domingo, enero 04, 2009

YA NO NARRA COMO ANTES.

Después del viaje en el tiempo que hemos hecho en el post anterior hacia el DAREDEVIL de Miller de 1980, vamos ahora a su obra más reciente. Hay quien afirma que el Miller de SIN CITY o DK2 ya no es el narrador magistral que fue, que ahora se limita a darnos "gato por liebre", que todo lo hace con desgana, etc. Frente a eso, creo que este "otro" Miller demuestra una sofisticación formal mucho mayor que el Miller de los ochenta. Sus obras a partir de SIN CITY, podrán gustar o no, podrán interesar o no, podrán incluso entenderse o no, pero formalmente son más interesantes, creativas y personales. Primero, porque en ellas Miller ya no está siguiendo a pies juntillas el camino de otros autores: la página de DAREDEVIL de 1980 del post anterior, con ser deslumbrante, no deja de resultar la aplicación por un alumno aventajado de técnicas "clásicas" que ya habían desarrollado previamente otros autores, particularmente Will Eisner, Harvey Kurtzman, Bernie Krigstein y Gil Kane. Segundo, porque al crear su propio camino como "narrador", Miller ha aportado hallazgos formales que pueden ser (y de hecho están siendo) usados posteriormente por otros autores.

No hay más que recordar cómo en 300 (1998) Miller llevaba varios pasos adelante el uso de la doble página que hizo Steranko en ATMÓSFERA CERO (1980), con una gran viñeta central a doble página junto a pequeñas viñetas que giraban en torno a ese imagen central, un planteamiento que nadie más había desarrollado desde Steranko. He dicho desarrollar, porque si bien la base de partida es la de Steranko, en 300 Miller aporta hallazgos distintos, particularmente en la relación entre las viñetas, más dinámica y menos ilustrativa.



Tampoco se puede desdeñar el impacto formal que ha tenido SIN CITY en todos estos años, independientemente de que la serie guste o no a cada uno como obra. Particularmente en su apartado gráfico: basta caer en la cuenta de todos los dibujantes que han recurrido a ella como fuente de inspiración, de Eduardo Risso, Paul Grist y Darwyn Cooke a Jim Lee, Tim Sale o Víctor Santos. En cuanto a su "narrativa", SIN CITY podrá no ser muy vistosa en el diseño de página, justamente porque Miller recurre a menudo a la viñeta-página o a páginas con escasas viñetas que dan poco juego al diseño. Pero hay que fijarse un poco para ver qué estaba haciendo ahí y cómo jugaba con el tempo no tanto usando la página como unidad narrativa sino con el conjunto de páginas. Es decir, acelerando o retrasando el ritmo de lectura al pasar las páginas usando más o menos viñetas (a veces incluso una sola viñeta-página, como digo, o varias viñetas-página, una detrás de otra). Con este planteamiento, Miller da en SIN CITY con un ritmo peculiar de lectura que andaba buscando, uno que no fuese tan lento como el del comic book tradicional ni tan rápido como el típico del manga. Esta concepción global de lectura en cuanto libro, por cierto, la ponía en práctica años antes de la explosión actual de la novela gráfica en el mercado americano (recordemos que la mayoría de episodios de SIN CITY se publicaron originalmente en tebeos de grapa, seriados, antes de recopilarse en formato de libro unitario). Aún así, de vez en cuando Miller se descolgaba en SIN CITY con despliegues de diseño tan llamativos y efectivos como el de esta doble página, sacada de HELL AND BACK (2000):


El impacto que ha tenido por su parte BATMAN: THE DARK KNIGHT STRIKES AGAIN (DK2, 2002) no ha sido menor, con su dibujo de acabado despojado hasta unos extremos insólitos en el cómic de superhéroes, sus diseños de página y su narrativa fragmentaria y de múltiples puntos de vista, sin olvidar por supuesto los audaces colores digitales de Lynn Varley. Conozco a bastantes guionistas y dibujantes profesionales (y algunos trabajan o han trabajado para el mercado americano) que admiran esta obra y que reconocen su influencia, tanto por el diseño como por la concepción narrativa global, el dibujo y el color.

Pero como hablar sin concretar es gratis, vamos con los ejemplos. Tomemos de muestra la primera página de BATMAN DK2 y examinemos su diseño, a ver si ha salido a la primera y si es algo que, como a veces se dice, se hizo con desgana para darnos "gato por liebre". La página de aquí al lado ya la comenté aquí hace tres años, pero voy a hacerlo de nuevo aprovechando en parte aquel texto y ampliándolo. Para empezar, esa masa en sombra que hay debajo de todo, sobre la cual bailan los textos de apoyo de pensamiento de la parte superior, es un personaje, lo sabemos por las dos manchas blancas que evocan inequívocamente unos ojos. Aún no estamos seguro de quién es, pero lo averiguaremos enseguida, conforme leamos. Es el protagonista del tebeo, claro, Batman. El hecho de que esa sombra esté por debajo de las pequeñas viñetas expresa varias cosas: que el personaje está atento a lo que sucede en esas viñetas, aunque no está presente en el mismo escenario donde transcurren. Con esa sola decisión de diseño, Miller consigue transmitir la idea de que ambas acciones transcurren simultáneamente, y lo hace de un modo exclusivamente visual, sin explicarlo con palabras. No sólo eso: Batman permanece literalmente oculto en las sombras, y además es enorme, omnipresente, domina toda la página. Todo eso también es información visual no explícita en el texto.

Ahora fijémonos en las viñetas pequeñas que aparecen desperdigadas por encima de la Gran Sombra: Miller ha roto por completo la estructura de retícula lineal, clásica del cómic, retícula lineal que era por cierto la que usaba en 1980 en la página de DAREDEVIL del post anterior. Este en cambio es un diseño irregular y asimétrico. Sin embargo, debe haber cierto orden lógico para leer esas viñetas, de lo contrario, no tendrían sentido como historia. Conforme leemos, siguiendo el orden que sugiere aproximadamente la colocación de las viñetas en el diseño global y sobre todo la disposición de los bocadillos, es posible ir procesando poco a poco la información sobre lo que está sucediendo. Este diseño asimétrico y no lineal persigue además una finalidad narrativa: crear desde el principio en el lector la sensación de desorden y confusión, de caos informativo. Todas esas viñetas son en realidad, como pronto descubrimos al leer el texto, "pantallas" televisivas (o de internet), y el efecto caótico del diseño evoca también el de un zapping televisivo (o el de las diversas ventanas abiertas de un navegador de internet), con su mezcla aleatoria de imágenes y palabras. Si se cuentan, resulta que estamos "viendo" cinco canales distintos de TV (o cinco "ventanas") en la misma página.

Ahora vamos a fijarnos cómo uno de los personajes, el que lleva la pajarita, Jimmy Olsen, parece enfrentado a sí mismo en dos viñetas distintas. En realidad, está así dispuesto en la página para que parezca que mira al personaje de la viñeta central, que es el Presidente (virtual) de Estados Unidos en el mundo de DK2. Porque Olsen está viendo al Presidente en un monitor y está comentando como tertuliano televisivo el discurso presidencial. Discurso que, no por casualidad, ocupa la viñeta del centro, la más grande del conjunto. Si uno se fija ahora en un detalle de dibujo, concretamente en las sombras que ha puesto Miller en los laterales de la cara de Olsen, en la primera viñeta las sombras aparecen en el lado izquierdo de su rostro, pero en la segunda viñeta de Olsen las sombras están en el lado contrario, el derecho. La iluminación en cómic no tiene por qué ser realista sino expresiva, y aquí hay un buen ejemplo. Al iluminar a Olsen de este modo, Miller consigue el efecto de sugerir que la pantalla hacia la que mira Olsen (el monitor donde está viendo el discurso presidencial) es la que le ilumina la cara y provoca esas sombras sobre los laterales de su rostro. Además, las sombras así dispuestas también ayudan a componer el conjunto de las viñetas, porque esas masas de negro "cierran" el conjunto por ambos lados.

Cuento ahora las acciones que hay en esta página: 1) la Gran Sombra atenta y oculta, pensando y vigilando, 2) discurso presidencial en un canal de TV, 3) Jimmy Olsen en otro canal de TV comentando, 4) el hombre mayor del bigote que hay justo debajo de él, a la izquierda, se dirige a Olsen porque está en el mismo debate televisivo, 5) la chica que habla sobre el índice Dow Jones en otro canal (arriba a la derecha de la página) 6), la chica de abajo, izquierda, en otro canal, hablando del incremento de las violaciones... y 7), el canal donde unos labios de mujer hablan, un spot televisivo.

La novedad no es que todas esas acciones estén en la misma página, evidentemente. Cualquier página de historieta muestra a lo largo de ella diferentes acciones de los personajes. La novedad es que todas esas acciones están dispuestas de un modo no lineal, y eso, a diferencia de la secuencia clásica de historieta, provoca la sensación de que todo, o casi todo, sucede "a la vez", de que todas esas acciones transcurren simultáneamente. Si nos olvidamos ahora de los elementos concretos y observamos con los ojos entornados el diseño global de la página, veremos que las viñetas/pantalla marcan un compás circular, como si "bailasen" en espiral sobre el centro. Un centro ocupado no por casualidad por el Presidente de EEUU, el objetivo de las diatribas de Olsen y también, como pronto descubriremos, de Batman (o mejor dicho, el que está detrás del presidente manejando los hilos).

Pasemos ahora la página.


En la página siguiente de DK2, página 2, aquí arriba, el diseño ha cambiado pero el efecto narrativo es parecido. Ahora la Gran Sombra aparece de perfil y nos permite ver su nariz y boca. En las viñetas de arriba ("pantallas de televisión") prosigue el discurso del Presidente mientras a su alrededor Jimmy Olsen y su interlocutor siguen comentándolo en otro canal, y en un tercer canal continúa el spot sensual de los labios femeninos. Olsen, sobre el discurso presidencial, dice: "¡Por supuesto que estamos en paz! ¡Hemos matado a todos los que no estaban de acuerdo con nosotros! (...) ¡Nuestros hijos viven en un madito Estado policial!" En la penúltima viñeta de abajo, Olsen de nuevo: "¡Somos esclavos bien pagados! ¿Quién va a detener todo esto?" La última viñeta-pantalla, justo al lado de la de Olsen, vuelve a ser el spot con reclamo sexual que insiste en "distraer" nuestra atención de lo importante (y en la página siguiente descubriremos que se trata de un anuncio de una... agencia de bolsa). Si examinamos ahora el diseño global de página, veremos que toda la disposición de las viñetas-pantalla es una flecha que apunta hacia abajo guiando nuestro ojo hacia la boca del perfil de la Gran Sombra, Batman, que además de ser "quien va a detener todo esto" piensa en los textos de apoyo (los dos últimos elementos que aparecen en la página en el sentido occidental de lectura, abajo a la derecha) lo siguiente: "Se me acaba la paciencia. Ha llegado la hora".

Vamos ahora unas páginas más adelante.


En esta escena de aquí arriba se produce un fallo en la emisión del Presidente que lo descubre como un simulacro virtual, mostrando una imagen pixelada del mismo (sobre el uso continuo del pixelado en el color de Lynn Varley a lo largo de todo el tebeo, y no sólo en este momento concreto, volveremos más abajo, como elemento imprescindible para crear la hiperrealidad o gran simulacro que es DK2). La locutora se pregunta "¿Qué ha sido eso? ¿Qué ha sucedido?" Olsen le responde en otra viñeta/pantalla: "¡El presidente de los Estados Unidos es una imagen generada por ordenador"! La locutora, en la viñeta de la lado, penúltima de la página, responde: "Duras acusaciones. Si Olsen está en lo cierto... ¿Quién maneja el joystick?" Basta seguir el diseño de página que guía nuestro ojo para descubrirlo: justo a continuación de esa viñeta, vemos por primera vez en el tebeo al archiempresario Lex Luthor, que le acaba de atizar al responsable del fallo digital en la emisión presidencial. La viñeta que ocupa Luthor constituye, de nuevo, el fondo de toda la página. La domina y a la vez crea nuevamente la sensación de simultaneidad temporal respecto a la acción televisiva.

En fin, páginas como esta, y mejores que esta, las hay a patadas en todo DK2. De hecho, no hay dos páginas con el mismo diseño. A la vista de eso, me resulta imposible entender a quienes le reprocharon a DK2 una supuesta pobreza formal. Precisamente su forma resulta tan pensada y rica que es puro contenido. La única explicación que encuentro es que muchos lectores tienden a juzgar el dibujo de un tebeo únicamente por el acabado, por el dibujo que se ve. Que si esta figura, esta cara, este fondo, este entintado. En lugar de prestar atención a todos los demás elementos visuales: diseño de página, composición de cada viñeta, color. Por supuesto, lo visible en primera instancia de cualquier tebeo es el acabado del dibujo. Para el resto hay que fijarse un poco más.

Algunas páginas más de DK2, todas son del primer volumen (la obra apareció originalmente en tres tomos formato Prestigio):


En esta doble página de arriba (par-impar en el tomo, aparecen por tanto ante el lector a izquierda y derecha respectivamente), Miller incorpora simultáneamente siete puntos de vista: el del falso Linterna Verde de la primera viñeta, el de Olsen, el de la interlocutora televisiva de Olsen, el de la locutora con gorra de policía, el del Comisario Gordon, el de Atom, el de Flash, y es capaz de integrar en sólo dos páginas las siguientes acciones y escenas: la del falso Linterna Verde, un flashback sobre lo que sucedió en el pasado con el auténtico Linterna Verde, los diversos comentarios televisivos, más dos escenas distintas simultáneas: Atom disminuyendo de tamaño y refunfuñando sobre Flash, este último corriendo en otra viñeta y llevando a Carrie. A destacar especialmente el paso de página: cómo el diseño guía el ojo desde la última viñeta-pantalla de Olsen (en la página izquierda) a la siguiente viñeta de la página derecha, también de Olsen, que está en la parte de abajo de la página, y desde ahí el diseño alargado y vertical de la viñeta blanca "de fondo" te lleva hacia un majestuoso Green Lantern que vuela hacia arriba, "marchándose" de la página (de la Tierra). Y desde ahí el ojo se va inmediatamente a la siguiente viñeta, la de arriba del todo en la franja derecha de viñetas, y a su vez en esa viñeta el movimiento de Atom te lleva la mirada hacia las siguientes viñetas de abajo de esa misma franja.


