BOCADILLOS (3)
En 1928, Hal Foster era, en sus propias palabras, "un buen ilustrador publicitario de segunda fila con esperanzas de convertirme en uno de primera fila con el tiempo" que aún no había trabajado en el cómic (la ilustración de arriba es suya). Joseph H. Neebe, fundador de Famous Books and Plays, Inc., había contactado el año anterior con Edgar Rice Burroughs con la idea de adaptar su TARZÁN DE LOS MONOS (1912) al cómic. "La idea de Nebee resultaba muy innovadora, ya que en aquella época no existían cómics realistas de aventuras", escribe el experto en Foster Brian M. Kane, concretamente en su libro HAL FOSTER. PRÍNCIPE DE ILUSTRADORES-PADRE DE LAS TIRAS DE AVENTURAS. "Lo más parecido a la tira de acción que se publicaba era Wash Tubbs, de Roy Crane, que se inició el 21 de abril de 1924", continúa Kane. "Para asegurar el éxito de Tarzán, Neebe contactó con el ilustrador de portadas J. Allen St. John para realizar la adaptación, pero St. John, aunque sentía interés, la rechazó cuando conoció la fecha de entrega. Neebe necesitaba un ilustrador con la sensibilidad de un especialista en Bellas Artes; por lo tanto, en 1928, se dirigió a su segunda opción, Hal Foster."
Harold R. Foster (1892-1982) recibió un resumen de la novela de E. R. Burroughs y se dispuso a adaptarla. La adaptación de una narración literaria a un cómic admite muchas posibilidades formales, y más teniendo en cuenta que por entonces el lenguaje del cómic estaba bastante desarrollado en lo que respecta al uso de bocadillos, onomatopeyas y símbolos gráficos. Sin embargo, Foster, viniendo como venía del mundo de la ilustración comercial, renunció para su adaptación de TARZÁN a bocadillos y otros efectos típicos del cómic como las onomatopeyas, y se circunscribió a dibujar tiras con ilustraciones sin bocadillos -ni efecto de sonido alguno- y con los textos tipografiados situados debajo del marco de las viñetas.
En esta tira de Foster, la segunda que hizo, pueden verse mejor los textos tipografiados pinchando en la imagen para ampliarla:
Más tiras diarias del Tarzán de Foster, aquí.
¿Fue Foster quien decidió adaptar la novela de Burroughs de esa forma o recibió instrucciones al respecto? Veamos el testimonio que recoge Brian Kane en su libro:
"Con la adaptación del texto de R. W. Palmer [un resumen de Tarzán de los monos que recibió Foster], Foster dividió la historia en una serie de diez semanas. A cinco viñetas por día, seis días a la semana, el resultado final era de 300 viñetas. "No me dieron ninguna instrucción, tan solo el libro", explicaba Foster, "hice la adaptación yo solo".
La tira de TARZÁN se estrenó en el semanario británico Tit-Bits, en noviembre de 1928, e hizo su debut americano el 7 de enero de 1929, apareciendo en trece periódicos americanos y dos canadienses. Fue un éxito inmediato, como enseguida veremos. Pero antes, sepamos cuáles fueron según Brian M. Kane las razones de Foster para elegir la peculiar forma de sus tiras:
"Otra marca de fábrica de Hal Foster que apareció desde el primer momento en las tiras es el uso de leyendas en lugar de bocadillos. Esta técnica, conocida como story-strip, permitió a Foster crear composiciones que contenían fondos muy bien detallados que no quedaban ocultos tras el texto. Fue una táctica deliberada y se realizó para proporcionar a la tira la apariencia de haber sido creada en la tradición de Pyle, Wyeth y todos los grandes ilustradores de libros que Hal admiraba. La táctica funcionó, y la tira fue tan solicitada que en agosto de 1929, Grosset & Dunlap reunieron y reimprimieron la serie entera en The Ilustrated Tarzan Book nº 1."
