viernes, junio 23, 2006

MÉTODOS DE TRABAJO

Tu planteamiento creativo se basa en la inmediatez. De hecho, intentas no realizar bocetos, incluso dejas los tachones
cuando los haces. ¿Por qué?


Yo también me planteo mi búsqueda mediante la experimentación. Intento captar el momento, el instante, que es donde se reduce el artificio. Es un intento de captar la pureza, me interesa que las cosas sean de verdad, no me interesa demasiado la ficción clásica. Trabajar como yo lo hago es una forma de encontrar la realidad formal. Sin artificio se pueden ver más las virtudes y los defectos del ser humano, porque sobre todo me interesa entender qué supone ser un humano y qué supone vivir. Hay gente que piensa que mis tachones son producto de un estilo que me he inventado para recordar al estilo de los niños, pero no es así. Cada tachón es una muestra de mi fracaso, ja, ja, y por lo tanto de mi humanidad. Son una forma de decir "yo me equivoco como todo el mundo y no pasa nada". Vivimos en un mundo donde se valora mucho la perfección y el acabado y yo me rebelo contra eso, porque la perfección no existe y es una búsqueda muy insatisfactoria y enfermiza. Ninguno de mis libros son perfectos ni mucho menos, por eso trabajo así, haciéndolo todo directamente y escribiendo sin corregir y sólo rectificando si acaso sobre la marcha. Me resulta gracioso cuando leo alguna crítica donde se me intenta encontrar los fallos argumentales o las incoherencias y contradicciones... buscan lo que se supone que es el rigor. Es como si pensaran que yo no me veo el plumero y que soy un inconsciente.... Pero cuando no me entero de algo es porque no me doy la oportunidad de repasarlo... De hecho, mi nuevo libro ni siquiera me lo he vuelto a leer todo seguido después de publicarlo. No analizo mi trabajo acabado, sólo reflexiono previamente sobre el método que voy a emplear y no tanto sobre el resultado, que lo considero simplemente como el producto del método. Si el resultado no responde a lo que me esperaba y creo que es una mierda la culpa se la echo a que no he pensado bien cómo hacerlo y no a mi incapacidad... Vamos, que si me he quedado corto es porque he preparado un método donde no he tenido en cuenta bien mis limitaciones y he estirado más el brazo que la manga.

Con este nuevo libro, por ejemplo, me planteé que hubieran más partes de texto narrativo a modo de novela, pero cuando ya había escrito algunas páginas así, me di cuenta de que había puesto el listón demasiado alto para mí, que no llegaba, y se estaba notando. De modo que después de pensarlo un tiempo decidí cambiar el método... Creo que "el quiero y no puedo" es de los peores errores que puedes cometer, para mi el único verdadero, porque estás intentando engañar con algo que no sabes hacer y eso se nota. Es mejor esperar un tiempo y aprender, es importante darse cuenta que es demasiado pronto para hacer eso y que antes has de hacerlo de otra forma para aprender más. En este libro he dedicado bastante a pensar en lo que quería contar pero apenas tomé notas... me hice un esquema y resumí los capítulos en una o dos frases, para recordar el concepto que quería explicar en cada capítulo. Es mi forma de trabajar y está adaptada a mis necesidades e intereses, pero no creo que sea una forma de trabajar que le pueda funcionar a todo el mundo. Aunque, eso sí, creo que todo dibujante debe encontrar su método si quiere conseguir un trabajo personal… no hay que buscar un estilo conscientemente, el estilo se desprende del método. Un método que realmente encaje con tu personalidad.

