lunes, diciembre 18, 2006

TEBEO

En 1969, tres años antes de morir, publicó Dino Buzzati (1906-1972) uno de sus libros más insólitos y enigmáticos, el titulado Poema a fumetti o, como se ha traducido en su reciente versión castellana, Poema en viñetas (Gadir). Aunque fuera bien conocido el talento artístico del gran escritor italiano, no dejó de sorprender la ocurrencia de, en efecto, hacer, como ahora se dice, un "poema-cómic", pues, entre otras cosas, es imposible encontrar dos géneros más enfrentados que el de la muy exclusiva y minoritaria lírica y el muy simple y vulgar de la historieta visual de los tebeos.
(...)

_______

Francisco Calvo Serraller, en el suplemento Babelia de El País (gracias, Juan Ignacio)

16 comentarios:

santibilbo dijo...

Espero que lo diga por los ambientes,minoritario y hermético de la lírica frente a la naturaleza narrativa(y por ello más abierta de los cómics.Lo digo PORQUE cALVO sERRALLER,si bien algo pomposo es un tío muy competente.Y con lo que parece saber de otras artes ajenas a las plásticas en su columna de Babelia me sorprende una barbaridad que sea tan obtuso

Manuel Gutiérrez dijo...

Sin duda no hay géneros más interrelacionados que la poesía y el cómic; no entendería este último sin las polifonías narrativas, metáforas visuales y demás elementos poéticos que hacen de la narrativa gráfica un lenguaje rico y fundamental.
Pero claro esto es sólo una opinion...

Anónimo dijo...

Obtuso es poco. Alguien debería regalarle a Calvo Serraller, pope de las artes plásticas, "Plagio de encantes" y "Tapa roja", eso solo para que vaya abriendo boca.

Anónimo dijo...

No sé de qué se sorprenden,Calvo Serraller es el eje de la crítica más conservadora de éste pais,se quedó en los 50,es lo contrario de J.L.Brea o D.Pérez.Para éste señor,sólo lo objetual es arte,si el objeto en cuestión tiene forma de cuadro o escultura,mejor que mejor....acepta el ready made y el videoarte porque no lo queda otra o se vería sólo...es de los que no se mojan.
En cuanto a su comentario,perfecto,demuestra no tener ni puta idea pero a base de desprecio queda por encima.Es como fulanito que dice que todo el arte contemporáneo es una tomadura de pelo...a Calvo hay que prestarle el mismo caso que él le daría a fulanito.Cero.La pena es que esto sale en el país..

Anónimo dijo...

El artículo está pésimamente escrito, para empezar con algo de carácter general. Y en lo concreto: el tono, y el argumentario, muestran y demuestran un pensamiento claramente propio del mandarinato cultural: si algún crítico de los que marcan las grandes líneas del arte del siglo XX hubiese hecho una defensa de la Historieta como lenguaje formal perfectamente válido y artístico, la opinión de CS y de todos los mandarines que hay en el mundo sería otra muy distinta, estoy seguro.

Un saludo.

Pepo Pérez dijo...

ésa es JUSTA la sensación que me transmiten este tipo de artículos. No ya por Calvo Serraller, sino en general, es un "tono" que ya he visto antes. Y sí, denota lo que dices, Javi. Falta en realidad de un criterio propio en determinados aspectos que se desconocen, necesidad de ir a remolque de otros popes teóricos de mayor rango que el propio, etc. Bueno, allá él, le van a adelantar por la izquierda en breve, vaticino.

Little Nemo's Kat dijo...

Bueno, no hay que echarse las manos a la cabeza, más que porque este comentario lo haga un crítico de arte, que por otro lado, junto a su desconocimiento del cómic, expone una opinión muy generalizada. Lo cierto es que todo hubiera sido mucho más inofensivo y políticamente correcto si hubiera cambiado los inoportunos adjetivos "simple y vulgar" por el mucho más adecuado (al menos hasta los años 70-80) "popular".
Pero bueno, me imagino que sería mucho pedir que el señor Calvo Serraller se hubiera leído el Jimmy Corrigan, Ice Haven o Black Hole antes de hablar. No habrá tenido tiempo con su dedicación a "la exclusiva y minoritaria lírica".

