miércoles, agosto 13, 2008

BOCADILLOS

Hola Pepo:


Hay una idea que me ronda la cabeza y a ver si entre tú y todos los lectores del blog le damos una respuesta. Los bocadillos en los cómics. Cierto es que existen muchas formas de los mismos, en forma de nubes, cuadrados, ausentes y guiados solo con un simple palito, etc.
Siempre creí que se trataba de una cuestión de gustos o estilos en el dibujo pero últimamente no creo que sea sólo eso.



He estado leyendo los
Freddy Lombard y sabiendo como sabemos lo meticuloso que era Chaland (ya le dimos un repaso en tu blog) ¿por qué esa evolución en sus bocadillos?

De los primeros álbumes usa esos bocadillos en forma de globo en los que nunca se cruzan los cabos de los mismos (tal y como recomendaba Eisner hace unos años).

Después pasa a bocadillos más cuadrados pero siguen teniendo sus esquinas redondeadas, con forma algo "umbilicales", aunque aquí si se cruzan ya los rabillos de los mismos (que a mi me parece que confunde un poco la lectura, por no hablar en algunos casos de la mala "puntería" de los mismos señalando a los personajes).

Ya en los últimos álbumes (
Vacaciones en Budapest, F-52) termina usando los bocadillos cuadrados que usaba Hergé en sus álbumes de Tintín. Y ahora el quid de la cuestión, ¿ a qué se debe esta evolución?

Es cierto que los álbumes van pasando de un tono humorístico a uno más serio, quizás ahí la razón, pero esto no es una regla general que se pueda aceptar pues hay miles de excepciones que no cumplen esa regla. También es posible que fuera para reducir su espacio en la viñeta y dar más importancia al dibujo.

Y en cuanto al estilo de dibujo, la evolución de los mismos no es tan significativa como para pensar que tambien influyó en los bocadillos.
Por lo tanto ¿hay formas de bocadillos más válidas para unos géneros que para otros? En el caso de Chaland ¿fue sólo una cuestión de gustos o había algo más, sabiendo como era este hombre? ¿Funcionaría igual, por ejemplo, los bocadillos de V de Vendetta en Watchmen y viceversa? ¿Solo funcionan bien los bocadillos "con palito" en el humor gráfico (cómics de una viñeta)?


A ver si sale debate, que yo creo que cuerda hay.

Un saludo,
Mefisto.

P.D: Perdona el tostón de texto, que a lo mejor me he pasado un poco.


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ACTUALIZACIÓN


Bocadillos "con palito" en una viñeta de Manel Fontdevila, publicada hace unos días en el diario Público


Viñetas de Kyle Baker, POR QUÉ ODIO SATURNO (1990), sin bocadillos y con los diálogos fuera de la viñeta colocados debajo del personaje que habla en cada caso


Baker usó el mismo recurso en YOU ARE HERE (1999)

22 comentarios:

Bruce dijo...

En los 2 últimos casos (V y Watchmen) los bocadillos van personalizados. Se adaptan al personaje

Anónimo dijo...

Uf! Ya hilamos fino ¿eh?...
Yo creo que, aparte de los íconos conocidos para "explicar" tonos, modulaciones, estados de ánimo o singularidades de cada personaje,los bocadillos van acorde al estilo gráfico del autor. Es decir, es una decisión estética. No creo que varíe demasiado el concepto si, por ejemplo, los bocadillos de Tintín fueran redondos. Al margen, claro, de la costumbre y todo lo que asociamos a las formas "puras": cuando habla un robot tendemos a ponerle bocadillos rectangulares, etc..
En el caso de Chaland, me da la impresión de que fue una decisión práctica: los bocadillos cuadrados son más fáciles de dibujar, con regla.

Anónimo dijo...

Ah, y también se podía hablar de la rotulación, de la tipografía, de las onomatopeyas y otros efectos de "sonido", del tamaño de la fuente, de si es mecánica o manual...bufff...creo que lo de la forma del bocadillo sólo es la punta del iceberg...

Yo todavía flipo con la rotulación de los primeros MAD, madre mía...que cosa más bonita....

Anónimo dijo...