Creo que los métodos de trabajo de la mayoría de dibujantes de cómic siguen siendo demasiado tradicionales, tanto en las técnicas de dibujo como en la forma de hacer los guiones. Hay que reflexionar mucho más en ese aspecto, y encontrar el método de cada uno, haciendo una investigación introspectiva. Hay que trabajar de una forma coherente con uno mismo, me cuesta creer que la forma actual de trabajar en general, que en realidad se remonta a una tradición de "buen oficio" de muchas décadas (todo eso de "primero un guión técnico, luego planifico la historia, luego aboceto, luego paso a limpio, entinto", etc.) se adapte a la personalidad de tantísimos dibujantes y guionistas que la practican... A algunos les va muy bien así, pero no pienso que a todos los autores les sirva ese método convencional para desarrollarse creativamente y encontrar su verdadera personalidad. Creo que los métodos de trabajo en el mundo del cómic siguen muy verdes y todavía demasiado vinculados a los medios industriales de producción -en muchos casos al trabajo en cadena- y no a la experimentación artística.

Juanjo Sáez, respondiendo a una entrevista. Como hubo que cortarla mucho, le he pedido este texto para aprovechar y plantear aquí el debate sobre los métodos de trabajo en el cómic, más allá del trabajo concreto de Juanjo.
Imágenes, en orden de aparición: viñetas y páginas de THE FATE OF THE ARTIST, de Eddie Campbell (Ed. First Second), inédito en castellano, y de EL ARTE. CONVERSACIONES IMAGINARIAS CON MI MADRE, de Juanjo (Mondadori).







13 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante lo que dice Juanjo sobre esa relación entre el método y el estilo,entre la concepción y la praxis.Curiosamente, él parece dar más importancia a la primera y a su forma de trabajar que al propio estilo en sí,frente a otros artistas de nuestro tiempo que han sacralizado el estilo.Me resulta chocante,porque lo poco que he visto de su trabajo (en este blog, un par de veces, que no sirve para tener una opinión bien formada) me parecía precisamente un estilista, un formalista. Por cierto, el artificio es tan humano, o más que la pureza, ese instante ocurrente y auténtico,pero en el instante siguiente ya hay narrativa y por tanto interpretación y bastardía. Me gusta su énfasis en la concepción y en el método( si no te preguntas no puedes llegar a ninguna parte), no tanto ese abandono de la revisión y el rigor(que sí parece interesarle en la concepción previa).Una de las etapas de la creación artística(desde mi punto de vista más o menos clásico) es decidir cuando acaba la obra o que versión nos satisface más, es decir el juicio,la distinción, la decisión que da forma a la libertad(ocurrencias tenemos todos y su flujo es infinito¿por qué decidimos que una merece la pena?)De eso se deriva que en la vida podemos y debemos cometer muchos errores, pero en el arte no, porque es una batalla donde nos jugamos la muerte y si hemos bajado a esa arena es para luchar contra la nada, y aunque acabemos siendo olvido hemos intentado una honrosa resistencia con la llama, el trabajo y la inteligencia que teníamos.Vamos que o es el acto supremo o nos dedicamos a jugar que tal vez sea la verdadera apoteosis)

Pepo Pérez dijo...

Planteas varias cuestiones vitales, Santi (te he pegado el comentario desde el otro cuadradito). De hecho, son cuestiones que yo también he discutido con Juanjo, y me suele dar respuestas para mí desconcertantes. Aunque sé que algunos piensan lo contrario cuando ven su trabajo, Juanjo es un pensador aventajado, siempre uno o dos pasos por delante de la mayoría de autores. Siempre se cuestiona cosas que la mayor parte de gente ni se plantea, y a mí me suele dejar desconcertado en algunos temas. Por ejemplo, creo que es de los pocos autores a los que he visto reflexionar sobre el método de trabajo (yo mismo no me lo planteaba demasiado hasta que él empezó a sacarme el tema).

Por ejemplo, cuando yo le he planteado esto mismo que dices tú, el tema de no preocuparte demasiado por los errores en el arte, que yo le he discutido como tú porque creo que es discutible ("¿no crees, juanjo, que eso es un simple subterfugio?"), él me contesta cosas como: 'eso es darle demasiada importancia a tu trabajo, no hay que darle tanta importancia. No hay que preocuparse tanto de si algo no te ha quedado bien respecto a otra cosa que sí te gustaba, ya harás algo mejor.'

