miércoles, abril 05, 2006

TU SÍ QUE SABES, REINA

Que el cómic o secuencia de viñetas con desarrollo narrativo, según la definición del Diccionario de la Real Academia, es un género popular, nadie puede negarlo. Desde poco después de su nacimiento, hace ya más de un siglo, los lectores de diarios reclamaron las páginas ilustradas con las aventuras de sus personajes familiares; páginas que fueron creciendo en número y en importancia y acabaron ocupando suplementos enteros e incluso, más tarde, consiguieron autonomía y fueron publicadas en forma de libro. Contemporáneo del cine en su aparición y en su búsqueda del entretenimiento, el cómic alcanzó muy pronto el favor del público, aunque el reconocimiento de sus valores como medio expresivo no llegaría hasta mucho después. De hecho, aún hoy existen resistencias a dejar de considerarlo como una actividad creativa de rango menor y ello a pesar de que, desde hace varias décadas, teóricos de la comunicación e historiadores del arte vienen investigando sobre esta disciplina.

Pero lo que está fuera de toda duda es que el cómic es una forma de expresión con rasgos y códigos propios, que se trata de un medio híbrido que combina recursos literarios y gráficos y que a lo largo de su siglo de vida ha ido burlando sus propios límites con una audacia que difícilmente encontraríamos en otros géneros. Es posiblemente esa frescura creativa y esa actitud irreverente ante las convenciones la que la ha hecho muy atractiva para muchos otros artistas. De hecho, señorías, una parte muy notable del cine actual no se entiende sin la influencia del cómic. Y no hablo de las películas de animación o de aquellas que trasladan a la pantalla aventuras de personajes que ya han sido dibujados. Les hablo de estructuras narrativas, de su capacidad para transmitir el ritmo de la vida contemporánea, del original empleo de recursos visuales o, incluso, de esa libertad absoluta con la que el cómic siempre ha interpretado la realidad y otros mundos.
Del mismo modo, algunas manifestaciones de la cultura contemporánea, como el arte pop, son deudoras de la iconografía y los medios expresivos del cómic. (...)

(...) Pero cometeríamos un error si, para justificar la enorme trascendencia del cómic, necesitáramos incluirlo en los estrechos límites de lo que conocemos como alta cultura, negando así su carácter de medio de masas. Como en todos los géneros creativos, en el ámbito del cómic podemos encontrar productos de gran complejidad y relativamente minoritarios junto con otros de consumo más fácil y dirigidos a un público mucho más amplio. En el mundo del cómic convive la sencilla tira cómica de los diarios con obras maestras de fuerte contenido político y merecedoras de un premio Pulitzer, como el célebre MAUS de Art Spiegelman. Pero estas diferencias nada tienen que ver con la calidad. Unos y otros forman parte de la cultura de nuestro tiempo, enriquecen nuestra sensibilidad y han creado un lenguaje universal comprensible en cualquier lugar del mundo.

Precisamente por ello la proposición no de ley que propone mi grupo en este Pleno se propone paliar, siquiera en parte, la situación de injusto abandono que sufre el cómic, en gran parte motivada por una visión corta y posiblemente elitista de la cultura. Estoy convencida de que los poderes públicos tenemos la obligación de atender a todas las manifestaciones con espíritu abierto y sin prejuicios. Una actividad centenaria que interesa a millones de personas y que posee innegables cualidades culturales como es el cómic, no puede ser ignorada. Hablé del pasado, de la influencia en nuestras vidas de esos personajes dibujados y del talento de sus dibujantes: Cifré, Vázquez, Escobar, Francisco Ibáñez o Víctor Mora y otros más jóvenes como María Colino, Pere Joan, Max o Miguelanxo Prado. De lo que no cabe duda es de que la excepcional tradición de creadores no se ha roto en este país y de que en la actualidad existe una magnífica nómina de dibujantes, guionistas, editoriales y, sobre todo, un público inmenso que demanda esas obras.

El establecimiento de un premio de carácter estatal para reconocer la excelencia en este mundo del cómic no debe ser una iniciativa aislada, sino que ha de integrarse en una serie de actuaciones en defensa de esta actividad creativa e industrial. (...)

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El resto de la transcripción de la intervención de Carme Chacón, así como las de los demás grupos parlamentarios para defender enmiendas, aquí. Busquen a partir de la página 8347 del Diario de Sesiones del Congreso. A destacar las enmiendas introducidas por ERC para distinguir categorías a la hora de dar el premio, del mismo modo que se hace en los premios literarios con los cuentos, novela o poesía; igualmente, se hizo hincapié en impulsar la presencia del cómic tanto en la enseñanza como en las bibliotecas públicas de competencia estatal. Joan Tardá concretamente alertó sobre el hecho de que "sólo alrededor del 10 por ciento de los cómics publicados en el Estado español sea de producción propia", ante lo cual había que tomar partido para potenciar la industria autóctona.También destacó la necesidad de elaborar un libro blanco del cómic de cara a concretar toda la problemática relacionada con la profesión. El diputado del Partido Popular, José María Lassalle, además de declararse aficionado al cómic y apoyar la iniciativa, destacó para que no quedara en el olvido (y aquí ya se ha comentado antes) cómo el gobierno del PP modificó el Real Decreto regulador de la Medalla al Mérito de las Bellas Artes para incorporar una modalidad de cómic (Medalla que recibieron Miguel Quesada, Antonio Mingote, Carlos Giménez y Francisco Ibáñez entre 2001 y 2004), y cómo ni en 2005 ni en lo que va de 2006 se ha otorgado desde el Ministerio de Cultura ninguna otra a autores de cómic. Personalmente, espero que esto último sea rectificado en breve como guinda del pastel, ahora que parece que hay talante generalizado y todos están in the mood for comic.

En fin, bravo por la música, que nos hace mágicos. Qué gran día, señores, señoras y señorías.

4 comentarios:

El Miope Muñoz dijo...

"Buenos tiempos para la lírica".

No sabe las ganas que tenía de poder decir esta frase-gag barato...

"Y bien está lo que bien acaba" creo que dijo Shakespeare, pero ahora, empieza.

¡Un saludo!

Pepo Pérez dijo...

(sin el usteeeddd!!)

Anónimo dijo...

Si, vamos, un día grandioso...

Y yo con estos pelos.

Anónimo dijo...

anda que no...

aunque me da un poco de repelús que ahora todos los políticos de sopetón quieran subirse al carro del moernismo... mmm... acabo de visualizar una imagen extraña... todos los líderes de los distintos partidos bajándose los pantalones y subidos a las carrozas del día del orgullo gay sonriéndo con jactancia... con esos dientes apretados a punto de reventar de pura mentira rabiosa...

perooo... bueno, no pasa nada, es permisible la hipocresía cuando con ella se defienden causas poderosas como éstas porque las razones puras están por encima de todo eso, si no sucumbimos a los equivocados prejuicios de demonios alzados, porqué ahora íbamos a temer a las desafinadas arpas de esos falsos ángeles que tan bien pretenden caer?, dejemosles que gozen de la verdadera esencia, caerán en su propia trampa, si es queee... no hay malas personas, sólo mal educadas(y algún que otro hijodeputa excepcional),

a gozar, ya lo vaticiné, nos alzaremos con el poder mis ángeles desterrados, las huestes de dios andan revueltas, gran buja cerca está,

Saludos membrales.

Slt.