En esta otra página, el diseño muestra "simultáneamente" al observador y lo que este observa. El gran rostro que domina por debajo toda la página, el observador, es Superman, que está siendo chantajeado por Brainiac para que obedezca sus órdenes. Ante los ojos del Hombre de Acero, Brainiac ejecuta a una familia de la ciudad embotellada de Kandor (al fin y al cabo, fue originalmente Brainiac quien redujo y embotelló la ciudad en los tebeos de Superman de la Edad de Plata: "Después de todo, mi botella guarda a tu familia. Tu única familia", dice Brainiac en esta página). En la retícula de viñetas, la que enmarca el ojo izquierdo de Superman ocupa aproximadamente el centro de toda la composición, o al menos guía nuestro propio ojo hacia ella. Otra viñeta más pequeña, justo debajo, señala la lágrima que cae de su ojo. Estas dos viñetas no son caprichos de diseño sino claves para integrar emotivamente la imagen del rostro de Superman, que está fuera de Kandor, con el crimen que va a suceder dentro de Kandor. De hecho, la integración entre la cabeza de Superman y la secuencia de Kandor es tan física que casi parece que todo transcurrriera en la mente de Superman. La primera viñeta de la página, en esa retícula, muestra por su parte a Kara (no por casualidad con el atuendo de una Virgen) llamando a su primo Kal-El, o sea, a Superman, gritándole una frase tan bíblica como esta: "¿Dónde estás? ¿Por qué nos has abandonado?" El resto de viñetas muestran cómo Brainiac lleva a cabo su amenaza dentro de Kandor: los artefactos volantes asesinos de Brainiac seleccionan a una familia y la ejecutan ("Toda una familia. Otra estirpe kriptoniana... perdida para siempre", dice Brainiac en los bocadillos "en off", sin rabito). En fin, otro ejemplo de que Miller "no se lo ha currado" y de que "ya no narra como antes". Por supuesto que ya no narra como antes. Ahora narra mejor, de una forma mucho más sofisticada y personal.

Terminemos con algo que decía Robert A. Emmons, Jr. en su artículo sobre DK2, titulado DID THE DARK KNIGHT STRIKE AGAIN? FRANK MILLER'S NEW REALITY, que ha estado hasta hace poco en la web Sequart.com (ver enlace a la caché del Google). Traduzco la parte que más me interesa del artículo, sobre el tratamiento por Miller de la relación actual entre el hombre y la tecnología y los nuevos medios de comunicación, y sobre cómo ese tema se trata en DK2 tanto en el texto como de forma visual, gracias a las opciones estéticas tomadas en el dibujo, el diseño y el color:

"The Dark Knight Strikes Again continúa siendo el microscopio social que Miller creó en "The Dark Knight Returns". Y si bien "Strikes Again" no puede tener el gran impacto inmediato que tuvo "Returns", aún sigue explorando temas importantes que resultan familiares en la escritura de cómics, y aborda debidamente cuestiones a las que se enfrenta actualmente Estados Unidos y el mundo. "Strikes Again" no sólo tiene éxito en los temas, también logra el éxito artístico en su intento de incorporar sensibilidades estéticas y psicológicas en su narrativa.

(...) A pesar de la menor atención del público, "Strikes Again" es muy relevante para el estudio académico. "The Dark Knight Strikes Again" es tan mordaz en su crítica social como su predecesora. Continúa explorando nuestra relación con los medios de comunicación y el ansia del hombre por la tecnología y la velocidad informativa. Es un modelo Marshall McLuhan que presenta y predice.

Ambas, "Returns" y "Strikes Again", son pesadillas mediáticas. Ambas han creado, o al menos perpetuado, el mundo de McLuhan. En "Returns", la declaración visual de Miller sobre los medios de comunicación, o más específicamente, sobre la televisión, sin duda señala la gravedad que McLuhan ha dado a esos objetos y sistemas de expresión. Cuando McLuhan escribió que "Todos los medios de comunicación nos sobrepasan completamente. Son tan dominantes en sus consecuencias personales, políticas, económicas, estéticas, psicológicas, morales, éticas y sociales, que no dejan ninguna parte de nosotros sin tocar, sin afectar, sin modificar. El medio es el masaje" (o la mass-age, la era de masas si usted lo prefiere), Miller estaba escuchando.


(...) "En "Strikes Again", Miller ha avanzado en la tecnología. La invasión de electrones se extiende desde el líder nacional a todos los habitantes de América. Se trata de un estudio de la ecología de los nuevos medios de comunicación. La noticia la ofrece ahora "Tu cariño digital on line" (DK2 #1, página 21). América está dirigida por un presidente generado por ordenador, cuyos píxeles se mezclan de vez en cuando, revelando al público el régimen títere del archivillano Lex Luthor, en el que a veces es necesario "Reformatear al Presidente. Y, ya puestos, elevadle los niveles de compasión" (DK2 # 1, pág. 31 ). Se trata de una existencia alarmante como la nuestra, donde los pensamientos "deben ESCRIBIRSE [en una máquina de escribir porque] no se puede CONFIAR en los ORDENADORES" (DK2 #1, pág. 31) y "se crean bases de datos sobre casi todos los seres humanos... para ser usadas para el chantaje, el terror, el soborno o el asesinato "(DK2 #2, pág, 17).

(...) "The Dark Knight Strikes Again" se conecta con precisión digital a los poderes motivadores del progreso. Miller no sólo es capaz de alcanzar este objetivo en su escritura, también la calidad artística de la novela gráfica apoya este tema principal. (...) En "Strikes Again", Miller se encarga de los lápices y tintas. También opta por usar menos imágenes, optando en su lugar por los grandes lienzos, que expresan un avance más allá de la televisión hacia un nuevo entorno, no vinculado por cables sino al contrario, libre para aceptar y enviar información desde cualquier lugar accesible por el hombre. La televisión es aún evidente como dispositivo narrativo, pero ya no es necesaria para impulsar la historia linealmente, igual que la comunicación ya no necesita ser lineal. Internet demuestra que la información y la comunicación pueden operar ahora a través de nuevos interfaces interactivos, no lineales, teniendo a los individuos de principio a fin, en cualquier lugar, a unos pocos clics. El correo electrónico permite a los usuarios enviar la misma línea de información a cientos de personas con un solo clic.


La paleta de Lynn Varley y sus opciones estéticas también expresan la necesidad actual de medios digitales. El color en "Strikes Again" es la presencia innegable del ordenador. Varley abandona su sutil paleta anterior [la de "Dark Knight Returns">] y utiliza colores vibrantes y ricos que serían imposible de reproducir sin la ayuda de una herramienta digital. Programas informáticos como Adobe Photoshop y Adobe Illustrator le permiten a Varley crear gradientes, patrones y prismas, e incorporar sin problemas la fotografía en las páginas. Lo que podría haber aparecido originalmente como un ejercicio erróneo y exagerado del color se ve tras una segunda mirada como un logro mucho más importante: una hiperrealidad fomentada por la era digital. Se trata de un elemento de reflexión que no sólo obliga al lector a darse cuenta de que está participando en una nueva experiencia en los cómics, sino que también sugiere el impacto que el ordenador ha tenido en la vida entera de los lectores alrededor de esta experiencia artística, imposible sin su ayuda.


Tanto estética como narrativamente, "Strikes Again" comunica y evalúa la condición de la interfaz hombre-ordenador. Los personajes están o bien negociando o bien convirtiéndose literalmente en parte de alguna función digital. Como lectores, nosotros también formamos parte de la relación porque la revelación y la experiencia del proceso presenta de forma dramática sus implicaciones".




(...) La interfaz hombre-ordenador se convierte en una relación forzosa. Está omnipresente en nuestro quehacer. Se refleja en las viejas y las nuevas comodidades modernas, desde el teléfono móvil y la lista de la compra en un Palm Pilot, a los cómics. Miller y Varley lo reconocen y comunican de forma tan obvia como astuta.

"The Dark Knight Strikes Again" es un éxito porque es una excelente pieza de escritura de cómic que comprende perfectamente todos los elementos necesarios para hacer un buen libro. Es artística y narrativamente relevante. Miller, al hablar de su trabajo, explica: "Esas fantasías no existen en su propia y pequeña dimensión, todo es una metáfora de algo que es real... Así es como funciona la cultura popular... Nosotros procesamos las cosas y las convertimos en un producto que es a la vez más aceptable pero también profundamente resonante". El trabajo de Miller es objeto constante de estudio crítico, porque es real. Los cómics nos hablan sobre nosotros mismos y sobre lo que creamos."The Dark Knight Strikes Again" es un digno descendiente de "The Dark Knight Returns" porque continúa negándose a permanecer estático visual y filosóficamente. Es tan frenético como los electrones y continúa fluyendo hacia adelante, igual que nosotros estamos tan obsesionados con avanzar. Nos desafía y entretiene porque es real."


87 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, Pepo

No suelo comentar, pero soy lector asiduo de Con C de Arte. En esta ocasión, me sacudo mi vaguedad para felicitarte por este post. Tremendo. Una auténtica pasada cómo disecciones el trabajo de Miller.

Pese a su "dispersión" actual, que no termina de convencerme, siempre le admiraré por el talento, la clase y la audacia demostrada en buena parte de su bibliografía (aunque reconozco tener una especial predilección por su etapa al frente de Daredevil, por Batman: Año Uno, DKR y sí, DK2).

Feliz año y gracias por el trabajo que realizas en este blog.

Anónimo dijo...

Chapeau, Pepo! La verdad que el primer tomo de DK2 realmente es la leche, pero donde empezaba a espesar y preder el rumbo era en el tercero y último (y hablo de memoria, que no lo tengo aquí ahora)

Anónimo dijo...

y sin quitarle méritos a su daredevil, muchos de los recursos que "decubrió" los repitió hasta la extenuación en toda la serie, cosa que diversificó como muy bien has explicado en el post.
Ejemplo, el mismo que tienes colgado el otro día, el uso de varias viñetas verticales seguida de una horizontal ocupando toda la pagina para provocar el efecto de tensión-pausa dramática.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en la bondad de los ejemplos que mencionas, pero no en lo general. Así, creo como tú que 300 profundiza en la composición/narración interna de las dobles páginas y mejora la transición entre éstas con respecto a Atmósfera cero, las páginas que analizas de DK2 funcionan muy bien y que hay más ejemplos de ello... pero también que el segundo tomo de esta obra es un desvergonzado capítulo de transición al que le sobran 3/4 partes de las páginas que son puro y duro relleno, que la presentación de personajes, por debajo del ruido, es lineal y monótona, tanto como el 'lo tenía todo previsto: mira' con que Batman va resolviendo las diferentes situaciones y los sucesivos apocalipsis en curso. Quiero entender que en esto último hay un guiño enorme en clave actual a los tebeos de Batman de los 50, pero eso no implica que salga bien: no resulta fabulosamente verosimil, sino que parecen soluciones precipitadas de guión. En una primera lectura desconcierto (y rechazo), en la segunda, aprecio por los logros que están debajo del ruido (y en parte del ruido mismo), pero en la tercera se me sueltan muchos de los puntos. Sobre su modernidad, de acuerdo (fragmentariedad y ritmo machacón, lineal, sin planteamiento ni desenlace), pero a mi juicio, le falta algo también absolutamente contemporáneo que es 'escaqueado' -por lo que implica en dibujo- y que sí estaba presente en Hard Boiled: el, por así decirlo, barroco informativo, la 'alta definición' e hipersaturación de la realidad material creada.

Creo que lo que confunde en este último Miller es que su, por llamarlo así, flojera (porque yo sí soy de los que creen que ha aflojado: joder, que tiene todo el tiempo del mundo para preparar sus proyectos), su flojera, digo, no está pasando por convertirse en un rutinario artesano o 'volver a los clásicos', la discreta mediocridad, sino por provocar impactos publicitarios inteligentes, pero que están poco trabajados por detrás y ya en demasiadas ocasiones mal rematados por delante.

También es cierto que de él siempre se espera más que la media, y es que a tal señor, tal honor.

Corto ya, que vaya rollo y me dejo la mitad!

Álvaro Pons dijo...

Yo creo que nadie puede discutir la calidad formal de Miller ha sido y es uno de los grandes innovadores e investigadores de la narración gráfica, posiblemente el más grande que ha dado el tebeo americano desde Steranko. Otra cosa es que sus temáticas afectan, lógicamente, al juicio sobre sus obras. Si sólo hacemos un análisis formal, irreprochable como has hecho, Miller es un genio. Indudable e inapelable.
Pero sería muy triste que un genio de estas características pasara a la historia por unas ideas que, cada vez más, parecen haber perdido el rumbo (y no porque sea un conServador republicano a ultranza, es lo de menos). Afortunadamente, no le pasará como a Toth (con quien cada vez veo más conexiones) porque siempre quedará DK, Daredevil, Año Uno... y DK2. Coincido con Pepo en que es una obra destacable (aunque el color de Lynn Varley me sigue horripilando, es una cosa personal) y que ilusionó en tanto me pareció que salía de la espiral autodestructiva y repetitiva de "otra-vez-300" para plantear ideas con inteligencia y polémica no maniquea (y coherentes con su ideología, pero intelegentemente planteadas).
A lo mejor, con un poquito de suerte, el fracaso en el cine le hace volver a los tebeos y plantear cosas nuevas y no chorradas como el AllStar batman.

Bruce dijo...

Gran post y tremendo,tremendo Miller. Yo soy uno de los que les gusta DK2. No tanto Sin City, pero por un tema de gustos personales, no porque no tenga calidad. Mañana desentierro yo un par de cosillas suyas muy, muy viejunas.

Álvaro Pons dijo...

Ups, me dejaba a Dave Sim... otro monstruo de la narrativa... y de las ideas polémicas ¿Tendrá algo que ver?

Pepo Pérez dijo...

"que sí estaba presente en Hard Boiled: el, por así decirlo, barroco informativo, la 'alta definición' e hipersaturación de la realidad material creada."

Esa función en DK2 creo que ya la cumple de sobras el color de Varley, Javi.

Pepo Pérez dijo...

En el segundo tomo de DK2 pasan muchas cosas, Javi. Aparecen nuevos personajes, se presenta la trama del nuevo "Joker" que va matando a viejos héroes, a la hija de Superman, Batman tiene la conversación clave con Flash donde le dice que estaban equivocados porque todas sus carreras como héroes la hicieron al servicio del poder, persiguiendo a atracadores y ladrones de poca monta mientras "los verdaderos monstruos se hacían con el poder sin oposición alguna", Brainiac destruye Metrópolis y el Pentágono ordena bombardear la selva de Costa Rica, se va generando la revuelta popular que culmina al final del episodio...

