¿Cuánto tiempo estuviste en Daredevil?
Sólo 6 o 7 números. Me rompió el corazón, porque realmente me encantaba Daredevil. Me dio mucha pena dejarlo. Lo hice porque era un buen soldado. Stan necesitaba ayuda en Spiderman, y dije "OK, lo haré". Durante mucho tiempo pensé que Ditko volvería y yo podría volver a Daredevil.
¿Había alguna sensación en la oficina de que Steve Ditko lo iba a dejar antes de que lo hiciera? Por lo que he leído, tengo la sensación de que todo el mundo pensaba que Spiderman era un trabajo que potencialmente podía expandirse.
Había oído que estaban teniendo problemas. Lo que sucedió es que estaban discrepando violentamente sobre los argumentos. Stan le dijo "De acuerdo, podrás encargarte del argumento de las historias". Entonces hubo un problema porque Stan cambiaba la dirección de las historias, su sensibilidad le hacía cambiarlas. Ditko era un pensador muy conservador. Si tenía una historia sobre una protesta estudiantil, sacaba a estudiantes horribles protestando. Infringían la ley y tenían que afrontar las consecuencias. Stan les daba motivaciones, y en lugar del blanco y negro te ofrecía las dos caras de la historia. Ditko podía hacer una historia completa de una revuelta en el campus, pero Stan podía cambiar la dirección de la historia, y eso collevaba cambios en las expresiones y en todo. Stan siempre lo hacía. Lo hizo con Jack, lo hizo conmigo. Muchas veces yo había puesto alguna idea mía en los dibujos, y él podía cambiarla hacia cualquier otra cosa. Y eso era la prueba del algodón del gran escritor y editor que era. Él podía estar impresionado con el dibujo, pero no dudaba en cambiarlo si pensaba que la historia podía ser mejor. Eso es un gran editor.
¿Conociste a Ditko personalmente?
Sólo me lo encontré unas pocas veces. Tengo unos diez grandes arrepentimientos, y uno de ellos era que no aprovechaba bien la ocasión. Cuando estás en una oficina durante años y años, siempre piensas 'la próxima vez podremos estar juntos'. Yo estaba ocupado la mayoría de las veces. Ditko podía venir andando solo, o alguien le hablaba, Marie Severin o alguien, y yo pensaba "voy a salir y charlar con él". Y nunca aproveché la ocasión. Me arrepiento terriblemente.
Tenía una sensibilidad artística única, especialmente teniendo en cuenta la época.
Le considero uno de los verdaderos creadores del negocio.
(...) Siempre he pensado que es muy significativo que Ditko fuera capaz de ser tan idiosincrático en el desarrollo del medio. Su estilo es realmente llamativo.
Esa es una de las razones por las cuales le califico como creador, porque es uno de los pocos creadores... hay una docena de tipos como él. Los George Tuskas, los Jack Kirbys, incluso Don Heck. Don Heck aportó un montón. Era como Colan, como Ditko, había unos pocos que hacían lo que lo que yo califico como un mundo entero sobre el papel. Si mirabas una sola viñeta de Jack Kirby, sabías dónde estabas. Estabas en Jack Kirbylandia. Y cuando estabas en Ditkolandia, sabías donde estabas. La razón por la que me califico a mí mismo genéricamente de ilustrador es porque yo podía hacerte creer que estabas en el mundo de cualquier otro [risas]. Podía hacer Ditko, podía hacer Jack Kirby, podía hacer Don Heck, podía hacer Caniff. Incluso Colan. Solía imitar a Colan. De modo que la cuestión es que esos tipos tenían una integridad, una plenitud; crearon un mundo completo. Mi mundo refleja el mundo real. Hago edificios reales; no los hago como Jack Kirby, los hago tal como los edificios me parece que son. Por eso me considero un ilustrador. Hago gente real. Intento hacerlos diferentes, y darles personalidad. Cuando empecé, hacía personas muy genéricas. Todos tenían la misma nariz, la misma sonrisa, el mismo hoyuelo en el mentón. Me di cuenta de que estaba haciendo esterotipos horribles. Empecé a usar actores de cine. Si tenía que hacer una historia de guerra, decía "de acuerdo, este sargento se va a parecer a Burt Lancaster. El soldado va a ser como Kirk Douglas".