PS. Por otro lado, ¿la poesía y el cómic son géneros?

Anónimo dijo...

Bueno, hoy mismo he ido a mi librería de guardia y he comprado algo para este señor, y mañana mismo se lo envío acompañado de una amable -no es irónico- y breve carta en la que le explico un par de cosas que todos nosotros sabemos y él no.
Vale, escribe mal y no se entera, pero mucha gente lo lee y es influyente. Mejor ganarlo para la causa que despotricar contra él... ¿O estoy siendo muy ingenuo?
Aún me acuerdo de cuando Victoria Combalía (otra que tal!) decía, también en El País, que cómo ibamos a poner una colección del Pulgarcito a la altura de un Tàpies...

El periódico de los progres no se quiere enterar... Ahora mismo acaban de poner a Álvaro Pons a hablar de tebeos... ¿y dónde...? en el EP3, ex-Tentaciones, o sea, en lo juvenil fashion molón.
Al Templo De La Alta Cultura Babelia que no se acerque ni dios!!

Anónimo dijo...

Ejem, el último comentario NO es anónimo, es mío, solo que me he liado con las putas contraseñas
Max

Anónimo dijo...

Caray con la iniciativa del envío, el sentido común puede con la reacción visceral. Lamentable el comentario reseñado por si solo, que evidencia una ignorancia supina, y lamentable que salga donde sale (aunque creo que por otra parte Babelia ignora habitualmente el cómic, lo cual ya de por si es suficientemente elocuente). Lo dicho suena a otra época, felizmente superada. Huele a alkanfor y a armario apolillado. Para algunos, la poesía es algo más que versos en fila. Y de la verdadera poesía, en los cómics buenos, hay de sobra.
-k.b.

Anónimo dijo...

Copio algunos fragmentos de la entrevista a Seth en Carousel Magazine (que tradujeron hace unos meses en http://www.entrecomics.com/?p=579):

"[...]He notado, desde hace mucho tiempo, una conexión entre los cómics y la poesía. Es una conexión obvia para cualquiera que alguna vez se haya sentado y tratado de escribir un cómic. Creo que la primera idea se me ocurrió allá por finales de los ’80, cuando estaba estudiando las tiras de Peanuts de Charles Schulz. Parecía muy claro que su disposición en cuatro viñetas era justo como leer un haiku; el modo en que organizaba las viñetas y el dialogo tenía un ritmo específico. Tres golpes: doot, doot, doot –seguidos de una infinitesimal pausa, y luego el último golpe: doot. Cualquiera puede darse cuenta de esto al leer una tira de Peanuts. Esas tiras tiene el mismo ritmo que tienen los haiku –los haikus mayoritariamente terminan con una referencia a la naturaleza en una línea final sin relación.
Con el paso del tiempo comencé a ver esa conexión más y más evidente en el modo en que yo escribía mi propio trabajo. Ciertamente, no es un proceso que se trabaje con un gran ajuste –pero cuando estoy escribiendo una página de cómic (o secuencia de páginas) estoy muy alerta acerca del sonido y la “sensación” que produce la división en viñetas del dialogo o la narración. Si tienes que contar una determinada cantidad de la historia en una página, tienes que tomar decisiones acerca de cuántas viñetas necesitas para contarla. Tienes que organizar esas viñetas –pequeñas, grandes, o una combinación de ambas. Todas esas decisiones afectan al modo en que el espectador lee la historia; hay un ritmo inherente creado por cómo dispones las viñetas. Viñeta estrecha, viñeta estrecha, viñeta ancha: este ritmo lo siente el lector, especialmente cuando pones las palabras dentro de las viñetas. Cuando estoy escribiendo un cómic, estoy muy atento a como estructuro las frases: cuántas palabras; una frase en esta viñeta; dos en esta; una viñeta muda; una única palabra. Esas elecciones son ultra-importantes en la creación de la narrativa del cómic, y ese ritmo silencioso es la mayor preocupación para mí cuando estoy haciendo un cómic. Imagino que los poetas sienten la misma preocupación. Si lees cualquier poesía de verso libre, puedes ver como el poeta ha tomado ciertas decisiones sobre como separar los pensamientos y estructurarlos, muy a menudo de una forma que desafía un sistema[...]"