Después de esta breve aventura en el mundo de las tiras de prensa, Foster volvió a su trabajo como ilustrador publicitario y Neebe tuvo que recurrir al dibujante Rex Maxon (1892-1973) para dibujar la tira diaria de Tarzán. Foster, sin embargo, accedió a realizar una página entera en blanco y negro para presentar al personaje en los periódicos que no habían publicado la tira hasta entonces. Explica Brian M. Kane: "Hal había hecho a Neebe un favor, pero se consideraba a sí mismo un artista y el dibujo de cómics era para él un medio inferior. De todos modos, produjo una página original para los periódicos, que en un principio no pertenecía a la obra, para presentar al héroe de Burroughs a los lectores. Para los periódicos que empezaron a publicar la tira después de su inicio, Foster realizó una sinopsis que se publicaría en la edición dominical antes del comienzo de El regreso de Tarzán". En dicha página, Foster trasladó el estilo formal de sus tiras, es decir, ilustraciones sin bocadillos y con leyendas, aunque ahora los textos estaban rotulados a mano e integrados en las viñetas:
Por su parte, Rex Maxon siguió en las tiras diarias -que empezó con la adaptación de EL REGRESO DE TARZÁN en junio de 1929- el estilo iniciado por Foster, incluyendo la decisión de no usar bocadillos y colocar los textos debajo de las viñetas:
Más tiras diarias del Tarzán de Maxon aquí. En las dominicales que Maxon también empezó a realizar siguió igualmente las pautas marcadas por Foster en la página de presentación del personaje, como puede verse en esta primera sunday de Maxon de marzo de 1931:
Sin embargo, Edgar Rice Burroughs no estaba contento con el trabajo de Maxon en las tiras de su personaje, y envió una serie de cartas quejándose al respecto. De modo que Neebe recurrió nuevamente a Foster. "Hal no estaba interesado porque pensaba que prostituía su talento, pero sin ningún trabajo en el horizonte y una familia a la que mantener, aceptó a regañadientes la oferta de Neebe", explica Brian M. Kane. "Me ofendía un poco que quisieran comprar mi talento por un plato de comida caliente. Pero pensé: "¡No estaría mal tener un poco de comida caliente ahora mismo!" Los apuros económicos a los que se refiere Kane, como explica también en su libro, vinieron del crack de 1929 y la Gran Depresión, que supuso el fin de gran parte del dinero que se invertía en publicidad, el medio donde Foster se ganaba el pan. Así las cosas, el 27 de septiembre de 1931 Foster volvió a TARZÁN, esta vez para hacerse cargo de las dominicales a color, donde sustituyó a Maxon. "El hambre y Tarzán llevaron a Foster de vuelta a los cómics", añade Kane.
Foster estuvo dibujando las dominicales de la serie hasta 1937, año en que la abandonó para crear la suya propia, PRÍNCIPE VALIENTE. En ella, como es bien sabido, Foster siguió fiel al peculiar estilo formal que había desarrollado en TARZÁN, prescindiendo de bocadillos y onomatopeyas y acompañando a sus ilustraciones sólo de textos narrativos que, a veces, incluían los diálogos de los personajes entrecomillados.
--Página de 1939 de PRÍNCIPE VALIENTE--
Por su parte, el dibujante elegido para sustituir a Foster en las dominicales de TARZÁN, Burne Hogarth (1911-1996), siguió los pasos de su antecesor renunciando a los bocadillos e incorporando los textos en leyendas, como puede verse en esta dominical de 1939 de Hogarth:
Hogarth no fue el único en hacerlo.
También Alex Raymond, que hasta entonces había empleado bocadillos en su serie FLASH GORDON, decidió prescindir de ellos siguiendo el estilo de Foster,
aunque más tarde volvería a usarlos en su posterior serie RIP KIRBY, en la cual además redujo al mínimo los textos de apoyo.
Por su lado, Rex Maxon había continuado realizando la tira diaria de Tarzán hasta que fue sustituido en 1947, dedicándose luego a dibujar como freelance tebeos de cowboys o el primer número de TUROK. En ellos, Maxon usó bocadillos. Algunos otros autores imitaron el estilo ilustrativo de Foster y su renuncia a los bocadillos. Warren Tufts, por ejemplo, lo hizo en buena parte de su serie LANCE:
Burne Hogarth se mantuvo sin usarlos durante décadas.