Lo cual, la verdad, ahora que caigo, entronca con algunas ideas que le he leído a Joann Sfar ("no creo en eso de intentar hacer una obra maestra en todo cuanto haces", algo así dijo) e incluso, se me viene a la cabeza ahora, el modo en que sabemos que trabajaba Kirby por entrevistas a otras personas: en su época de madurez, mediados sesenta y primeros setenta, empezaba la página por un lado y la terminaba por otro, a lo bestia, no abocetaba, y así una página tras otra, a la velocidad del rayo. En su caso -en su caso repito-, no creo que adoptando un método distinto a ése hubiera hecho mejores tebeos a los que hizo, al contrario. Sus tebeos son consecuencia inevitable de su forma de trabajar.
Desde luego, no creo que cualquiera pudiera aplicar el método de Kibry. Es bien sabida la anécdota de que se dibujó un comic-book entero en un fin de semana, recibiendo el viernes la llamada de Stan Lee (el dibujante encargado de la serie estaba griposo, y Lee le contaba sobre la marcha, por teléfono, el plot a Kirby para ver si podía hacerlo) , y Kirby en plan "OK, sin problemas, voy a ponerme". El lunes por la mañana mandaba al Bullpen de Marvel el comic-book entero, 22 páginas.

¿Qué hay en este Kirby que me fascina tanto, aparte del dibujo? Pues, casualmente, que sus tebeos parecen salidos directamente de su inconsciente, hay infinidad de cosas en ellos de una potencia mental asombrosa, mitología moderna en estado bruto. Pero si Kirby los hubiera hecho con otro método, dudo que le hubieran salido así.

Pepo Pérez dijo...

"Por cierto, el artificio es tan humano, o más que la pureza, ese instante ocurrente y auténtico,pero en el instante siguiente ya hay narrativa y por tanto interpretación y bastardía"

Cierto, totalmente. En el instante de narrar, sea lo que sea, siempre hay artificio, porque estamos procesando la información para narrarla, y eso es artificio, es invención respecto a la realidad. Me imagino que Juanjo cuando dice buscar la pureza se refiere a intentar reducir ese artificio, no a eliminarlo. Pero seguro que él mismo aclara mejor qué piensa al respecto.

Otro que lo ha intentado recientemente, aunque con recursos muy distintos a Juanjo (me refiero a lo de intentar reducir conscientemente las "interferencias narrativas") ha sido el Mauro de Los Domingos. Está narrado porque no puede ser de otro modo, pero de un modo en que Mauro parece procurar al máximo mantener a raya la dramatización de los hechos. De ahí, por ejemplo, sospecho, esos textos tan secos, el fraseo descriptivo y desprovisto de cualquier intento de lirismo, las frases cortas, etc. También me imagino que todo eso fue producto de un método pensado previamente con una serie de reglas a seguir, porque si algo desprenden los trabajos de Mauro es que están pensados al máximo.

Otro que tal es, a su estilo, Max. Aún no he leído su nueva historieta en el recopilatorio de Bardín, pero no me hace falta para saber lo pensado que está. Basta haber visto sus historietas previas sueltas del personaje, o el trabajo de narrativa gráfica que se planteó para ilustrar los libros de FILOSOFÍA PARA PROFANOS de Maite Larrauri, o su historieta en el libro colectivo sobre el Quijote. Hay un esfuerzo mental de toma de decisiones, me parece a mí, bastante previo al dibujo y a la página. En su caso, me resulta bastante obvio que los cambios estilísticos obedecen precisamente al cambio de reglas previas.

PEro me estoy desviando del tema, que era lo de experimentar con el método de trabajo respecto al método más o menos tradicional.

santibilbo dijo...

