STRANGE AND STRANGER
El libro funciona en tres niveles. En primer lugar, es una presentación del propio trabajo, y para ello he hecho lo que probablemente fue paso atrevido. Escogí las que creía eran las mejores imágenes de cada periodo de su carrera y, a continuación busqué las reproducciones de mayor calidad que pude encontrar. Por mucho que me guste ver un original, no quería aceptar sólo las escasas sobras que hay en el mercado del arte de Ditko -un montón habían sido robados, destrozados, perdidos o atesorados por el mismo Ditko- e ir con imágenes de calidad inferior sólo para poder decir, ¡"Guau, mira el lápiz azul en este original!" Y eso sin tener en cuenta siquiera que Ditko es el Mozart del comic book. Sus páginas son sumamente limpias.
En segundo lugar, funciona como una crítica de su trabajo. Cierto, lo mejor de su trabajo podría estar en los museos solamente por sí mismo, pero me frustraba continuamente leer libros sobre arte del comic book que apenas dedicaban un párrafo a deconstruir su trabajo. No es fácil de articular, pero me parece fascinante cuando alguien lo hace con un artista que tiene algo para deconstruir. En tercer lugar, funciona como una crítica de su carrera: las elecciones que tomó y el impacto que tuvo con su trabajo.
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Tom Spurgeon entrevista a Blake Bell, autor de STRANGER AND STRANGER: THE WORLD OF STEVE DITKO (2008). Que por lo que llevo leído, es EL libro sobre Ditko, al menos de momento. Tanto por los textos como por el diseño y maquetación (editado por Greg Sadowski, Gary Groth y Kim Thompson; diseño de Adam Grano). Mi principal pega es que hay demasiadas viñetas y páginas -publicadas originalmente en comic books a color- reproducidas en blanco y negro desde fotolito o incluso puede que en algunos casos desde escaneos de los Essentials de Marvel. O sea, no desde la página original dibujada por Ditko, con lo cual no se ven las huellas del lápiz, posibles retoques, anotaciones en los márgenes, etc. (Bell se explica al respecto en la entrevista para The Comics Reporter, como acabo de traducir arriba). La sistemática en capítulos que ha elegido también me convence y, esto es lo más mejor, Bell ha conseguido incluir casi siempre declaraciones de Ditko al hilo de la narración, a menudo obtenidas de viejas entrevistas o de testimonios de amigos y conocidos.
Más concretamente, el análisis que hace Bell de la influencia del objetivismo de Ayn Rand en el Spiderman de Ditko es lo mejor que he leído al respecto. Ditko conoció la obra de Rand desde los primeros años sesenta, y fue precisamente porque a Stan Lee le gustaba mucho el estilo literario de sus novelas y le habló de ellas. Bell además se atreve a poner ejemplos, me refiero a momentos concretos y personajes que Ditko habría introducido en THE AMAZING SPIDER-MAN por influencia del objetivismo randiano (mucho más obvios y directos fueron en este sentido trabajos posteriores de Ditko como THE QUESTION o MR. A). El relato del final de la etapa de Ditko en la serie y su marcha de Marvel es también el más convincente y contrastado de todos cuantos he leído, gracias a los abundantes testimonios cruzados de testigos sobre lo que pasó. Mi impresión final es que la principal causa de su marcha no fue tanto el choque creativo continuo con Stan Lee, presente desde el principio en la serie, sino el trato dispensado por el jefe, Martin Goodman.
El conflicto Lee-Ditko en Spiderman puede resumirse así: Lee tiraba hacia lo fantástico y quería que Spiderman apareciese más en cada episodio; Ditko en cambio prefería lo creíble y cotidiano, incluso en el tratamiento de las aventuras de Spiderman, y tendía a centrarse en los problemas de Peter Parker y su relación con la sociedad, principales elementos que distinguieron a Spiderman de otros superhéroes y le convirtieron en un hito revolucionario de la Edad de Plata. La tirantez entre Lee y Ditko con el rumbo que tomaba la serie llegó a un punto en que, esto ya se sabía desde hace años, dejaron de comunicarse el uno con el otro. En realidad a partir de un momento Ditko, amparado en el éxito creciente de la serie, hacía el tebeo prácticamente solo, y Lee únicamente dialogaba las páginas ya dibujadas ("Stan nunca sabía de qué iban las historias hasta que Steve traía los bocetos. Si se dice que los argumentos eran de Ditko, es porque todos eran suyos", afirma Roy Thomas en el libro de Bell). Ditko fue de hecho el único autor de la Marvel de entonces que exigió ser acreditado como argumentista de la serie y no sólo como dibujante -algo que ni siquiera Kirby llegó a pedir-, cosa que consiguió a partir del número 26 de Spiderman: "Script by Stan Lee", "Plotted and drawn by Steve Ditko". Aunque ya en el número anterior, el 25, se atendió su petición al indicar que "el sólido Stevey Ditko ideó el argumento de este tentador relato". Como se sabía antes del libro de Bell, Lee estaba alucinando con los giros poco o nada dramáticos que a su juicio daba Ditko a los argumentos: por ejemplo, al revelar en el número 27 la identidad del Amo del Crimen como un simple desconocido ("Es curioso... ¡En la vida real, cuando un villano es desenmascarado, no siempre es el mayordomo, o alguien del que sospechabas! ¡A veces es un tipo que ni siquiera conocías!", decía Spiderman en una viñeta de ese episodio). A pesar de todo, según afirman tanto Roy Thomas como John Romita, Lee no quería que Ditko se marchase de la serie, y no quería -según Thomas- porque las ventas iban muy bien. Quizás por eso Lee intentaba lidiar los conflictos con su habitual diplomacia judía, haciéndose el tonto todo lo que podía e incluso, a partir de un momento, evitando los encuentros en persona: Roy Thomas se pregunta cómo se las apañaba Stan Lee para no estar nunca en las oficinas de Marvel justo cuando Ditko iba por allí.