Anónimo dijo...

Nada que añadir a tu artículo, Pepo. Exhaustivo, irreprochable y muy acertado. A sus pies.

Anónimo dijo...

Pepo, no nos des tan mascaitos los artículos que así no hay debate ninguno, jaja!

Anónimo dijo...

Magnífico post, Pepo. Pero con todas las letras. Gracias.

Anónimo dijo...

Hola. Me lo he pasado muy bien leyendo este post. Da ganas de continuar hablando alrededor de las viñetas. Algunas ideas que me han venido a la cabeza, entre el post y los comentarios hasta ahora. Desde luego que ya no narra como antes.

Steranko, 300. ¿ Y Toppi? Miller es un hijo de los 70. Walt Simonson, en Star Slammers y Thor, o Rude con Nexus, Gulacy de los 70 y 80s. Kane, de Paul Grist, una de las mejores adaptaciones no revolucionarias de la “gramática” milleriana a partir de Sin City.

En cuanto a DK2, algo que se suele pasar por alto es la valla que con Spirit no ha podido saltar. Por muy estilizados, arriesgados y vanguardistas que sean los procesos de producción de página, funcionan sobre todo al estar confinados a un voluntario reducto, diminuto, propio de Miller: un “slapskitschdigitalcore” que aquí va a toda máquina y patina en All Star Batman. DK2, a su manera, es su propio Kandor, y hará bien quien no lo quiera adaptar a cualquier pantalla imitando su apariencia, porque sus mayores virtudes son las que renuevan (refrescan, si así suena mejor) el lenguaje del medio historietístico.

Es de agradecer la ambición, la importancia de ser Frank, a estas alturas. En contra, la eficacia y riqueza de la puesta en escena de otros tiempos, hace que seamos más puntillosos con el resto de su obra, que leamos bien lo que no es tan fácil de hacer ni concebir (y por eso, precisamente, se lee bien) ni tan obvio, y que rechinen los dientes con nulas aportaciones a lo que no es una novedad; ahí comparto opinión con quien habla de reiteración de fórmulas, una vez expuestas, que en contraste con su novedad, aparecen desactivadas por la insistencia. Pero es algo que no ha dejado de ocurrir en toda su carrera, y por extensión, en la de todos los dibujantes que han publicado hasta ahora.

Por desgracia para Miller el cineasta, las aportaciones las recibe el cómic pero no el cine ni la literatura que homenajea. Esto no es malo en sí, indica tan sólo el problema inescapable de las adaptaciones.

En cuanto al dibujo, la desgana, aparente o no, (pero en eso Miller también ha abierto puertas mentales para muchos, que no habían conseguido trabajos de Breccia o Pratt) en el dibujo queda salvada por la investigación de ritmo, queda bastante por encima que, por ejemplo, el Sienkiewicz publicado más recientemente en Matrix Comics, casi una colección de pin ups sin gracia alguna.

Y estoy de acuerdo, Pepo, cuando hablas de “una forma tan pensada y rica que es puro contenido” [para un lector de historieta, añadiría] Porque ese, es, casi, todo el contenido que hay, suculento en cuanto forma. Si tuviéramos que irnos al celuloide, DK2 recuerda por su paginación y diseño a los mejores, sin comillas, momentos de Michael Bay, Tony Scott, etc. Pura emoción en movimiento. ¿Michael Mann en sus buenos momentos? Ojalá hubiera caído esa con Spirit. A ver qué pasa con el impasse judicial de los vigilantes, y si se atreven con Ronin, y de qué manera... un saludo.

Pepo Pérez dijo...

Claro, ese es el principal contenido de DK2. La forma lo expresa todo, veo que estamos de acuerdo, Carlos. Todo el "mensaje" está a la vista, quiero decir de forma visual, y todo a la vez es "real" y a la vez no lo es en absoluto porque DK2 es un simulacro de la realidad (la clave la da Emmons Jr. en su artículo cuando hablaba de la "hiperrealidad" que introduce el color de Varley). El tono de farsa continua está en el texto, en los diálogos de los personajes, pero también y muy especialmente en la forma de dibujarlos, en el diseño, en el color. Un simulacro que sólo puede funcionar en su propio mundo, y en el soporte en que ha sido concebido, el del cómic. De acuerdo también en que estas maneras de contar historias que tiene Miller de un tiempo a esta parte (“slapskitschdigitalcore” como tú las llamas con mucha gracia) tienen serios problemas (todos en realidad) para ser adaptadas a otros medios, particularmente al cine. ¿La "pantalla múltiple" y fragmentada de DK2? Eso no funciona en cine en absoluto. Sobre la forma de construir el argumento, En la peli de Sin City solventaron el problema argumental entrelazando tres historias. En Spirit sólo hay una historia, y no funciona. El ritmo del guión cinematográfico es más rígido, admite a duras penas la no linealidad del argumento y el estilo fragmentario y elíptico que le gusta a Miller. Tienes que ser un director experimentado para hacer que eso funcione, y no un novato como Miller. En cualquier caso, mira, se ha arriesgado como siempre hace. No le ha salido bien esta vez.

Demetrio Babul Rojas dijo...

En un comienzo cuando leí el DK2 no me convencío mucho...

pero al tiempo volví a él y volví y volví ... realmente se ha convertido en uno de los pocos cómics que releo hoy en día..

para mí es lo más cercano al cómic del futuro...

el trabajo punk-futurista ayuda mucho por cierto :)

saludos.

(tremendo blog)

Demetrio Babul Rojas dijo...

(me refería al trabajo punk-futuridsta de Lynn Varley ene el color)

Anónimo dijo...

Discrepo totalmente. Yo sí creo que Miller ha dejado de narrar para llenar las páginas de vacías experimentaciones que intentan: "epater les bourgeois".
Atmosfera 0 de Steranko o Master Race de Krigstein son experimentos que casan la forma y la historia en cambio Sin City (los últimos), 300 y DK2 una vez leidos y te dejan una sensación de nada, de pura pirotecnia formal de souflé sin sustancia. Releidos su Daredevil y DKR son magníficos. Born Again y Batman año 1, dos obras maestras. Ronin y Lobezno dos obras muy interesantes y divertidas y Ese cobarde bastardo una gran historia de serie negra. No es cuestión de clasicismo o conservadurismo es cuestión de que algunos creadores pasan épocas de mas o menos acierto y Miller estaba más centrado en su carrera cinematográfica que en narrar en comic. Espero que vuelva el antiguo o surja uno nuevo con cosas que decir y con talento para decirlas. Sin embargo es mi opinión y la verdad es que envidio un poco a los que se emocionan con DK2 ya que cuando disfrutaba con Miller disfrutaba mucho.

Pepo Pérez dijo...

Que conste que cuando se publica DK2 (2001-2002) Miller no estaba en absoluto enfrascado en el cine. Dicho esto, coincido con lo que decía antes Carlos de que a veces convierte sus hallazgos en fórmulas a base de repetirlos (como en los peores Sin City). La cuestión para mí curiosa es por qué (también lo apuntaba antes Carlos) a Miller siempre se le exige lo máximo y no se le perdona que repita fórmulas. Mientras que a otros autores igual o más célebres que él se les perdona todo, tanto sus repeticiones de esquemas como sus chorradas bien pagadas por la industria.

Anónimo dijo...

No estoy tan en desacuerdo, Tristan. Si me fastidia en parte la lectura de DK2 es porque, en sus riesgos formales, expone más a las claras sus debilidades, eso después de habernos dejado tan buen sabor de boca en el pasado. DK2 es una historieta excesiva que es barroca en su maquinaria narrativa, aplastante en su cutrez argumentística, nada sofisticada -ni lo pretende-, de un artista completo del que a estas alturas ya no sabría decir si es capaz de llegar al lirismo y contención de antaño (quiero creer que existe, y que la diferencia de tono, de entonces a lo de ahora, es entre intencional y una aceleración adrenalínica que no se veía venir en su intensidad: otra cosa es que nos guste, y a mí, no mucho) Pero este Miller 12 cilindros todavía camina, algo que no se puede decir a las claras de mucho Image, Wildstorm o MarvelDeCes Varias de los últimos quince años. DK2 es algo más que un rara avis, pero da la impresión que el manantial se agotó ahí, como la última explosión de un motor viejo de coche. Espero equivocarme, por supuesto

(Sobre la aparente contradicción formalismo-contenido, algo que no debería ser antítético, véase W de Ware)

Me tengo que ir, pero supongo que va a continuar un rato. Otro saludo.

santiarcas dijo...

Respecto al color de Varley en este trabajo que tanto horripila a Álvaro (y a la mayoría de los lectores, por lo visto) tengo que reconocer que mi primera impresión fue similar. Cuando apareció el primer prestigio americano le eché un vistazo y, entre lo descuidado de algunos acabados a tinta y ese color, me quedé un poco espantado y lo dejé estar. Unos meses después decidí que al menos quería leer un poco para poder opinar y conseguí el primer número precisamente en formato digital. Y ahí me quedé a cuadros (o a píxeles de los gordos, como queráis).
Precisamente, al incorporar el elemento tecnológico y verlo en pantalla con esos colores hipersaturados entendí el concepto de golpe y ya ni siquiera me lo leí, compré directamente el recopilatorio americano (con una impresión bastante mejor que la española, por cierto) y en seguida se convirtió en uno de los cómics que más me gustan cromáticamente de todos los que he leído.
Sobre el color de esta obra, he escuchado a menudo comentarios del tipo “Eso lo puede hacer un chimpancé daltónico armado con el Photoshop”. Se da la circunstancia de que, desde hace unos tres años trabajo como colorista (para DC, precisamente) y cada vez me impresiona más lo que ha hecho Varley aquí. Es crear continuamente, tomar decisiones originales a cada momento y encima acertar casi siempre.
Es una pena que su carrera como colorista estuviera limitada a su trabajo con Miller, porque ahora que parece que no seguirán colaborando juntos me temo que nos perderemos a una de las mejores, si no la mejor.

Pablo G. Naranjo dijo...

Qué nivel, Pepo!!!

Sólo comentar, casi a vuelapluma, que releer DK2 es para mi una gozada... El cómic que tocaba destrozar en su momento y una obra incomprendida por aquellos que esperar la reformulación de su Dark Knight. Evolucionar para bien o para mal.

El Miope Muñoz dijo...

Adoro estos posts. Me quito el sombrero. Ya comentaré más a fondo cuando tenga un poco más a mano el DK2!

El Miope Muñoz dijo...

PD: Por cierto, muchos lectores de Con C le adoramos cuadno se pone formalista, una palabra fea. O sea, cuando habla de tebeos. A partir del lenguaje, como siempre debe hacerse.

Pepo Pérez dijo...

Bueno, no adorar tanto : )

A veces uno escribe en estos hilos a vuela pluma y acaba escribiendo chorradas. Por ejemplo, lo que dije antes sobre el guión de la peli de Spirit. Acabo de volver a verla (he ido con mi chica que quería verla) y el guión es bastante "clásico" en su estructura. Por cierto que esta vez me lo he pasado mejor, me ha hecho bastante más gracia.

Carlos, DK2 en su argumento es "puro superhéroes", por eso estoy contigo en que el argumento no es nada sofisticado. La forma en que se cuenta sí lo es.

Santi, yo también creo que Varley es una de las mejores coloristas que ha habido en el cómic. Y yo también me quedé a cuadros cuando me llegó en su día el primer volumen americano de DK2. Sólo cuando empecé a leerlo comprendí el concepto del color, y también del acabado de las tintas (es igual de chirriante que el color, te pone nervioso constantemente). Y sí, pienso como tú. Las decisiones que toma Varley en el color de DK2 son fruto no sólo de un gran talento, sino de todo lo que ha aprendido a lo largo de su carrera como colorista. Son decisiones siempre nuevas, originales y atrevidas, imposibles de tomar (de concebir) si no te has coloreado antes RONIN, DK, ELEKTRA LIVES AGAIN, entre otras cosas. Nada más y nada menos. Todas esas etapas superadas le conducen a su obra maestra, el color de DK2. Es una pasada para releer y estudiar.

Anónimo dijo...

Si es que siempre se arma cuando sale el nombre de Miller, no falla. :)

Quería decir varias cosas sueltas:

Pepo, si el color hubiese incorporado unos 'sampleados' brutales, en cantidad, de logos, marcas, estéticas y demás información propia del entorno artificial en que nos movemos te daría la razón...

Será cosa de percepción, pero yo ese segundo capítulo lo veo mucho más bajo de tono y forma que el primero, poco más que un puente hacía el tercero.

También tengo la sensación de que si siempre se habla de DK2, o Sin City, es porque resultan más abordables para análisis de logros parciales que DK o Born Again o Elektra Asesina. Puede ser que sean temas quemados, no sé, son historias con muchos años ya, y a lo mejor ya se ha dicho todo sobre ellas, pero... mi sensación particular es que con esas nadie se atreve a bailar a la ligera porque, aunque tienen secuencias muy celebradas, su análisis debería ser mucho más orgánico, de conjunto.

Si DK es una galería de espejos -esa metáfora genial de Batman y el Joker en el tercer capítulo- DK2 es un espejo hecho añicos, pero uno sólo. Me rindo a esta obra si hubiesen sido la mitad de espejos rotos como había enteros en el DK.

Recuerdo haber leído a Miller abominar del orgullo del medio por su propia historia, que no era algo como para presentársela a un adulto y pretender ser tomado en serio. Creo que tiene razón. Pero, pensando esto, ¿por qué escribe unos guiones como los de Sin City? ¿Eso sí es como para ser tomado en serio?

Algunos engaños de la perspectiva:

En 1987, o sea, en la época de DK, Elektra Asesina, Año 1, Born Again y Love&War Miller tiene... 30 años. Creo que la mayoría de los que escribimos en los foros somos mayores de esa edad. ¿Alguien ha hecho algo medianamente parecido? :)

El gran periodo de Miller va desde el año 83 al 87 (gestación y publicación). 4 años. En un sentido amplio, su gran época va desde el 79 al 91. 12 años. De eso hace 17. ¿A que parece todo más reciente y como más dilatado en el tiempo? También es la época en que hace más páginas o escribe más para otros. E incluye un guión para el cine, el de Robocop 2, que contiene en gran medida al provocador autoparódico de las dos últimas décadas -el provocador serio está en Elektra Asesina y el más bestia en el segundo número de Ronin-. O sea, realmente, ¿qué novedad hay en el Miller que creemos actual pero que lleva por el mismo camino como digo 17 años? Para mi: el sexy de las chicas y la narración orgánica global(magnífica, por ejemplo, la puesta en escena de Miho, la sensación que produce patinando por la página y dentro y fuera, casi rodeando al lector, en Valores Familiares), pero esta última no puede sostener por si sola un fondo argumental y de trama y de personajes cada vez más vacío.