"[...]Me parece que el lenguaje de la poesía es muy dependiente de establecer imágenes y yuxtaponer unas contra otras. Un poeta creará una imagen en las primeras dos líneas de su poema y después creará otra en las dos líneas siguientes, y continuará así. Encuentro que este salto entre imagen e imagen en la poesía es un elemento muy interesante y muy del tipo del cómic. Muchos poemas son casi cómics en palabras. A menudo los cómics se relacionan con el cine y la prosa –en ninguno de los dos casos me parece apropiado. La conexión con la poesía es más apropiada, tanto por la condensación de las palabras como por el énfasis en el ritmo. El cine y la prosa también usan esos métodos, pero no de una manera tan condensada y controlada. Los autores de cómics se han relacionado a sí mismos durante mucho tiempo con el cine, pero haciendo eso han reducido su arte a ser una mera aproximación al storyboard. El ritmo subyacente parece que ha permanecido sin ser escuchado literalmente durante décadas en el mundo de los comic-books comerciales (con una pocas notorias excepciones: Kurtzman, Kirby, Stanley)[...]"

santibilbo dijo...

Yo creo que Seth no sabe muy bien como es la gran prosa(como si no hubiera ritmo muy calculado en los párrafos del prosista) y no ha visto a los grandes maestros manejar la planificación,el encuadre y el montaje.que el cómic si se aproxima a alguien es al cine resulta casi obvio(sin negar algunas consideraciones de Seth sobre ciertos ritmos(dificilísimos de conseguir y sobre todo compartir con el lector;también en relación con la condensación y estilización del cómic).Yo creo que se busca huir de la subsariedad con el cine y entroncarla con una línea más prestigiosa,la de la literatura,que viste más y se vende como novela gráfica-o poema gráfico? a lo Apolinaire- Elm ritmo de lapoesía es impepinable,no interpretable;en el cómic y en la prosa el lector decide la velocidad de lectura,a pesar de los recursos propios de cad medio para intentar construir una estructura.El ejemplo de latira me ha parecido ventajista

Pepo Pérez dijo...

Santi, pero es que lo que afirma Seth distinguiendo entre narrativa de cómic "cinematográfica" y narrativa "propia" de cómic yo creo que existe. La influencia del cine en el cómic a partir de los años 30 es BRUTAL, e hizo olvidar a un tipo de narrativa previa que tiene poco o nada que ver con el cine, la de los autores del cómic de principois del siglo XX. En lo de la planificación "a lo storyboard" también tiene razón, y me parece muy limitado, además de intentar imitar efectos -por ejemplo, de "movimiento de cámara"- que no tienen mucho sentido en el tebeo. El otro día estaba fijándome en una página muda de LOS MUERTOS VIVIENTES donde se usaban cinco o seis viñetas -la página entera, vaya- para intentar recrear un efecto de travelling y de zoom, desde un plano muy general con el que se abre la página hasta el primer plano del rostro -acongojado y pensativo mientras está en la cama- de uno de los protagonistas. Esto es un hermano pobre del cine y la TV, esta planificación no tiene -para mí- mucho sentido en el cómic, y además hace perder el verdadero potencial de la narrativa de tebeo, la del ritmo interno de lectura a la que se refiere Seth (y no creo que se refiera a la velocidad de lectura, que es algo distinto). En esa página no hay ritmo interno en realidad, sólo el intento de recrear un "movimiento de cámara" propio del cine o la TV.

Olvídate de la tira de Peanuts y vete a una página de Sterrett, o de Herriman, o de McCay, o de Harold Gray, o de McManus, todos "pre-cine" (bueno, ya me entiendes) o de, volviendo al presente, de Ware, Clowes, Seth, Max, Jaime Hernandez, etc. En ellos no hay nada de eso, no hay "storyboard" sino intento de crear una pauta, un ritmo cambiante o fijo. Y los cambios de plano, cuando los hay, o las repeticiones de plano, buscan esa poesía interna del ritmo. Y no recrear "movimientos de cámara" en un medio impreso (libro) donde no existe no ya el movimiento, sino tampoco el tiempo real que da el metraje, ni las vías por donde va el travelling, ni la grúa ni la cabeza caliente.

santibilbo dijo...

