ONCE MIRADAS
Anoche se me olvidaba citar, al menos, el libro colectivo de historietas en torno al 11-M que se publicaba un año después de los atentados, en 2005, con la intención expresa de dejar pasar un mínimo de tiempo desde los hechos.
El tomo se titula 11-M. ONCE MIRADAS, lo coordinó Felipe Hernández Cava, lo editó De Ponent en colaboración con el Patronato de Cultura del Ayuntamiento de Guadalajara (11 de sus vecinos perdieron la vida en los trenes) y se encargaron de las historietas -junto al propio Cava- Bartolomé Seguí, El Cubri, Enrique Flores, Keko, Laura, Micharmut, Raúl, Santiago Sequeiros, Silvestre y Victoria Martos. La portada, ésa que cuelgo ahí, la ilustraba Ana Juan.
2 comentarios:
Quizás lo lea. No pinta nada mal.
DIGRESIÓN:
Ya he podido leer una de mis grandes asignaturas pendientes: LA CIUDAD DE CRISTAL en viñetas. Espléndida. El pulso logrado por Mazuchelli y Karasik es envidiable. Paul Auster es el que sale ganando, porque ambos, convierte en igual de fascinante las palabras del neoyorquino. Un trabajo enorme.
¡Un saludo!
pues me alegro que haya sido así. A mí también me gusta mucho ese cómic, a pesar de que entiendo alguna de las pegas que se le reprocha a veces. Sin embargo, la mayor parte de esos reproches vienen por el lado ensayístico que tiene ese tebeo sobre las posibilidades del lenguaje del cómic, lo cual a mí me parece fenomenal porque es algo que no estamos acostumbrado a ver: tebeos que a la vez que son narrativos -cuentan una historia- son también ensayísticos. Desde ese punto de vista, CIUDAD DE CRISTAL tiene algo que ver con ENTENDER EL CÓMIC, de McCloud. La diferencia, obviamente, estriba en que en el primero se pretende contar una historia de ficción (la que contaba Auster en su novela) al margen del discurso ensayístico, mientras que McCloud enfoca su "historia" (porque su libro también tiene un "argumento) a contar qué es el cómic y cómo funciona su lenguaje y sus recursos.
Supongo que es por eso por lo que CIUDAD DE CRISTAL, el tebeo, parece distinto -y es distinto- a la novela. Porque, además de narrar la historia de Auster, hay una intención evidente de hacer ensayo sobre el lenguaje de la historieta, de demostrar todas las posibilidades gráficas, narrativas, simbólicas y poéticas del cómic. Y, por cierto, de demostrar qué recursos son exclusivos del cómic y no admiten trasvase a ningún otro medio.
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