Respecto a lo que comentaba Álvaro, a mi también me gusta que me 'sacudan' con las ideas. He leído a reaccionarios inteligentes y no puedo menos que reconocerles eso, la inteligencia. Y te fortalecen, porque cuestionan aquello que das por sentado, te obligan a pensarlo. A veces a cambiar planteamientos. Eso está bien. Pero si los argumentos que se dan son astracanadas, lugares comunes o simplificaciones abusivas e irreflexivas, pues como que no. En ese sentido, Miller ha pasado de lograr síntesis reflesivas que escuecen a largar simplezas que dan risa (con lo que en el fondo se pone una zancadilla a si mismo porque malogra sus argumentos).

Bueno, ya corto. Un saludo!

Anónimo dijo...

Hostias, reflesivo! Perdón, perdón, perdón... :(

Anónimo dijo...

Por partes:

Alvaro, de sabios es rectificar, porque en su momento fuiste uno de los que criticaron que DK2 era formalmente flojo. Recuerdo también que su contenido te gustaba, pero que la forma te parecía descuidada.

Sobre la ideología de Miller... La verdad es que yo por sus comics nunca he sabido bien cuál es la ideología de este hombre. A ver, políticamente correcto nunca ha sido, eso está claro... Pero ¿republicanismo? Si en DK2 te está diciendo que el presidente de USA, Bush cuando se publica DK2, o sea un republicano,es un muñeco puesto por un empresario...

Sobre DK2...Con sus altibajos, lo disfruté mucho. Y formalmente es la leche. Javi, creo que el color es tan barroco que no permite un dibujo recargado. O una cosa u otra.

En cambio con la película de Spirit a poco me quedo dormido.

Anónimo dijo...

Siempre se arma, Javi


A mí me da la impresión, y estoy bastante contigo en el razonamiento, que la sencillez hipertrofiada de DK2 conviene a los análisis formales, porque ya está claro que el argumento es minúsculo. Mi problema es valorar unos logros y sólo quedarme con: un estupendo cómic de superhéroes muy bien coloreado, contado de una manera muy novedosa, y me quejo, claro, porque ese hombre me ha demostrado que ha podido hacer mucho, mucho más que eso antes.

La etapa que citas, 83-87 sí creo que es la mejor, y por serlo, se escurre más de las lecturas parciales. Al mismo tiempo, es casi un hecho que los autores evolucionan hasta llegar a "fijar" su manera de contar, y la van refinando a partir de entonces, con mejores o peores resultados. Cada uno tiene sus ejemplos de cabecera, por supuesto.

También me fastidian mucho las declaraciones de Miller sobre sus guiones, el auxilio que busca en el género, el pulp, el infantilismo, pero no como diversión alocada, que pervierte con los chistes malos acostumbrados, sino como una limitación. Lo que eran momentos ocasionales de sal gruesa dominan el resto de su producción a partir, más o menos, de 1991, que se dice pronto. Otra cosa es que siga siendo un mago de las viñetas.

Si queremos, hagamos una prueba, ya sabemos dónde reside la fuerza de DK2: Sólo puede ser un cómic, y esa es su gracia y condena. Y el motivo por el que le seguimos dando vueltas, me parece.

Podemos imaginar Ronin, DK, Elektra, Year One o Born Again como películas, series pastosas o no tanto, videojuegos, etc. Pero si pensamos en trasladar DK2 a otro medio, a otro tono, a otro dibujante, es (¿casi?) imposible.

Anónimo dijo...

No es barroco, es ruido que rellena... Pero vale: estaba pensando ahora que Chaykin -al que ninguno citamos como precursor de las formas de DK2-, sin necesidad ni ganas ni falta que le hizo de dibujar como Darrow, logra en American Flagg esa sensación de ritmo trepidante de impactos visuales simultáneos y barroco informátivo. Un DK2 con el aspecto final de American Flagg... me gusta. :)

ME voy a pillar los Reyes. Un saludo!

Anónimo dijo...

Ah, por eso, Carlos: un tiro en la dirección correcta, planteado para dar con un palmo de narices a todos los que esperábamos una segunda parte continuista (siempre mejor pero en la misma línea) del DK... ¿no merecía un esfuerzo mayor?

Pepo Pérez dijo...

Javi, Carlos: si es David Lynch el que se hace media película (o una entera) a base de clichés de género y logra convertirlos en su magia habitual, todos aplaudimos su gran trabajo. Y no presuponemos que hay poco esfuerzo en ello, ni le reclamamos más enjundia. No sé si me explico.

Sobre la mayor "profundidad" que reclamáis al DK2, yo insisto en la clave que da Emmons Jr.: DK2 crea una hiperrealidad (en el sentido de Baudrillard, evidentemente, porque para eso Emmons menciona antes a McLuhan) fomentada por la era digital. Todo está ahí, en su superficie grosera y digital, en su simulacro continuo, en sus imágenes virtuales, no hace falta más. Y lo hiperreal es también Borges, es todo nuestro mundo (post) moderno.

Por último, si DK2 permite tantas lecturas es por algo. Y ese algo no es el mensaje "de fondo", que no es realmente el motor del tebeo. No hacen falta más mensajes que los que ya están a la vista, en la superficie, en cada página del tebeo, en su caos informativo, en cada uno de sus personajes-constructos, en cada uno de sus píxeles a la vista, en todo su gran simulacro. DK2 es completamente falso y a la vez completamente auténtico. Todo nuestro mundo actual está ahí.

Octavio B. (señor punch) dijo...

Buena lección de anatomía, pepo, qué currada. Y aporto algo quizá subjetivo (seguro) pero que en menda es una razón fundamental para explicar por que´Miller m,e sigue fascinando en DK2, razón que se eleva incluso sobre las evidencias técnicas de su arte.
Al hilo de la lectura del Batman año 100 de Pope (entendido como excepción) ando yo estos días pensando en qué triste es la industria de los pijamas hoy por hoy. Mejores o peores, al final todo se reduce a una salchichería homogénea, nada destila ese "toque" personal que sí tiene Pope. Y más que Pope, mucho más arriba, ese toque que hace un tebeo de capas y calzones algo así como una ventana a un mundo propio, lo tiene el DK2, una puñetera obra maestra. Lees su mundo, comulgas con él o no, pero percibes que lo que ves es la deformación autoral de una idea convertida en tebeo, no un engranaje mejor o peor engrasado. Para menda el arte es eso, el resplandor que supone enfrentarse a la realidad de un Picasso, un Kirby, un Welles, un, Jaime hernandez y un, sí, frank Miller (y luego a veces lo bprda y otras falla, y no sé, puede que algún día -¿Spirit el primer eslabón?- construya su propio declive, pero de verdad que no lo veo (aún no leí el Bat con Lee, conste ni ví Spirit tampoco)

Anónimo dijo...

“DK2 es completamente falso y a la vez completamente auténtico. Todo nuestro mundo actual está ahí.”

Chaykin, claro que sí. Los topicazos o derivas de cada autor son los suyos, sus propios rumbos. A mí me suele gustar Lynch, o Jaime Hernández, igual que habrá otros a quienes aburra. Eso no quita mérito, y se explica. Si de lo que hablas es de las quejas sobre la calidad del dibujo, sobre "dibujar bien", provienen de un conocimiento previo (muy superficial, si quieres) del trabajo del autor; como también ocurrió con Lynch, El hombre elefante y su filmografía post-Merrick.

Acabo de recordar que en el catálogo de Viaje con nosotros, el autor del texto introductorio a Mauro Entrialgo cuenta el caso de una mujer que no deja de reírse con una película que pasan en el autobús. Dos tontos muy tontos. Al acabar, enjugándose las lágrimas de risa, con el poco aire que le queda dice “por favor, pero que peli más mala…” Para mí, esa sensación resplandeciente que describe señor Punch, es lo que me ocurre con parte de DK2. Y no, no le exijo más “profundidad”, en serio, para qué si me lo he pasado en grande. Lo que sí me pasa es pensar que ahora no le importa otro nivel de hondura. No entro en si ha perdido la capacidad o no, ojo.

Recuerdo artículos en el Urich de la época; comentarios sugiriendo encuentros Frank Miller- Oliver Stone “o mejor, que no lo hagan”; textos que decían que, a pesar de lo que había parecido en el pasado, Miller no era más que un Walter Hill, un John Frankeheimer cualquiera de la historieta, un gran artesano. Cada uno tiene sus etapas preferidas, y me da por pensar, que en realidad, la vida ha tomado un camino divergente en cuanto a gustos, y que él está en otra curva, en otra dirección, como una tangencia de las de Prado. Si acaso, queda una plantación de buenas ideas, que otros ya están usando. Una de las cosas que más me gustan de algunas de sus historias son las ganas que da, de hacer otras, de probar y divertirse dibujando.

Y si todo es 100% realmente falso, si mi mundo actual está ahí fuera como otra verdad, Miller se equivocó: no tendría que haber escrito All Star Batman, o realizado Spirit, sino Wanted, de Timur Bekmambetov.

Anónimo dijo...

Claro, si Lynch, o quien sea, toma el material que quiera, y logra convertirlo a magia... entonces funciona. Pero si no, no.

Si 'no hay más cera que la que arde', o sea, si todo está en la superficie, no creo que sea, en cualquier caso, el todo de nuestro mundo actual, sino el todo que Miller ha conceptualizado. Y no me parece que haya llegado a (como decía Canetti de si mismo dándose jabón) 'coger el siglo por el cuello'. Creo que en anteriores entregas ya comenté que esta obra yo la emparentaba con el bakalao y el porno, o sea, la reducción a ritmo de cualquier complejidad, música de émbolos. Sin duda es una parte del momento, pero, para mi, reviste más categoría de documento de un estado de las cosas que de obra de arte.

Que a lo mejor me equivoco, eh...

Anónimo dijo...

Y claro, hay que agradecerle a Miller que no se quede tieso como la mujer de Lot mirando al pasado, como tantos y tantos autores de superhéroes y no tan super. Al césar lo que es del césar...

Anónimo dijo...

Creo que DK2 no deja indiferente a nadie. No es para nada un tebeo mediocre. Te apabulla. Es una locura, te hace preguntarte constantemente dónde estás.

El error es esperarse una continuación dibujada y pensada dos días después de acabar el DK. Ha pasado más tiempo. Miller recibiría más críticas, creo, de haber seguido aquel estilo. Y también hubiera sido algo falso e impostado.

Pero me da la impresión que andamos como locos por linchar a Frank Miller. Leo por muchos sitios que Spirit, la película, es "bazofia", una "mierda", etc. No sé, cada uno es libre de opinar, pero creo que esa gente ve muy pocas películas.

Anónimo dijo...

Por cierto, me da igual si es republicano o demócrata. No jodamos. Hay que aclarar que es un tipo que ha estado siempre contra la censura y ha luchado por los derechos de los autores. A veces la gente más pringada en esos temas es la menos esperada desde la galería.

Pepo Pérez dijo...

Si es un verdadero documento de su época, puede ser también universal. Pero bueno, dejando aparte ese debate ya un poco estéril, quiero decir si a mí me gusta más que a ti, menos o algo menos, etc., que al fin y al cabo es cuestión de gustos personales, planteo otra pregunta, por seguir la charla. Ya que ha salido antes la cuestión del argumento de DK2, ¿qué entendéis vosotros por un argumento sofisticado? Valen ejemplos de otros medios, pero mejor si son de cómic. Insisto, creo que el tema en sí es interesante y puede dar juego, no es por "defender" a DK2 de nuevo.

Álvaro Pons dijo...

Creo recordar que Miller ha declarado alguna vez que era republicano. Y probablemente sea un conservador republicano, como la gran mayoría de los americanos (recordemos que los casos de victoria demócrata son raros en los USA, generalmente tras crisis económicas y que tampoco es que el partido demócrata sea especialmente de izquierdas...).
de todas formas, es muy jodido Simplificar la ideología americana en términos de izquierda o derecha. Anónimo comenta que ha estado en contra de la censura y ha luchado por los derechos... lo que no implica nada con que sea de derecha o izquierdas. Recordemos el caso de Heston, capaz de liderar la Asociación nacional del rifle después de ser uno de los principales defensores de los guionistas más comprometidos de Hollywood.
Creo que javi da en el clavo: su mensaje se ha sintetizado tanto que al final ha quedado en un discurso maniqueo, hasta el punto de que de sus últimas obras sólo es interesante el aspecto formal. Lo que puede ser muy atractivo para los aficionados al tebeo a la hora de hacer sesudos análisis, pero deja la obra coja. Al final, lo importante es lo que llega al lector, y la narrativa, lo formal, debe ser un arte invisible, que sólo analicemos a posteriori. Si no, estaremos con lo de salir de la película diciendo "preciosa fotografía"... Lo que queda es la obra en su conjunto, el mensaje que transmite.

Anónimo dijo...

"1.Se aplica a la persona que se comporta de forma distinguida y elegante, pero poco natural.
2.Que no es natural ni sencillo,
3.Se aplica al aparato que es muy complicado y tiene un uso muy completo."

De todos modos yo creo que DK2 es muy muy muy parecido a DK en cuanto a narración. El diseño de página a mí me parece más logrado en el DK2 y más arriesgado. DK son cuatro historias hilvanadas y DK2 es una historia, algo confusa quizás. Pero yo no veo tanta diferencia, Álvaro, y he leído hace nada el DK y DK2. Veo tanto maniqueismo en uno y en otro.

El asunto de Miller y la censura lo menciono porque se abunda sobre la tendencia política del artista en detrimento de los argumentos de sus obras y pienso que la cosa importa menos de lo que parece.

Yo creo que se entiende por argumento sofisticado, y voy a ser obvio, el de WATCHMEN. Por otro lado tantas capas de cebolla a veces a veces no esconden nada, el viaje es más interesante que el destino.

Álvaro Pons dijo...