Pero el factor determinante de la marcha de Ditko, a juzgar por la reconstrucción de Bell, fue el jefazo de Marvel en persona. Martin Goodman había empezado a meter baza en el título porque no le gustaba lo que estaba haciendo Ditko, y estaba cada vez más preocupado conforme el título aumentaba sus ventas. Goodman echaba chispas con algunas de las rarezas que Ditko le hacía hacer a Peter Parker; creía que le estaba convirtiendo en un personaje demasiado antipático y severo. Las cartas de protesta que llegaban de los lectores sobre el tono que había tomado la serie no ayudaron mucho (por ejemplo, criticaban que hubiera episodios con más páginas dedicadas a Parker que a Spiderman), y Lee presintió que el final del conflicto estaba cerca.
El trato que Goodman dispensó a Ditko, no muy distinto al que aplicaba a todos los autores de la casa, fue al parecer lo que hizo abandonar finalmente al dibujante. Goodman les había prometido royalties sobre las ventas a Ditko y Kirby cuando las cosas fueran mejor, pero continuamente posponía el pago alegando que la compañía no estaba haciendo suficiente dinero. Por supuesto, ambos autores no eran tontos y se daban cuenta de que el negocio de la editorial ya iba más que bien, de que Marvel empezaba a producir merchandising (Ditko fue el único autor regular de la casa que en 1964 rechazó participar en la sesión de grabación de un disco de regalo para el club de fans de Marvel), y de que poco después la compañía llegaba a la televisión con la primera serie de animación de 1966. Nada de esto casaba con la filosofía de vida objetivista de Ditko, quien no cedió ni un milímetro en su petición de participar en los beneficios que estaba generando el personaje que había co-creado, y apenas en el terreno de los cambios argumentales que le pedían en la serie. Sobre la actitud de Stan Lee hacia el conflicto con Goodman, Ditko llegó a decir: "Stan eligió no saber, ni oír, por qué lo dejé". Ditko lo dejó efectivamente después de terminar el número 38 de THE AMAZING SPIDER-MAN, con fecha de portada de julio de 1966.
En su última página, Peter Parker veía en casa las noticias de la tele, que informaban de que el último tipo contra el que había luchado Spiderman, justo en ese episodio, había conseguido un contrato de cinco años con el International Broadcasting Network para protagonizar una nueva serie de superhéroes. Peter Parker apagaba la tele frunciendo el ceño mientras decía "¡Esto es el colmo! ¡No sólo se convierte en una estrella, además yo quedo peor que nunca!" En la siguiente viñeta, Peter le decía a Tía May que estaba demasiado cansado para ver el resto, y ésta le deseaba que durmiera bien: "¡Me alegra que hayas apagado la tele! ¡A veces esas noticias pueden provocar pesadillas!". En la última viñeta, un plano general, veíamos a Peter de espaldas mientras subía las escaleras hacia su cuarto y decía lacónicamente: "¡En mi caso, es improbable! ¡...Sólo las tengo cuando estoy despierto!" Poco antes del final, Ditko había escrito una carta a Kirby intentando convencerle para que se marchasen juntos de Marvel, pero Kirby no quiso porque, a diferencia de Ditko, tenía que alimentar una familia. Aunque finalmente le siguiera pocos años después.
Ditko no regresó a Marvel hasta 13 años más tarde. Stan Lee ya se había marchado a Hollywood y Martin Goodman tampoco estaba. Había vendido la compañía a finales de los sesenta.
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Epílogo. El relato de Mark Evanier en su libro KIRBY, KING OF COMICS (2008) sobre la marcha de Kirby de Marvel a principios de 1970 coincide en lo sustancial con el caso Ditko: promesas incumplidas de Goodman, engaños respecto al pago de royalties y explotación general. Digamos que en Marvel les pisotearon hasta que no aguantaron más y dijeron basta.