----
Más al respecto. Eduardo Martínez-Pinna, en su artículo Hal Foster y el Príncipe Valiente. Comentarios apasionados, explicaba el origen del cómic de Tarzán de esta manera:
"El paso definitivo lo da la agencia Campbell-Ewald en la que Foster es un asociado. Joseph H. Neebe, su director, ve un éxito en la adaptación de los pulps de Tarzan al idioma del cómic, pensando con criterio comercial, que el dibujante ideal para acometer la empresa debe ser el mismo que realiza las portadas de la novelas, J. Allen St John. Pero rechaza la oferta alegando varios motivos. Es más un pintor que un dibujante de historietas, no ve claro el éxito del proyecto, y además alega estrés generado por la presión de los plazos de entrega. Pero si el afamado ilustrador rechaza la oferta, el dibujante Foster la acepta, con lo que se inicia su carrera. La obra será un resumen de la primera novela del personaje, Tarzán de los Monos (...). El texto está impreso en tipografía (para darle un aspecto más literario a la obra) y tanto las viñetas, como las dailies no se vertebran en la estructura narrativa, propia de la historieta. Pese a todo constituye un éxito sin precedentes, y posiciona a Foster como un pionero, dueño de un estilo realista nunca visto hasta esa época.
(...) Por otro lado, Foster se niega a realizar más dailies de Tarzan por considerar al cómic como una forma baja de expresión artística. Las dailies, en consecuencia, siguen adelante realizadas por el incapacitado Rex Maxon, que se dispone a continuar con la adaptación de otras novelas de Burroughs. Ya sea por la novedad de los planteamientos, o por la falta de competencia con otras historias, los cómics de Tarzan mantienen un ascendente camino de triunfos, lo cual motiva la realización de sunday pages cuya autoría seguiría en manos de Maxon, iniciándose el 15 de marzo de 1931. Pero su mediocridad alcanza su cenit en la entrega dominical, con el subsiguiente enfado de un Burroughs cada vez más disgustado con el trabajo gráfico de su obra literaria. Con un J. Allen St John vetado por el syndicate, se vuelve a ofertar la realización de Tarzan a Foster, por otra parte bendecido por el propio Burroughs, y este acepta el trabajo, iniciándolo en la que sería la página 29, fechada un 27 de septiembre de 1931. Pero si Foster había hecho declaraciones sobre la mediocridad del cómic como manifestación artística en 1929, ¿a qué se deben las razones de su cambio de actitud? ¿Qué le motiva a aceptar la realización de la sunday page? La respuesta es tan simple y contundente como el incremento de dividendos. Con el crack económico de 1929, las empresas de publicidad pierden buena parte de su razón de ser, al no tener la población dinero para sus compras. Por otra parte, la masa pública demanda historias de evasión que les alejen de sus problemas, en una sociedad en la que aun no existía televisión y el cine no era lo accesible que comenzó a ser muy pocos años después. El trabajo de Foster como publicitario se resiente por la grave situación económica, y un cambio de actividad hacia los cómics mantendría sus ingresos saneados, dando estabilidad a su familia. Si además se considera el beneplácito de Burroughs, y las cartas de fans encantados con el tratamiento que da a Tarzan, su cambio de actitud queda pues justificado, al poseer la coartada moral que necesita para su dedicación al cómic."
Martínez-Pinna comenta la evolución del estilo de Foster en TARZÁN en estos términos: "Sus innovaciones técnicas, tales como las viñetas panorámicas, el detallismo de los fondos, el realismo y la pulcritud en la documentación se hacen presentes, en lo que será una constante de su estilo mantenido durante cuarenta años. Ello le obliga a colocar los textos, tanto los descriptivos, que se van haciendo poéticos, como los de diálogo, en la parte inferior de sus dibujos, con el ánimo de no crear una disrupción en sus composiciones gráficas."