Hombre, precisamente Watchmen me parece una obra donde lo formal supera con creces al argumento (que siempre me ha parecido muy pobre, demasiado hippy) y que podría ponerse en la lista (amplia, por supuesto) de excepciones a mi anterior comentario. Lo importante en Watchmen es el metaanálisis, la investigación del concepto de superhéroe y su reflexión. moore construye un argumento que no es más que una excusa para el desarrollo de un discurso propio. Como bien dices, el viaje es mucho más interesante que el destino.

y respecto a la simplificación argumental de lo último de Miller, ya comenté que DK2 me ilusionó porque significaba una ruptura respecto a esa línea... vamos que no creo que me parece mucho más interesante.

Pepo Pérez dijo...

El argumento de WATCHMEN es, precisamente, nada sofisticado. Un who's dunnit alrededor de unos crímenes (eso es literatura popular de crímenes de toda la vida), más un argumento de ciencia-ficción de serie B: una conspiración para crear una falsa amenaza alienígena que una al mundo entero. ¿En cuántas historias de AMAZING FANTASY de Lee y Ditko, y similares, se vio antes argumentos similares, en cuántos episodios televisivas de ci-fi?. Lo que hace sofisticado a WATCHMEN no es el argumento. Es, precisamente, la FORMA de contarlo. Es un poco a lo que iba antes.

Sobre lo del maniqueísmo, no entro mucho en el debate porque me parece una pesadez a estas alturas, con perdón. Ni todo lo adulto pasa por la "escala de grises", ni todo lo maniqueo es infantil, sencillo o falto de interés. Precisamente juzgar lo maniqueo como algo cojo es simplificar demasiado. Hay miles de relatos absolutamente maniqueos que son obras maestras de la literatura, o directamente mitos, leyendas o fábulas populares que continúan contándose y leyéndose. Eso no significa nada, todo depende de qué cuentan esos relatos. Para empezar, recordemos que el 90% de los tebeos superhéoes han sido y son historias maniqueas. Todas las historias de Octopus de Spirit son maniqueas, y me refiero al tebeo,no a a la película. El archivillano malvadísimo que hace el mal por hacerlo; el justiciero Spirit que debe enfrentarse a él. Las historias de Spirit y Mr. Carrión son maniqueas. Aquella otra de Hamid Hebru. Lorelei Rox. El retorno de Vino Red. Muchas otras de Spirit.

Finalmente, jamás he leído a Miller hablar en una entrevista sobre su filiación partidista ni a quien vota. Me da igual eso, por supuesto, entrar en esos juicios no sirve de nada. Clint Eastwood sí es republicano declarado, y eso no le ha impedido hacer las películas que ha hecho. Pero vaya, si alguien ha leído expresamente sobre la filiación partidista de Miller, que lo cite aquí, por favor.

Anónimo dijo...

Tenéis razón. Wachtmen es complejo en la forma no en el argumento. Me contradigo, como se puede ver.

Vale, para mí argumento sofisticado, que no complejo ni confuso, me parece el de BOIS MAURY, por lo que abarca y por lo pulcro de su presentación. Aunque tampoco tengo claro si aquí también me van a mencionar que la forma lo es todo. ADOLF también entraría, EL CORAZÓN DEL IMPERIO, alguna etapa de VALERIAN,... En fin, opinen ustedes.

Anónimo dijo...

FROM HELL, JIMMY CORRIGAN, PALOMAR, CEREBUS, TRAZO DE TIZA, CRIMINAL, TORREZNO, JUSTICE INC. de Helfer y Baker,...hay muchos.

Anónimo dijo...

Ya me ve enredado en los conceptos, pero, creo, el Fondo no consiste únicamente en el argumento. Un argumento mínimo puede servir para 'trazar un cuadro de la época', para introducir toda suerte de cuestiones y además sostenerse por la creación de personajes. La Forma es cómo éso es presentado, o sea, el orden de lo que se 've', las elípsis de lo que no se quiere que se 'vea' y el estilo. Forma es que, en Watchmen, a un episodio que avanza la trama, siga otro en que se analiza a un personaje, y es el acabado minucioso del dibujo, y Fondo es la construcción de ese personaje, de los hechos que se van concatenando (que podrían haber sido narrados de otra manera). El fondo sólo lo podemos conocer a través de la forma, y según ésta sea, así 'la lectura' de aquel se ve modificada, etc.

La capacidad de 'decir' más que lo que se 've', que un argumento mínimo plasmado en una forma mínima sugiera, pese a ello, un fondo complejo, eso es lo que hace maravillosas a las tiras de prensa que funcionan.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con Tristan. Cogidos de uno en uno, no hay duda de que Miller "experimenta", e decir, presenta viñetas innovadoras. El problema no es dónde pone la viñeta o cómo la ubica. Sino el para qué. Y cada vezmenos hay un para qué, más allá de para que gente como pepo diga que está experimentando. Nada sostiene su narrativa, porque no hay una narración, sólo viñetas. Curiosisimas en un post de interne, insoportable en un comic. Sin city, experimente o no (¿alejado de otros clásicos? Naaaaah), no cuenta nada, salvo chupichorradas de niño moderno. Sin nada quecontar, ya puedes expermientar la forma. Lo narrado tampoco va a exigirte nada, porque no existe.

Anónimo dijo...

Sobre el maniqueísmo... creo que el concepto, que es peyorativo, alude a cuando algo, referido a personas, personajes o conflictos, se simplifica en exceso, hasta llegar al ridículo o resultar irritante. Creo que la simplificación en términos de bueno/malo funciona cuando, como la línea negra del dibujo de historieta, que sintetiza lo esencial de lo representado para dar cancha a la narración, sirve para potenciar otra elemento del relato, sea la trama, su ejemplaridad, el elemento fantástico, el conflicto antagónico... Pero asimismo, la simplificación no creo que resulte si todo -personajes, trama, conflictos- está reducido a la mínima expresión. ¿Qué queda entonces? Si la hay, la brillantez formal, o algún aspecto de ésta. Pero eso va a ser poco más que, para gente que lo sepa aprovechar, un catálogo de recursos estilísticos.

Anónimo dijo...

(Donde digo, sobre Watchmen, que los hechos 'que se van concatenando podían haber sido narrados de otra manera' añadan mentalmente '...arriba, en la Forma')

((para no liar más la empanada que les he soltado))

Anónimo dijo...

Grandisimo post que hace justicia a una estupenda obra, menor que su predecesora DK1 pero injustamente vilipendiada

Martin Larreategui dijo...

Coincido plenamente en el analisis, que me parece brillante. Tambien coincido en que Miller ha evolucionado hacia una mayor sofisticacion formal, pero no coincido en la valoracion que se hace de esto. Si bien es cierto que forma y contenido convergen en el resultado final de la obra, no hacen el mismo recorrido, y el que un autor elija privilegiar un aspecto sobre el otro marca diferencias cabales. Para mi, Miller en un momento dejo de centrarse en el contenido para abrazar la busqueda formal, y esto a mi juicio jugo en detrimento de las historias y en favor del artificio visual y narrativo. Aqui ya es cuestion de gustos, pero creo que el resultado de privilegiar forma sobre contenido lo estamos viendo en buena parte del cine actual de Hollywood, y aunque no he visto la peli de Spirit por lo que he oido ahonda en ese camino. Personalmente prefiero el Miller de antes, con una narracion y grafismos mas sobrios y convencionales, pero con una historia mas trabajada desde lo literario.

Anónimo dijo...

Sí, “ya no [se] narra como antes.”

Por supuesto que no se trata de reivindicar o no un cómic, algo que se defiende por sí solo. Si algo no se ha discutido en todos los comentarios es tú análisis, precisamente. Entrar en asuntos políticos o discutir sobre el maniqueísmo no lleva a ningún lugar, es cierto.

Refrescando la conversación a través de los comentarios. Sobre la sofisticación, Antonioni, por ejemplo, eligió en su día trabajar con argumentos mínimos porque le permitían una mayor libertad en la exploración de vías expresivas que le interesaban. Casi todo el mundo elige. Hal Hartley rueda Flirt, con tres variaciones/interpretaciones del mismo guión. Resultados estéticos a un lado, Hartley insiste en que forma y fondo son inseparables en las entrevistas promocionales. Durante décadas, Robert Alman rueda películas corales con infinidad de subtramas y personajes. Hay quien dice que las nuevas películas de “coincidencias”, de 21 Gramos a L.A. Crash, son un testimonio de la incapacidad actual, de la falta de confianza en un argumento y su desarrollo aparentemente lineal.

Creo que lo que se ha venido hablando no es en absoluto una crítica del cómic, no creo que se discuta la falta de contenido o “sofisticación”. El que las costuras estén a la vista y reventando en DK2 es gran parte de su riesgo y fuerza, y eso creo que también se ha dicho. Un buen cómic aguanta todo eso y más, y por eso se sigue hablando del asunto ocho años más tarde.

santibilbo dijo...

Yo como siempre coincido con todos.Formalmente el cómic tiene momentos absolutamente soberbios como los comentados aunque otras páginas parecn pinups sin demasiado sentido me parece.La sofisticacion de Miller es brutal y no gratuita, aunque eso no le convierte en mejor narrador sino en uno más sofisticado o manierista.A mi el guion de DK2 no me gusta demasiado por una manía mía; considero más eficaces las obras que combinan la dimension universal ( discursiva o de personajes) insertados en la concrecion de situaciones, personajes y narraciones con carne.Y me lo parce porque combina mejor las multiples lecturas, la aplicabilidad para más lectores, conservando a la vez una ferrea estructura con una apertura al lector.( también está que en cualquier cómic que se pegue esas hostias al Supes y se le haga quedar como un pelele me parece una puta mierda.Y estoy del Batman omnipotente hasta los cojones).
En definitiva, la historia como tal se me aparece sin ningún tipo de asidero emocional, con frecuencia disparatada y gratuita, con nula caracterizacion de personajes, con resoluciones de conflictos potenciales de forma patética( desde la cuestion de la metodología terrorista al chantaje de Superman o los autolimites supuestamente cobardes que se pone frente al valor del compromiso del murcielago).
Ahora bien, me parece que se subvalora enormemente el contenido de la historia o mejor las ideas de la misma, que son apabullantes y complejas.Me parece que Miller ha renunciado a mi modelo preferido, aunque solo sea porque ya ha hecho maravillas con él( me recuerda un poco a Cela).En sus entrevistas o en la conversacion con Eisner deja muy claro por donde van sus tiros: las parodias ,las relecturas,las bastardías y sobre todo la conceptualizacion.Desde Sin City sus obras son vehículos de conceptos, de ideas puras, como dice Pepo, y no lo hace a partir de sus sentencias baratas que dice con sordina, sino con el dibujo y la narracion.Miller ahora no hace ficcion sino ensayo, tanto sociológico como formal.Como dice Pepo la obra bebe enormemente del concepto del simulacro, de la deconstruccion del relato, del juego desatado, la provocacion, la superficialidad envuelta en oropel.
Las ideas que bailan en el comic son las que aparecen en nuestro mix del espacio público, desde el poder de los media, la virtualidad y el simulacro, el hedonismo adormecedor, el hedonismo revolucionario, la cobardía, el compromiso, el sacrificio, la tranquilidad de las ovejas frente a la anrquñia terrorista o peor, el gobierno revolucionario( han salido perdiendo, Bats es más sicopata y controlador que luthor).
Tambien me resisto a tomar a MILLER como un simple conservador.Frente a posturas incorrectas o que nos parecen reaccionarias encontramos lecturas muy subversivaso poderosas como la llamada a la responsabilidad individual y colectiva.En la entrevista con Eisner pone a parir al lider de los comentaristas de la derecha americana.Es ambiguo y provocador con lo cual su pensamiento siempre está vivo y puede provocar nuevas visiones frente a las periclitadas visiones de un color tipicas del artista comprometido( y que suele ser un inutil).Creo que a Miller le faltan lecturas y sobre todo, vivencias, para llegar a las cumbres anteriores( que se hicieron desde el romanticismo juvenil), pero talento e inteligencia tiene a espuertas

Anónimo dijo...

Acabo de pensar en Ronin otra vez. Billy Challas, según como lo veamos, no es sino otro ser extremo, un vengador de su propia angustia a través del poder que tiene a cambio, al menos eso es lo que le va diciendo Virgo, la mente racional, pero invasora con el biocircuito. Challas es como Batman, no diría un psicópata, porque el empuje romántico de la historia lo desautoriza hasta el punto de sacrificarlo en un estallido redentor, que se dice pronto.

Esto me lleva a pensar en las razones por las que Ronin siempre me ha parecido la obra perfecta para reflejar el universo milleriano en la gran pantalla:

La historia. Absurda, delirante y con viajes en el tiempo. Magia, samurais, hipertecnología y vida artificial. Catástrofes. Traumas. Poderes paranormales. Demonios corruptos. Computadoras conspirando. Chicas duras.

No parece, (casi) “es” un listado de la temática de serie b años 70, quizá faltaría un matiz chamánico. Es todo eso y más. Pero precisamente por eso puede tener mucho éxito ahora que vivimos en el simulacro.

El look. Agitado o batido, con multitud de texturas, con una paleta muy amplia de colores. Los diferentes estratos y su retrato personalizado. Interiores, exteriores. Puntos de fuga. La posibilidad que ofrece a la creación de ambientes muy variados y de gran expresividad, vestuario incluido. La tecnología actual da unas posibilidades que eran imposibles de realizar entonces, ni a golpe de talonario lo hubieran logrado.

El argumento. Todavía podría ser el de un videojuego actual, a lo Half Life 2, y nadie lo notaría.

La sencillez.

La velocidad, con una resolución en viñetas del ritmo que es muy trasladable a los fotogramas/frames, no exclusiva del cómic.

La épica del sacrificio personal; la incomunicación del idioma, de los sentimientos; el amor como paradoja, la muerte como puerta a la auténtica vida futura (¿Matrix?) La resurrección en el corazón del abismo.

Pero…Eso era antes, claro, cuando era sentimental. Quitando al samurai no hechicero, si nos ponemos, DK2 es ¡prácticamente lo mismo! Un saludo y hasta otra.

santibilbo dijo...

Hombre Carlos, yo el romanticismo desatado de Ronin no lo veo por ningún sitio en DK2.Y todo en Ronin, hasta el mayor exceso está integrado perfectamente en la trama ,los personajes y el discurso conceptual.Es una obra mayor con uno de los finales más hermosos de la historia del comic, aunque bebiera de la Electra resucitada

Anónimo dijo...