.Creo que Juanjo tiene mucha razón en insistir en lo que condiciona el método industrial del comic, tanto en su creación como en su recepción.Sobre todo si no tienes un cierto nombre, la experimentación, para fanzines. También me ha gustado su humilda al no querer calzarse camisas más anchas de las que puede.Nada nos disgusta más en arte que lo pretencioso.Tampoco hay que pretender hacer siempre obras maestras(aunque los grandes artistas lo hacen sin pretenderlo, por que no les queda otro remedio) sino ajustar los medios y los fines en esa forma extraña,la adecuada, como si encajara.¿En arte se busca, se encuentra, se acierta?
Lo del método de trabajo resulta más que pertinente.Tenemos una imagen del artista enclaustrada entre lo que pretende y los resultados que consigue y el proceso por el que lo consigue nos la suele traer al pairo.Una obra puede tardar años o salir como un torrente,sufrir reescrituras o no cambiar ni una coma porque así fue vomitada,estar constantemente en la cabeza del autor o sentirla ajena y pasada.HAY ARTISTAS QUE NECESITAN EL MÉTODO INDUSTRIAL O LAS CONVENCIONES, OTROS QUE SON LIBÉRRIMOS y van a su bola,los metódicos que trabajan dos horas diarias, haya o no inspiración y los que son atrapados por la Musa.Reirse de la concepción clásica del arte está muy bien,no tomarse en serio a uno mismo es muy saludable;pero también son actitudes muy serias y ,coherentes y ambiciosas.El rigor en la concepción resulta como muy platónico; si se baja al mundo real con un método de trabajo, no basta sólo con el valor trabajo, el resultado es la ultima estación para que tenga de verdad valor de cambio( y no hablo de mercancía ni de capital)

Pepo Pérez dijo...

No se trata de reírse del método clásico, lo aclaro por si acaso, aunque me imagino que tú lo has entendido bien, Santi.

Se trata de si esos métodos industriales, que es verdad que en el cómic se siguen aplicando en muchos casos como si fueran las únicas posibilidades de trabajar, copiándolos supongo que por imitación de quienes tienen éxito (ejemplos: modo de producción del manga, o del comic-book mainstream USA), sirven para cualquier autor y para lograr tebeos distintos a los que ya se hacen.

Pepo Pérez dijo...

se me ocurre ahora una cuestión relacionada con lo que tú decías, Santi, de "la experimentación pa los fanzines" (salvo que seas un autor de renombre). En general, yo he observado muchas veces un tipo de opinión que tiende a excluir la experimentación del cómic, como si no fuese necesaria, identificando "buen cómic" con aquel que se ajusta a los viejos cánones de calidad, que, no casualmente, suelen identificarse con el acabado. Y cómic malo, o inútil, a aquel que no se ajusta a esos cánones. Es eso de "en el cómic yo quiero buen dibujo, buenas historias". La cuestión es qué se entiende por buen dibujo y por buenas historias, claro, y si sólo entendemos que lo son aquellos que se ajustan a una tradición que ya conocemos. Esta manera de pensar oculta algo de lo que me parece no son conscientes quienes piensan así: que esa tradición de "buen cómic" que tanto les gusta no surge de la nada, sino que procede de hallazgos que en su momento fueron conseguidos fruto de la experimentación y la invención por parte de autores concretos, en una cadena de ellos. No sé si me explico.

Pepo Pérez dijo...

Por otra parte, hay cómics hechos según el método tradicional cojonudos, y cómics experimentales que no tienen interés alguno, por supuesto. El método no te asegura nada.

Lo de la cuestión del acabado y "lo bien hecho" como sinónimo de buen cómic tiene todo que ver, creo, con el tema que te ha interesado, Santi, el de la cuestión industrial.
El cómic nace y se desarrolla como un arte industrial, sujeto a unas exigencias de acabado muy concretas, y es esa tradición la que ha marcado los métodos de trabajo de los autores, nada que ver con la libertad de un pintor o un escultor.