El resumen de la cuestión es el siguiente: sabemos que hay algunas formas en las secuencias de viñetas que funcionan muy bien segun la situación que queremos narrar, ¿podemos decir lo mismo de la forma de los bocadillos?
Y ya en el caso de Chaland, ¿era solamente una cuestión estética o había alguna razón narrativa?
Y a lo mejor sólo es como dicen arriba y es hilar muy fino y solamente se trata de una cuestión estética pero sigue dándome la impresión que pueden funcionar como un elemento narrativo (que en el caso de Watchmen nos permite distinguir las voves perfectamente sin ver el personaje, por poner un ejemplo)

Anónimo dijo...

perdón, las "voces".
Que vengo de la feria de mipueblo :)
Y los que hayan decidido alguna vez en sus dibujos, que se mojen del porqué de dicha forma.

Anónimo dijo...

Y es tema del que hablar, ¿estais de acuerdo con lo que decía Eisner de que no se cruzen los cabos de los bocadillos, o eran chocherías del abuelo?
¿Es tan importante la composición del bocadillo en la imagen o es un elemento forzado por la necesidad de representar el sonido, tal como explica Scott McCloud?
¿Funcionan bien las parrafadas de Miller al lado de una "splash page" tal como usa en Sin City en "El duro adiós?

Pepo Pérez dijo...

EL bocadillo es fundamental a la hora de componer las viñetas. No sólo respecto al dibujo en sí, también porque deben estar bien colocados para que se lean en el orden que el autor quiere que se lean. Que el bocadillo es un problema para componer la página lo prueba que en los años treinta hubo autores que decidieron no usar bocadillos precisamente para que no taparan ningún punto de de sus ilustraciones (Hal Foster y algunos otros posteriormente). Me remito al nuevo post que he subido sobre bocadillos.

La forma cuadrada o u ovalada suele ser una decisión estética, como creo que es el caso de Chaland. El bocadillo rectangular también permite colocar más fácilmente el texto, pero sobre todo da una estética muy concreta al cómic, que en el caso de Chaland quería remitir deliberadamente Hergé y a los tebeos de los 50 derivados de su escuela. Quizás también porque le pareciese así mejor integrados, o más armoniosos con el resto de la página, a saber.

Un autor reciente que también usa bocadillos rectangulares (aunque trazados a pulso) es Blain:

muestra

otra muestra

Anónimo dijo...

Pero los casos de Blain es un poco a lo que te refieres, pretende enlazar con una tradición con los álbumes franceses. Igual que su narrativa, procedente de la escuela francobelga.
Ahí esos bocadillos cumplen esa función. Como si hiciera hincapie de que sus historias son de género.
Es cierto que siguen siendo un problema los bocadillos.
La cuestión es que los bocadillos siempre ha sido la seña identificativa de los cómics para los "profanos", lo que habría que mirar si en el futuro lo seguirá siendo.

Anónimo dijo...

Es bastante evidente que el bocadillo es un ícono muy identificativo del cómic como medio. De hecho, es uno de los "medios de expresión" propios del cómic. Es la forma gráfica que representa al sonido (junto con las onomatopeyas), como dice McCloud pero también es una parte importante para la composición narrativa, como apoyaba Eisner. Una cosa no excluye a la otra sino que son complementarias. Todo esto (y más, claro) es lo que forma lo característico de los tebeos.

Anónimo dijo...

¿Y de la modita actual de hacerlos transparentes, se supone que para que se pueda ver el dibujo completo, qué me dicen, eh?

Menudo coñazo. Al final se tiene que dejar uno la vista para entender algo.

Un saludo.

Pepo Pérez dijo...

Lo de la moda de hacerlos "transparentes" viene de lejos. A mí no me gusta, básicamente porque es hacer "visible" (haciendo "consciente" al lector de que son bocadillos, porque su transparencia llama la atención sobre ellos y te recuerda el proceso de realización del tebeo) un recurso narrativo que debería ser "invisible" en la mayoría de los casos.

Lo de no cruzar los rabitos, a mí en general no me gusta cruzarlos, pero depende del caso, puede que en un momento dado convenga también usarlo como recurso.