El final de DK2 es la hostia. Hay muy pocos así.

Y como tal hay muchas cosas en DK2.

Anónimo dijo...

Lo de Challas/Batman era una exageración, Santibilbo, pero claro, son las obras futuras las que van creando semejanzas o parentescos, que emergen con la relectura. También pienso que es una obra mayor, No sé si "hasta el mayor exceso está integrado perfectamente en la trama,los personajes y el discurso conceptual", pero es un verdadero disfrute volver a pasar por sus páginas.

El romanticismo extremo también le viene bien en su posible exportación cinematográfica. Ya no sé dónde lo dije, pero una suma de todo eso hace que hay algo de "eso" en Días Extraños me parezca lo más semejante a Ronin que pueda pensar en estos momentos, pero esta sí que chirría en bastantes ocasiones.

Por eso creo que saldría bien una peli (puede salir cualquier castaña si te apartas un poco) Para mí, Ronin es como el caldero mágico del segundo Miller, y casi diría que del tercero y cuarto. Asomarse a eso es lo que me gusta.

Gran final, seguro.

Sería interesante ver, de aquí a un tiempo, cómo se narra a partir de la asimilación profunda de unos códigos anteriores: Ronin es tan de principios de los ochenta que bebe prácticamente de la crisis del petróleo, ¿cuál será el aspecto de lo que se asimile a partir de hace cinco años, dos, ahora mismo? Un saludo.

Pepo Pérez dijo...

Miller siempre ha sido un sentimental y desde luego un romántico. Lo siguió siendo en Sin City y hasta en DK2, aunque ahí el tono sea mucho más satírico y por eso resulte más "frío". Bueno, también es por las formas que ahora emplea, que no son nada naturalistas, cada vez más simuladas e "hiperreales". Pero casi siempre, de fondo, aunque pueda tocar otros temas, ha contado en esencia la misma historia. Seguro que recordáis que en un momento dado, a finales de los noventa, se habló de que estaba preparando un cómic sobre Jesucristo. Para mí eso resume toda su obra. Quien quiera entender que entienda.

Sobre la sofisticación de los argumentos en los cómics: algunos de los que habéis citado antes me parecen complejos, otros no. Pero no pretendía decir que no hubiera argumentos sofisticados en los tebeos. Sólo quería llamar la atención sobre el hecho de que un argumento chorra o incluso kitsch puede convertirse en otra cosa por la vía formal. No sólo eso, es que hay argumentos muy chorras con los que sus autores fueron capaces de expresar cosas humanas muy verdaderas. En los tebeos de superhéroes clásicos te puedes encontrar mucho de eso, es el primer ejemplo que se me viene a la cabeza. Desde lo que estaba expresando Kirby humanamente hablando cuando dibuja "Este hombre, este monstruo!" en los 4F, o cuando vuelve a Marvel y dibuja aquel Capitán América tan negro y desesperado, a los matrimonios fracasados que había en las historias imaginarias del Superman de la Edad de Plata.

Santi, cuando hablaba de "mensaje" en DK2 me refería precisamente a que la mayor parte de ese mensaje está visible en la superficie formal, no a que no lo hubiera. Tú has apuntado muchas de las cuestiones que se tocan a lo largo de ese tebeo, y todas son de rabiosa actualidad. Y sí, claro, porque era un tebeo que refleja su tiempo, yo diría que incluso se adelanta a él, seguimos hablando de DK2 ocho años más tarde.

Pepo Pérez dijo...

Y ya que habéis hablado del gran final de DK2, que yo también creo que lo es, ahí hay un buen ejemplo para mostrar a quien piensa que Miller "no cuenta nada". Por un lado está la lectura evidente, el Batman que se desprende de todo el lastre que le suponen casi siete décadas de tebeos (los viejos recuerdos de la Batcueva) y con ello de la nostalgia que dominan los tebeos de superhéroes de ahora y les impiden crear cosas nuevas realmente relevantes. Pero ese final emociona porque también es resonante a un nivel humano: simboliza al hombre que tira sus trastos viejos, a los recuerdos del pasado que le lastran para seguir avanzando, y que por eso se dice a sí mismo que ya no es viejo sino joven. Ha vuelto a renacer y emprende una nueva etapa de su vida, y para eso es necesario precisamente desprenderse del hombre que fue. Eso es la esencia de todas las historias que importan, que nos importan como seres humanos, a lo largo de toda nuestra historia. De nuevo, quien quiera entender, que entienda.

santiarcas dijo...

Me gustaría comentar algo respecto al comentario de Santibilbo acerca de cómo dejan al personaje de Superman en DK2.
Por un lado, lo de hacer que el personaje “chungo” sea el molón y el noblote quede en plan pelele no es ninguna novedad y es algo con lo que se ha jugado siempre y que resulta muy agradecido de cara a los lectores (no hay más que ver como se ha tratado a Cíclope y Lobezno durante mucho tiempo). No deja de ser un recurso ya un poco manido, pero que conecta muy bien con esa parte adolescente/rebelde que muchos lectores llevan dentro (no hay más que ver lo mucho de lo que se producía en los 90).
Bajo ese punto de vista, puede incluso ser criticable, pero es que en el tratamiento de estos personajes por parte de Miller hay mucho más.
Lo que para mí hace bastante más interesante en cuanto a contenido el DK2 que otras obras como Sin City es precisamente la reflexión que hace acerca de cómo nos enfrentamos a una situación, en este caso, básicamente política. Los personajes de Superman o Batman son sólo los vehículos que usa Miller para mostrar esas diferentes posturas. Es más, cada uno de los “héroes” que aparecen en la obra responde a un perfil diferente y hay cabida para todos los tipos, desde el individualismo de derechas como The Question, hasta el comunismo como Green Arrow, pasando por moderados como Flash. Unos bajan los brazos ante la injusticia, como Superman y optan por el menor de los males para no sacrificar demasiadas vidas, otros desisten de ayudar a quien rechaza la ayuda, como Green Lantern, los hay que se autodestruyen como el Detective Marciano y otros que están tan fuera ya de la realidad que ni sienten ni padecen, como Plastic Man.
Todo son posturas posibles ante la misma situación y, cuando Batman apalea a Superman, es en realidad Miller quién está apaleando lo que él considera cobardía y conformismo. Porque a él le gustan los tipos duros y opina que en esta vida hay que luchar por las cosas (un poco como Kirby). Es el triunfo de la voluntad. A Miller siempre le han gustado los personajes que realizan grandes esfuerzos y grandes sacrificios ayudados sobre todo por su voluntad, sean superhéroes ciegos, policías jubilados con el cuerpo lleno de plomo, espartanos atravesados por flechas o el mismo Spirit hecho un colador. Es un sentido épico de la vida.
Podemos no estar en sintonía con sus ideas, pero ya sólo el ingenio que supone valerse de los personajes clásicos de DC para transmitirlas, creo que tiene su valor. No olvidemos que es una historia alternativa dentro del Universo DC y que por lo tanto, en teoría debería tener más libertad al respecto.
Algo parecido hizo Millar en los Ultimates con ese Thor hippy o ese Capitán América ultraconservador, que suponían una lectura interesante de los iconos Marvel, por más que al final de la historia estuviera más interesado en saciar las ansias belicosas de los adolescentes americanos que en mostrar su punto de vista al respecto.

Anónimo dijo...

Pecado. Culpa. Redención. Sacrificio. Renacimiento. Claro que no son películas de Kieslowski o Tarkovski. Son fases. He vuelto a pensar en los finales, no sólo los de cada historia, sino los de cada una de sus etapas, y creo que donde más perdido está es ahora mismo (a la espera de lo que planea y desconocemos) Siguiendo tu sugerencia, he querido entender, y me parece que se trata de la vida de un santo, sujeto a pruebas físicas y morales, no diría la de Jesucristo. No una dialéctica como la del Eclesiastés, tal vez más cerca de la privación desesperada de un Job. Muy relacionado con la figura de los caballeros de los ciclos artúricos, todos ellos con sus debilidades. Casi diría que Miller está dando la vuelta a ese círculo, y va transformando con leves retoques la historia primigenia.

Sobre las etapas o season finale. Existe una aceleración, un aumento de intensidad en los últimos números de Daredevil, tanta, que ya sólo se dedica al guión, y los bocetos ( creo que nunca Klaus Janson ha estado mejor, con un color equiparable al de Higgins en Watchmen). La sensación de amenaza es una progresión que se salda con bajas y un cuestionamiento de la función del héroe, y casi del oficio de escribir sobre héroes sin ser uno de ellos. Siempre he visto cierta relación con el final de Animal Man de Grant Morrison, salvando los abismos de sus tonos particualres. Este ciclo explosivo se ha ido repitiendo muchas veces, en la última etapa, más espaciada la frecuencia de los cambios. De Sin City a 300 pasan siete años, a los que sigue DK2 en 2001. Y cuando uno se podía esperar otro cambio reaparece el cine en su vida, de un modo rarísimo como todos podemos ver.

Y no se me había ocurrido hasta ahora mismo, pero lo que le sucede al Capitán Marvel (su muerte con el rugido de un león ¿un guiño a 300?) es probablemente lo que le sucedería a nuestro ronin una vez muerto Challas. Creo que la conversación entre Wonder Woman y el Capitán Marvel es muy sugerente respecto a lo que estáis comentando ahora.

Pepo Pérez dijo...

"siempre le han gustado los personajes que realizan grandes esfuerzos y grandes sacrificios ayudados sobre todo por su voluntad, sean superhéroes ciegos, policías jubilados con el cuerpo lleno de plomo, espartanos atravesados por flechas o el mismo Spirit hecho un colador."

Sí, y que en su mayoría mueren al sacrificarse por los demás. Dato importante que conviene no olvidar si de verdad se quiere entender qué historia cuenta Miller. Por eso recordaba antes aquel proyecto que tenía sobre Jesucristo...

Y totalmente de acuerdo con tus comentarios sobre las distintas posturas de los personajes de DK2, Santi (Arcas).

"Pecado. Culpa. Redención. Sacrificio. Renacimiento. "

Es un muy buen resumen sobre las historias de Miller, Carlos. No sólo de las historias que él cuenta, claro, pero desde luego de las suyas.

santibilbo dijo...

Santiarcas, entiendo lo que dices y Miller claramente ya lo mostraba en DK1, EXAGERANDOLO HASTA LA PARODIA EN DK2.Yo amo al Supes y Batman me parece un gili.No hay más.Sí que creo que la postura de superman es muy compleja y la de bats casi irresponsable( menos mal que es tan listo y lo tenía todo previsto.Si hubiera hablado antes con green lantern o investigado por qué el hombre de acero era tan pelele lo hubiera resuelto en medio número.A miller le gustan los tíos duros, seguramente por algún complejo, porque un tío duro de verdad no son las parodias adolescentes de Lobezno y Bats, siempre soltando sentencias molonas.Por cierto, yo creo que todas las historias buenas de XMEN tiene al ciclope de protagonista, un personaje al que le han sacado poco jugo.
En cuanto al final de DK2, tal como hemos visto a bats en todo el tebeo me resulta innecesario y anticlimático.No se si se siente joven porque ahora folla con jovenzuelas o porque le ha subido la adrenalina con tanta bomba y tanta hostia, pero nada en el tebeo me ha dado la sensación que ha abandonado sus miedos sus tormentos, su cruzada, que no estuviera mucho mejor contado en dk1.
PARA ACABAR sUPES le va a perseguir durante toda su vida, ahora que ha despertado su conciencia de superhombre, fuera de la moral humana.espero que le de unas cuantas de mi parte

Pepo Pérez dijo...

Esa página final para mí funciona por sí misma. Respecto a lo que dices, abandonar sus miedos y tormentos, Batman ya lo hizo en DK1, en efecto. En DK2 ya ha despejado todas sus dudas y lo tiene todo claro, la historia para él ahora va de otra cosa, de poner en práctica su renuncia total a servir al poder establecido y acabar con un sistema entero por corrupto. De hecho, y ya que eres fan de Supes, date cuenta de que el auténtico ciclo de calvario, muerte y renacimiento que se cuenta en DK2 no es el de Batman sino el de Superman. Bueno, tú mismo pareces apuntarlo al final cuando dices que Batman le ha despertado a Superman (a base de palizas, ja ja) su conciencia de superhombre. De verdadero superhombre, ya me entiendes.

Sobre la verosimilitud de que Batman lo tenga todo planeado (o de tantas otras cosas en el tebeo), volvemos al simulacro. No creo que se pretenda ser verosímil sino justamente lo contrario. Por eso tampoco hay caracterizaciones de personajes, ni intentos de dotarles de una mínima psicología humana (en esto no se diferencia de muchos tebeos de superhéroes clásicos, por cierto), por no haber no hay ni fondos, sólo las texturas que pone Varley. DK2 no pretende ser en absoluto real y a la vez lo es porque "sustituye" a la realidad con su gigantesco simulacro.

Anónimo dijo...

O sea, Pepo: Ubik. Que es bastantes años anterior a DK2...

Yo, como Carlos, también he querido ver algo de relectura de Ronin en esta obra, en clave partytime! ciberpunk.

También bastante de relectura/desarrollo de Watchmen+Miracleman. Batman es Ozymandias. Guiños a los guiños de Rorschach. Supes es MM -el polvo celestial es calcado- y Lara la hija de MM. ¿Decidiste dejar el cielo de este color, verdad? :)

Hay algún plano de Supermán en pose crucificada, si no recuerdo mal.

Hay un discurso que se repite tal cual estaba en DK, que es la base del antagonismo con Supermán, sin aportar nada nuevo que no estuviese ya allí, como bien dice Santi. Si acaso, la novedad es que Batman pasa a la acción, cosa que ya estaba prometida en el cierre de DK, antes de pensar, supongo, en segundas partes.

Una de las ideas-fuerza de Miller: la fuerza sin virtud es tiranía, pero la virtud sin fuerza es impotencia. La masa es ciega (y cobarde). El problema es que no tiene la cintura suficiente como para ir más allá.

Miller más que a Cela, me recuerda a Celine. Esa visceralidad, esa intensidad, ese instinto de agresión, ese aislamiento y en último término, ese estar casi secuestrado por el personaje.

Aunque yo, cuando vi El club de la lucha, pensé: esto es en lo que debería estar Miller ahora, porque ése es su universo. ¿Por qué se ha soltado de todos los asideros con las cosas concretas?

Pepo Pérez dijo...