Se me viene ahora a la cabeza lo criticado que fue Schulz en su momento cuando empezó a hacerse famoso con PEANUTS. "Es que cobra el doble que nosotros y no dibuja ni la mitad que nosotros, no se lo curra, no hace fondos", decían más omenos algunos colegas de profesión, de tiras de prensa. La cuestión, de nuevo, es qué entendemos por "currar", y si el trabajo mental previo a ponerse a dibujar la tira no era curro. No me parece casualidad que el trabajo de Schulz haya perdurado mientras que tantas otras tiras de sus coétaneos han sido olvidadas, a pesar de su acabado infinitamente más pulido, pero que han perdido su sentido hoy día porque son muy anticuadas por contenido e incluso formalmente.

Cuetión aparte es que muchos autores le dan importancia máxima a la espontaneidad o urgencia del producto final, de ahí que -es sólo un ejemplo- aboceten lo menos posible. Un autor actual cuyo dibujo suele ser criticado por descuidado es Joann Sfar; sin embargo, parece que a mucha gente les gusta de verdad sus historias, una vez leídas. Esto debe ser por algo, ¿no? Digo yo. Porque es verdad que en no pocas ocasiones sus viñetas están dibujadas de aquella manera. Sin embargo, a pesar de eso,sus tebeos tienen más interés que algunos álbumes actuales hechos "a la clásica manera", apoyados en métodos más convencionales, en trucos narrativos y dibujo muy currado.

Anónimo dijo...

Os dejo unas paginitas de Sfar del carnet Piano en las que hace una pequeña biblia para la serie animada... es muy curioso, precisamente habla de la forma de trabajo de Quentin Blake y Schultz, el hecho de empezar el dibujo por la parte mas importante de la accion, no utilizar boceto previo, etc.


http://www.unachinaenmizapato.com/sfar/35.jpg
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http://www.unachinaenmizapato.com/sfar/37.jpg
http://www.unachinaenmizapato.com/sfar/38.jpg
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http://www.unachinaenmizapato.com/sfar/42.jpg

santibilbo dijo...

A mi lo del acabado cad vez me interesa menos , la verdad, y estoy de acuerdo contigo en la importancia de la conceptualización y la estilización.Los efectos plasticos de un comic tienen que ser extraordinarios para que me conmuevan,prefiero la narrativa y la sugerencia, como casi todos los lectores,creo yo. El credor se dedica a eso porque no le queda otro remedio, pero alguna vez debe aspirar a la obra maestra, y guardarse las pajas mentales. y decidirá y dirá esto a mi me conmueve y me parece válido y quiero que alguien lo conozca, aunque sea el perro más verde del mundo. y OLÉ SUS COJONES

Pepo Pérez dijo...

gracias, Pedro! Sfar también alude a su amado Reiser, otro autor que cambió muchas reglas establecidas a la hora de trabajar.

Santi, supono que ya sabes mi opinión sobre el tema plástico en el cómic. Creo que lo plástico debe estar al servicio de la narración, entendida ésta en el más amplio y más glorioso sentido de la palabra (pues la narrativa en cómic puede llegar a ser muy gloriosa y compleja, con su mezcla de signos e imagénes, a veces confundiéndose unos con las otras), y nunca al revés. Creo que el cómic no es lugar para la búsqueda de efectos mera y simplemente estéticos, porque creo que el lenguaje del cómic es hostil a eso, ya desde la misma acumulación de viñetas. No creo que a la mayoría de lectores de tebeos les interese realmente "contemplar" los tebeos, sino leerlos. Y eso tiene que ver con la propia naturaleza del medio cómc, no con una supueta falta de sensibilidad gráfica de TODOS los lectores.Por eso digo que lo plástico, creo, debe supeditarse a lo narrativo, es decir, a la lectura.

