas cuando la cosa parecía estar casi cerrada. Porqiue las vanguardias de principios del XX, en el fondo, seguían la tradición pictórica, al menos por lo que respecta al formato, soporte y concepto. Aunque investigaran nuevos lenguajes de represetnación de la realidad... seguían pintando, usando lienzos y esculturas tradicionales, y organizando exposiciones en los museos.

Duchamp llegó, hizo pintura, y la dejó. Y empezó a abrir la mente, y a romper ese formato y a permitir, con su descorporeización de la obra de arte, miles de cosas que han venido luego en otros muchos soportes, llevando la cosa a terrenos mentales mucho más abstractos y versátiles; arte conceptual, etc..

Por supuesto, ya sabemos lo que pasó, tú lo has dicho. Que esas puertas que daban al campo han permitido a genios como Warhol.... pero también a tantos y tantos timos de arte contemporáneo, claro.

"“la mejor obra pornográfica del siglo veinte”, por hacer eco del humor de su autor."

a pesar del humor, tan habitual en Duchamp, que tienes razón, a mí "Etant Donnés" me produce muy mal rollo, ya te lo digo. Me evoca muchas cosas chungas de la historia del siglo XX. Debe ser cosa mía, puesto que uno de los juegos de Duchamp era ése precisamente. La obra como ventana desde la cual cada uno pudiera ver lo que deseara.