Precisamente por lo que decía antes. Que guste o no al personal ese estilo conceptual de hacer cómics ya depende de cada uno. Y no me refería en absoluto a algo como Ubik (ese tipo de cosas búscalo en Grant Morrison más bien), porque el argumento de DK2 no tiene nada que ver con Ubik. DK2 no sustituye a nada -y menos a la realidad- dentro su argumento. Para mí lo hace como concepto, en conjunto, como obra en sí, y seguro que sigo sin explicarme. La palabra clave es simulacro, creo que Santi Bilbo sí me ha entendido. Pero bueno, da igual.

Pepo Pérez dijo...

Lo diré de otra forma. De Sin City hasta DK2, su mejor intento en este sentido, Miller se ha alejado de la realidad en sus tebeos (o ha "soltado asideros de las cosas concretas", como tú dices) porque quiere crear su propia realidad. Una que sólo existe en sus tebeos. O ahora en sus películas.

"Una de las ideas-fuerza de Miller: la fuerza sin virtud es tiranía, pero la virtud sin fuerza es impotencia."

Muy bueno tu resumen. Eso está implícito en la base filosófica de los Estados democráticos modernos, al menos como Derecho, como deber ser. Y eso que tú resumes tan bien es parecido a lo que básicamente contó John Ford en El hombre que mató a Liberty Valance. Eso, sumado al tema de la leyenda heroica que sustituye a los hechos como mito necesario para aglutinar a una sociedad, otro tema básico en Miller.

"El problema es que no tiene la cintura suficiente como para ir más allá."

Si fuera más allá, creo que caería en la monserga y el didactismo ideológico, cuando DK2 pretende ser en realidad un "debate a muchas bandas". ¿En qué acababa V de Vendetta, la obra más "milleriana" escrita por Moore? No en la sociedad por venir, sino en la destrucción del viejo sistema corrupto y tiránico. Lo que viene después no se cuenta, no se quiere contar. Eso depende "de nosotros". Pues en DK2, a su propio estilo, es igual. Acaba igual en este sentido. No te cuenta cómo es ese futuro, esa sociedad futura, solamente te dice que si el sistema actual no nos gusta, que si "los verdaderos monstruos se han hecho con el poder sin oposición alguna", podemos (y quizá debemos, por justicia o por pura supervivencia) cambiarlo.

La coyuntura mundial en la que estamos ahora mismo apunta si no a una revolución sí a una reforma profunda. O al menos a una "necesidad de reforma" profunda que flota en el ambiente colectivo. Hay que recordar que Miller empezó DK2 a finales de 2000, el primer y segundo volumen salieron en 2001, antes del 11-S. Si eso no es estar como artista en su mundo, e incluso anticiparse a él, no sé yo qué es.

Anónimo dijo...

Yo creo que están en la misma corriente, con diferentes argumentos, claro, pero dentro de una misma corriente general. El problema es que no veo que DK sobresalga de ahí -como no sobresale una obra de Morrison- hasta erigirse en hito referencial autosuficiente, como sí, al menos eso creo yo, sucede con DK y las cuestiones que plantea y las formas en que se resuelve.

Anónimo dijo...

Me refiero a que no sobresale DK2, que ya me lío...

Anónimo dijo...

Pepo, te contestaba de buena gana, pero ahora no puedo seguir...

Sólo que no me refiero a que lleve el discurso más allá en forma de conclusiones, dirigismo, sino de nuevas preguntas. Precisamente porque no yendo más allá lo que hace es caer en afirmaciones, según yo lo veo, demasiado simplistas.

Pepo Pérez dijo...

Vale, ahora te he entendido mejor.

Pepo Pérez dijo...

De todos modos, cuando tengas un momento y si te apetece, comenta esas afirmaciones a las que te refieres.

Anónimo dijo...

killo xq escribis unoz comentarios tan largos?no prodiais resumirlo un poqito??

Anónimo dijo...

Dentro de este plantear preguntas desde lugares no tan remotos como el futuro o el simulacro, creo que se podría continuar por otro lado. No sé, a lo mejor es desviarse mucho, porque es muy general, pero ahí va: Del mismo modo que "Ya no narra como antes", "ya no se narra como antes", y quizá sería interesante comentar obras a partir de esa premisa, la innovación de Quitely o la remodelación de otras formas narrativas, por ejemplo, a través de la nouvelle BD, etc. Todo esto porque, a su manera, las formas narrativas, incluso a su pesar, están muy contaminadas por el entorno, simulado o no. No sé qué pensáis al respecto. Hasta otra.

Pepo Pérez dijo...

Killo, que es un tbo muy cachondo y te lo pasas de puta madre leyéndolo. En serio, eh?

Carlos, precisamente ahora mismo estaba pensando en eso que dices. Que ya "no se narra como antes",en general, ahí hay otra clave. Mejor dicho, algunos autores ya no narran como antes, los que más están empujando adelante la evolución del medio y poniéndolo en sintonía con los tiempos (en literatura y cine llevan dándose saltos muy grandes en ese sentido desde hace décadas, creo). Por supuesto que ese cambio en las formas de narrar obedece a un cambio de mirada, la de nuestra época. DK2 es fragmentario y sincopado, de manera equivalente a cómo percibimos ahora el mundo exterior a través de la tele e internet. O sea, convertido en simulacro, volviendo al tema de nuevo: las imágenes editadas y digitalizadas sustituyen por completo a la realidad de la que se pretende "informar". Más cosas relacionadas con el cambio de mirada. Sensación de irrealidad contemporánea. La moda de las falsas realidades que encubren "la verdadera realidad", de K. Dick a Morrison pasando por Matrix. Trivialización de la violencia real a base de verla enlatada y tripitida en el telediario (o en el YouTube: "¿este youtube es una pelea real o están fingiendo?" ¿"este atropello por un coche es un accidente real o un fake"? "¿no será acaso un spot publicitario?") .

De todos modos, lo de las nuevas formas de narrar es un asunto complejo como para andar con generalizaciones. Depende de qué autor y tebeo concreto hablemos, etc. Seguro que cualquier cosa puede influir en esa nueva mirada narrativa, desde la literatura reciente que lees y el cine que ves hasta, en algunos autores recientes, los videojuegos.

Anónimo dijo...

Para mi gusto, encuentro quizá más interesantes aquellos espacios en los que el simulacro queda amortiguado, como cuando te quedas sin conexión, ¿qué parte del mundo desaparece, qué códigos persisten y son útiles, qué sigue siendo real en nuestras vidas? Eso es algo que hace que sea tan bueno un cómic como La educación de Hopey Glass.

Es evidente que se trata de un campo amplísimo que habría de acotar ejemplo a ejemplo, o espejo a pantalla, como se quiera. Sería inevitable caer en generalizaciones, nunca en pronósticos, es obvio, pero creo que no es del todo la cuestión. Mi curiosidad va más bien por investigar nuevos aspectos dentro de espacios "antiguos". Es curioso, por ejemplo, que el Steranko que más vigencia tiene ahora, pero quízá no dentro de unos años, sea el de Outland/Atmósfera Cero. En realidad, puede que lo mejor, por aquello de la dificultad, vaya a ser comentar obra por obra, en lugar de apuntar a una ballena blanca. Pero estaría bien volver a ello. Hasta otra.

Anónimo dijo...

El ejemplo mayor, el discurso de Batman, que es un monolito, al que los hechos con los que es confrontado no le plantean ni una fisura. Un discurso hiperprivilegiado por la narración. Lo de los demás -salvo el de un Supermán que 'toma conciencia de sí', y que no parece que vaya a plantear algo distinto a una 'libertad tutelada'- es tan ruido de fondo como los comentarios al azar que recogen las pantallas.

Te has saltado justo el medio: la masa es ciega (y cobarde). Eso está tan en el discurso de Miller como lo otro. Y en esto la base del discurso democrático es justo la contraria: no hay masa, hay individuos, y nadie es más que nadie.

En 300 –lo he repasado- Leónidas habla hacía el final de una nueva era de justicia, razón y ley. Democracia no, que eso es para los atenienses. El discurso de un Batman devenido en caudillo militar es esencialmente el mismo. Que no cuestiono tal planteamiento siempre y cuando sea puesto a prueba en la obra. Pero es que el autor le pone todos los balones al pie a su personaje, y así por ejemplo, el 'régimen de opinión pública', que tenía muchos más matices en DK que en este DK2, es denigrado caricaturizando implacablemente a todos los entrevistados salvo los que apoyan a los superhéroes .

Que sí, que es una sátira, que probablemente se rie también de Batman (su masoquismo es tan subrayado que no se puede pensar en otra cosa), pero no tanto como de todos los demás y su a) buenismo b)debilidad.

Yo creo que tenía que haber cerrado la obra con un hulkiano Puny humans!!

Pepo Pérez dijo...

La masa... hombre, Javi, es que los protagonistas de DK2 son los superhéroes, no los hombres. Muchos superhéroes además, que en DK2 salen un montón, algunos de ellos con uno o varios "momentos estelares", luego no puede haber espacio para todos.

¿Por qué es cobarde la masa en Miller? Esto sí que no lo pillo.

Es verdad que la masa de la revuelta popular es presentada como "paquete" indiviso, pero, vaya, es que en DK2 no hay casi nada humano en un sentido naturalista. Y estos superhéroes, especialmente Batman y Superman, no son seres humanos, están en un plano de dioses o semidioses. Sobre lo de que hay individuos y no masa en democracia (cierto, claro)... Es curioso porque una lectura habitual que suele hacerse de DK1 es la de que propugna el individualismo a ultranza y el rechazo a la colectividad. Evidentemente, quienes piensan eso se fijan sólo en lo que hace Batman y le juzgan como "hombre", un hombre que va a su bola y pasa por encima de todas las leyes de los demás hombres de su pueblo. Pero Batman DK no es un hombre realmente, y eso se ve tanto en lo exagerado de sus "poderes" como, especialmente, en su relación con Superman. Por ejemplo, cuando este último le "habla" a "Bruce" en pensamientos refiriéndose a su estirpe común como "gigantes" respecto a los hombres corrientes. Este Batman no es un hombre, está más allá de las leyes humanas, es una figura de "juez divino" que viene a juzgar a los hombres, y aquí ya no estoy haciendo mi propia interpretación sino la que el propio Miller contaba en las entrevistas cuando le preguntaban por el polémico papel de Batman y las implicaciones fascistas de sus métodos (no, Miller no defendía que esos métodos literales pudieran llevarse al mundo real: "tendríamos un verdadero problema ahí fuera"; decía. Batman entonces funciona como figura dramática de ficción).

Pero es que además DK1 daba voz individual a muchas personas de a pie, hombres corrientes que contaban "su historia" a la cámara de TV (DK1 era más naturalista en la caracterización de personajes, claro). La escena clave en este sentido, que apelaba a la solidaridad y a la colaboración es cuando, en medio del apagón nuclear (DK1 #4, el desenlace), empiezan los saqueos y el pánico (y este caos en una emergencia sí se parece al mundo real; no hay más que recordar casos recientes). Y el Comisario Gordon -un policía, cómo no- saca la pistola para poner orden y "hacerles comprender". "Empiezan a entender...", pensaba Gordon en el texto de apoyo. Y a partir de entonces la gente empieza a colaborar apagando incendios, rescatando a las víctimas, etc. A mí eso muy individualista no me parece. De hecho, pone en su sitio justo a cada plano de DK1: el plano del hombre corriente frente al plano "divino" (superheroico) en el que se mueven Batman y Superman.

"es denigrado caricaturizando implacablemente a todos los entrevistados salvo los que apoyan a los superhéroes"

No es cierto, lo siento. Las chicas "de tendencias" son caricaturizadas igualmente, y ellas sí apoyan a los superhéroes. Véanse entre otros ejemplos las páginas finales de DK2. Ahí también hay un anuncio ridículo de la Iglesia del Último Hijo de Kripton que ha surgido en la que el slogan es "Usted creerá que un hombre puede volar".
Por cierto, hablando del plano divino: en la página siguiente, los dioses (Superman e hija) se preguntan "Qué van a hacer exactametne con su planeta". Superman pregunta, la hija mira en silencio a la Tierra, corte de escena.

En DK2, tú mismo lo dices, ya todo está sujeto a la sátira, incluso el propio Batman, que en bastantes escenas es una parodia de sí mismo respecto a DK1. Sí, sobre todo en la escena "masoca", pero también en otras. No creo que el contenido de DK2 haya que tomárselo muy en serio porque el tono de sátira es ya omnipresente, no se escapa nadie (es una de las razones de la "frialdad" emocional de DK2, y también creo que de su fracaso entre quienes esperaban más de lo mismo respecto a DK1). DK2 es una gran broma de principio a fin, y en ese sentido también es contrario al tono más oscuro y dramático del DK1. Volvemos de nuevo al Gran Simulacro DK2. No sé si te convenzo.

"En 300 –lo he repasado- Leónidas habla hacía el final de una nueva era de justicia, razón y ley. Democracia no, que eso es para los atenienses. "

De esto ya hablamos, ¿no? Pues claro, es uno de los temas principales de 300, al menos en la lectura que hace Miller del mito de las Termópilas. En su lectura, que un ejército profesional (con un funcionamiento no democrático por tanto) fue a morir para defender la democracia de otros frente a una invasión extranjera. Miller dijo sobre esto que le interesaba como tema moderno, el que sistemas no democráticos protejan las democracias actuales. El tema es verdad que sigue completamente vigente si lo quieres extrapolar al hoy. Nuestros ejércitos no son democráticos, por mucho que estén dirigidos por un gobierno democrático. Quiero decir que el funcionamiento interno de un ejército ni es democrático ni puede serlo. Seguro que has visto la peli Algunos hombres buenos, ¿verdad?

Pepo Pérez dijo...

Los héroes nos han dejado sin aliento... jadeando... agotadas... exhaustas.. deshechas... pero aún así estamos ansiosas y desesperadas... queremos más...

¿Es que todas tus metáforas tienen que ser sexuales? Podemos haber presenciado un profundo cambio en la historia de la humanidad! ¡Esto es milenario total! ¡Los héroes nos ofrecen un nuevo comienzo... hacia un mundo mejor! ¡Un mañana más prometedor!

Dios, esto es tan "Edad de Plata..."

(diálogos de las tres "Super Chix", a cuatro páginas del final de DK2)

Anónimo dijo...