Las parrafadas de monólogo interior de EL DURO ADIÓS eran excesivas, sí, aunque eso ya es tema distinto de los bocadillos. Con aquellos textos tan largos creo que se buscaba el efecto de evocar una novela negra pulp, pero luego en posteriores entregas de la serie Miller abandonó el recurso y recortó las parrafadas, volviendo a sus habituales textos cortos y secos.

Pepo Pérez dijo...

"Pero los casos de Blain es un poco a lo que te refieres, pretende enlazar con una tradición con los álbumes franceses. Igual que su narrativa, procedente de la escuela francobelga."

Sí, yo pienso como tú, creo que Blain hace así sus bocadillos por usar un elemento estético de una tradición muy concreta. Pero en el caso de Chaland creo que era igual. A todo esto, creo que lo de los bocadillos rectangulares de Hergé era una decisión funcional de diseño. Le permitían meter más textos y presentarlos además muy ordenados, habitualmente en la parte superior de la viñeta.

Anónimo dijo...

Gracias Pepo y a los que han comentado por seguirme el juego.
Buscando un poco por el origen de los bocadillos me encuentro con el Yellow Kid (DE 1895!). Aunque no son bocadillos como tal, vaya forma más atractiva de insertar el texto, creando ese extraño personaje con su camisón cambiante.
Y no sabía que la expresión "prensa amarilla" venía de este personaje:
"La historia del Niño Amarillo describía la pobreza de las calles en medio de una muchedumbre anónima y cosmopolita, y desagradó tanto a la buena sociedad neoyorquina que se inspiró en ella para crear la expresión "prensa amarilla" para señalar peyorativamente el periodismo sensacionalista."

Pepo Pérez dijo...

He subido una viñeta de Manel. En esta viñetas para Público decidió usar "palitos" en lugar de globos para simplificar al máximo la imagen y que el fondo se viera lo más despejado posible, y todo eso para intentar destacar la viñeta y que no quedara demasiado ahogada en la maquetación, rodeada por los textos del periódico que ocupan mayoritariamente la página (a veces la doble página, porque la viñeta suele publicarse en la página de la derecha). Es otro ejemplo de cómo el soporte donde se va a publicar el cómic condiciona decisiones formales del autor.

En La Parejita, en cambio, Manel usa bocadillos de toda la vida. Ahí tiene una página entera para él, se publica además en una revista de cómic donde la unidad habitual de cada autor es precisamente la página, y luego se recopila en tomos que llevan sólo su material.

Pepo Pérez dijo...

"Buscando un poco por el origen de los bocadillos me encuentro con el Yellow Kid (DE 1895!)."

Olvida eso. Es un dato completamente erróneo que, desgraciadamente, algunas voces autorizadas dieron por bueno en su momento y luego se ha repetido hasta la saciedad. El bocadillo NO lo inventa Outcault ni mucho menos, existe desde mucho antes. Por ejemplo, se puede ver en las viñetas que se publicaban en la prensa satírica europea desde principios del siglo XIX. En realidad, los había incluso en algunas estampas de finales del XVIII. En la revista Comic Art (nº 8, 2006) se publicó un artículo acojonante de Thierry Smolderen sobre los orígenes y la evolución del bocadillo.

En realidad, si dejamos específicamente el medio cómic, también se pueden encontrar protobocadillos en grabados y pinturas muy anteriores. Por ejemplo en el artículo de Smolderen, que está profusamente ilustrado, viene un grabado de 1682 del ilustrador inglés Francis Barlow donde usó bocadillos, combinados con didascalias.

Lo que pasa es que ha sido el cómic el que ha popularizado el bocadillo hasta convertirse en un elemento típico de su lenguaje y lo ha hecho evolucionar , ha creado distintos tipos de bocadillo (de diálogo, de pensamiento...), ha jugado con la forma del bocadillo, etc.

Anónimo dijo...

Bueno, supongo que los que dieron por bueno el Yellow Kid como origen de bocadillos en cómic es según la definición que alguna vez hablamos por aquí, en la que el cómic es tal en la medida que tiene una difusión "industrializada".
Pero vamos, como método de integrar el texto en la imagen tienes razón en los precedentes que citas.

Anónimo dijo...