Kirby había pedido un nuevo contrato con Marvel porque el antiguo con Goodman llevaba tiempo caducado; un contrato con más sueldo, mayor reconocimiento en los créditos y un seguro de enfermedad y para su pensión de jubilación. La cuestión fue dejada en el aire y pospuesta pero finalmente las peticiones de Kirby no fueron atendidas; según el relato del propio Kirby, ni siquiera llegó a hablar con sus nuevos jefes en enero de 1970. Recibió por correo un nuevo contrato que le ofrecía peores condiciones: no sólo no accedieron a sus solicitudes, también podían despedirle cuando quisieran, y si firmaba renunciaba a toda demanda posterior por cualquier conflicto con Marvel, tanto por hechos del pasado como del futuro. Kirby tuvo que hablar del asunto por teléfono -el autor ya se había mudado de Nueva York a California- con "un abogado o ejecutivo" de la empresa que le ninguneó de mala manera. El intermediario de la nueva Marvel le llamó para preguntarle que cuándo iban a recibir el contrato firmado, Kirby le contestó que quería cambios. El intermediario le dijo que no habría cambios, que lo tomara o lo dejara. Kirby protestó, le dijo que él era demasiado importante para la compañía como para ser tratado de esa forma. El intermediario le dijo que "estaba chiflado, que Stan Lee había creado todo en Marvel y que podrían conseguir a cualquier idiota para dibujar las brillantes ideas de Stan". Así al menos recordaba la conversación Kirby, según cuenta Mark Evanier. Kirby le colgó el teléfono, llamó a Carmine Infantino, aceptó la oferta que éste le había hecho poco antes y se marchó a trabajar a DC.
7 comentarios:
Un gran post dedicado a un gran autor. Enhorabuena, Pepo. Yo descubrí a Ditko muy tarde en mi "vida comiquera", pero cada cosa suya que veo (Creeper, por ejemplo) hace que me guste más... y su Dr. Strange es también una maravilla!
Es increíble que les preocupara el estilo de Ditko mientras aumentaban cada vez más las ventas.
Desde luego no sería por inteligencia por lo que amasaron tal negocio. Mucho talento tenían los artistas para compensar tales despropósitos.
Por cierto, cada vez que leo la forma de trabajar de Stan Lee con los dibujantes me parece más demencial, los dibujos y los diálogos creados cada uno por un lado, es algo esperpéntico...
Un excelente post, Pepo. Esas injusticias del pasado no hay que olvidarlas, aún hoy se repiten en otros ámbitos.
Pues yo creo que a pesar de parecer ridículo desde fuera, el método Marvel funcionó, básicamente porque Lee era un dialoguista muy ingenioso, y que además se adaptaba mucho al material que le traían los dibujantes. No es el primer caso tampoco de director creativo que consiguió una línea editorial tremendamente exitosa a partir de un plantel de artistas muy diferentes, y aunque estos hicieran los tebeos casi solos, el director creativo conseguía mantener una visión global de todos esos tebeos hasta crear escuela. En España el caso más evidente de esto, salvando las distancias, creo que fue el de Rafael González en Bruguera.
Otra cosa bien distinta es la injusticia del tema personal (quiero decir monetario y empresarial). Stan Lee fue el único en hacerse millonario y llegar a jefe de la editorial (al menos durante un tiempo) mientras Kirby y Ditko, los dos principales dibujantes de la Marvel de la Silver Age, o al menos los dos más creativos e influyentes, no salieron de su modesta situación económica.
Es evidente que hacía falta talento para que un método de trabajo como ese tuviera éxito, el problema es cuando se aplican métodos de trabajo similares con gente de menos capacidad, la cosa se resiente.
Es que parece que cuando les funciona algo, se agarran a ello como si el método lo fuera todo, sin valorar las personas que lo hacen posible.
Por eso me gusta tan poco la forma de trabajar que tienen en estas editoriales donde cada uno hace una parte, guión, dibujo, entintado... es un baile de personal que hace que las series nunca posean un espíritu concreto.
Mucho más personal y lógico parece el método japonés, donde hay un creador principal (dibujo, guión, story) y un grupo de ayudantes que le ayudan a dar el acabado, todo supervisado por una misma persona, que es la que da el "espíritu"
Las dos son formas de trabajar en sistema de producción con fechas de entrega demenciales, sin embargo la primera no hace mas que sumar lastres.
"Mucho más personal y lógico parece el método japonés, donde hay un creador principal (dibujo, guión, story) y un grupo de ayudantes que le ayudan a dar el acabado, todo supervisado por una misma persona, que es la que da el "espíritu""
¿Método japonés? Así es como se hacían las tiras de prensa en EEUU, y el Spirit de Eisner...
Bueno, es una forma rápida de comparar el método Dc/Marvel contra esa otra forma de trabajar.
Lo he llamado método japones porque es el sitio donde veo que se usa de forma más multitudinaria, pero vamos, llámalo como quieras, evidentemente no es un estilo inventado ni usado solamente en japón. (que hay que explicarlo todo)
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