Ya, de acuerdo, pero no hay convicción equivalente a la de Gordon u Olsen con un discurso alternativo al suyo. Dos personas. Las únicas que salen, junto con Kelley. En el bando de los héroes.
De todos modos, las 'supernenas' no sufren una caricatura tan brutal como otros personajes del coro mediático. Sobre la banalización/malinterpretación de los conceptos heróicos, el tema ya estaba en DK.

Caray, tú lo dices: Gordon -en DK- enseña la pistola y los 'pone derechos'. Ese es un buen ejemplo de la representación de la masa como ciega y cobarde. Y, como siempre, mejor en DK que en DK2. Porque en la primera tipos representados como freaks los hay a patadas también, pero no sólo ellos tienen su hueco 'para contar lo suyo'.

¿Cómo que 200 y pico páginas no hay sitio para todos? Te doy la razón: esto es el combate de los dioses y no hay ya sitio para el heroísmo 'del hombre de la calle', para un heroísmo 'útil' que, por otra parte, dados los ejemplos que van mostrando las pantallas resulta inconcebible. Pero no porque no haya hueco físico en el tebeo, sino por una decisión de guión: el hombre de la calle no tiene ningún poder, eso es cosa de los supercampeones. Pero es innecesario negarle hasta la dignidad de tener buenas razones.

E, igualmente, mejor expresado en DK, con esa enorme ( y no sólo por el tamaño) viñeta-página que citas, en la que Supermán piensa: no debemos recordarles que los gigantes dominan la Tierra. Hermoso en la forma y una idea que escuece.

Insisto que no rechazo por principio el planteamiento de ninguna obra, ni siquiera el de 300, pero, tío, que, de alguna manera, la obra genere sus propias razones sobre porqué eso tiene que ser así y no de otro modo. Que no se lo ponga fácil. Porque si no, al final, lo que parece esto es la fantasía desbocada de un Billy Challas jugando con su tren eléctrico mental: armas, explosiones, pumpumpum que no pare la fiesta. Y aún así lo aceptaría, si no fuese tan pobre en todos los sentidos.

Por ir terminando, que ayer me lo remiré: esa narrativa orgánica, de toda la página, que muy bien, pero también, muy despojadas las viñetas de complejidad narrativa interna, eh. Por su similitud, se puede comparar con algunas páginas de Elektra lives again, en las que ya hay esa narrativa total, pero donde las viñetas tienen aún una complejidad compositiva interna.

Y, ahora sí termino: me repito una vez más, en el fondo es un halago que de Miller, aún después de todos estos años, se espere más que de la media.

santibilbo dijo...

Un apunte a lo que ha dicho Javi respecto a la masa en DK2: EL HEDONISMO, que habitualmente se ve como un adormecedor de las conciencias, se convierte con las supernenas en una bomba de relojería social, cuando las ovejas quieren comer hierba de la buena.El erotismo y el placer son también subversivos y canalizan más la proresta social que todos los discursos y los atentados.( y esto en parte es también ,claro, pura sátira y simulacro de concienciación.
En cuanto a lo que dicen Carlos y Pepo sobre la narración actual están cargados de razón.La cuestión ahora está en el juicio del lector, que creo que acepta las formas fácilmente, pero ¿ es así con los contenidos? que pide el nuevo lector o espectador? le interesan los personajes o esa es una preocupación periclitada propia de la modernidad? quiere discursos sólidos o prefiere apuntes varios, esencias o condimentos?quiere estructura o prefiere incoherencias semejantes a las que se dan en la vida? quiere una voz o multiplicidad de puntos de vista.Seguramente quiere todo lo dicho según los días.Yo confieso que la culpa es mía, soy prisionero de una forma de disfrutar las obras narrativas que a mi me parece universal, rico en matices y lecturas, con ingeniería del autor mezclada con el misterio de la aplicabilidad personal del lector, o sea , de su "apertura", con temas elevados que buceen en la condicion humana y que se concreten en personajes y situaciones carnales.Creo que cad vez se dan más otro tipo de narrativas y me parece muy bien.Yo disfruto más de las otras, que me parece que tiene presentes un cierto canon de excelencia y que se miden con él, seguramente un canon humanista, moderno y occidental, pero es en el que yo me he formado como persona y con el que miro el mundo.Y no porque sea un vejestorio incapaz de evolucionar, que para eso he estudiado historia( o sea que ni hay nada nuevo bajo el sol ni me enamora la tradicion).
Y desde luego que aprecio lo que yo llamo aciertos parciales en las nuevas narrativas.Sólo que si no tocan todos los puntos que yo he establecido como guía de mis obras maestras, pues para mi, no lo son.Y da la casualidad que los puntos que yo he establecido están muy presentes en la mayor parte de los canones que se han hecho en los ultimos 200 años( esto sólo significa que tengo afinidad con esa mezcla de hombre ilustrado que se ha refundado a traves del romanticismo.Vamos que estoy caduco.Ah, Pepo, que todavía no lo he dicho, los dos post de Miller son absolutamente extraordinarios

Pepo Pérez dijo...

ja, ja, me ha hecho mucha gracia lo del tren eléctrico mental. Sí, algo así es su forma de pensar ahora.

También he releído lo último que te dije anoche y disculpa si me puse estúpido cuanto de dije "eso no es así, lo siento". Poco más que añadir a todo lo demás que dices, lo argumentas bien. Lo del poli que enseña su pistola para calmar a la masa en pánico, está claro que denota una visión del mundo... la cuestión es si Miller se equivoca o no cuando te plantea esa situación. ¿Tú qué crees? (¿Qué paso cuando el Katrina? etc.) Me recuerda una escena reciente de una película, La guerra de los mundos de Spielberg, cuando la masa (ciega y cobarde) quiere escapar para salvar su vida y roban, por la fuerza, evidentemente, el único coche que hay en los alrededores , aquel en el que viajan Cruise e hijos.

(Spielberg es Demócrata, eh?! :)

Sobre la narrativa del DK2, claro que hay desconexión entre viñetas, pero -a mi modo de ver- es que se trata justo de eso. Volvemos de nuevo a la narrativa fragmentaria como espejo de nuestro mundo tecnológico y como efecto generador de caos en el lector (en SIN CITY la relación entre viñetas es distinta salvo momentos puntuales, es una relación más "clásica"). Aquí creo que le reprochas a DK2 un efecto deliberado, algo buscado, pero bueno.

Por último, cambio de tema, sobre la cuestión del Miller supuestamente republicano que salió mucho más arriba, un dato: en esta página del DK2, ya muy cerca del final (o sea, del volumen tercero, que se publicó ya después del 11-S, en 2002), además del debate al que se refería Santi Arcas entre el comunista Flecha Verde y el individualista randiano Question, Flash le pone los cuernos al Fiscal General "Ashcroft" (a una caricatura de Ashcroft). En la página anterior, se los ha puesto al Secretario de Defensa "Rumsfeld", mientras este daba otra rueda de prensa y le preguntaba al público que de qué se estaban riendo todos. Miller entonces también se está cachondeando en DK2 del "gobierno republicano" en el poder en aquel momento, 2001-2002, igual que lo hizo de Reagan en DK1 (1986). Entonces, o bien Miller no se identifica tampoco con los republicanos o, si les vota en su vida privada, distingue perfectamente lo que son sus tebeos y las ideas que vierte en ellos de sus opiniones políticas personales y privadas.

Yo ya he dicho alguna vez que no pienso que los tebeos de Miller sean realmente ideológicos (en el sentido de transmitir un mensaje ideológico concreto), sino más bien provocaciones sobre temas que a veces, no siempre, son políticos (DK1, 300, DK2), hechas desde la incorrección política y rehuyendo el didactismo, pero no buscando transmitirte un mensaje ideológico cerrado y concreto.

Algunas de esas opiniones personales vertidas en las entrevistas podrán resultarnos muy desafortunadas, como las dos que le he leído sobre la guerra de Irak (ya tuvo una conversación al respecto en 2003, en el TCJ, con Gary Groth). Por eso mismo decía que mejor no entrar en esos juicios porque se termina con una "caza de brujas" desde el otro lado, o sea, desde la izquierda, y denigrando carreras artísticas muy válidas por lo que piensa o creemos que piensa el autor sobre política en su vida privada. Es que se termina un poco como comisarios políticos (al caso John Ford o Milton Caniff me remito). A mí, sinceramente, no me hace falta identificarme "políticamente" con ningún autor para que me guste o deje de su gustar su obra. Ditko fue a partir de un determinado momento un objetivista recalcitrante y eso no le impidió dejarnos una obra genial. Como tú decías más arriba con sensatez y tolerancia, Javi, hay artistas de derechas con talento e inteligencia que te desafían con sus planteamientos, igual que los hay de izquierdas. El talento de cada uno no es mayor ni menor por el carnet que tenga o el partido que vota. O por el partido que nosotros creemos que vota. En el mundo estamos todos, los de derechas e izquierdas, los de arriba y los de abajo, y estamos o deberíamos estar obligados a entendernos.

Por cierto, hablando de entenderse. Muchas gracias a todos por los comentarios. También para los que habéis entrado sólo a saludar, no os he dicho nada para no contestar uno por uno, pero se agradece. Saludos a todos y gracias de nuevo.

(esto no significa que no podáis seguir debatiendo sobre el tema, eh?)

Pepo Pérez dijo...

Lo anterior iba (en su mayoría) dirigido a Javi, Santi. Luego te leo que ahora no puedo.

santibilbo dijo...

En fin, que yo entiendo ( creo) por donde va Miller en sus ultimos 15 años.Y me gusta.Y lo admiro.Pero antes me gustaba mucho más, y creo que era ¡ horror! porque me emocionaba.Aclaro que me leí a FM sobre los 30 años ( si exceptuamos algunos nºs de forum entre ellos la muerte de electra), luego de haber gastado mis neuronas estúpidamente leyendome buena parte del canon occidental.No lo digo por darme pote, sino para dejar claro que no había ninguna nostalgia.
Javi, en parte Cela también cumple con esos caracteres y la socarronería y exhibicionismo del mismo me parecen muy semejantes a las deFM,NO TAN ATORMENTADO COMO cELINE, CREO.Pero me refería sobre todo, a alguien que ha triunfado desde la perspectiva de sus coetáneos,y se embarca en otros procesos, no se repite, e investiga por otros caminos por donde siempre va estar más solo

Pepo Pérez dijo...

TE entiendo perfectamente con lo de la "emoción". También sobre lo que has dicho antes de las nuevas formas narrativas, y que prefieras las formas de un mundo -en el que nos hemos criado- que parece estar disolviéndose en transición hacia otra cosa. Suele decirse que los artistas han de intentar estar en su tiempo, y, bueno, que un tío de 45 años (los que tenía Miller cuando termina DK2) intente estar en su tiempo en lugar de repetir viejos éxitos de juventud ochenteros es, yo al menos lo creo así, de agradecer. Bueno, ya veo que tú lo agradeces. Aunque sólo sea por las sorpresas que nos da FM (salvo cuando repite jugada, que también lo hace a veces). Por supuesto, siempre habrá carcas ya simpáticos por refunfuñones como el de las chupichorradas modernas (un saludo, picha) que se niegan siquiera a entrar en lo que llaman moderneces. Pero el mundo cambia ("ay esta juventu donde va a parar"), nada permanece, no puedes cruzar dos veces por el mismo río. La nostalgia infantil, ese fardo pesado.

Bromas aparte. Entiendo Santi tu querencia por las formas clásicas del "hombre ilustrado" a pesar de que también aprecias y te interesan las nuevas, cosa que te honra. Tu reflexión sobre el poder revolucionario del hedonismo me ha encantado, por cierto.

santibilbo dijo...

oye Pepo, ¿tu no habías hecho una crítica demoledora sobre Partida de caza? es que me la acabo de leer y me suena que tu opinion causó gran polémica.Iconoclasta, no me extraña que no te inviten a los salones finos

Anónimo dijo...

Yo me apunto esa idea del hedonismo subersivo, también... :)

Eh, que no me mosqueo, que escribimos intentando dejar claro lo pensamos, o mejor, intentando fijarlo, y a veces -a mi mucho- el tono sale como tajante. No pasa nada. :)

Tampoco uno trata de tener la razón, sólo de aportar más y más puntos de vista sobre un mismo objeto, por así decirlo, y que de alguna manera, de ahí se pueda sacar algo... para otras cosas, para lo que pueda querer hacer uno mismo.

Yo leí el DK, y Watchmen, y La sombra, y Alpha Flight (por las portadas de Mignola, sólo por eso) y alguna cosa más con 13 años, aforrando hasta la última peseta de la mísera paga semanal (200 y 100 pelas por cabeza) que nos daban a mi hermano y a mi en el horrible agujero en el que estábamos internados. En el fondo no puedo ser muy objetivo; imaginad como lo vivía...

El debate en torno a la irrupción de 'las masas' (el concepto en si mismo ya es peyorativo) en el espacio público era un tema que estaba muy en el debate a comienzos del siglo XX, según creo. Leí lo de Ortega y Gasset, pero no recuerdo gran cosa... un cierto desdén aristocrático, poco más. Debería echarme a los ojos algún día el Masa y Poder de Canetti, del que me gustan mucho los apuntes (y son muy modernos en su 'estética del fragmento), pero no así lo otro que le he leído... lo que sí creo que el tema es algo que merece alguna sutileza, ya que, al cabo, cuando la masa se disgrega, vuelven los individuos... por ejemplo, los que han analizado críticamente la existencia o no existencia de una masa como tal.

Cuanto más grande es la obra, tanto más allá de formulaciones ideológicas tajantes se sitúa. Quedará un tono más o menos optimista o más o menos pesimista sobre la naturaleza humana, y dentro de eso, una preferencia progresista por el cambio o conservadora de dejar las cosas como están, pero los personajes respiran, todos, y tienen sus razones y su fatalidad para ser como son que uno puede comprender, y las decisiones suponen siempre una ganancia y una pérdida, y hay fatalidad y hay suerte, etc.

Una recomendación, que toca muchos de los temas que hemos tratado, lo real y la leyenda, el Gran Hombre de voluntad de hierro, también la cuestión de Fondo y Forma, y bordea lo increíble en muchas ocasiones, jugando a romper la verosimilitud: el Absalón, Absalón de William Faulkner. Pedazo de libro. Tremendo. Intenso y visceral y lírico, todo a la vez. Es difícil, eh, lleva tiempo, hay que leerlo muy despacio al principio, fijando bien a los personajes y las situaciones, pero merece la pena.

Anónimo dijo...

Sí, evidentemente, el debate de las masas está en el debate... Anda que...