Pepo, estoy de acuerdo en que el cómic de antes de los treinta manejaba herramientas propias y muy poderosas(como dijo Vm,el travelling lateral es un invento de Mac Cay),sólo digo que en buena parte de los efectos de planificación y a veces en el montaje son muy parecidos,narrandose una historia con imágenes en ambos,aunque tengan mecanismos y efectos muy diferentes,me parecen más cercanos que con la poesía(salvo la poesía epica,que sí es narrativa)
Claro que el cómic,si es bueno tiene una estructura interna y un ritmo.Como cualquier arte que tenga en sus venas tiempo.Otra cosa es percibir ese ritmo,más difuso de lo que parece en prosa y cómic,donde el lector construye ese efecto casi tanto como el autor, y en cambio,en la música o en poesía, es el que hay,con minuscula interpretaciones.Por cierto,el ritmo cinematogáfico no es algo tan simple como el tiempo que dura la peli,hay secuencias que se hacen largas y duran 5 minutos( porque el autor quiere) y con frecuencia se falsea el tiempo real con multiples efectos de montaje.
También estoy de acuerdo en el daño que hace el story board,pero en ambas direcciones,lo que debe ser una herramienta para ayudar a visualizar se ha convertido, en el cine, en un catalogo de encuadres guays, sin alma dentro,sin naturaleza propia, y en el cómic,en un hermano,pobre,como bien has dicho.Los travelligs se pueden emplear para según que efectos,el cómic también trata de simular movimiento y dinamismo,o puede necesitarse por necesidades narrativas(poner en relación con un contexto general o mostrar el hilo del narrador,etc.En fin,que mientras esté bien utilizado,a mi plim.A veces olvidamos que el lenguaje cinematográfico es muy estilizado y más subjetivo de lo que parece.Un travelling, tan cinetico,aunque sea impostado tiene mucho de materia interpretable

Anónimo dijo...

Si no hay acuerdo en cuanto a las "dependencias" del cómic respecto al cine o a la poesía será precisamente porque la historieta es un medio autónomo, por mucho que se "lleve" con ambos. También el cine y la poesía se casan fácilmente. Me resulta muy lúcida la comparación que hace Seth de Peanuts con los haikus, pero para mí lo esencial de la poesía no reside en lo formal -y en ello el ritmo, con o sin verso libre, puede ser clave-, sino en el fondo, en lo que dice sin decir, en que no sea necesario hacerlo todo evidente, expreso, "literal". Tiras una piedra a un pozo y cierras los ojos: Lo oyes, incluso "lo sientes", *pero no lo ves*. No he visto que Mitsuru Adachi ilustrase versos à la "Tapa Roja" (que a mí no me gustó), y sin embargo el primer "Short Program" es uno de los cómics más poéticos que he leído, inundado de silencios elocuentes y de pasajes con ironía y con lirismo a raudales, en las cosas que pasan, en las que se dicen, en las que NO se dicen. Y es una historieta japonesa, el "terrible manga", "industrial", cómodamente obviable o denostable por "muy simple y vulgar" si recurrimos a palabras de Francisco Calvo Serraller. A propósito, se está hablando en términos de ritmo, montaje... porque si además se empieza a valorar la parte puramente gráfica del cómic, ponle puertas al campo. Desde luego, de que la historieta se amalgama con total naturalidad con la poesía, no hay duda. Así que la metedura de pata por parte del señor Calvo Serraller es tremenda, digna de ser incluída en una antología de estupideces periodísticas.
-k.b.

Pepo Pérez dijo...

"sino en el fondo, en lo que dice sin decir, en que no sea necesario hacerlo todo evidente, expreso, "literal"."

Totalmente de acuerdo. Y precisamente porque ésa es la esencia de la poesía, no me gustan los tebeos "poéticos" que pretenden hablar de "temas profundos" y lo hacen de forma explícita y literal: no hay poesía en ellos, en todo caso solemnidad, pretenciosidad y vacuidad. Ahora mismo tenemos un buen (mal) ejemplo de esto mismo entre las novedades del año, pero creo que me va a dar para un nuevo post.