Me parece que el problema de los globos es que desnuda una "incomodidad" de la historieta (incomodidad que yo adoro). Y es que la historieta no puede dejar de exhibir su condición de enunciado. La historieta no puede proponer la transparencia del cine clásico de Hollywood, por ejemplo, o de la literatura de Flaubert.
Y el globo es un momento clave de esa imposibilidad: sobre la ventana a un mundo de tres dimensiones que es cada viñeta --sobre el modelo de representación renacentista-- hay que pegar un espacio opaco de dos dimensiones. No hay forma de lograr que eso no interfiera (para mi felicidad, claro).

Este blog es siempre un placer...

Pepo Pérez dijo...

Mefisto, no tiene que ver con lo del cómic como arte industrial impreso. Insisto en que hay viñetas con bocadillos desde la primera mitad del XIX, algunas de ellas impresas tanto en periódicos como en revistas satíricas europeas, y eso incluye (en la segunda mitad del XIX) a España. En este sentido no hay diferencia con Yellow Kid, que también se publicaba en la prensa. Lo de atribuirle a Outcault la invención del bocadillo se trata simplemente de un error histórico al que se ha dado, desgraciadamente, mucha difusión. Tú no tienes la culpa de habértelo creído, se dice en muchas partes. Y gracias ti por proponer el tema y escribir el post.

Volviendo al XIX, hay una viñeta muy curiosa (no firmada) publicada en 1853 en la revista satírica Punch y reproducida en el artículo de Smolderen, que hace un guiño muy gracioso con sus bocadillos a las antiguas filacterias medievales (un antecedente remoto de la cosa, por cierto).

Jorge dijo...

Muy interesante el debate. Pepo, he leído que los bocadillos los sistematiza Frederick Opper y su Happy Holigan en los 30. Los intentos anteriores en la prensa norteamericana son como la camiseta del Yellow Kid, no son propiamente bocadillos. Se está probando en el medio, hasta que ya en los 30 se generaliza su uso y el que más contribuyó a ello fue Opper.

El artículo que mencionas de Smolderen en el Comic Art 8, sí señor, el mejor texto que he leído sobre el origen, función y aplicación del bocadillo. A ver si subo esa imagen de 1680 que mencionas porque vale la pena echarle un vistazo.

Anónimo dijo...

ya es tiempo de globitos translucidos, como los que podemos apreciar en tantas aplicaciones de Windows Xp en adelante...

Pepo Pérez dijo...

¿en los 30 Opper? Será más bien partir de 1900 y los primeros años del XX, ¿no? Perdona por la corrección. También en la primera década del XX usan bocadillos autores famosos como McCay y otros coetanéos no tan conocidos, y muchos otros con posterioridad. La decisión de Foster de no usar bocadillos en Tarzán (1929) y Príncipe Valiente (1937) obedece a decisiones estéticas suyas, no a que el bocadillo no se usara por entonces. De hecho a esas alturas ya estaba profusamente desarrollado.

De todos modos, esto que cuentas es en la prensa norteamericana, sí, y en los últimos años del XIX y principios del XX es cuando se empiezan a usar de una forma muy similar al cómic moderno, pero insisto en que el bocadillo aparece en publicaciones europeas con anterioridad, alrededor de mediados del XIX e incluso antes. Y en grabados y estampas hay ejemplos de bocadillos (los rastrea Smolderen precisamente) del XVII y XVIII.

Jorge dijo...

Sí, Pepo, tienes razón, a principios de siglo es la contribución de Opper. Estaba yo pensando en las musarañas. Quería decir que en la década de los 30 ya el uso del bocadillo es generalizado.

El artículo de Smolderen es verdaderamente cojonudo. El rastreo que hace es alucinante pero también el cambio de sentido y de función de los "labels" medievales (filacterias) y de las ilustraciones satíricas del XVIII y XIX hasta los bocadillos de principios del XX. Me gusta lo que dice de que la voz del autor muy presente en las ilustraciones satíricas de gente como Cruikshank o Gillray que se manifiesta en esas "etiquetas"?? es muy diferente a los bocadillos que empieza a sistematizar Opper, donde hay una polifonía de voces y además se pasa de una enunciación a una narración. Vamos que podemos ya hablar de secuencia y con bocadillos. Una joya el artículo.