Un joven John Romita, en 1953, dibujando al Capitán América con influencias de Milton Caniff y Jack Kirby. Pincha para ampliar la imagen
(...) Sacaba todos mis personajes de las estrellas del cine. Así es como añadí personalidad en mi trabajo. No podía crear un MundoRomita, aunque más tarde la gente me dijera que reconocían perfectamente mi trabajo. Oír eso fue un shock para mí.
(...) Es interesante, porque yo empecé la serie intentando parecer Ditko. No funcionó. Me di cuenta luego de que en realidad no lo hacía, pero entonces pensaba que estaba haciendo una imitación completa de Ditko, línea por línea.
Arriba, el primer número de Spiderman que dibujó John Romita sustituyendo a Steve Ditko, AMAZING SPIDER-MAN 39, fecha de portada agosto 1966. Abajo, un Romita de ese mismo año, en el Anual de SPIDERMAN de 1966
(...) Crecí en esa generación donde un dibujante estaba obligado a imitar el trabajo que había tomado del dibujante anterior. Lo intentaba como loco. Trabajaba con una pluma fina, incluso una historia con un Rapidograph. La historia de Rhino la hice con un Rapidograph sólo por hacerlo como Ditko, para obtener aquella lína fina y luego la línea gruesa de pincel. La única razón por la que no fui capaz de acercarme a Ditko fue porque era incapaz físicamente, igual que fallé en los cincuenta al hacer un remedo convincente de Kirby. (...) Siempre me sentí como un sustituto de última hora del bateador, un tipo del banquillo. Los otros, los Ditkos del mundo, eran los lanzadores que empezaban. Los tipos a emular. Ese era mi cometido.
--John Romita, entrevistado por Tom Spurgeon en 2002 (The Comics Journal #252, mayo 2003)
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De hecho, hizo uno de los grandes trabajos del cómic, aquella historia donde Spiderman quedaba atrapado debajo de algo, y el tempo de la historia es, para el cómic, magistral. Y cuando finalmente se quita de encima aquella cosa enorme, y Ditko le da una página entera, la sensación de alivio... ¡Es simplemente genial! Y por aquel entonces, según tengo entendido, Ditko estaba haciendo sus propias historias. No hablaba con Stan, llevaban 18 meses sin hablarse antes de que se marchara de la editorial. Estuvo trabajando hasta el número 36, pero llevaba sin hablarle desde el número 18 más o menos. Así que él bosquejaba el trabajo, lo dibujaba y se lo enviaba. Y Stan podía dialogarlo sin haber cruzado una palabra con Ditko.
Ditko es realmente una tumba sobre aquel periodo.
Eso es lo que sé sobre cómo fue la historia. Por entonces no sabía que no se hablaban. Yo estaba haciendo Captain America y The Hulk y otras cosas por entonces, durante la mitad de los sesenta. Cuando Ditko lo dejó y John [Romita] se hizo cargo, y luego llegué yo, me enteré más de la historia. Podría ser apócrifa.
¿Hablabas mucho con Ditko durante aquel periodo?
Sí, claro. En realidad, Ditko y yo nos conocimos en el estudio de Archie Goodwin cuando Archie estaba trabajando para Jim Warren como editor. Naturalmente, tuvimos una maldita discusión enorme que duró unas cinco o seis horas [se ríe]. Ya te puedes figurar sobre qué.
Por supuesto.
Después de eso, cada vez que coincidíamos, nunca discutimos sobre política ni sobre teorías políticas ni nada más [risas]. Y gracias a eso, nos iba de maravilla. Nos hicimos más o menos amigos, y no había rencor. La cosa era que, incluso cuando discutías con él, permanecía tranquilo. Era una calma tensa, pero podía permanecer tranquilo. Nunca alzaba la voz.
