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En 1966, Stan Lee (guionista) y Jack Kirby (dibujante) disfrutaban del éxito de Los 4 Fantásticos, la creación que venían desarrollando juntos desde cinco años atrás y con la que habían revolucionado el género de superhéroes, además de colocar a la compañía Marvel a la cabeza de la edición de
comic-books. En los 47 números publicados hasta entonces, Lee y Kirby habían enfrentado a su cuarteto contra todo tipo de amenazas: monstruos, alienígenas, super-villanos,
mad doctors… El método de trabajo del dúo era sencillo, Lee esbozaba sus ideas en pocas líneas y se las transmitía a Kirby, que desarrollaba las páginas con entera libertad. Finalmente, Lee añadía los diálogos. Tan fructífera relación permitía que los egos de ambos artistas se desarrollaran sin mayores encontronazos, complementando la poderosa y pétrea línea de Kirby con la verborrea de humorista judío (su nombre real es Stanley Lieber) de Lee.
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Pablo Ríos, elpablo, hoy en el diario Málaga Hoy. Sigue leyendo
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