Esto me recuerda, anque no tiene nada que ver, a un artículo de Quim Pérez en el último HUMO, donde hacía una distinción entre tebeos donde lo que más importaba era lo bien dibujados que estaban, frente a otros donde la historia era más importante que el dibujo. Lo que me sorprendió es que en el primer apartado metía a TINTÍN, ejemplo máximo de -creo- justo lo contrario. Lo que a millones de lectores de todo el mundo les seduce de TINTÍN no son los dibujos, sino, me parece, qué cuentan esos dibujos, las historias, las aventuras. Y esos dibujos tienen precisamente una estilización formal tan depurada no con un afán, creo yo, de buscar un estilo (no creo que a Hergé le preocupara crear una "escuela de línea clara", eso siempre surge a posteriori) ni de impactar por la vía plástica, sino precisamente un afán de narrar historias con arreglo a unas premisas muy concretas: claridad narrativa de la acción, verosimilitud del mundo que se representa (personajes, decorados, etc.), legilibilidad máxima de todo el conjunto. Y son esas premisas las que le llevan a forjar un estilo tan característico como el suyo, y no al revés. A lo mejor me equivoco, pero es la impresión que tengo de su trabajo, de las propias historias -con mucha más chicha de la que parece-, y de lo que Hergé declaraba en el famoso libro de entrevistas con Numa Sadoul.

Pepo Pérez dijo...

una cosa interesante de lo que explica Sfar, PEdro, son sus cambios deliberados entre un dibujo "infantil" para unos personajes y un dibujo más "realista" para otros. Es un truco que Sfar emplea a menudo en sus tebeos, a menudo también con resultados expresivos y narrativos muy notables.

El problema que plantea el método de "dibujo directo" de Sfar (entre otros autores) es, evidentemente, que tienes que saber dibujar bastante para que ese método se ajuste a tus posibilidades. No cualquiera puede dibujar sin bocetos previos, y si no tienes un determinado nivel de dibujo, corres el riesto de que te queden verdaderos churros en lugar de dibujos legibles y expresivos. Nuevamente, el método no es válido porque sí, sólo lo es si se ajusta a tus posibilidades, como decía Juanjo. Porque Sfar sabe dibujar un huevo, aunque me imagino que hay quienes piensan que no es así.

Anónimo dijo...

"Eco!"

En este último comment has dado en el clavo JCP, según lo veo yo. Y recuerdo que has puesto a Kirby antes como ejemplo, un tipo que en la época de hacer comicbooks en un fin de semana ya había dibujado unos cuantos miles de páginas a fuerza de trabajar todos los días. Es decir, bueno, es a decir de Picasso, más bien (aprovecho para recordar) que un artista consigue ser espontáneo a través del oficio continuado; "He tenido que pintar toda la vida y llegar a viejo para conseguir hacerlo como un niño", más o menos decía.
Con ésto vengo a decir que el oficio es ineludible, tanto si se pretende respetarlo a ultranza como transformarlo o rodearlo conceptualmente, como Juanjo hace muy bien.

Pepo Pérez dijo...

sí, sí, está claro que el oficio es -casi siempre, que hay excepciones- ineludible para "pasar al otro lado", para avanzar hacia otros métodos de trabajo. ´Kirby, como tú dices, llevaba décadas dibujando comic-books, desde un chaval, para poder finalmente "explotar" como creador y dar con el estilo por el que es recordado, los de la Marvel 60´s y DC de los primeros setenta. Y sí, ese estilo es producto de una forma de trabajar muy concreta, forma de trabajar a la que sólo puedes llegar después de muchos miles de kilómetros entre pecho y espalda.

Sfar, por volver a él, es súper prolífico, se pasa todo el día dibjando. El mismo Juanjo lleva dibujando toda su vida, un día tras otro (y tiene estudios académicos, que ya vemos lo que "se le notan" ahora). Etcétera.