-----
Terminemos con una fuente distinta:
"Cuando uno de sus clientes tuvo la idea de convertir las novelas de Tarzán en tiras de cómic, acudió a Foster. Foster, cuyos ídolos eran ilustradores serios como Howard Pyle y E. A. Abbey, no tenía muy buena opinión sobre los cómics: "Pensé que prostituiría mi arte... siendo un artista de páginas cómicas". Pero pronto se dio cuenta de que él y su familia podían usar el dinero. Ilustró una tira de diez semanas adaptando Tarzán de los monos, que comenzó el 7 de enero de 1929. Aunque la nueva tira de aventuras en la jungla fue un éxito, Foster renunció a continuarla y volvió al trabajo para publicidad. En 1931, cuando la Depresión estaba en su peor momento, fue persuadido de volver a dibujar la relanzada página dominical de Tarzán. "No me acordaba mucho de Tarzán", admitió más tarde, "aunque mucha gente sí". Las páginas que dibujó eran bellas, con una cualidad cinemática relajada que debía tanto a las películas como a Howard Pyle.
Hal Foster empezó a atraer una atención creciente y a tener un efecto en el campo de los cómic, a pesar de que, como Coulton Waugh señaló en The Comics, "el tipo era tan bueno en su particular trabajo que dejó muy poco margen para que posteriores artistas le superaran, y muy pocos tenían la habilidad de acercarse a su nivel". Foster trajo la atención de otros sindicatos. "King Features se acercó primero porque a William Randolph Hearts le gustaban mucho las ilustraciones de Tarzán", Foster explicó en una ocasión. "Ellos querían que hiciera una tira y me ofrecieron crear una para mí. Primero dije que no, porque quería crear algo de mi propiedad. Príncipe Valiente fue el resultado."
(De la entrada "Hal Foster" en la ENCYCLOPEDIA OF AMERICAN COMICS editada por Ron Goulart. Esta entrada en concreto es de William Dunn)
5 comentarios:
Hay una cosa muy curiosa de integrar el texto como lo hacía Foster: las voces de los personajes no adquieren personalidad ni en los entrecomillados. Mientras en literatura si es posible hacerlo, o ya en el cómic con el uso de los bocadillos, esa forma de integrar el texto queda muy artificiosa ante la frescura del dibujo.
Al menos es la imptresión que me da a mí.
Cierto es que Foster fue puliendo los textos evitando ser demasiado redundante, pero aún así...
Bueno, cada autor es como es, y elige su propio camino. El de Foster venía de la ilustración, y me parece que desde el principio admitió hacer cómic pero sólo si podía hacerlo a su manera, o sea, lo más parecido a los libros ilustrados de los artistas a quienes admiraba (Pyle, Wyeth, etc). La progresiva integración de ese estilo ilustrativo de Foster pasó de los textos puramente literarios y fuera de viñeta del primer Tarzán a textos más simplificados, dinámicos e integrados en las viñetas. A lo que nunca creo que renunció fue a realizar ilustraciones lo más "puras" posibles, y de ahí su decisión de no emplear bocadillos (de diálogo o de pensamiento), onomatopeyas y otros recursos típicos en el cómic de su época. Esta formación previa de Foster y su trabajo como ilustrador comercial también marcó su estilo gráfico en el cómic, por supuesto, tanto en el realismo de su estilo como en el detalle con que dibujaba, lo completos que eran todos sus dibujos (a diferencia de, por ejemplo, la simplificación o caricaturización de muchos otros autores de cómic).
Los autores que siguieron su escuela actuaron sobre todo por imitación, teniendo en cuenta que en su momento ese estilo ilustrativo de Foster fue muy impactante y original en el mundo de las tiras de prensa.
Grande el Tarzán de Hogarth, con bocadillos o sin ellos.
Pues a mí el Tarzán de Hogarth siempre se me ha atragantado, y siempre he creído que era por los dichosos textos a pie de viñeta.
En Foster funciona porque su forma de contar historias exige que te detengas en cada viñeta, que suelen funcionar como secuencias completas.
Hogarth es más dado a la acción y los textos hacen que esta no sea tan fluída. Cuando me detengo a leer el texto pienso que la elipsis entre viñetas debería ser más larga. Pero, en la página de Tarzán que ha colgado Pepo, por ejemplo, al visionar una viñeta ya me está pidiendo saltar a la siguiente.
Tengo la sensación de que el tiempo que transcurre entre viñetas es más largo que lo que piden las propias viñetas.
No se si me explico.
HOGARTH: UNICO! UNICO!!UNICO!!! best of the best !!!!
Publicar un comentario