Parece que discutir con él era un ejercicio de amistad.
Sí, eso es lo que estoy diciendo. Cuando lo hice, me di cuenta de que él simplemente adoptaba un punto de vista y no transigía en abosluto, no había ningún modo de hacerle dar un paso atrás o de que algo distinto pudiera caber en su punto de vista.
¿A Ditko ya le había lavado el cerebro Rand por aquel entonces?
Supongo que sí. Esto fue durante los sesenta, y ella había saltado a la palestra durante los cuarenta. Incluso la película [El Manantial] se hizo a finales de los cuarenta.
Supongo que su postura política procedía de Rand.
Sí, exacto. Era una especie de solitario. Creo que sus ideas podrían haber sido casi cualquiera, simplemente porque se aconsejaba a sí mismo. Hasta donde sé, le vi en un par de eventos sociales. Pero era un solitario.
Como Gary Cooper (risas).
Exacto. Pero esencialmente era muy, muy callado. A menudo no atendía las funciones sociales. No daba una oportunidad a que las experiencias de los demás pasaran a través suya y le cambiaran hasta cierto punto.
(...) [Alex Toth] era como Ditko, pero sólo hasta cierto punto.
¿En que era dogmático?
Era dogmático. Decir que Ditko era dogmático es de tontos. Por otra parte, había una dulzura en Ditko. Si te olvidas de aquellas cosas que defendía, el tipo es realmente dulce. Toth, por su lado, podía ser tan invasivo con sus actitudes políticas y sus puntos de vista, su amargura... Por eso le despidieron finalmente de DC. Toth era su mejor dibujante, tenía la mejor tarifa por página.
(...) ¿Así que durante 18 o 20 números, Ditko realmente estructuraba las historias?
Sí. Lo hacía todo sin hablar siquiera con Stan.
Es asombroso. Y luego Stan, por supuesto, lo dialogaba.
Exacto.
¿Sabes qué causó aquella ruptura temprana entre los dos?
Creo que era fácil meterse en situación. Llevando la parte de Stan hasta cierto punto... quiero decir, Stan era un tipo que podía cambiar continuamente. El viento soplaba y él cambiaba. Pero Ditko, por su lado, nunca cambiaba! ¿Puedes imaginarte una discusión entre esos dos?
[riendo] No, no puedo.
Eso es. Así que finalmente es lo que tenía que suceder. Llegaron claramente muy pronto a ese punto. Una vez que Ditko se sintió más seguro en su situación, después de haber hecho el personaje durante un tiempo, y probablemente, como era usual, aportando una enorme contribución al tema de la historia, igual que le dio una imagen gráfica inconfundible que se quedó en el material desde el principio.
¿Te gusta el dibujo de Ditko?
Oh, creo que su concepción de Spiderman era excelente. Nunca se documentaba. Nada era real. Al principio, solía hacer aquellas vistas de Spiderman sobre los tejados, que eran las primeras vistas que recuerdo haber visto en los superhéroes que mostrasen la ciudad entera de aquel modo. Jack las hizo antes en Sandman para DC, pero Ditko realmente lo sacaba de memoria. Podía hacer aquellas vistas tremendas que fueron la base principal para lo que hoy hace todo el mundo. Era un punto de vista que él fue el primero en generar coherentemente.
Así que debo suponer que también había seguido el mismo procedimiento en Dr. Extraño hasta cierto punto.
Yo lo supondría. Porque, como digo, él no hablaba... En realidad, él al final abandonó. No fue despedido. Llegó a un punto en que renunció. A partir de ese punto, el comportamiento tan invididualista de Ditko se convirtió en una especie de leyenda. Quiero decir, no podías presionarle. Hacía lo que quería. Si a ti te gustaba, te decía OK, y si no te gustaba, sonreía y se marchaba.
--Gil Kane, entrevistado por Gary Groth en 1996 (The Comics Journal #186)