Cuando estalló la bomba, Moto Mosoro (entonces de 54 años) desapareció. Su familia logró reunirse y comenzó a buscarla. Un mes después, un pariente regresó con su cabeza en un saco: tenía los anteojos fundidos en las cavidades oculares.
Y empece a ver que la gente venía cargando muchos trapos o ropa colgada del brazo o de la mano. Caminaban como si arrastraran el paso. Cuando llegaron cerca, vi que lo que estaban cargando era su propia piel que se había soltado del cuerpo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario